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Slow Horses, humor británico con antihéroes del espionaje

Hoy repasamos la serie Slow Horses en Apple TV. Es, sin duda, una de las joyas más brillantes de la televisión actual. Ha logrado revitalizar el género de espionaje alejándose del glamur de James Bond para sumergirse en la burocracia, el sarcasmo y el olor a tabaco rancio. Una lección con la redención de unos espías torpes abandonados en la trastienda del MI5. Una delicia sobre la estética del fracaso y la ética del espionaje en la era del desencanto.

En el panteón del espionaje cinematográfico y televisivo, solemos encontrar figuras impecables que dominan idiomas, artes marciales y tecnología de punta. Slow Horses, basada en las excelentes novelas de Mick Herron, rompe este molde de forma estrepitosa. La serie nos presenta la "Casa de la Ciénaga" (Slough House), un purgatorio administrativo donde el MI5 envía a sus agentes caídos en desgracia: aquellos que dejaron un rastro de pruebas en un tren, que arruinaron una operación de vigilancia o que, simplemente, resultaron molestos para la cúpula del poder en Regent's Park.

Aunque la serie ha contado con distintos directores por temporada (como James Hawes o Saul Metzstein), la unidad visual es asombrosa. La dirección apuesta por una Londres gris, húmeda y táctil. No vemos la ciudad de las postales, sino la de los callejones traseros y las oficinas con moquetas manchadas de café. El ritmo es magistral: sabe ser una comedia de oficina cínica en un momento y un thriller de alta tensión al siguiente, sin que las costuras se noten.

Un guión afilado como un bisturí. El showrunner Will Smith (no el actor, sino el veterano guionista de Veep) ha logrado algo casi imposible: traducir el monólogo interior y el humor negro de Herron a diálogos eléctricos. Toda una lección de economía narrativa. Cada insulto de Jackson Lamb tiene una función; cada silencio de Catherine Standish cuenta una década de arrepentimiento. La serie no subestima al espectador; confía en su inteligencia para unir los puntos de una trama geopolítica que siempre es más sucia de lo que parece a primera vista.

El reparto de lujo: Gary Oldman y el resto de los parias. Hablar de Slow Horses es hablar de Gary Oldman. Su interpretación de Jackson Lamb es una de las mejores de su carrera (lo cual es mucho decir). Lamb es grosero, antihigiénico y parece estar en un estado de descomposición constante, pero bajo esa capa de desidia late una mente táctica superior y, muy a su pesar, una lealtad inquebrantable hacia sus "caballos lentos".

Junto a él, Jack Lowden brilla como River Cartwright, el joven ambicioso atrapado en la burocracia, y Kristin Scott Thomas ofrece el contrapunto perfecto como Diana Taverner, la subdirectora del MI5 cuya elegancia gélida esconde una ambición maquiavélica. La química entre Oldman y Scott Thomas es, sencillamente, televisión de alto nivel.

Espionaje en las sombras donde esta serie sigue a este grupo de agentes repudiados que, a pesar de estar destinados a triturar papel y rellenar formularios, terminan involucrados en conspiraciones que amenazan la seguridad nacional. Lo fascinante no es solo la resolución del misterio —que siempre es sólido— sino cómo estos personajes buscan desesperadamente la redención. No son héroes; son personas rotas intentando demostrar que todavía sirven para algo.

Desde un punto de vista educativo y crítico, Slow Horses es un material de análisis fascinante por tres razones: 1º La deconstrucción del mito: Es ideal para debatir cómo los medios construyen la imagen del "héroe". Aquí, el éxito no viene de la perfección, sino de la persistencia y el aprendizaje del error. 2º La ética del poder: La serie muestra cómo las instituciones suelen protegerse a sí mismas antes que a los ciudadanos, un tema vital para la educación cívica y política. 3º Narrativa transmedia: Es un caso de estudio perfecto sobre cómo adaptar literatura contemporánea a la pantalla manteniendo la esencia del autor pero aprovechando el lenguaje visual.

Valoración final: 9.5/10. Es inteligente, divertida, tensa y profundamente humana. Una cita obligatoria para cualquier amante del buen cine que se esconda en la pequeña pantalla.

