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El mejor chiste de la vuelta al colegio

El mejor chiste de la vuelta al colegio
Este chiste es un clásico, pero siempre ha sido uno de nuestros preferidos, del eterno tema de la vuelta al colegio tras las vacaciones veraniegas. Arriba una versión para nuestro TikTok (en esta ocasión con Sara y su gran capacidad de improvisación teatral) y, abajo, otra posible transcripción.

Una madre despierta a su hijo por la mañana y le dice: 

- Vamos, hijo, levántate, que tienes que ir a la escuela. 

- Mamá, no quiero ir más al colegio. 

- ¿Y por qué no quieres ir? 

- Mira, te diré cuatro motivos: primero, porque no tengo ganas que yo le había agarrado tanto cariño a las vacaciones; segundo, porque allí me aburro mucho; tercero, porque los profesores no me quieren y cuarto, porque todos los niños se ríen de mí. 

- Vale, vale. Pues yo te daré cuatro razones por las que sí tienes que ir: 

Primera, porque te lo digo yo que soy tu madre, es septiembre y es tu obligación.
Segunda, porque ya han ido todos los alumnos.
Tercera, porque todo el claustro de profesores pregunta por ti.
Y cuarta razón, hijo mío, porque tienes cincuenta y cinco años, llevas 30 años dando clase y, además, ahora tú eres el director de la escuela.

El síndrome del usuario de vehículos eléctricos 

Antes de nada, hemos de confesar que somos adictos al vehículo eléctrico. Incluso formamos parte de una conocida asociación de usuarios convictos de la movilidad sostenible, que se autodenomina como AUVE. Son muchos años de uso constante de estos motores a batería, y bastan pocos días para caer en ese conjunto de síntomas que hemos de reconocer como "el síndrome del usuario de vehículos eléctricos".

Al principio, todo parecía anecdótico. Se había descrito previamente y difundido profusamente que pasarse a la movilidad eléctrica produciría una "ansiedad de autonomía". Pero eso fue lo de menos y la experiencia de conducción rápidamente difuminó ese miedo, porque bastaron unos pocos viajes largos para que esa preocupación desapareciera sin dejar rastro. 

Pero entonces, cuando nos sentíamos felices, vino lo peor,... Todo provino de que nos acostumbramos a esas ilusiones, irrealizables en la actualidad, de que era posible viajar sin ruidos, sin contaminar, sin vibraciones,... y en un mundo imaginario donde nadie ensucia la atmósfera, ni ensordece, ni arruina el futuro y el presente de sus vecinos y de su ciudad.

Ahí comenzaron nuestras pesadillas. Resulta inenarrable, pero estos fueron los primeros indicios de que algo estaba mal. Todo aquello que nos parecía normal, aceptable, cotidiano,... dejó de serlo. Veamos algunas señales de que algo grave nos había pasado, porque comenzamos a creer que vivíamos en una realidad distópica:
  • Nos vimos rodeados de ruidos, de motoristas que podían despertar a toda una ciudad o de conductores agresivos que bramaban chulescos con sus obsoletos cacharros, reliquias históricas por muy reciente que fuera su compra, pero que ni la policía los oía. 
  • Comenzamos a sentirnos ahogados cuando esas traqueteadas furgonetas esparcían humos negros de olor insufrible, pero que a nadie más molestaban.
  • Tampoco el resto de los mortales parecía sufrir con los traqueteos de los motores diésel de los autobuses, o cuando se quedaban hablando en su garaje subterráneo durante mucho tiempo en medio de la humareda de sus motores de combustión encendidos.
  • Aparecieron como si nunca hubieran existido esas horrendas manchones negros de grasa en todo tipo de aparcamientos y calzadas, así como esas bocanadas de aromáticos olores (VOC) derivados del petróleo refinado al repostar, tan consustanciales con la civilización (o apocalipsis) del consumo irrefrenable.
  • La desconexión fue creciente: Dejamos de acudir a las gasolineras para repostar, nos desinteresamos de aceites y aditivos, y olvidamos aquellas inolvidables visitas a talleres para las periódicas revisiones de mantenimiento,... Ya no frecuentábamos aquellos alegres lugares donde se socializa, mientras nosotros recargábamos aislados en la soledad del hogar, del trabajo o en lugares de paso.
  • Lo peor fue la pérdida de la belleza de la complejidad de los motores de combustión interna, con sus miles de piezas en movimiento, lanzando calor, humos irrespirables e ineficiencia por doquier,... Nos habían convencido esos simplones y pequeños motores irrompibles y sin rozamiento. No advertíamos que se infiltraban en los últimos rincones del universo, después de haberse adueñado de casi todo en ascensores, electrodomésticos, bicicletas y patinetes o transporte limpio como Metros o AVEs,... y comenzando a entrar en autobuses, camiones, barcos y aviones.
Las alucinaciones fueron creciendo. La siguiente fase fue la incapacidad de comprender todas aquellas maravillas que admiraban nuestros conciudadanos y que no lográbamos apreciar:
  • Llamaban libertad a los atascos inmensos de coches humeando en medio de un embotellamiento, que aprovechaban para bajar las ventanillas a fin de escuchar esos rugidos y respirar aire filtrado por tan complejos como engañosos sistemas de catalizadores e inyectores de urea.
  • Idolatraban esa aceleración que no acaba de llegar, esa potencia teórica que se alcanza finalmente cuando suben las revoluciones del cigüeñal,.. Esa lentitud que otros habíamos sustituido por la inmediatez y par motor máximo propios de cualquier motor eléctrico.
  • Consideraban el número de tubos de escape como una cualidad de un coche, de modo que cuanta más contaminación vertían a su alrededor mejor era el producto (a pesar de que quienes primero lo aspiraban eran su familia y ellos mismos). 
  • Incumplían sistemáticamente las normas de tráfico, especialmente las limitaciones de velocidad, alardeando de ello, algo por lo que habíamos perdido el gusto nosotros al habernos habituado a esas capas de software de seguridad y ayudas a la conducción automatizada. 
Continuará el relato, porque no cesan ni menguan las manifestaciones o la gravedad de nuestro reciente síndrome del usuario de vehículos eléctricos. Ayúdennos a superar esta grave afección y no caigan en la tentación de probar, ni una sola vez, estos peligrosos productos aparentemente inocuos, pero de pérfidas intenciones. Hay incluso quienes les atribuyen conspiratorios intereses de desequilibrar ese armónico entramado de geopolítica del petrodólar, y todo para animar a la subversión del autoconsumo sostenible.
El síndrome del usuario de vehículos eléctricos

