El bloguero Mikel Agirregabiria denuncia el cierre repentino de su diario OnLine por parte de Google (todo el Caso Google versus Agirregabiria en este blog temporal blogagirregabirianet.blogspot.com.es).
DIEGO ARTOLA. BILBAO. Mikel Agirregabiria era uno de los señalados del edén de las nuevas tecnologías hasta que la ira de Silicon Valley descargó en él toda su furia: Google le ha despojado de su paraíso. Promotor de Blogeu, la asociación vasca de blogs, este bloguero de referencia relata su marginación de la red de Google en términos bíblicos tras el cierre fulminante de su bitácora Online: “Es como el Dios del Antiguo Testamento, te lo da todo y todo te lo quita. Me ha anulado mi identidad digital”.
El destierro del paraíso versión 2.0 llega en forma de algoritmos sofisticados interpretados por la inteligencia artificial, brillante e implacable, de las máquinas. Las puertas de la blogosfera se cerraron de un portazo el miércoles 11 de julio, tras una tarde desconectado por estar con su nieto. “Esta cuenta está suspendida”, informaba el servicio. Las máquinas ignoraban así a un "pata negra" de la blogosfera vasca, reconocido entre los diez blogueros más influyentes de Euskadi.
La trayectoria digital de Agirregabiria se mantiene desde entonces atrapada en un lugar recóndito en posesión de Google. La nube internauta retiene uno de los blogs más antiguos y activos de Euskadi, que ha acumulado en 10 años de vida más de 7.000 publicaciones, 2.100 relacionados con la educación y con las reflexiones personales del autor. Además, la multinacional impide el acceso a varios libros y documentos electrónicos elaborados junto a otros autores.
En estas circunstancias, Agirregabiria lamenta el trato recibido. “Me han dejado desnudo, me han robado mi trabajo”, critica. Asimismo, denuncia su pérdida de derechos en esta incipiente sociedad digital. “Me han hecho retroceder 15 años y he dejado de ser un ciudadano del Siglo XXI”, proclama este visionario que ha acuñado el principio del blogger power, que promueve la independencia de los ciudadanos.
Agirregabiria todavía desconoce la causa del cierre y reclama un trato humano de la compañía. Ante la falta de respuestas de Google sólo le quedan un puñado de especulaciones. “A lo mejor no había renovado mi cuenta de pago, pero son 5 dólares al año. O puede haber habido un choque de derechos de autor por la grabación de eventos con música. Lo desconozco”, admite. En cualquier caso, Agirregabiria niega tajantemente un uso inadecuado de los canales de Google. “Eran contenidos blancos. Nunca he sido polemista, ni me gustaba hablar mal de nadie”, apunta.
Llegados a este punto, ha emprendido una carrera por encontrar el lado humano de Google, en busca de algún responsable de carne y hueso que llegue a interponerse en el protocolo de los robots. De hecho, promete recompensar a su salvador con una comida en un restaurante de dos estrellas Michelín.
Durante la última década su blog personal se había convertido en un referente digital con la afluencia de más de un millón de visitantes al año. Su torrencial actividad se refleja en los 200 correos electrónicos que recibía a diario.
El perjuicio se extiende a su propia actividad personal con la desaparición de su agenda con más de 2.000 contactos y la planificación de su trabajo. En total, calcula la pérdida de 20.000 horas de trabajo que incluyen centenares de vídeos volcados en Youtube, canal perteneciente a Google.
Hasta ese momento, Agirregabiria apenas podía sospechar de la contundencia de Google. De hecho, él mismo se proclamaba un apóstol del gigante de Internet. “Soy un Googleman”, señala todavía. Responsable en Bizkaia del Servicio de Innovación Educativa del Gobierno vasco, utilizaba su influencia personal para recomendar el uso de las aplicaciones de Google en los centros educativos.
El bloguero se sentía deslumbrado por la capacidad de este coloso de la red, especialmente por sus prestaciones de almacenamiento. “Tiene un sistema de protección más avanzado que cualquier otra compañía”, reconoce. Por eso, descartaba otros medios de almacenaje más convencionales: “Hacía años había renunciado a utilizar pendrives o discos duros, porque todo lo almacenada en la nube de Google”.
Su confianza ciega le dejó vulnerable a la ira de la multinacional: Toda su actividad se desarrollaba en los dominios ilimitados de la empresa digital. Admite su error por no haber realizado copias de seguridad en espacios alternativos por su falta de tiempo.
NB: Con este post y el siguiente de agradecimientos, concluimos las autorreferencias (nos excusamos por su abundancia en la semana) y proseguiremos con entradas de viajes, reflexiones,...
E quais os motivos que o Google aponta? Compreendo o prejuízo e a desilusão...mas, os valentes têm sempre uma palavra: Recomeçar!!
ResponderEliminarSão esses os meus votos.
Graça