Cómo la visión "imposible" de un profesor de física permitió a Uruguay conquistar la soberanía energética con renovables, bajar la factura de la luz y exportar electricidad.
El peso del pasado: cómo la dependencia del camino moldea la historia. En economía, política o tecnología, muchas veces creemos que las sociedades avanzan siguiendo criterios racionales o de eficiencia. Sin embargo, no siempre es así. A menudo, las decisiones del pasado pesan tanto que condicionan el presente y el futuro. Esta realidad está íntimamente relacionado con la rigidez institucional o las múltiples manifestaciones de la histéresis.
En todos los casos, la idea central es que una elección inicial puede cerrar otras opciones futuras, aunque aparezcan alternativas mejores. Veámoslo con algunos ejemplos históricos reveladores.
El ejemplo clásico de dependencia del camino es el teclado QWERTY, diseñado en el siglo XIX por Christopher Latham Sholes para las primeras máquinas de escribir. Su objetivo no era escribir más rápido, sino evitar que las barras metálicas se atascaran. Por eso, se distribuyeron las letras de manera que las combinaciones frecuentes quedaran separadas.
Con la llegada de los ordenadores, ese problema desapareció. Se crearon otros diseños —como el Dvorak o el Colemak— más cómodos y veloces. Sin embargo, el QWERTY ya estaba universalizado en las escuelas, las oficinas y la industria editorial. Cambiarlo habría sido carísimo y confuso. Así, seguimos escribiendo con una disposición pensada para una tecnología obsoleta. Es el ejemplo perfecto de cómo una decisión técnica temprana puede generar una inercia social duradera, incluso irracional.
A mediados del siglo XIX, cuando se construyeron las primeras redes ferroviarias en Europa, no existía un estándar único. En el Reino Unido, se impuso finalmente un ancho de vía de 1.435 mm, que se convirtió en el “ancho internacional”. Esa decisión se exportó a las colonias británicas y a gran parte del mundo industrializado, incluida buena parte de Europa. Esto generó el bulo viral sobre cómo el trasero de los caballos determinó el tamaño de los cohetes que duró más de cien años.
Hoy, sabemos que otros anchos pueden ser más estables o eficientes, pero el coste de modificar miles de kilómetros de vías, trenes y talleres es inmenso. De hecho, España mantiene todavía parte de su red con un ancho diferente (ibérico), lo que genera dificultades logísticas con el resto de Europa. La lección es clara: las infraestructuras físicas y los estándares técnicos crean rigideces históricas. Una vez que se consolidan, el precio de cambiarlas puede ser tan alto que la sociedad prefiere adaptarse a ellas.
La dependencia del camino no se limita a la tecnología. También afecta a las estructuras políticas y sociales. Tras la Guerra de Secesión (1861–1865), la Constitución de Estados Unidos abolió la esclavitud y reconoció derechos a la población afroamericana. Sin embargo, en los estados del sur se mantuvieron durante décadas instituciones segregacionistas: leyes Jim Crow, discriminación en el voto, educación desigual y violencia racial.
¿Por qué no se produjo una transformación inmediata? Porque las élites locales, las costumbres sociales y los sistemas judiciales conservaron su poder. Esa rigidez institucional funcionó como una fuerza de histéresis: incluso cuando cambian las normas formales, las estructuras informales del pasado siguen actuando. No basta con aprobar una nueva ley; las instituciones tienen memoria. El cambio real requiere transformar también las mentalidades, los incentivos y los equilibrios de poder.
Un ejemplo contemporáneo de dependencia del camino se encuentra en la Unión Europea y su política económica. Cuando se creó el euro en 1999, los países miembros aceptaron reglas fiscales comunes y renunciaron a su soberanía monetaria. Ese diseño funcionó bien en tiempos de crecimiento, pero durante la crisis financiera de 2008 mostró su fragilidad.
Países como Grecia, España o Portugal sufrieron profundas recesiones, pero no podían devaluar su moneda ni ajustar su política monetaria. Estaban atrapados en un marco institucional que limitaba las respuestas posibles. La histéresis económica se hizo visible: las decisiones estructurales del pasado restringían las opciones del presente, y las consecuencias sociales (paro, deuda, desconfianza) persistieron durante años. La arquitectura económica puede convertirse en una camisa de fuerza si no evoluciona con las circunstancias.