No exit, by Andy Singer

 No exit, by Andy Singer
Andy Singer es un caricaturista político estadounidense nacido en 1965. Comenzó a publicar caricaturas en 1992 en el periódico estudiantil de la Universidad de California Berkeley, The Daily Californian. Desde 1992, sus caricaturas han aparecido en cientos de periódicos, revistas, sitios web, libros y exposiciones de todo el mundo. Estos incluyen The New Yorker, The New York Times, Funny Times, la revista Z, La Décroissance, Newweekly (en China), Boston.com, Forbes.com, NPR.org, NBC.com, Bloomberg.com, Wired.com, una exhibición al aire libre 2021-22 en la Galería Artwall en Praga, y una gran exhibición al aire libre en la Avenida Paulista en Sao Paulo Brasil, como parte de Virada Sustentável en 2020.
Es autor de 4 libros. El primero, CARtoons (2001, Car Busters Press, ISBN 978-80-238-7020-6), ha sido traducido a varios idiomas, incluido el francés (Echappe, 2007, ISBN 978-2-915830-03-3) y un Edición en portugués, publicada por Autonomia Literária en Brasil en 2017 (ISBN 978-85-69536-17-8). Su segundo libro, Attitude Featuring Andy Singer NO EXIT (2004, Nantier Beall Minoustchine Publishing, ISBN 978-1-56163-408-8) fue parte de una serie de libros de NBM Publishing, editados por su colega dibujante Ted Rall. 

Su tercer libro fue Ils M'Énervent (Mais Je Garde Mon Calme) (2006, Berg International Éditeurs, ISBN 978-2-911289-91-0), una recopilación de dibujos animados, traducida al francés. Su cuarto libro fue Why We Drive, publicado en 2013 por Microcosm Publishing (ISBN 978-1-62106-486-2).
No exit, by Andy Singer
Álbum de nuestras caricaturas preferidas deAndy Singer.

Tesla, ilumina sus mentes


La conducción autónoma, como por ejemplo el Auto Pilot (Piloto automático) con Capacidad de Conducción Autónoma Total de Tesla, es una fuente inagotable que nos habla de la Inteligencia Artificial (AI) y la Estupidez Humana. Ya se sabe, la inteligencia (humana o transhumana) tiene sus límites, pero la estupidez es infinita y no conoce fronteras.

Cada viaje nos muestra lo ridículo de muchas decisiones humanas (a veces institucionales), como las siguientes, acompañadas de la correspondiente corrección:
  1. ¿A quién se le ocurre cambiar los límites de velocidad máxima en tramos de autopistas cada medio kilómetro? ¿Cuál es el objetivo, aparte de marear la conducción? Sugerencia: Si las señales van a estar oscilando entre 80 y 100 km/h cada minuto de carretera, no sería mejor mantener la limitación a 80 km/h y ahorrarnos letreros.
  2. Tras adelantar a un vehículo, aunque sea un Tesla, no es preciso, si recomendable, ni seguro, ponerse delante a menos de 15 cm del parachoques delantero del vehículo que se ha superado. El Auto Pilot deja un espacio de, al menos, la longitud del vehículo adelantado. Sugerencia: ¿Podría reglamentarse que antes de volver al carril derecho se mantenga una distancia de 10 metros, por ejemplo?
  3. Las líneas que delimitan las parcelas contiguas de aparcamiento, no deberían ser de una anchura mínima de 20 cm, porque las personas deben abrir las puertas laterales para salir o entrar? Sugerencia: ¿Conviene establecer una anchura mínima de la señalización horizontal entre parcelas, penalizando a quien la ocupe o pise?
  4. Estamos hartos de que el Tesla nos avise que el vehículo posterior se acerque demasiado rápido o que se junta demasiado. Sugerencia: Un poco más de educación vial es urgente.


