Juan Carlos Ortega, gran locutor y mejor humorista, es alguien ama, conoce y se ríe de la radio. Surrealista su original humor insólito e iconoclasta relatando una realidad absurda pero al límite de lo plausible, de un estilo único y singular de fantasía. Hace voces, las reproduce perfectamente, con sus modismos exactos (véase en el vídeo inicial) de estos imaginarios oyentes medios que le llaman a la emisora.
Este Premio Ondas 2016 confiesa que esas voces proceden de familiares suyos, como de su abuelo Ramón, o de sus tías. Le han llegado a decir que él comunica muy mal y no tiene ninguna gracia, pero que sus (inventados e impostores) oyentes entrevistados son excelentes.
Nos gusta porque trae voces y perspectivas de personas mayores, las generaciones que mantienen vivas las emisoras. En tono humorístico y sin caer en edadismos (aunque esa frontera es muy fina entre la burla y la denuncia de todo lo ridículo que nos rodea, radio incluida).
Creemos que si el nivel de humor es elevado, es aceptable siempre que la parodia no trate con estereotipos manidos o denigrantes. Se trata, bien entendido, más como un homenaje que de un desprecio. En general, hay que admitirlo, el lenguaje políticamente correcto suele ser poco gracioso. Por tanto, bienvenido sea quien ayuda a reírnos de nosotros mismos, con cariño,...
Ha creado o mejorado ese género de cuñas publicitarias, como son las promos (auto-promociones, que pueden oírse en el vídeo sobre este párrafo). Sus grabaciones con espacios blancos sin sonido, y la gestión del tiempo son tan admirables como inimitables.
Además vislumbra bien que el futuro de la radio se encuentra en los podcast que se escuchan cuando el oyente prefiere. “O se pone las pilas la radio, o el podcast se la comerá y la radio quedará para noticias y para retransmisiones de fútbol, porque el entretenimiento ahora está en los podcast. Yo, que soy un amante de la radio de toda la vida, que he oído más radio que nadie en el mundo, que es lo único que he hecho, ahora lo que hago es descargarme podcast, pero incluso de gente que no ha hecho radio en su vida y que la hace en casa. Y hacen cosas magníficas”, cuenta el presentador Juan Carlos Ortega, que engloba a radio y podcast bajo el término sonido.
--- Actualización: Post compartido en un observatorio de Imagen Social de Personas Mayores ---
Recogemos algunas primeras valoraciones controvertidas tras analizar el post por parte de algunos colegas, a quienes preguntábamos sobre si apreciaban edadismo. Todo esto ha sucedido en menos de diez horas, desde la conversación que cito seguidamente hasta la escritura y actualización que sigue. Sintetizado este es uno de los diálogos en WhatsApp:
Mikel A.: Saludos,... Hoy, D. U. -gran artista y buen amigo, 62 años- hablando un poco de todo, me ha resaltado la labor de Juan Carlos Ortega, un locutor humorístico que ha trabajado en casi todas las emisoras. He preparado un post, que os invito a leer y a ESCUCHAR los vídeos adjuntos, porque me ha quedado la duda de si hay edadismo en las parodias de este presentador. Expreso mi opinión previa, pero me gustaría conocer vuestro criterio al respecto. [Ante esta cuestión que propongo, nadie se ha decantado por el edadismo, pero sí por el tipo de humor]
R. U.: Pues yo no le veo ni fu ni fa. Además no me llega ni a gracioso,...
Mikel A.: Entiendo tu reserva, R., más que humorismo es virtuosismo lo que me admira. Es humor un tanto grosero, pero tiene sus muchos seguidores y un premio Ondas.
R. U.: Sí. Virtuosismo demuestra haciendo esas voces y diálogos encadenados. Pero se pasa en palabras y expresiones que no diré malsonantes, pero sí son inadecuadas para la radio.
Mikel A.: El tono insolente que usa no es propio de la radio en abierto, la convencional (inaceptable en Radio Euskadi, por ejemplo). Pero sí de la radio en podcast o en canales de televisión por plataformas, que son más permisivas con el lenguaje soez,...
[Luego un tercer interlocutor, J.O. nos remite un cuidado vídeo de un baile clásico con sofisticados efectos electrónicos de fondo. Lo agradezco y comento,...]
Mikel A.: Un espectáculo híbrido, como nuestra realidad, que mezcla en su montaje lo real y lo virtual de modo muy artístico y efectivo. Gracias, J.O.
[Tras algunos comentarios, interviene la cuarta persona]
I. A.: Y si lo comparamos con lo de Juan Carlos Ortega, nos sirve para ver con claridad la diferencia entre lo estético y lo antiestético, lo genial y lo burdo, la elegancia y la grosería, y esto solo por citar algunas diferencias. Pero, para gustos se han hecho los "colores".
Queda demostrado, una vez más, que en todas las franjas generacionales no existen los "colectivos" uniformes. Menos aún, si cabe, entre las personas mayores que pueden estar en edades de cuatro décadas, con historias personales muy diferenciadas. Se remarca también una disonancia entre lo aceptable o no del lenguaje transmitido por medios convencionales (mass media) o redes sociales digitales (social media).
No hay comentarios:
Publicar un comentario