El complejo y costoso sistema de salud de Estados Unidos es un producto de una serie de decisiones históricas que han creado una estructura muy difícil de reformar. Punto de partida (contingencia histórica): Durante la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de EE. UU. impuso estrictos controles salariales. Para competir por los trabajadores escasos, las empresas comenzaron a ofrecer beneficios alternativos, como seguros de salud. Esta práctica fue incentivada por exenciones fiscales, vinculando el empleo al seguro médico.
Rigidez y grupos de interés: Con el tiempo, se desarrolló un ecosistema masivo en torno a este modelo: compañías de seguros privadas, hospitales con fines de lucro, farmacéuticas y grupos de presión (lobbies) que tienen un interés creado en mantener el sistema actual. Estos actores ejercen una enorme influencia política y económica.
El eco de la historia. Estos casos demuestran que las decisiones tempranas, los hábitos y las instituciones generan trayectorias dependientes. Una vez que la sociedad entra en un determinado camino, salir de él requiere más que una buena idea: exige superar costes, resistencias y memorias colectivas.
La película recorre distintos momentos clave de su vida —desde sus primeras reflexiones científicas, su incorporación al proyecto militar, el diseño, la Prueba Trinity y el lanzamiento sobre Japón— hasta las consecuencias personales y políticas que le persiguieron: su lucha interna, las audiencias de seguridad que cuestionaron su lealtad, la controversia pública y la sombra de la destrucción que su creación desató.
Se estructura mediante saltos temporales, yuxtaposiciones de etapa personal con eventos públicos, y un enfoque parcial en la subjetividad de Oppenheimer para confrontar sus motivaciones, dudas morales y el peso histórico de sus actos. La película también refleja sus audiencias ante el gobierno y la presión de figuras políticas que lo acusan de simpatías con el comunismo, y explora la delgada línea entre avance científico, responsabilidad moral y el poder destructivo que eso conlleva.
Christopher Nolan (director y guionista). Nolan ha manifestado que se sintió atraído por la figura de Oppenheimer precisamente por su complejidad, el conflicto ético intrínseco entre construir la bomba y comprender sus consecuencias. Para enfatizar esa dimensión íntima, optó por escribir partes del guion “en primera persona”, algo poco convencional para un guion cinematográfico, para “meterse en la cabeza” del protagonista.
En relación con las escenas más duras o visiones de víctimas (después de la explosión), Nolan ha defendido su apuesta por la subjetividad: “lo que no muestro es tanto como lo que muestro”, pues su intención era reflejar la experiencia interna de Oppenheimer más que una crónica exterior total. Nolan también habló de la dificultad de condensar una vida tan amplia en una narrativa dramática, de seleccionar qué omitir y qué enfatizar, balanceando precisión histórica y densidad cinematográfica.
Cillian Murphy (Oppenheimer): varios críticos destacan su actuación como el núcleo emocional del film, sensible, contenida y al mismo tiempo cargada de tensión interna. En una entrevista con The Guardian, Murphy reconoció que no es muy aficionado a las entrevistas, pero declaró sobre la película: “Estoy satisfecho con lo que conseguimos”.
Robert Downey Jr., Emily Blunt, Matt Damony otros nombres del reparto aportan solidez secundaria: algunos roles críticos políticos, figuras del gobierno y colegas científicos que contribuyen al entramado de tensión y confrontaciones.
En entrevistas del equipo, se menciona que el rodaje fue intenso, con gran exigencia emocional por parte de todos, pues se trataba de representar no solo hechos, sino estados del alma bajo presión. En cuanto a la música, la banda sonora compuesta por Ludwig Göransson ha sido muy elogiada, considerada una “explosión musical” que potencia la carga dramática y psicológica del film.
Razones para no perderte este largometraje
- Ambición narrativa y visual: Oppenheimer ha sido recibido como un proyecto ambicioso que mezcla escala épica con intimidad, con una puesta en escena que impresiona tanto en lo técnico (fotografía, montaje, efectos prácticos) como en lo dramático.