Pet Rock, la mascota perfecta


La mascota más rara del mundo fue, hasta el momento, una Pet Rock o Piedra Mascota, que hizo millonario su creador, Gary Dahl, vendiéndolas en 1975. Este publicista independiente ("Esa es otra forma de decir 'en bancarrota' explicaba") las anunció como las mascotas perfectas: no era necesario alimentarlas, bañarlas, pasearlas, ni preocuparse por ellas cuando te ibas de viaje. 

Las Pet Rocks (Rocas mascota) se hicieron enormemente populares en Estados Unidos, capturando durante unos breves meses el espíritu libre -o algunos dirían la estupidez- de la época. Gary Dahl concibió la idea mientras tomaba unas cervezas con amigos en su ciudad natal, en el norte California. Empezaron a hablar sobre las mascotas y cuánto mantenimiento requieren algunas, y Dahl les dijo que tenía las mascotas perfectas: rocas. 

Entonces decidió empaquetar algunas y ponerlas a la venta. Los Pet Rocks eran exactamente lo que decía en su envoltorio: piedras ordinarias, de forma ovalada, importadas de una playa en México y empaquetadas en una caja de cartón que tenía agujeros de ventilación y un nido de paja, muy parecido a un portador de mascotas.

Pet Rock, la mascota perfecta
El toque de oro era el manual que acompañaba a la roca, donde se aconsejaba cómo entrenar y cuidar a la mascota de piedra. Incluía instrucciones como esta: "Las Pet Rocks son fáciles de entrenar. Pueden aprender rápidamente a 'sentarse', 'quedarse' y 'hacerse el muerto'". Otro consejo decía: "Nunca lleve a su Pet Rock a nadar. Se sabe que son malos nadadores y se hundirán hasta el fondo. Está bien darles un baño ocasional en aguas poco profundas". 

El singular manual también informaba a los propietarios que las mascotas de piedra "parecen prosperar sin comida", que son "bastante perezosas" y que son "tercas y no vendrán cuando se los llame". "Disfrutan de las vacaciones" y "prefieren viajar en los bolsillos", agregaba. 

Las rocas se comercializaban por US$3,95 (equivalente a US$15 de hoy) y Dahl vendió más de cinco millones en 1975. Se convirtió en un millonario antes de que su idea se pasara de moda, después de Navidad. Según el New York Times, con ese dinero cambió su automóvil por un Mercedes Benz y reemplazó la pequeña cabaña en la que vivía por una gran casa con piscina. Aunque Dahl patentó la idea de las rocas como mascotas, eso no evitó que otros lo copiaran. 
Gary Dahle, inventor de Pet Rock, la mascota perfecta
Gary Dahl realizó una serie de proyectos fallidos, que incluyeron un "Kit de cría de arena" del desierto que comercializó en 1976 (permitía a los compradores "criar" arena de tubos "masculinos" y "femeninos"). En 1978 intentó vender cubos acrílicos con tierra que, según dijo, había sido sacada de contrabando de China. Los cubos costaban US$5,95 cada uno. "Si suficientes estadounidenses compran una pulgada cuadrada de tierra de China Roja, en poco tiempo habremos sacado todo el país de debajo de sus narices", le dijo a la revista Time en ese momento. 

También probó invertir en otros emprendimientos: abrió una taberna y un negocio de corretaje de veleros. "Un montón de locos" Pero ninguna de estas ideas despegó. Así que Gary Dahl retornó a la publicidad y escribió el libro "Advertising for Dummies" (Publicidad para tontos) en 2001. 

Falleció en 2015 a la edad de 78 años, con sentimientos encontrados sobre la idea que lo hizo rico. "Me dio un perfil demasiado alto", dijo a Associated Press en 1988. Desde que creó Pet Rock, afirmó, pasó demasiado tiempo lidiando con inventores que se le acercaban con todo tipo de ideas sin sentido: "un montón de locos", los llamó. "Hay una extraña periferia de locos que cree que yo les debo una forma de vida", señaló. "A veces miro hacia atrás y me pregunto si mi vida no hubiera sido más simple si no lo hubiera creado".

Otros posts sobre mascotas.