Mensajes para alegrar cualquier día

Bola de fuego: el choque entre la academia y el night-club

Será por la edad, pero estamos recuperando películas de la historia del cine. Como Bola de fuego (Ball of Fire, 1941una excéntrica mezcla de comedia screwball y cuento de hadas moderno. Dirigida por Howard Hawks, producida por Samuel Goldwyn y con un guión firmado por Charles Brackett y Billy Wilder (basado en un cuento de Wilder y Thomas Monroe). La película reúne a dos de las grandes estrellas de la época: Gary Cooper y Barbara Stanwyck. La mezcla de erudición y picardía, y su guiño al cuento de Blancanieves y los siete enanitos, convirtieron a este film en un clásico del Hollywood clásico que aún hoy resulta sorprendentemente vigente. 

Un grupo de intelectuales vive aislado para redactar una enciclopedia. El joven profesor Bertram Potts, encargado de las entradas sobre jerga moderna, se ve obligado a salir al mundo y conoce a la cantante Katherine “Sugarpuss” O’Shea. Sugarpuss, perseguida por la policía por vínculos con un gánster, se refugia en la casa de los académicos. Lo que comienza como un choque cultural se convierte en una comedia de aprendizaje recíproco: ella humaniza a los eruditos; ellos le ofrecen —a su manera— un lugar y afecto. La trama culmina con enredos, rescates, y un final romántico donde el “lenguaje del amor” derriba prejuicios. 

Director: Howard Hawks — mano firme, comicidad natural

Howard Hawks ya era en 1941 un director plenamente consolidado, famoso por su habilidad para moverse cómodamente entre géneros (comedia, western, cine negro, drama). En Bola de fuego Hawks dirige con un pulso elegante la comedia de enredo, favoreciendo el tempo rápido del diálogo, la química entre los intérpretes y la autonomía moral de los personajes femeninos —algo habitual en su filmografía. Hawks no impone grandes florituras visuales; su talento está en orquestar actores y ritmo, logrando que lo improbable funcione con naturalidad. Esta combinación de economía narrativa y comicidad refinada es la columna vertebral del film. 

Guionistas: Wilder y Brackett — ingenio y contraste cultural

El guion surge de la colaboración entre Billy Wilder —en la fase final de su diáspora europea hacia Hollywood— y Charles Brackett, con aportes de Thomas Monroe. La premisa es brillante en su simplicidad: un grupo de académicos reclusos elaboran una enciclopedia mientras ignoran la vida contemporánea; su mundo choca con una cantante de night-club, Sugarpuss (Stanwyck), experta en “la vida” y en la jerga moderna. El contraste entre saber enciclopédico y saber popular permite juegos de lenguaje y situaciones cómicas que el guion explota con soltura, sin perder empatía por ninguno de los bandos. La raíz del relato —según el propio Wilder— toma prestado el esquema de cuento de hadas (la protagonista como “forastera” que humaniza a los eruditos). 

Reparto y reseñas de actores — química y eficacia

Barbara Stanwyck (Katherine “Sugarpuss” O’Shea): Su interpretación es la fuerza vital de la película. Stanwyck combina dureza, sensualidad y vulnerabilidad; su Sugarpuss es una criatura de la calle con códigos propios y una ternura inesperada. La Academia la nominó a Mejor Actriz por este papel.
  
Gary Cooper (Prof. Bertram Potts): Cooper ofrece un retrato tierno y un tanto ingenuo del profesor que se enamora de lo que no entiende. Su contención naturalista equilibra la energía exuberante de Stanwyck.  

Reparto de apoyo: Oskar Homolka, S. Z. Sakall, Henry Travers y otros completan un coro ideal: cada profesor tiene un rasgo distintivo y el conjunto funciona como una pequeña coral cómica, sirviendo de contrapunto afectuoso a la protagonista.  

Bola de fuego es, en muchos sentidos, una de las mejores muestras del screwball clásico: ritmo, ingenio verbal y reversos de poder entre sexos se entrelazan con gracia. La película funciona tanto como comedia de situación como pequeño estudio sobre la cultura y la modernidad: la erudición no es enemiga de la vida, y la vida puede enseñar sabiduría no enciclopédica. Técnicamente, destaca la fotografía de Gregg Toland y la partitura de Alfred Newman, así como la dirección musical que integra un número con Gene Krupa. Críticos contemporáneos y modernos han valorado su humor, la química de Cooper-Stanwyck y el guión —Rotten Tomatoes y otros portales le otorgan calificaciones altas. Además, en 2016 fue incluida en el National Film Registry de la Biblioteca del Congreso de EE. UU. por su valor cultural. 