- Interpretación de Murphy como motor: Muchas reseñas alaban a Cillian Murphy como el corazón que sostiene la película, capaz de transmitir conflicto interior sin recurrir a grandes gestos exteriores.
- Dilemas morales y dimensión filosófica: El filme estimula la reflexión sobre la ciencia, el poder, la responsabilidad y el costo humano. No se queda en la mera crónica, sino que propone interrogantes éticos.
- Precisión histórica y episodios reales: Aunque inevitablemente selectiva, la película incorpora elementos documentados (las audiencias, la prueba Trinity, tensiones políticas) que anclan el relato en hechos reconocibles.
- Recepción positiva general: En Rotten Tomatoes, la crítica señala que es otro logro absorbente de Nolan, con visuales impresionantes y actuación destacada de Murphy. En Filmaffinity, muchas voces lo catalogan como obra maestra o lo mejor de Nolan hasta ahora.
Algunas debilidades de esta joya
- Longitud y ritmo: Algunos críticos consideran que el metraje (aproximadamente 172 minutos) y ciertos saltos temporales pueden resultar pesados o ralentizar el dinamismo en ciertos tramos.
- Tratamiento de personajes secundarios (especialmente femeninos): Han surgido críticas acerca de que ciertos personajes femeninos quedan algo relegados o menos desarrollados frente al protagonismo dominante del científico.
- Reserva frente a la representación del sufrimiento humano directo: Algunos opinan que Nolan elude mostrar de modo explícito el sufrimiento visual de las víctimas de la bomba, lo que algunos consideran un acto moral dudoso o una “omisión deliberada”.
- Complejidad y exceso informativo: Para espectadores menos familiarizados con la historia, ciertas referencias, saltos cronológicos o términos técnicos pueden resultar densos.
- Tensión entre la subjetividad y la distancia histórica: Mientras que la apuesta subjetiva es audaz, algunos espectadores podrían sentirse distanciados al no tener una postura externa más firme sobre los hechos.
Nuestra opinión personal: Oppenheimer es una obra maestra, de gran envergadura que combina lo monumental con lo íntimo. Me parece que Nolan logra un equilibrio impresionante entre la épica del contexto histórico y la fragilidad interior del protagonista. La impresión que deja es más reflexiva que narrativa: no se trata de entretener por sí sola, sino de confrontar al espectador con preguntas incómodas sobre ciencia, poder y responsabilidad.
No es una película perfecta: en ciertos momentos el ritmo se resiente, y algunas figuras secundarias merecían un tratamiento más profundo. Pero su dimensión filosófica, su carga emocional contenida y su apuesta formal son tan contundentes que para mí se sitúa como una de las más relevantes de la década.
"Oppenheimer" (ver gratis en RTVE Play) no es solo cine, es un espejo moral: el genio que encendió la chispa atómica y cargó con el peso de su luz y de su sombra. https://t.co/dYCCq1APpk Nolan construye una obra monumental donde la ciencia se cruza con la política y la ética,… pic.twitter.com/x9rhjJVAmx
💣⚛️Últimas horas para disfrutar en #RTVEPlay de 'Oppenheimer' - dirigida por Christopher Nolan, protagonizada por Cillian Murphy y ganadora de 7 premios Oscar-.
Hay un chiste sólo para matemáticos o físicos con conocimientos de inglés, como aparece en la camiseta adjunta. Jerk en inglés es una palabra polisémica, que habitualmente se usa más en su significado despectivo de cretino. Pero también significa tirón, y eso se expresa como la tercera derivada de de la posición respecto al tiempo.
- La posición cambia con la velocidad(1ª derivada).
- La velocidad cambia con la aceleración(2ª derivada).
- La aceleración cambia con el jerk (3ª derivada).
En un coche, por ejemplo: La velocidad es cuánto rápido avanza. La aceleración es cómo aumenta esa velocidad. El jerk mide lo brusco que es el cambio de aceleración (por ejemplo, si el conductor pisa el acelerador de golpe o suavemente). En ingeniería, control de vehículos, robótica o ascensores, se intenta minimizar el jerk para lograr movimientos más suaves y confortables.