Comparativa de asistentes de voz: Siri, Alexa, Google

Comparativa de asistentes de voz: Siri, Alexa, Google
Dos grabaciones con preguntas "personales", de cultura y humor a tres de los asistentes vocales y virtuales más conocidos: Siri, Alexa y Google. Son desarrollos de Inteligencia Artificial (AI) al alcance de cualquier bolsillo u hogar.

Lo mejor es que basta su activación por voz. Aunque lleves el iPhone apagado, Siri escucha. Y lo mismo hacen Alexa y Google. Las respectivas frases de activación son, simplemente, "Oye, Siri", "Alexa" y "Ok, Google".
 
Dos vídeos encadenados con respuestas de estos asistentes.

Se puede hablar y preguntar de todo, esperando una agradable sorpresa en cada caso. En esta ocasión hemos elegido algunas cuestiones como las procedentes de estos dos posts, uno sobre Siri y otro sobre Alexa. También hemos probado su capacidad de contar chistes o presentar el Metaverso.

Cada sistema mantiene algunas ventajas: Google habla 30 idiomas, por el momento; Siri habla "solamente" 20 lenguas, pero con diferentes acentos y géneros, pero es el más antiguo pues fue creado en 2011 y Alexa es el más sofisticado, y hasta puede aprender nuevos idiomas con Cleo. Hay otros asistentes como Cortana,  el más reciente de 2017, Bixby (de Samsung),...

Conclusión: Cada día uso más estos sistemas para cuestiones banales, como saber si lloverá o para despejar dudas. Mi preferencia personal al usar iPhone es Siri en cualquier momento, llevándolo en el bolsillo y pidiendo que telefonee a quien quiera, y Alexa en el escritorio, por ser el más completo y elaborado en español, con notificaciones de Amazon,....

Otro post, pero de hace un año, sobre esta cambiante materia.

¡Ay Mamá!, de Rigoberta Bandini

¡Ay Mamá!, de Rigoberta Bandini es una gran canción por su pegadiza música, por su homenaje a las madres y por el grado justo de insolencia en defensa del feminismo que cabe esperar del arte y de la cultura. Sin entrar en la polémica del Benidorm Fest, lamentamos que esa gran capital del turismo no haya elegida en 2022 esta obra, y haya preferido a una insípida SloMo de Chanel. Nos tememos que la maldición de Eurovisión contará con un episodio más,.. 

Cuidada la letra de ¡Ay Mamá!de la compositora catalana Rigoberta Bandini, con deliciosas referencias a la "libertad guiando al pueblo" del genial pintor Eugène Delacroix, que es de obligada visita en la Sala 77 de la primera planta del parisino Museo del Louvre. Gran grupo familiar que acompaña a la cantante Rigoberta Bandini o Puala Ribó, incluida su deslumbrante prima Belén Barenys.

Sigue una comparativa de dos grabaciones montadas en paralelo, de esta perdurable ¡Ay Mamá!de Rigoberta Bandini. En sonido, diferenciada por cada auricular, pero también en realización televisiva. Toda una lección de televisión, bajo la dirección de RTVE,... Nos quedamos con la primera versión de las dos mostradas, por iluminación,...

Parodia de Los Morancos, oportuna crítica de tiempos de pandemia.
Tampoco debiera faltar la versión de ¡Ay Papá! de Los Meconios. Y no nos atrevemos, por lo pudoroso que es este blog, a sumar el humor de ¡Ay, papá" de TV3 Polònia.

Hacks, una serie sobre el humor intergeneracional


Periódicamente recomendaremos series de las plataformas, pero exclusivamente aquellas que nos hayan atrapado hasta verlas en todas sus temporadas y episodios. Es el caso de Hacks,  destacada por la crítica, femenina y fenimista, y que nos ha enganchado en su, por el momento, única temporada en HBO+

Retrata a la perfección el ambiente de Las Vegas, aquello de lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas, y singularmente aquellos hoteles y espectáculos que conocimos en 2012Algunas escenas son deliciosas, aunque inverosímiles, como el reconocimiento facial (otros posts) del iPhone con la estatua de cera de la protagonista principal.
Nos ha gustado esta ácida y descarnada serie Hacksespecialmente por el reconocimiento intergeneracional de los dos personajes femeninos, de etapas y edades muy distantes, que llegan a apreciar cada una de ellas el valor de la otra protagonista. Es un perfecto arco dramático de evolución de cada partenaire. 

Jean Smart interpreta a Deborah Vance, una legendaria monologuista de comedia que tiene su espectáculo propio en Las Vegas desde hace décadas. Cuando su representante le dice que se rumorea que van a reducir el número de sus funciones semanales, le sugiere colaborar con Ava, una guionista de comedia milenial, para que actualice su show, porque sus bromas han quedado un poco caducas. 

