El ludismo (luddism en inglés) fue un movimiento obrero que se oponía a toda clase de tecnología. Adquirió auge en Inglaterra a partir de 1811, atacando con frecuencia a los instrumentos de producción. Sus seguidores se llamaban ludistas o luditas (luddites en inglés), nombre que tomaron del semilegendario líder del movimiento, Ned Ludd. El movimiento ludista tuvo una vida relativamente corta. Pronto muchos de los dirigentes obreros comprendieron que sus enemigos no eran las máquinas, sino el abuso que con el maquinismo ejercían los empresarios. El movimiento se extendió por toda Europa (en España son conocidos los hechos de Alcoy, en 1820).
El ludismo surgió como una primera respuesta violenta a las crecientes tasas de paro que supusieron la implantación de máquinas capaces de hacer el trabajo de varios hombres. Inicialmente se llevaron a cabo protestas pacíficas para la mejora de sus condiciones de vida y trabajo. La disolución violenta, por parte del ejército, de una manifestación de trabajadores en Nottingham que pedían trabajo y un salario más justo, tuvo como respuesta el incendio nocturno de 60 máquinas de tejer medias. Estas acciones destructivas, que se extendieron por las zonas de intensa industrialización de Lancashire y Yorkshire en 1812, tomaron el nombre de un imaginario Capitán Ludd (probablemente en recuerdo de Ned Ludd), que firmaba las cartas intimidatorias dirigidas a los propietarios de las máquinas. A partir de 1817 el movimiento empezó a decaer, pero se continuó en el campo inglés en los años 1830 y se extendió a otras regiones del continente europeo, donde la Revolución Industrial estaba adquiriendo relevancia. En Cataluña se llegó a quemar la máquina más avanzada del momento.
A finales del siglo XX, en plena revolución digital, surgió un movimiento conocido como neoludismo, que se opone a la inteligencia artificial y todo avance científico que se apoye en la informática. Reconoce que no sólo los empresarios son los explotadores, sino que es la forma en que funciona la tecnología la que aliena tanto al explotador y al explotado convirtiéndose, a criterio de ellos, ambos en partes funcionales de la maquinaria tecnológica. Fuente: Wikipedia. [Este post se ha publicado para difundir este concepto, que resultó extraño al citarlo en una reunión donde creí sería usual]. Vídeos con dos formas de cortar madera. El modo tradicional ha quedado como deporte rural, como los aizkolaris vascos.
El ludismo surgió como una primera respuesta violenta a las crecientes tasas de paro que supusieron la implantación de máquinas capaces de hacer el trabajo de varios hombres. Inicialmente se llevaron a cabo protestas pacíficas para la mejora de sus condiciones de vida y trabajo. La disolución violenta, por parte del ejército, de una manifestación de trabajadores en Nottingham que pedían trabajo y un salario más justo, tuvo como respuesta el incendio nocturno de 60 máquinas de tejer medias. Estas acciones destructivas, que se extendieron por las zonas de intensa industrialización de Lancashire y Yorkshire en 1812, tomaron el nombre de un imaginario Capitán Ludd (probablemente en recuerdo de Ned Ludd), que firmaba las cartas intimidatorias dirigidas a los propietarios de las máquinas. A partir de 1817 el movimiento empezó a decaer, pero se continuó en el campo inglés en los años 1830 y se extendió a otras regiones del continente europeo, donde la Revolución Industrial estaba adquiriendo relevancia. En Cataluña se llegó a quemar la máquina más avanzada del momento.
A finales del siglo XX, en plena revolución digital, surgió un movimiento conocido como neoludismo, que se opone a la inteligencia artificial y todo avance científico que se apoye en la informática. Reconoce que no sólo los empresarios son los explotadores, sino que es la forma en que funciona la tecnología la que aliena tanto al explotador y al explotado convirtiéndose, a criterio de ellos, ambos en partes funcionales de la maquinaria tecnológica. Fuente: Wikipedia. [Este post se ha publicado para difundir este concepto, que resultó extraño al citarlo en una reunión donde creí sería usual]. Vídeos con dos formas de cortar madera. El modo tradicional ha quedado como deporte rural, como los aizkolaris vascos.
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El problema está en que, a veces, hay gente que lucha contra el enemigo equivocado. Es más, a veces se lucha sin más, sin saber cuál es el enemigo y, en la lucha, me llevo a todos por delante.
ResponderEliminarEn el segundo vídeo he pasado un mal rato, pensaba todo el tiempo que se iba a se un tajo el participante.