En la física del movimiento, la posición es el punto de partida; la velocidad es su primera derivada, indicando la rapidez con la que cambia la posición; la aceleración es la segunda derivada y el ritmo de cambio de la velocidad; el jerk o tirón es la tercera derivada y el cambio brusco de la aceleración cuando pisas el freno bruscamente repetidas veces pero de forma regular.
A partir de aquí, las derivadas superiores (ver en Wikipedia)describen cambios más sutiles y complejos: el jounce o snapes la cuarta derivada, como la sensación de tirones repetitivos al pasar por una serie de baches; el crackle es la quinta derivada y el cambio en el jounce, que ocurre cuando la naturaleza de esos rebotes se modifica repentinamente; y el pop es la sexta derivada, un concepto aún más abstracto que describe el cambio en el crackle, fundamental en el análisis de vibraciones y la dinámica de fluidos.
Cada concepto en esta cadena es la derivada del anterior y la integral del siguiente, mostrando cómo el movimiento se construye y se descompone en sus componentes más básicos. No aburrimos más, pero la broma nos ha parecido divertida, por ser tan críptica como ingeniosa.
Un taller de alquimia o un laboratorio de experimentos para niños puede ser una experiencia educativa y encantadora si se presenta como una mezcla de ciencia, fantasía y creatividad. Aquí tienes un conjunto de ideas para organizarlo:
Nombre del Taller: “Pequeños Alquimistas”, “Escuela de Alquimia del Bosque Mágico” o “El Laboratorio de Merlín”
Conviene creas un ambiente mágico: frascos de vidrio, luces tenues, calderos, capas para los niños, y decoraciones con símbolos místicos (soles, lunas, estrellas, runas simples).
Estructura del Taller (1.5 a 2 horas aprox.)
1. Bienvenida y presentación (15 min). Cada niño elige su “nombre de alquimista” (ej: “El sabio Dracón”, “Alquimista Estrella”). Les das una “credencial mágica” y una capa o cinta.
2. Experimentos “mágicos” (60 min). Divídelos en estaciones o hazlos en grupo. Cada uno se presenta como una “poción” o “transformación”.
Poción burbujeante (Reacción química simple): Bicarbonato, vinagre y colorante en un frasco decorado. Llamarla: “Elixir del Dragón Rojo”.
Slime mágico: Pegamento + bicarbonato + solución salina. Personalización con brillantina: “Baba de estrella”.
Tinta invisible: Jugo de limón + calor suave para revelar el mensaje. Llamarla: “Tinta de duende espía”.
Cambio de color mágico: Col lombarda hervida como indicador de pH. Jugos o líquidos ácidos/básicos cambian el color. “Poción camaleónica”.
Cristales mágicos (opcional para dejar en casa): Agua caliente, sal o bórax, y un limpiapipas en forma de estrella. Tarda horas/días en formarse. Concepto: cristalización por saturación.
3. Creación de un amuleto alquímico (20 min). Manualidad simple: amuleto con arcilla, cuentas o símbolos dibujados. Lo pueden guardar en un saquito que tú les das.
Otras “recetas de alquimia” seguras, educativas y muy divertidas para un taller con niños. Todas están pensadas para parecer mágicas, pero se basan en reacciones químicas sencillas o manualidades encantadoras.
2. Poción Arcoíris en un Frasco. Materiales: Miel. Jabón líquido azul. Agua coloreada (verde). Aceite vegetal. Alcohol (como desinfectante con colorante rojo). Cucharita.
Instrucciones: En un frasco, vierte los líquidos lentamente en este orden: miel, jabón, agua, aceite, alcohol. Si se hace con cuidado, verás capas separadas de colores como un arcoíris. Concepto: diferentes densidades de líquidos.
3. Bola de Cristal Brillante. Bote de plástico con tapa. Agua. Glicerina. Brillantina. Figurita o amuleto pequeño (opcional). Instrucciones: Llena el bote con agua y un chorrito de glicerina. Agrega brillantina y la figurita. Cierra muy bien la tapa. ¡Tendrás una bola mágica para agitar! Concepto: manualidad sensorial tipo “globo de nieve”.
4. Gas de Hada Invisible. Materiales: Vinagre. Bicarbonato. Vaso o recipiente. Una vela pequeña. Haz la reacción de bicarbonato y vinagre en un recipiente. Sin verter el líquido, inclina el recipiente sobre la vela encendida: ¡se apaga con el “gas invisible”! Concepto: el CO₂ producido desplaza el oxígeno.