Ninguna de las dos está contenta con la situación, pero tampoco tienen otra opción. Las aspiraciones de Ava (Hannah Einbinder) eran otras muy distintas, pero se vieron truncadas por un tuit que publicó contra un político, lo cual la hizo perder su trabajo y le ganó la "cancelación" en su círculo. Obligadas a trabajar juntas, la serie se sustenta en la dinámica que se genera entre ambas a partir de sus diferencias, una dinámica que va evolucionando mientras se conocen y aprenden a respetarse.
Aunque hace un guiño a los coches eléctricos a batería (BEV), aparecen Chevy Bolt, el Audi e-Tron y el Nissan Leaf, quienes han editado el sonido no entienden que son silenciosos y en todas las ocasiones parecen sonar como los ruidosos vehículos de combustión.

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

Vídeo con la película completa.

"El abuelo que saltó por la ventana y se largó" de Jonas Jonasson es una historia extremadamente audaz e ingeniosa que sorprenderá constantemente al lector. Su autor, Jonas Jonasson, nos regala un personaje maravilloso, Allan Karlsson. Un abuelo sin prejuicios que no está dispuesto a renunciar al placer de vivir.

Momentos antes de que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se encarama a una ventana y se fuga de la residencia donde vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local. Sin saber adónde ir, se encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar desapercibido.

Allí, mientras espera la llegada del primer autocar que se presente, un joven le pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el bus llega antes de que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta, ignorante de que en su interior se apilan, ¡santo cielo!, millones de coronas en efectivo. Pero Allan Karlsson no es una persona fácil de amilanar. 

A lo largo de su centenaria vida ha tenido un montón de experiencias de lo más singulares: desde inverosímiles encuentros con personajes como Franco, Stalin y Churchill, hasta amistades comprometedoras como la esposa de Mao, pasando por actividades de alto riesgo como ser agente de la CIA o ayudar a Oppenheimer a crear la bomba atómica. Sin embargo, esta vez, en su enésima aventura, cuando creía que con su jubilación había llegado la tranquilidad, está a punto de poner todo el país patas arriba. 

Una divertida parodia de un héroe centenario que llegó desde Suecia. Su odisea nos transporta a las grandes tragedias del siglo XX. Se lee de un tirón, nos hace reír y pensar.  Tras su primera obra de 2009, "El abuelo que saltó por la ventana y se largó", Jonas Jonasson nos ha regalado otros títulos. El de 2018, "El abuelo que volvió para salvar al mundo", también vale la pena leer.

El Abuelo Que Saltó Por La Ventana y Se Largó by Mikel Agirregabiria on Scribd

Obra completa en PDF.

El Efecto Carbonaro


El Efecto Carbonaro es una serie de televisión estadounidense, del género de cámara oculta y comedia. El programa debutó el 1 de abril de 2014 y actualmente se transmite por truTV. El espectáculo está organizado, por el mago y bromista Michael Carbonaro

Nos gusta ver cómo Michael Carbonaro ha innovado cruzando dos géneros clásicos de televisión: Magia y Cámara Oculta. También que no son trucos de edición, sino que las confiadas y sorprendidas personas lo viven en directo, sin advertir que están siendo engañados y grabados. Por otro lado, produce una sensación agridulce ver la ingenuidad de la gente que aún mantiene alguna credulidad. 
En el programa realiza trucos de magia a la gente de forma humorística, mientras son grabados por una cámara oculta para captar sus reacciones. Para promocionar la segunda mitad de la primera temporada, el canal TBS emitió un maratón de dos horas el 30 de octubre de 2014.

El truco final, en el vídeo de TikTok, muestras cómo la confianza en la tecnología avanzada, como el Wi-Fi, hace creer a algunas personas que incluso la materia puede ser transportada inalámbricamente. Resulta genial el racimo de plátanos que aparecen cortados por la mitad al fallar la conexión. 
Descubierto gracias a TikTok.
@carbonaro.effect

Ever seen a cloud fridge????🤣😜##DialItForward ##fyp ##magicianshin

♬ original sound - Carbonaro Effect

La ingravidez de la piscina (Capítulo 2º)

Capítulo 2: La urbanización circundante 
La ingravidez de la piscina
Un niño sentado ante un portal, descansando en una noche de juegos.
Capítulo anterior: La piscina comunitaria.

Toda urbanización está regida por unas normas explícitas, conocidas y aburridas, y por otras paradójicas leyes nunca escritas pero que todo el mundo conoce y reconoce. La primera es que el número potencial de ocupantes de cada una de las viviendas es inversamente proporcional al número de habitaciones, aunque sorprenda a primera vista. Repetimos: A menos habitaciones, más ocupantes.