La película sigue siendo deliciosa: su ritmo, su ternura subyacente y su capacidad para satirizar pretensiones culturales hacen que funcione fuera de su época. Para estudiantes de cine, es una pieza pedagógica sobre cómo manejar el tempo cómico, construir parejas cinematográficas y equilibrar guion y puesta en escena. Para lectores interesados en historia cultural, refleja tensiones de la modernidad (jerga, ciudad, espectáculo) frente a la tradición académica.

Bola de fuego es una obra que brilla tanto por su comicidad como por su fondo humano: un film que enseña sin adoctrinar, que hace reír y, al mismo tiempo, invita a reflexionar sobre qué es el conocimiento y cómo la vida cotidiana puede enriquecerlo. Ideal para paseos didácticos en un curso de historia del cine o simplemente para disfrutar de una comedia clásica bien construida. 

@chohecine

Gary Cooper anotaba FEBRILMENTE el slang mientras Barbara Stanwyck le enseñaba a bailar conga. Billy Wilder y Brackett vendieron un guion sobre SIETE profesores escribiendo una enciclopedia. Básicamente los siete enanitos intelectuales. Stanwyck es una corista del HAMPA que les enseña que "killer-diller" vale más que todo el latín. Gene Krupa aparece tocando "Drum Boogie" mientras el JAZZ invade la casa de los académicos. Hawks hizo comedia sobre el LENGUAJE mismo: los diccionarios tienen palabras muertas, el amor necesita las vivas. Bola de fuego/Ball of Fire (Howard Hawks, 1941)

♬ sonido original - ChoheCine (Naír Millos)

Somos cuerdos y recuerdos somos

Parafraseando a Octavio PazNo somos lo que decimos, sino lo que recordamos, porque lo hicimos, lo hacemos y lo seguiremos haciendo”. Decía Jorge Luis Borges que somos nuestra memoria, ese quimérico museo de formas inconstantes. Y uno, con los años, se da cuenta de que tenía razón: la cordura se juega en esa delgada frontera entre lo que aún recordamos y lo que empezamos a olvidar.

Los mayores solemos ser sensatos, juiciosos, prudentes, sabios, serios, inteligentes, reflexivos, formales y cabales, incluso clarividentes. Porque sí, seguimos siendo cuerdos, aunque nos asalten las dudas al entrar en una habitación sin saber a qué fuimos, y somos sobre todo recuerdos, esos tesoros que guardamos como cartas viejas o canciones que se repiten solas en la cabeza. 

A veces, como escribió Mario Benedetti, el olvido está lleno de memoria, y en esa paradoja encontramos consuelo: no recordarlo todo es también una forma de vivir más ligero. Con todo hoy y ahora queremos reivindicar el infinito valor de la memoria de lo vivido, insuperable fuente de inspiración y perseverancia.

Miguel de Cervantes nos advertía que la memoria es tesoro y custodia de todas las cosas. Sin embargo, como todo tesoro, a veces se esconde bajo capas de polvo y nos obliga a ejercitar paciencia y sentido del humor. No hay peor enemigo de la cordura que la solemnidad excesiva. Reírnos de nuestros olvidos es, en cierto modo, la forma más cuerda de vivirlos.

A cierta edad, uno descubre que el presente es más corto que antes, y el pasado más largo. Los recuerdos se multiplican y se vuelven compañeros de viaje: algunos dulces, otros ásperos, pero todos forman parte de lo que somos. Como dijo Miguel de Unamuno, el hombre es hombre en cuanto es hijo del pasado. La cordura consiste, entonces, en no aferrarse demasiado ni al ayer ni al mañana, sino en habitar con serenidad el ahora.

Porque al final, la vida se parece a una novela coral: cada recuerdo es un capítulo, cada olvido un salto de página, y la cordura el hilo que mantiene la trama unida. Somos cuerdos en la medida en que reconocemos nuestra fragilidad, y somos recuerdos porque sin ellos seríamos apenas instantes dispersos.

La moraleja es sencilla y honda: vivir con cordura no es no olvidar, sino aceptar que somos tiempo hecho memoria. Y vivir con recuerdos no es añoranza, sino cultivar la gratitud por lo vivido. Quien logra reírse de sus olvidos y agradecer sus recuerdos ha encontrado la verdadera sabiduría.