6. Agua Encantada que Se Congela al Tocar. Materiales: Botellas de agua purificada. Congelador. Coloca botellas de agua en el congelador por 2–3 horas (sin que se congelen del todo). Sácalas y golpéalas suavemente o vierte sobre un hielo: ¡se congelan al instante! Concepto: superenfriamiento.
Cierre con ceremonia mágica (10-15 min): Los declaras “Alquimistas Graduados”. Les entregas un Diploma de Alquimia. Haz una pequeña “explosión mágica” con mentos y soda para celebrar. Materiales recomendados: Frascos pequeños de plástico o vidrio. Cucharitas medidoras. Colorantes, bicarbonato, vinagre, pegamento, brillantina. Jugos cítricos, repollo morado. Cartulina, cintas, sellos mágicos. Capas (pueden ser retazos o túnicas sencillas). Música ambiental mágica (tipo Harry Potter o celta instrumental)
Extras divertidos: Un “libro de fórmulas mágicas” tipo recetario donde ellos peguen etiquetas de cada experimento. Stickers de pociones o criaturas mágicas.
Si tienen chicos prueben este experimento, en un plato con agua tiran pimienta, les dicen que los virus son como la pimienta, meten el dedo y los virus se quedan, después se ponen jabón, repiten y los virus se alejan! pic.twitter.com/lT4TsCFaoU
Un experimento sencillo como este (1/4 de agua, 3/4 de aceite, colorante alimenticio y una pastilla efervescente) contiene una pequeña lección de física (densidades de fluidos), química (formación de CO2) y un momento mágico. Los niños son el futuro: ¡aprovechémoslo! #cienciapic.twitter.com/RJK3Cjvdgx
“El delirio de la física” es una obra de divulgación científica escrita por el físico y periodista colombiano Jorge Bolívar Galiano. El libro propone un recorrido provocador y accesible por los conceptos más profundos y desconcertantes de la física moderna: desde la mecánica cuántica hasta la teoría de cuerdas, pasando por la relatividad, los agujeros negros y los multiversos.
Bolívar plantea que la física, más que una ciencia exacta, es hoy un campo donde la especulación, la paradoja y la imaginación desafían constantemente lo que creemos entender del universo. De ahí el término “delirio”, que no se usa en sentido peyorativo, sino como señal de la osadía intelectual que supone enfrentarse a lo desconocido. Una cita: “La física se ha vuelto una metáfora de la locura humana por comprender lo incomprensible.”
Temas clave del libro El delirio de la física: Física cuántica y sus paradojas: el principio de incertidumbre, la superposición, el gato de Schrödinger. La relatividad de Einstein: cómo el tiempo y el espacio son moldeables. Teoría de cuerdas y dimensiones ocultas: especulaciones sobre una realidad multidimensional. Agujeros negros y la naturaleza del tiempo. Multiverso y el papel de la conciencia en la realidad.
Jorge Bolívar Galiano traduce estos temas complejos a un lenguaje claro, sin sacrificar profundidad, e invita al lector a reflexionar sobre los límites entre ciencia, filosofía y creencias. Es colombiano, físico, periodista, escritor y divulgador científico. Ha sido columnista y colaborador en medios como El Tiempo, Semana y El Espectador. Bolívar combina conocimientos científicos con un enfoque crítico y poético. Su estilo es ameno, con tintes filosóficos, y busca acercar la ciencia al lector común sin trivializarla.
Sigue una comparación entre “El delirio de la física” de Jorge Bolívar y algunas obras clave de Carlo Rovelli y Stephen Hawking, tres estilos diferentes de divulgación que abordan temas similares pero con enfoques distintos:
Enfoque: Filosófico, poético y provocador. Estilo: Narrativo y crítico. Bolívar se atreve a cuestionar los límites mismos de la ciencia, coqueteando con lo místico y lo metafísico. Público: Lector general con curiosidad, sin necesidad de conocimientos previos. Aporte: Hace pensar más allá de los datos. Invita a desconfiar de las “certezas” de la física actual y a reflexionar sobre la condición humana ante el universo. Ideal si buscas:Asombro, preguntas incómodas, y ciencia narrada como un delirio lúcido.