En un pequeño apartamento de una habitación suelen "acomodarse" entre 8 y 10 personas, normalmente inquilinos y de distinta edad, usando el sofá del salón y algunas colchonetas. Al lado, en una planta baja de dos dormitorios, pasan las vacaciones de 5 a 7 personas con ayuda de alguna tumbona. En el extremo, el pico de esquina que dicen por aquí, un dúplex de tres dormitorios raramente acoge a más de 2 ó 4 propietarios. Es obvio, que la capacidad de adaptación de los seres humanos es más elástica que la simple matemática.

En cualquier urbanización que se precie de vida comunitaria, los roles sociales están siempre repartidos: los vecinos ruidosos, los que se quejan, los que nunca vienen o quienes nunca se van, los limpios y los otros,... Aparte está la distribución por edades mayores, jóvenes, familiones o parejas y singles. También la presunta nacionalidad marca un elemento diferenciador, si bien hay quien solamente distingue entre que hablen cristiano o no. En el siguiente capítulo, repasaremos los sempiternos personajes de toda urbanización que se precie.

El ritual de la urbanización tiene su ceremonia máxima en la Junta de Propietarios, si bien la comunidad se reparte entre quienes siempre acuden, quienes delegan y los ausentes (con alto porcentaje de morosos entre estos últimos). La biblia de la urbanización se despliega en carteles ante la puerta de la piscina, pero -como cualquier libro sagrado- no son muchos los propietarios que leen las normas escritas (y, prácticamente, ningún inquilino, cuñado o invitado). 

El horario de cada urbanización es el principal parámetro característico de su población. La hora del despertar colectivo, la hora de cerrar puertas tras las sobremesas para la imprescindible siesta, ese atardecer plagado precedido de olores a imposibles barbacoas, su hora de recoger a las criaturas (enviadas al exterior a la voz de "no molestéis por aquí", sabiendo lo que ello supone para el resto del vecindario),...

Siguiente Capítulo 3º: Personajes de la urbanización.

La risa es contagiosa

No hay mejor reclamo publicitario que supere a la risa.
Otros posts sobre "La risa es contagiosa" y sobre Risoterapia.

Humor y consejos con el Mago More


El Mago More habla de Bronnie Ware, onirogramas, resiliencia,..., metáforas como "el jinete y el elefante" con libros como "La hipótesis de la felicidad" de Jonathan Haidt, la diferencia entre fuerza de voluntad (la vela, o el esfuerzo de andar diariamente diez mil pasos o hacerse la cama todos los días) y motivación (la cerilla) o citas como "Cuando hay lo que hay, hay lo hay". 

También los 30 o 21 días para construcción de un hábito de William JamesMaxwell Maltz (y su Psicocibernética),... o revalorizar el sentido del humor. O sus recomendaciones de obras como "Anatomía de una enfermedad" de Norman Cousins,...

Superpoderes femeninos

La nieta empujando al aitxitxe,… El mundo al revés,…
Nieta empujando a su abuelo en el columpio

Una abuela (a la otra no pude conocerla), una madre, una esposa, una hija, una nieta, miles de alumnas, amigas y colegas,... al final te van enseñando, por torpe que seas. Las mujeres poseen superpoderes que nos asombran a los hombres, desde su más tierna infancia. Lo hemos contado otras veces, de algún modo, pero hoy desde Alicante se ve más claro.

Escena escolar primera: Dos profesoras de Educación Infantil comentan que, a una de ellas, le ha correspondido una clase con más niños que niñas. Y se lamenta. Te indignas hasta que te acercas a cualquier aula y ves el panorama. Desde los dos o tres años, las niñas se atan las zapatillas y ayudan a sus compañeros a hacerlo, hablan entre sí mientras sus coetáneos varones con un balón entre las manos miran bobaliconamente por la ventana y sus batas infantiles rosas de las niñas están perfectamente puestas y abotonadas los  mientras chicos a duras penas se las ponen a modo de capa de Superman correteando sin saber a dónde van,... 

Escena escolar segunda: Visita a un centro en período casi vacacional con actividades complementarias. Escolares de menos de tres años. Pasando por el pasillo, muchos niños con triciclos y patinetes  se desplazan y chocan entre sí cada uno por su cuenta, excepto cuando se agrupan para ir con sus vasos desechables a beber agua,... que recogen de los inodoros. Les adviertes que no lo hagan y te acercas a una clase. Allí, las niñas agrupadas en torno a su maestra escuchan sentadas y embelesadas una narración plena de fantasía mientras dibujan en sus cuadernos con una magia indescriptible.

Podríamos seguir con decenas de situaciones donde el sentido común y la madurez se anticipa en años entre las alumnas antes que en los alumnos de la misma edad. Su ventaja académica es tan enorme como inexplicable. Las niñas son más disciplinadas y sociables, en general, que los aventados (¿aventurados?) niños, que suelen actuar de forma más individualista.