Releamos el discurso de Alyosha en el último capítulo de "Los hermanos Karamazov" de Fiódor Dostoyevski: "Debes saber que no hay nada más alto y más fuerte y más sano y bueno para la vida en el futuro que algunos buenos recuerdos, especialmente un recuerdo de la infancia, de hogar. La gente te habla mucho de tu educación, pero un buen recuerdo sagrado, preservado desde la infancia, es quizás la mejor educación. Si un hombre lleva consigo muchos recuerdos de este tipo a la vida, está a salvo hasta el final de sus días, y si a uno sólo le queda un buen recuerdo en el corazón, incluso eso puede ser en algún momento el medio de salvarnos".

La cordura y la memoria son dos nombres del mismo tiempo. Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre.” señaló Jean-Jacques Rousseau. Para concluir: La filosofía es, en el fondo, el arte de aprender a morir… y a recordar” según Michel de Montaigne. Anotadlo en vuestras agendas este doble mandato encadenado: Recordar con humor es vivir con filosofíaEntre risas y memoria, a seguir construyendo lo que luego serán recuerdos.

Jerk: la tercera derivada que sentimos en la vida diaria

Hay un chiste sólo para matemáticos o físicos con conocimientos de inglés, como aparece en la camiseta adjunta. Jerk en inglés es una palabra polisémica, que habitualmente se usa más en su significado despectivo de cretino. Pero también significa tirón, y eso se expresa como la tercera derivada de de la posición respecto al tiempo.

En física, el jerk (en castellano a veces traducido como tirón o sacudida) es la tercera derivada de la posición respecto al tiempo. La unidad es metros dividido por segundos al cubo (m/s^3). Dicho de otro modo:

- La posición cambia con la velocidad (1ª derivada).
- La velocidad cambia con la aceleración (2ª derivada).
- La aceleración cambia con el jerk (3ª derivada).

En un coche, por ejemplo: La velocidad es cuánto rápido avanza. La aceleración es cómo aumenta esa velocidad. El jerk mide lo brusco que es el cambio de aceleración (por ejemplo, si el conductor pisa el acelerador de golpe o suavemente). En ingeniería, control de vehículos, robótica o ascensores, se intenta minimizar el jerk para lograr movimientos más suaves y confortables. 

En la física del movimiento, la posición es el punto de partida; la velocidad es su primera derivada, indicando la rapidez con la que cambia la posición; la aceleración es la segunda derivada y el ritmo de cambio de la velocidad; el  jerk o tirón es la tercera derivada y el cambio brusco de la aceleración cuando pisas el freno bruscamente repetidas veces pero de forma regular. 

A partir de aquí, las derivadas superiores (ver en Wikipedia) describen cambios más sutiles y complejos: el jounce o snap es la cuarta derivada, como la sensación de tirones repetitivos al pasar por una serie de baches; el crackle es la quinta derivada y el cambio en el jounce, que ocurre cuando la naturaleza de esos rebotes se modifica repentinamente; y el pop es la sexta derivada, un concepto aún más abstracto que describe el cambio en el crackle, fundamental en el análisis de vibraciones y la dinámica de fluidos

Cada concepto en esta cadena es la derivada del anterior y la integral del siguiente, mostrando cómo el movimiento se construye y se descompone en sus componentes más básicos. No aburrimos más, pero la broma nos ha parecido divertida, por ser tan críptica como ingeniosa

Girl Math: Cuando las matemáticas se maquillan con humor

El fenómeno de "Girl Math" es una tendencia viral nacida en redes sociales como TikTok, en la que —con tono humorístico— se justifica el gasto de dinero utilizando una lógica flexible, emocional o creativa, comúnmente asociada a estereotipos de consumo femenino. Aunque surgió como una broma, el fenómeno refleja cómo las personas aplican razonamientos subjetivos para tomar decisiones económicas cotidianas.

Desde el punto de vista educativo y matemático, Girl Math ofrece una oportunidad ideal para enseñar pensamiento crítico, discernir entre razonamiento válido y falacias lógicas, e incluso introducir conceptos como valor percibido, coste hundido o descuento temporal.

Como análisis didáctico y con objetivos pedagógicos para el aula nos puede ayuda para: - Entender qué es una falacia lógica. - Reflexionar sobre la percepción subjetiva del dinero. - Aplicar principios matemáticos (aritmética, porcentajes, coste-beneficio). - Introducir nociones de psicología económica (behavioral economics).

