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Relación entre nivel de rating y duración en ajedrez digital

Quienes diariamente, todos los días, jugamos ajedrez online, tenemos preferencias de tiempo por partida en función del nivel de juego que tengamos. Los de juego medio, en mi caso al menos, solemos preferir duraciones de un máximo de 10 minutos cada oponente, denominado Rapid. Pero,... ¿qué dice la ciencia sobre la correlación entre el ELO y el reloj?

En la última década, el ajedrez ha experimentado una metamorfosis digital sin precedentes. Plataformas como Chess.com y Lichess no solo han democratizado el acceso al juego, sino que han generado una base de datos masiva sobre el comportamiento humano bajo presión. Una de las preguntas más fascinantes para la psicología del deporte y la ciencia de datos es: ¿Cómo se correlaciona el nivel de un jugador con la duración de las partidas que elige? 

Para desentrañar esta cuestión, debemos mirar más allá del simple tablero y entender cómo nuestro cerebro procesa la información en diferentes escalas temporales. 

La dicotomía cognitiva: Sistema 1 vs. Sistema 2El psicólogo Daniel Kahneman (ver en otros posts), en su obra Pensar rápido, pensar despacio, describe dos sistemas de pensamiento. El Sistema 1 es rápido, intuitivo y emocional; el Sistema 2 es lento, deliberativo y lógico.

En el ajedrez de Bullet (menos de 3 minutos) o Blitz (entre 3 y 10 minutos), el nivel del jugador está fuertemente correlacionado con su capacidad de reconocimiento de patrones (Sistema 1). Los grandes maestros no "calculan" cada jugada en un Blitz; "sienten" la posición gracias a miles de horas de estudio que han cristalizado en intuición pura.

Por el contrario, en ritmos Rapid o Classical, el nivel se correlaciona con la profundidad del cálculo y la resistencia cognitiva (Sistema 2). Aquí, la correlación entre el ELO y la precisión aumenta significativamente.

La competitividad de los "Pools" o grupos de jugadores. Un fenómeno observado en ambas plataformas es que la fuerza relativa de un rating de 2000 puntos no significa lo mismo en todas las categorías.

Blitz como el estándar de oro: En la mayoría de las plataformas, el nivel de Blitz suele ser el más "duro". Esto se debe a que la mayoría de los jugadores titulados (GMs, IMs) pasan el mayor tiempo en esta categoría. Un jugador de 2000 en Blitz suele ser técnicamente más fuerte que uno de 2000 en Rapid.

La inflación en el ritmo Rapid: Históricamente, los ritmos más lentos en línea han atraído a jugadores más ocasionales o principiantes que necesitan tiempo para evitar errores groseros ("blunders"). Esto crea una curva de nivel donde el ELO tiende a estar más inflado en comparación con las modalidades rápidas.

La curva de la edad y la fatiga digitalLa correlación entre nivel y tiempo también está mediada por la biología. Los jugadores más jóvenes suelen dominar las categorías de tiempo ultra-rápido (Bullet). Sus reflejos y su velocidad de procesamiento visual les permiten compensar, en ocasiones, una comprensión estratégica ligeramente inferior.

A medida que el nivel de los jugadores aumenta (hacia la élite), la brecha entre su rendimiento en Blitz y Clásico tiende a cerrarse. Un Gran Maestro de élite es capaz de mantener una precisión asombrosa incluso con solo segundos en el reloj, algo que un aficionado simplemente no puede replicar.

¿Por qué los mejores prefieren (a veces) lo más rápido? Podría parecer contraintuitivo que un "ajedrez culto" prefiera el Blitz, pero para el experto, el tiempo reducido actúa como un destilador de esencia. En partidas de un minuto, sólo sobrevive lo que el jugador realmente ha interiorizado. No hay tiempo para la duda. Para la ciencia de la educación, esto demuestra que la verdadera maestría no es solo saber resolver un problema, sino haber automatizado la solución.

Conclusión: El equilibrio del aprendizajeLa correlación es clara: a mayor nivel, mayor es la capacidad de mantener la precisión en ritmos cortos, pero también mayor es el respeto por el ajedrez lento como la base del conocimiento. Para el estudiante de ajedrez, la recomendación educativa es clara: el ritmo Rapid construye el conocimiento, mientras que el Blitz pone a prueba la solidez de lo aprendido.

El ajedrez online nos ha enseñado que el reloj no es solo un límite, sino un espejo de nuestra arquitectura mental. Ya sea que prefieras el vértigo de un Bullet o la meditación de una partida diaria, estás participando en uno de los experimentos cognitivos más grandes de la historia.

Otros muchos posts sobre ajedrez.

