Inspirado en "Dos años de vacaciones" de Julio Verne, un relato basado en una historia con 730 (365*2) días o episodios nos ha servido para describir el mundo a nuestros hijos y, ahora nietos.
Es el cuento que sirve lo mismo para que los más pequeños se duerman en una siesta o acepten que la noche ha llegado. En la narración, siempre adaptada según quienes sean los protagonistas, se va desgranando cómo un grupo escolar de niños y niñas pasa dos años en una isla y deben resolver con su iniciativa y creatividad infantil los problemas que van surgiendo.
Cada día, o cada episodio, se destina a una pequeña aventura, un descubrimiento o una lección según la edad de los oyentes. Por ejemplo, hay días en los que el "capitán" o "capitana" deben usar botellas con mensajes, recoger agua de lluvia, diseñar artilugios de pescar, poner relojes de sol, construir una cabaña y acabar haciendo una escuela, cazar tortugas, avisar con reflejos a aviones,...
Esta fórmula de cuento permite reconstruir un sociograma de la clase o de las amistades de cada niño, dado que el verdadero autor es el destinatario y conductor del relato y de sus actores dado que explicita a quién encomienda ser vigía, o responsable de la cocina, pesca,...
Desde la infancia ya estamos construyendo nuestra personalidad, nuestras motivaciones y definiendo la vida que queremos tener. Hay que vivir plenamente.
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