Algunos ejemplos clásicos de Girl Math, con la justificación popular y el análisis matemático y lógico: 

“Si lo pago en efectivo, es como si fuera gratis.” Porque el dinero ya está fuera del banco. Falso: el coste es real, aunque se pague en efectivo. No hay ahorro neto.
“Si devuelvo un abrigo de 80€, puedo gastar otros 80€ porque es como si no hubiera comprado nada.” Siente que tiene “crédito moral” o “dinero recuperado”. Es una falacia del coste recuperado. No se gana nada: se evita una pérdida.
“Si voy al concierto y la entrada costaba 100€, pero me lo paso increíble, entonces la experiencia vale más de 100€”. Justificación por valor emocional. Aquí entra la noción de valor subjetivo: el coste se compara con la satisfacción.
“Si me sale 2x1, en realidad cada cosa vale la mitad, así que estoy ahorrando dinero.” Cree que ha “ganado” dinero. Verdadero si ya planeaba comprar dos. Si no, puede ser un gasto adicional innecesario.
“Si un bolso me costó 300€ pero lo uso 100 veces, solo me costó 3€ por uso.” Razonamiento por coste unitario. Esto es análisis coste por uso. Es una forma válida de evaluar rentabilidad.
“Si gasto menos de 20€, no cuenta como gasto.” Cifra arbitraria, tipo “gasto invisible”. Falso: todos los gastos suman. Pero se relaciona con la teoría del “umbral de dolor del gasto”. 
“Si algo está rebajado de 100€ a 60€, entonces he ganado 40€”. Siente que ha ganado dinero. Falso: solo se ahorra si se necesitaba el producto. Ganar es ingresar, no gastar menos.

Reflexión pedagógica sobre ¿Qué puede aprenderse con Girl Math?: Distinguir entre valor real y valor percibido. Identificar falacias matemáticas y cognitivas. Introducir conceptos de microeconomía doméstica. Entender el poder del pensamiento crítico frente a sesgos de consumo.

En conclusión: Girl Math no es un concepto serio de contabilidad, pero sí una herramienta cultural útil para explorar cómo las personas razonan sobre el dinero. Desde la educación matemática, es una oportunidad lúdica para enseñar pensamiento lógico y economía conductual, sin perder el sentido del humor.

@deprenella

en serio girl math es una manera de vivir

♬ original sound - Antooo

FRENESÍ, un peculiar estilo propio de natación o flotación

Con mucha ironía, las horas que pasamos en la piscina desde mayo hasta septiembre, he decidido denominarla con el acrónimo FRENESÍ. Justamente porque es lo más plácido y opuesto a dicho concepto. Se trata de moverse de lado a lado de los 10 metros con ayuda de un churro de piscina, como una de las mejores prácticas de AlicanTerapiaFRENESÍ e una sigla que se forma con estas letras:

F de Flotación, R de Respiración, una E de Especie de N de Natación, en un E de Entorno, con S de Situación de I de Ingravidez. Pasamos a describirlo: Con churro a la espalda, gorra obligatoria y prácticamente sin pisar nunca el suelo de nuestra piscina salada. Sin sumergir ni cabeza, ni oídos, ni ojos, ni boca. Nuestro primer jardinero, responsable del mantenimiento de la piscina, así nos lo aconsejó con un mensaje nada tranquilizador. Dijo, en confianza: Yo no me metería en una piscina, ni por todo el oro del mundo.  

De este modo hago ejercicio varias horas diarias, con largos de 10 metros,… o de 21,6m. El Apple Watch mide todo: Un mínimo de dos horas, 200 largos, dos kilómetros, temperatura del agua (26º), gasto de más de mil kilocalorías,...

Ritmo constante y medido, siempre de espaldas. Inhalar por la nariz en tres tiempos cuando los brazos van  hacia atrás (apurando el recorrido del diafragma) y exhalar por la boca mientras se rema en el agua,... Ducha con agua fría, previa y posterior al baño, como contraste de temperatura,... 

Música sub-acuática con Auriculares Guudsoud de Conducción Ósea  para Natación, inalámbricos e impermeables, cuando no escuchamos el batir del agua como simple  sonido ASMR (del inglés Autonomous Sensory Meridian Response). Lo cierto es que no sé si prefiero esa Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma (pronto post), una experiencia sensorial física y psicológica que se produce en respuesta a ciertos estímulos auditivos, visuales o táctiles, o un buen podcast con un audiolibro,.... 

El audiolibro de ayer: Y eso fue lo que pasó | Natalia Ginzburg (más posts)