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Jornada de reflexión

¿Quiénes decide el penúltimo día, justo antes de la jornada electoral? ¿Por qué vale la pena definirse aunque sea tan tardíamente?

Quien duda, reflexiona; quien reflexiona, descubre; y se aleja de la perplejidad y del error. La reflexión actúa como el ojo del alma, pero requiere una accesible pero inusual condición: La soledad como preámbulo de la reflexión. No en vano, la vida, el amor, la voluntad,… son meros conflictos entre los instintivos reflejos y las reflexiones cabales.

La antesala de los días electorales se define como la “jornada de reflexión”. Quizá merecería llamarse también el “día de la emoción”. Las campañas, los programas y los mensajes electorales ya han proporcionado información al electorado. Sólo queda rumiarla, a fin de decantarse por alguna de las opciones disponibles. Al llegar esta fecha, la mayoría del electorado -que se estima en las tres cuartas partes- ya ha decidido su voto, seguramente más por lealtad, consecuencia y confianza en su candidatura distinguida durante años, que por nuevos argumentos escuchados recientemente.

Por tanto, toda la publicidad y el debate multipartito se dirige hacia quienes oscilan en su voto, y sobre todo hacia quienes no se han decidido a votar. Esta ciudadanía, la quinta parte del total, debe hallar un motivo que le estimule a ir a las urnas, venciendo probablemente la inercia de anteriores abstenciones.

Un buen argumento para animar a participar podría ser que no cabe excusa alguna para justificar la apatía. No vale que ninguna opción partidista sea satisfactoria, porque el voto en blanco o nulo puede expresar ese rechazo generalizado. Tampoco que todos los partidos sean parecidos, porque siempre hay matices de preferencia que merecen ser reconocidos.

Las elecciones son una decisión conjunta que requiere la máxima participación social, para que una comunidad se reconozca conjuntamente y se comprometa con una apuesta unida y decidida por aquellas soluciones de convivencia colectiva que resulten preferidas en las urnas.

La conclusión es evidente: Hoy es día de pensar y de sentir, mañana de acudir y votar, y pasado mañana de analizar comprender, porque la insolente realidad social se mostrará en todo su esplendor. Nos aguardan las ya prestas urnas nocturnas, que pronto serán diurnas.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/jornada.htm

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