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Día Internacional de las Personas Mayores 2022

Como otros años, esta fecha del 1 de octubre
no puede pasar desapercibida. Recogemos este artículo, recién publicado, desde el Consejo de Personas Mayores de Bizkaia donde he tenido el honor de participar durante algunos años. Hemos de cuidar esta fecha, aunque ahora estemos volcados en otros temas como la movilidad sostenible en AUVE, lo intergeneracional en InTertulia o el mundo blogger de GetxoBlog.

Reproducimos en artículo publicado hoy por DEIA: Un día que no anochece, de Manuel Merino, Presidente del Consejo de Personas Mayores de Bizkaia

El 1 de octubre es el Día Internacional de las Personas Mayores, declarado por la ONU en 1990. Y, al igual que los precedentes, los días subsiguientes van a continuar siendo de las personas mayores, creo, por lo que apunto a continuación. Un día que no anochece porque…

Continuará a la luz, cómo personas mayores de nuestra comunidad, aitites y amamas, siguen siendo apoyo familiar imprescindible. Prestan ayuda y dedican tiempo, esfuerzo, cariño para dar cobertura a necesidades de su familia descendiente, hasta ser claves en su organización y conciliación familiar. Resulta incuantificable. También aportan de su pensión. Estima el Barómetro MayoresUDP que al menos cuatro de cada diez personas mayores prestan además ayuda económica a su familia. 

Continuará a la luz, cómo mayores –mujeres y hombres– siguen dando de su tiempo a través de organizaciones de voluntariado, poniendo conocimientos y habilidades, capacidades y actitud de servicio y dedicación, para apoyar el desarrollo personal e inserción social de otras personas y familias, a las que la vida ha colocado en el lado malo de la brecha económica y social. Según el Libro Blanco del Tercer Sector de Euskadi, el 21,8% del voluntariado, una de cada cinco son personas mayores de 65 años. 

Continuará a la luz, cómo mayores –hombres y mujeres– se agrupan en asociaciones promoviendo iniciativas que cohesionan la comunidad, que suponen mejorar la vida de los mayores, espacios de encuentro donde intercomunicar, transferir conocimientos, ejercitar habilidades y potencialidades, como forma a su vez de desarrollarlas y compartirlas. El tejido asociativo de mayores en Bizkaia, tiene estructuras diferenciadas en función de los objetivos que pretenden o los territorios en que se incardinan, pero, en su conjunto, el número de personas mayores que participan en asociaciones de mayores en Bizkaia es netamente superior a las 50.000. 

Continuará a la luz, cómo personas mayores –mujeres y hombres– lideran y participan en procesos de transformación de sus comunidades, pueblos y ciudades, intentando y hasta consiguiendo que estas resulten más amigables y accesibles, incidiendo decisivamente y proponiendo planes de actuación para la mejora de servicios y recursos, de la convivencia vecinal y de las políticas municipales. En treinta municipios de Bizkaia –cifra en crecimiento– se está llevando a cabo el programa Bizkaia para todas las edades/ Lagunkoia integrado en cada municipio por grupos de trabajo de personas mayores. 

Continuará a la luz, cómo hay mayores –hombres y mujeres– que se implican en y con las instituciones públicas responsables de la acción social, para conocer, asesorar, contrastar, proponer, demandar y pelear mejoras en las políticas orientadas a las personas mayores de las que son competentes en su ámbito territorial. (La Diputación Foral y un buen número de ayuntamientos tienen –promovido por ellas– Consejos de Personas Mayores en los que, con representantes del tejido asociativo, exploran un modelo de gobernanza en aquello que se refiere a la mejora de condiciones de vida de los mayores). 
Comisión 3 del Consejo de Personas Mayores de Bizkaia con Manuel Merino, el Presidente del Consejo
Una imagen de hace dos años, con Manuel Merino arriba a la derecha.

No es todo. Pero todo ello es llevado a cabo por mayores con una clara vocación de intergeneracionalidad, no con visión endogámica sino con visión de sociedad global que tiene en cuenta a sus sectores más frágiles. Y todo ello también, debería desactivar edadismos y estereotipos tan injustos y estúpidos como recalcitrantemente referidos a los mayores: costo, población pasiva, inactiva o a sus cosas consumidores de recursos... O simplemente desactivar su invisibilización, interesada pues –debe pensarse– lo invisible no fatiga la vista. 

Me referiré por fin a un sector, principalmente de mayores pero no solo, que, estos sí, por su situación de fragilidad y dependencia, precisan de cuidados adecuados, permanentes, progresivos y suficientes a medida que su deterioro va mermando capacidades y asfixiando su desarrollo vital. Ello nos pone ante el reto de aflorar nuestro orden de valores como sociedad humana. Y ello pone a Instituciones ante el reto de articular sistemas y recursos que protejan la vida y dignidad de las personas frágiles y respondan a sus necesidades. La Diputación Foral presenta en estos días las líneas de un muy estudiado y sólido plan de cuidados en el que se compromete “hacia un nuevo modelo de empoderamiento de los cuidados de larga duración”. 

Lo dicho: este día no anochece. Otros artículos de hoy, como el de Aitor Urrutia,...

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