La vieja educación a veces, como en una estrategia gatopardista de Lampedusa, se viste con nuevas tecnologías... Recientemente se ha escrito sobre ello, a nivel universitario con la oportunidad de Bolonia.
Se entregan netbooks al alumnado, pero se instala una pizarra (por muy digital e interactiva que sea) para mantener la estructura del aula y la posición dominante del profesorado, o no se facilita el aprendizaje durante las 8.760 horas del año impidiendo que dichos equipos sean llevados a los hogares, donde tampoco está asegurada una buena conectividad para la universalidad de las familias (algo que pronto será un derecho más).
Se entregan netbooks al alumnado, pero se instala una pizarra (por muy digital e interactiva que sea) para mantener la estructura del aula y la posición dominante del profesorado, o no se facilita el aprendizaje durante las 8.760 horas del año impidiendo que dichos equipos sean llevados a los hogares, donde tampoco está asegurada una buena conectividad para la universalidad de las familias (algo que pronto será un derecho más).
Fijémonos solamente en el entorno físico de los centros escolares, y su parecido con otras estructuras arquitectónicas de la sociedad. Las aulas de Educación Infantil se asemejan a hogares de familias numerosas... con muchos hijos e hijas, con baños, cunas y... aún restan rincones y espacios de juegos. Quizá es lo más educativo con prospectiva que mantenemos.
Pero luego en Primaria aparecen las aulas convencionales... que se requerían en el siglo XIX, no en una educación que prepare para el futuro. Se organizaron como las fábricas del momento como la recreada por Chaplin en "Tiempos modernos", con el objetivo de enseñar a trabajar a turnos con horarios establecidos, algo que el mundo rural de entonces no acostumbraba a los niños y niñas tipo Tom Sawyer. Por no mencionar el modelo universitario de clases dictadas siguiendo las pautas eclesiásticas, previas a la invención de la imprenta por Gutenberg, que aún podemos reconocer en las iglesias donde tras las lecturas viene el sermón explicativo (y lo decimos con todo el respeto de cristianos convencidos... que anhelan nuevas formas de vivir y compartir la religión).
Una educación actual necesita preparar a nuestra infancia y juventud para convivir y aportar con estructuras y organizaciones muy diferentes. Seguirá habiendo fábricas, pero crecientemente robotizadas, y otros escenarios se parecerán más a algunos entornos laborales avanzados. Como el paraíso que ofrece Google a sus colaboradores, que sería lo más parecido que hoy podríamos imaginar de la escuela que realmente necesitábamos... ayer. Presentir esas aulas que necesitaríamos hoy, será una de nuestras búsquedas de la "Escuela Google" que debiéramos imaginar entre familias, profesorado, alumnado y mundo laboral.
El vídeo que sigue muestra cómo podemos y habremos de aprender más todos de todos los seres humanos. Porque los docentes también aprendemos de los discentes, los adultos de los niños, los "sabios" de los "ignorantes",... Aprender es algo continuo, como respirar: Indispensable y gratificante.
El tiempo escolar reglado y los currículos oficiales están demasiado comprometido. Nos queda la esperanza de que en Actividades Complementarias y Extraescolares podamos implantar un nuevo modelo de Educación para el Siglo XXI. Grupos como ACEX son nuestra mejor apuesta y nuestra mayor esperanza. Hay grupos y propuestas educativas cuya mejor metáfora es el "árbol del dinero", que muchos viandantes no ven o se creen que sean reales. Pocas metáforas visuales describen mejor el valor y la trascendencia que otorgamos a los y las colegas de ACEX.
La crónica y el vídeo de presentación de este post en las Jornadas de Intercambio de ACEX, pueden leerse en el post de día siguiente.
Pero luego en Primaria aparecen las aulas convencionales... que se requerían en el siglo XIX, no en una educación que prepare para el futuro. Se organizaron como las fábricas del momento como la recreada por Chaplin en "Tiempos modernos", con el objetivo de enseñar a trabajar a turnos con horarios establecidos, algo que el mundo rural de entonces no acostumbraba a los niños y niñas tipo Tom Sawyer. Por no mencionar el modelo universitario de clases dictadas siguiendo las pautas eclesiásticas, previas a la invención de la imprenta por Gutenberg, que aún podemos reconocer en las iglesias donde tras las lecturas viene el sermón explicativo (y lo decimos con todo el respeto de cristianos convencidos... que anhelan nuevas formas de vivir y compartir la religión).
Una educación actual necesita preparar a nuestra infancia y juventud para convivir y aportar con estructuras y organizaciones muy diferentes. Seguirá habiendo fábricas, pero crecientemente robotizadas, y otros escenarios se parecerán más a algunos entornos laborales avanzados. Como el paraíso que ofrece Google a sus colaboradores, que sería lo más parecido que hoy podríamos imaginar de la escuela que realmente necesitábamos... ayer. Presentir esas aulas que necesitaríamos hoy, será una de nuestras búsquedas de la "Escuela Google" que debiéramos imaginar entre familias, profesorado, alumnado y mundo laboral.
El vídeo que sigue muestra cómo podemos y habremos de aprender más todos de todos los seres humanos. Porque los docentes también aprendemos de los discentes, los adultos de los niños, los "sabios" de los "ignorantes",... Aprender es algo continuo, como respirar: Indispensable y gratificante.
El tiempo escolar reglado y los currículos oficiales están demasiado comprometido. Nos queda la esperanza de que en Actividades Complementarias y Extraescolares podamos implantar un nuevo modelo de Educación para el Siglo XXI. Grupos como ACEX son nuestra mejor apuesta y nuestra mayor esperanza. Hay grupos y propuestas educativas cuya mejor metáfora es el "árbol del dinero", que muchos viandantes no ven o se creen que sean reales. Pocas metáforas visuales describen mejor el valor y la trascendencia que otorgamos a los y las colegas de ACEX.
La crónica y el vídeo de presentación de este post en las Jornadas de Intercambio de ACEX, pueden leerse en el post de día siguiente.
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