Mucho se está hablando de notas y becas en estos días. Y ello ha hecho que afloren las notas de nuestros insignes políticos, como las de Aznar y Rajoy. Quien suscribe es coetáneo, de 1953, de Aznar y cinco años mayor que Rajoy (a quien nombró como sucesión o su cesión), se va a permitir escribir algunas ideas al respecto.
Primero, y como prueba documental, se han hecho públicas las notas académicas de ambos políticos (abajo exponemos las nuestras, del Colegio Calasancio, Escolapios de Bilbao, con ciertas similitudes con El Pilar de Madrid o los Jesuitas de León). Ambos presidentes estudiaron "Letras", la especialidad menos exigente en aquellos tiempos, y sus notas fueron mediocres insuficientes para haber seguido estudiando con los criterios de becas que se proponen ahora).
Segundo, y como resultado obvio, se constata que las notas no son (¿o sí?) un predictor del éxito ulterior, aunque esto sea difícil de medir. Parece que en algunos campos, como la política, unas calificaciones escolares altas, o unos estudios rigurosos, no predicen responsabilidades políticas de primer orden.
Tercero, y siendo todo esto así, convendría que las decisiones sobre educación, una materia que compete a toda la ciudadanía, no se dejase sólo en manos de quienes habiendo sido "malos estudiantes a los que no se les negó la oportunidad de llegar arriba" las decisiones sobre quienes pueden proseguir o no los estudios universitarios con una política de becas, al menos discutible.
Cuarto, y final a modo de colofón, indicando que en la actualidad ser titulado de enseñanza terciaria (con graduación universitaria o de grado superior en formación profesional) no es sino la base para el nuevo proletariado del siglo XXI, donde una formación inicial elevada y una formación a lo largo de toda la vida es un requisito laboral universal. Por todo ello, convendría una mirada más contemporánea de la educación necesaria para nuestra juventud, y una máxima ayuda para proseguir estudios -incluso de postgrado- para quienes demuestren esfuerzo, dedicación y resultados. La inversión educativa no sólo es la mejor, sino la única forma de asegurar el futuro de nuestra sociedad.
Interesante aclaración. Una siempre se sorprende de lo que notas en las notas de quien te suelta su "punto pelota" y vive de las notas y frases hechas, en las conferencias que le pagan por una millonada anual. Qué tristeza de país con tanto político inepto.
Mikel eras demasiado listo, por eso no puedes ser un politico al uso. Sigue con la polirica, cada uno es lo que es.Suerte con Sarekuntza.
ResponderEliminarInteresante aclaración. Una siempre se sorprende de lo que notas en las notas de quien te suelta su "punto pelota" y vive de las notas y frases hechas, en las conferencias que le pagan por una millonada anual. Qué tristeza de país con tanto político inepto.
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