Corolario final: Acaso sea aventurado, pero me excusa ser un hombre, pero se podría deducir de estos escenarios educativos consecuencias políticas mundiales entre civilizaciones,... Seguramente confundimos causas con efectos. Lo cierto es que creo que no es que las culturas menos avanzadas son las que reprimen o menosprecian a las mujeres, sino que son sociedades menos desarrolladas porque no descubren los portentosos talentos de sus féminas.

Necesariamente seguirá un post sobre "Superpoderes masculinos ".

Como bonus final, para reírnos de nuevo, un poco de humor sobre "Los dos cerebros", con un vídeo más extenso que el que incluimos en un post de 2009. Sobre todo para hablar de "La caja de la nada" o The Nothing Box con el humor de Mark Gungor. Un vídeo similar, de mayor calidad, pero sin subtítulos.

Falacia del Concorde y otros costes irrecuperables (sunk costs)

La falacia del Concorde y otros costes irrecuperables (sunk costs)
Sobrecoste en combustible del supersónico Concorde comparado con un Boeing 747 cuando ambos volaron por primera vez en 1969. Con el mismo combustible el Concorde llevaba la cuarta parte de pasajeros a menos de la mitad de distancia que un 747.

El concepto denominado "falacia del Concorde" es un caso paradigmático de los "costes irrecuperables" (sunk costs). Se debe a que este prodigioso avión único significó grandes inversiones por parte de la alianza anglo-francesa, y se decidió seguir adelante pese a los constantes sobrecostes, debido a que no quería perderse el trabajo previo hecho y la fuerte inversión ya consumida. 

Aunque se veía con claridad que era un negocio ruinoso, se mantenía el ingente gasto que había costado poner el Concorde en marcha y por las ilusiones que se habían depositado en él. Finalmente se decidió abandonar y dar por perdido el dinero. El Concorde, orgullo de la tecnología europea, entró en pérdida (como se dice en aviación) y ya es historia. 
La falacia del Concorde y otros costes irrecuperables (sunk costs)
El biólogo evolutivo Richard Dawkins acuñó en política situaciones de costes irreversibles como la “falacia de nuestros muchachos no han muerto en vano”. Así es como los estadounidenses fueron acumulando muertos año tras año hasta que se fueron del Vietnam. Por no admitir que unos cientos de jóvenes americanos habían muerto en vano, la prolongación de la guerra de Vietnam condujo a que los soldados-muertos-en-vano fueran cerca de 59.000 norteamericanos.

Esta "aversión a la pérdida"  es uno de los muchos e interesantes "sesgos cognitivos" que nos gustan repasar para aprender en cabeza ajena. Otro fenómeno relacionado es la, casi siempre falsa, hipótesis de que "dos errores hacen un acierto".

Efectos similares se producen en la extendida Falacia del jugador, otro conocido sesgo psicológico que erróneamente supone que los sucesos pasados ALEATORIOS afectan a los futuros. Como lo de las bombas nunca caen en el mismo sitio o el célebre chiste de matemáticos que demuestra la falsedad. Cuando vuela en avión, un hombre decide llevar siempre una bomba consigo. «Las probabilidades de que en un avión haya una bomba son muy pequeñas —razona—, ¡así que las probabilidades de que haya dos son casi nulas!»

Uno de los primeros episodios históricos de cómo no rendirse ante la evidencia e insistir en un sonado fracaso fue la masacre de la Batalla del Bosque de Teotoburgo (año 9 d. C.), comportamiento erróneo del fracasado Publio Quintilio Varo frente a la traición del caudillo querusco Arminio, primero su aliado y luego el adversario que lo derrotó.

Tras esta derrota, que dejó desguarnecida la frontera y hubiera permitido a los germanos llegar hasta la misma Roma, el limes retrocedió desde el Elba al Rin, abandonándose la efímera provincia Germania Magna, y así permanecería hasta el fin del imperio romano. Este gravísimo error supuso un duro golpe para el prestigio militar de Roma, hasta el punto de que los números de las legiones derrotadas (XVII, XVIII y XIX) nunca más volvieron a utilizarse.

Suetonio dejó escrito que Augusto, meses más tarde y aún afectado por el desastre, golpeaba la cabeza contra las paredes repitiendo: "Quintili Vare, legiones redde" (Quintilio Varo, devuélveme mis legiones)".

Sesgo del coste hundido

Malapropismos


Dios menguante, a cobro divertido, una foto para la prosperidad,...

El término, malapropismo, proviene de la señora Malaprop, un personaje de la comedia The Rivals escrita por el inglés Richard Brinsley Sheridan. El autor sacó el nombre del francés «Mal à propos» (hablar mal a propósito). La mujer retiene vagos recuerdos de palabras oídas a personas de clase elevada y por aparentar distinción las reutiliza, confundiéndolas con otras en base a su similitud. Este personaje adquirió tanta notoriedad que dio origen a la voz malapropism

Los malapropismos son intraducibles de un idioma a otro, dado que juegan con palabras fonéticamente similares pero que pueden representar conceptos muy diferentes. En este post nos referiremos a malapropismos en castellano.

