En la foto superior aparecen de izquierda a derecha María Nieves Tapia, directora del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio (CLAYSS), Ana Valenciaga, Delegada de Educación de Bizkaia, y Rafa Mendia, Presidente de ZerbIkas (grupo vasco de Aprendizaje-Servicio) durante la presentación que ha tenido lugar hoy. Con la presentación del post anterior, la ponente nos ha lanzado el reto de apostar por un aprendizaje-servicio, donde se conjuguen ambos objetivos. Por una vía inductiva, mostrando ejemplos reales de Argentina (inicialmente) y de Latinoamérica, ha abogado por disponer nuestras mejores cualidades, las del profesorado y las del alumnado (y las de sus familias), al servicio de los demás, de toda la comunidad.
Su propuesta entronca con la asunción y desarrollo de las competencias a través de la acción (como se prende a jugar un deporte, practicándolo y no sobre el papel), atendiendo y resolviendo problemas reales del entorno social. Desde su dilatada experiencia como docente y en la administración educativa de Argentina, ha compartido con nosotros su idea de "la solidaridad como pedagogía", con el círculo virtuoso de aprender sirviendo que supere la obsoleta visión paternalista de la enseñanza para pasar a una relación docente-discente de mayor equidad. Todas las personas podemos aprender de todas, cada una con sus talentos, en un mundo más fraternal. Casos como el de Berisso nos recuerdan que hemos de aprender y de hacer "con" y no no "para" nuestro alumnado o nuestra comunidad escolar. Inevitablemente, nos hemos hechos fans del grupo Clayss en Facebook. Pero eso no es suficiente. Desde hoy debemos cambiar notablemente nuestras didácticas con este enfoque que jamás ignore, en toda edad y ámbito escolar, la trascendental dimensión servicio.
Su propuesta entronca con la asunción y desarrollo de las competencias a través de la acción (como se prende a jugar un deporte, practicándolo y no sobre el papel), atendiendo y resolviendo problemas reales del entorno social. Desde su dilatada experiencia como docente y en la administración educativa de Argentina, ha compartido con nosotros su idea de "la solidaridad como pedagogía", con el círculo virtuoso de aprender sirviendo que supere la obsoleta visión paternalista de la enseñanza para pasar a una relación docente-discente de mayor equidad. Todas las personas podemos aprender de todas, cada una con sus talentos, en un mundo más fraternal. Casos como el de Berisso nos recuerdan que hemos de aprender y de hacer "con" y no no "para" nuestro alumnado o nuestra comunidad escolar. Inevitablemente, nos hemos hechos fans del grupo Clayss en Facebook. Pero eso no es suficiente. Desde hoy debemos cambiar notablemente nuestras didácticas con este enfoque que jamás ignore, en toda edad y ámbito escolar, la trascendental dimensión servicio.
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