Enfoque: Filosófico y científico con una fuerte base matemática y teórica. Estilo: Elegante y poético, pero más técnico que Bolívar. Rovelli es un físico que escribe como un ensayista. Público: Curiosos cultos, con interés por la física contemporánea y gusto por la belleza del pensamiento abstracto. Aporte: Desmonta nuestra intuición del tiempo con rigor científico y profundidad emocional. Ideal si buscas:Ciencia moderna con sensibilidad literaria y rigor conceptual.
Enfoque: Divulgación científica clásica, centrada en explicar el universo desde la física teórica. Estilo: Claro, directo, y didáctico. Poco poético, mucho contenido. Público: Público general con interés en entender los grandes conceptos del universo. Aporte: Introdujo a millones en la cosmología, los agujeros negros, el big bang y la teoría del todo. Ideal si buscas:Fundamentos, claridad científica y un panorama completo del universo conocido.
🔍 Comparación rápida
Autor
Estilo
Tono
Nivel técnico
Enfoque principal
Jorge Bolívar
Narrativo, crítico
Filosófico
Bajo
Ciencia como misterio y metáfora
Carlo Rovelli
Ensayístico, lírico
Reflexivo
Medio
Naturaleza del tiempo y la realidad
Stephen Hawking
Didáctico, directo
Científico
Medio-alto
Cosmología y física del universo
🎯 En resumen: ¿Quieres una experiencia casi literaria sobre la física como delirio humano? Ve con Jorge Bolívar Galiano. ¿Te interesa una meditación elegante sobre el tiempo y la existencia? Prueba con Rovelli. ¿Prefieres una introducción clara y sólida a los misterios del cosmos? Lee a Hawking.
Gran y difícil labor la de los reporteros de ETB, periodista Asier y cámara Dani, rodando en minutos entre Getxo y el concesionario de BYD en Bilbao. Tratamos de explicar que, si bien esta innovación Flash Charging Batterymarca un nuevo hito, los tiempos actuales de recarga en itinerancia ya no son un problema real de tiempo. Insistí que la duración media de repostaje de combustible es de 12 minutos, no cinco como se suele decir.
Mostré que en nuestro "viejo" Tesla Model 3, ya con dos ITVs pasadas por sus más de 6 años de vida, ir desde Getxo a Berlín, por ejemplo, implicaba apenas unas paradas del orden medio de 11 minutos. Cierto que todavía no hay tantos PDR como boquereles, pero esa diferencia se está anulando (por la creciente apertura de los primeros y algunos cierres ya de los segundos).
La Super e-Platform de BYD está preparada para alcanzar potencias de carga de hasta 1.000 kW (1 MW). Esta cifra permite una capacidad jamás vista en un vehículo de serie. Hasta ahora, estas cifras solo se habían registrado en vehículos industriales, como el camión Tesla Semi. Integrada en su plataforma, BYD presenta la Flash Charging Battery, un sistema que incorpora un canal iónico que conecta el ánodo y el cátodo de la batería, permitiendo alcanzar una corriente máxima de carga de 1.000 amperios y una tasa de recarga de hasta 10 C. Tesla con su red V3 Supercharger SuC, alcanzan aproximadamente los 250 kW, mientras que sistemas como los de Ionity pueden superar los 350 kW.
En un viaje largo cada dos o tres horas, equivalentes a 400 km, conviene salir del coche y descansar un cuarto de hora. La experiencia de viajar en eléctrico mejora muchísimo más con carga en destino que con cargas intermedias más rápidas. Es decir, hacen falta más cargadores lentos desatendidos en destino. ¿Para que cargar en 5 min en itinerancia si el 95% de las veces lo puedes hacer mientras el coche está aparcado?
Por establecer una analogía: ¿Sería noticia un coche diésel con 3000 km de autonomía? Estaría bien, si, pero es absurdo porque 1000 km ya cubre las necesidades de todo el mundo. La recarga en SuC Tesla o Ionity es suficiente ya desde hace años. Siendo positivos, al menos estas operaciones de puro marketing traen de nuevo a la palestra la superioridad de la movilidad eléctrica.