Puede parecer una mera casualidad, pero la anécdota nos ha despertado sorpresa inicial y un descubrimiento de cómo funciona nuestro inconsciente. Usamos diversos churros acuáticos para la piscina, de los más variados colores (verdes, rosas, lilas, blancos,...). Una vez regresada la familia y tras regalar algunos churros, Carmen y yo llevamos algunas semanas usando estos dos.
Ayer un viejo amigo ucraniano, cuya amplia familia conocemos hace décadas, nos ha agradecido la elección acertada de colores. De pronto lo hemos entendido, pero en absoluto había sido una decisión consciente.
Repasando luego colores de nuestra elección aquí en Alicante, descubrimos que las toallas que usamos diariamente son también azul y amarillo. Y otros elementos en el colgador repiten la misma combinación de los colores de la bandera de Ucrania. Por cierto, en estos dos colores Carmen elige el amarillo y el azul queda para mí.
Parece que nuestras ideas se manifiestan en nuestras acciones más triviales. ¿Causalidad o casualidad?
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