El día 3 de diciembre, el día de Navarra, el día de Francisco de Javier y el día del Euskera (Euskararen Eguna), el Presidente del Parlamento Vasco Juan María Atutxa de EAJ-PNV y los miembros de su Mesa Gorka Knörr (EA) y Kontxi Bilbao (EB-IU) se han visto forzados a presentarse ante un tribunal de justicia.
La voluntad libremente expresada por la ciudadanía vasca, por el pueblo vasco, se ve sometida a un extraño fuero. ¡Qué imagen queda grabada desde hoy! Con actuaciones como ésta, propia por un “Estado de derechas” al más puro estilo franquista sin naftalina, incluso pueden legitimarse indirectamente a otros que pasaron por esos mismos juzgados por aborrecibles delitos de sangre, hasta de aquellos que intentaron asesinar a Atutxa. ¿Dónde está el “Estado de Derecho” y la independencia de poderes, bases de la democracia? ¿Cómo puede retocarse el mismo Código Penal para encarcelar a electos como si fuesen criminales? Sólo falta un nuevo TOP, que podría llamarse Tribunal de Orden Pepero. La justicia española se ha convertido en una tercera cámara, con jueces elegidos por el partido dominante, de pensamiento único y con vocación de partido único, con la consiguiente fractura democrática.
Las libertades vascas estaban mejor representadas por aquella institución antiquísima, que se reunía junto al Árbol de Gernika desde tiempos inmemoriales. Los mismos monarcas debían jurar respeto y acatamiento a los Fueros bajo el Roble sagrado. El Escudo de Bizkaia grabado en el Capitolio de Washington declara ‘‘La más antigua, la más admirable y ejemplar de las Instituciones Democráticas que se han conocido en el Mundo’’. Ahora, en Euskadi, necesitamos una Justicia independiente. Atutxa, Knörr, Bilbao: Zuekin gaude! (¡Estamos con vosotros!)
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