Dependiendo de un caso u otro, estos lapsus léxicos pueden deberse a causas diversas: 
  • La ultracorrección («ostentóreo» en vez de «ostentoso» o «estentóreo»; «bacalado» en lugar de «bacalao»; incluso hemos oído y no una vez «Bilbado» en lugar de «Bilbao»;) 
  • La etimología popular, muchas veces errores muy arraigados («balandronada» por «baladronada», «antena paranoica» por «antena parabólica» o «rintintín» en lugar de «retintín». 
  • Una alolalia (afasia consistente en pronunciar una palabra por otra), si es un hecho recurrente.
  • Otras causas: desconocimiento, prisas,... («estar entre la espalda y la pared», «rascarse las vestiduras»). 
Los malapropismos ocasionales son, incluso, una muestra de creatividad y abundan en las comedias como gags lingüísticos. En relatos como los que siguen:

"Confundía los churros con las meninas" (las churras con las merinas) y cuando se enfadaba aclamaba (clamaba) al cielo. Su actitud era descabechada (descabellada + escabeche). Me dejaba "entre la espalda (espada) y la pared". Vivía muy bien: "Nadaba en la ambulancia" (abundancia). Un amigo suyo era "más viejo que Jerusalén" (Matusalén). Escuchaba a la orquesta "filatélica" (filarmónica), de la que era "mercenario" (mecenas). Malgastaba en lo que no le "sucumbía" (incumbía), que le era "indisoluble" (indiferente) e "inverosímil" (indiferente otra vez). El tiempo se le pasaba "velando" (volando). Fue a  un "confesionario" (concesionario) a comprar un coche gris "mentalizado" (metalizado) con faros "alucinógenos" (halógenos). Lo cierto es que la "profesión" (procesión) iba por dentro.

Otro diálogo cómico podría ser este entre una pareja y su médico: 

- Doctor, mi mujer y yo queremos tener condescendencia y no podemos. No sabemos si es porque soy omnipotente o porque mi mujer es esmeril. Hemos ido a otro médico y nos dijo que mi mujer tenía la vajilla rota y la emperatriz subida. Como además la operaron de la basílica balear, no sabemos si eso puede influir. En aquella consulta le hicieron una coreografía a mi mujer y no vieron nada raro. Y también a mí hace años me operaron de la protesta y a lo mejor me han dejado escuelas en el cuerpo. Nos recomendó que hiciéramos el cojito en nuestra vida marítima, pero tampoco. Además a mi mujer le nació un féretro muerto cuando tuvo un alboroto. Yo creo que mi mujer es frigorífica, porque nunca llega al orégano. Llegado a este punto responde el ginecólogo con sorna: 
- ¡A ver si va usted a tener un problema de especulación atroz!

Diálogo intergeneracional: Cat Stevens, Father And Son

Admira ver a un cantante 50 años (1970-2020) después cantando la misma canción.

Cat Stevens - Father And Son. La canción original de 1970 y es uno de los mayores éxitos de Cat Stevens. Pertenece al álbum Tea for the Tillerman, evoca melancolía y el adiós que un padre siempre da a su hijo cuando este abandona el nido. Esta canción nació de una historia ficticia creada por Cat Stevens -llamado Yusuf Islam tras su conversión al islamismo en 1977-. 

Cuenta la historia de una familia de Rusia en la que su hijo quiere unirse a la revolución rusa, pero su padre le pide que se quede en casa trabajando con él en la granja. A lo largo de la canción se desarrolla un diálogo entre las distintas personas involucradas en esta triste pero inevitable situación. 

Sin embargo, la narración no surge de una mera invención. La relación paterna que tuvo el propio Cat Stevens está retratada en esta canción, según contó en 2009 en el programa The Chris Isaak Hour. "Él estaba a cargo de un restaurante y yo era una estrella pop, así que yo no estaba siguiendo lo que él tenía determinado. Pero no tuvimos ningún antagonismo. Yo lo amo y él me ama", dijo el músico.

Esta canción ya una melodía clásica de nuestra memoria de los años '70 se convierte en una broma durante la pandemia, y surge el dueto con la cerveza como excusa. Nos gusta especialmente cómo se traslada el consejo entre tres generaciones, aunque no sea seguido exactamente. Ni Cat Stevens hizo caso a su padre en el negocio familiar, ni su hijo lo seguirá al pie de la letra al cantante. Pero se quieren, estiman su ejemplo de vida, se dan voz en el dueto de la versión COVID y así la vida se perpetúa con ánimo y humor. 
 
La parodia humorística en el confinamiento de la pandemia entre padre e hijo, Cat y Davey.
La traducción, frase a frase para degustar el poema, de la versión original.
La readaptación subtitulada en tiempos de pandemia.

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