Finales de Los Soprano desde la semiótica y la psicología


Como ejemplo perfecto de La Indeterminación Narrativa, hemos recopilado Cuatro Hipótesis sobre el final de Los Soprano (varios posts). En el vasto ecosistema de la narrativa televisiva, pocos momentos han generado tanto debate académico y popular como los segundos finales de "Made in America", el episodio que cerró Los Soprano en 2007. Mientras la cultura popular se obsesionó con la pregunta binaria ("¿Murió o no?"), desde una perspectiva de análisis estructural y psicología cognitiva, el final ofrece un campo de estudio fascinante sobre la percepción, expectativa y construcción de la realidad.

David Chase no nos dio un final; nos presentó una ecuación incompleta. A continuación, desglosamos las cuatro resoluciones más plausibles, no desde el fanatismo, sino desde la lógica narrativa y la psicología del espectador.

1. Hipótesis de la Muerte Súbita (El Patrón de Edición). Esta es la teoría más aceptada cuando aplicamos el análisis cinematográfico estricto. La escena en Holsten's sigue un patrón rítmico de edición pavloviano: Suena la campana de la puerta. Corte a la cara de Tony (mirando hacia arriba). Corte al punto de vista subjetivo de Tony (quién entra).

Este ciclo se repite con Carmela, con AJ y con otros clientes. Cuando Meadow corre hacia la puerta, suena la campana. Vemos a Tony levantar la vista. El cerebro del espectador, condicionado por la secuencia anterior, espera el corte al punto de vista de Tony (ver a Meadow). En su lugar: negro absoluto y silencio.

Desde la neurociencia cognitiva, esto sugiere la cesación inmediata de la conciencia. Como Tony le dijo a Bobby Baccalieri: "Probablemente ni siquiera lo oyes cuando sucede". El espectador "muere" con Tony porque compartimos su percepción visual. El sistema se apaga antes de que el cerebro procese la imagen de la bala.

2. Hipótesis del Gato de Schrödinger (Indeterminación Cuántica). Si nos alejamos de la edición y nos acercamos a la física teórica como metáfora narrativa, Tony Soprano existe en un estado de superposición. Mientras la pantalla permanezca en negro y no haya una observación posterior que colapse la función de onda, Tony está simultáneamente vivo y muerto.

Esta teoría sostiene que la ambigüedad no es un rompecabezas a resolver, sino el mensaje en sí mismo. Chase rompió el contrato narrativo tradicional que exige cierre (Gestalt). Al rechazar el final newtoniano (causa-efecto visible), la obra se mantiene viva eternamente en el debate. Es un final que rechaza la entropía; nunca decae porque nunca termina.

3. Hipótesis del Panóptico (Paranoia Eterna)Desde la psicología clínica y la sociología, existe un destino peor que la muerte física: la muerte de la paz mental. Si Tony no muere en ese instante, el corte a negro representa la ansiedad crónica bajo la que vivirá el resto de sus días.

El hombre de la chaqueta Members Only podría ser solo un cliente. Los boy scouts podrían ser solo niños. Pero para un sociópata acorralado por el FBI y enemigos de la mafia, cada cena familiar es una posible ejecución. El corte a negro simboliza que, aunque siga vivo, la vida como disfrute ha terminado; ahora es solo una vigilancia perpetua. Es una prisión cognitiva donde el espectador es forzado a sentir la misma paranoia hipervigilante que el protagonista.

4. Hipótesis Metaficcional (La Muerte del Espectador)Esta es quizás la interpretación más culta y cínica. Los Soprano siempre fue una serie consciente de sí misma. Esta teoría postula que Tony no murió, sino que nosotros fuimos desconectados.

David Chase decidió "matar" al voyeur. Durante años, la audiencia fue cómplice moral de los crímenes de Tony, disfrutando la violencia desde la seguridad del sofá. El corte a negro es el director cortando el cable de fibra óptica que nos une a ese universo. La vida de los Soprano continúa en su universo ficticio (comen sus aros de cebolla, se van a casa), pero nosotros hemos perdido el privilegio de observarlos. Es un castigo epistemológico: se nos niega el conocimiento final como sanción por nuestro morbo.

Conclusión: El Triunfo de la Estructura. Independientemente de si la bala entró en el cráneo de Tony o si simplemente se le atragantó un aro de cebolla, el final de Los Soprano es una clase magistral de narrativa. Nos enseña que, en la era de la información, lo que más nos perturba no es la tragedia, sino la ausencia de datos.

El cerebro humano aborrece el vacío. Al negarnos el cierre, Chase aseguró que nosotros mismos tuviéramos que completar la obra, convirtiendo al espectador pasivo en un creador activo. Y esa, quizás, es la lección educativa más valiosa de la serie.

Historias de diván: cuando la consulta se hace literatura

En 2007 Gabriel Rolón publicó Historias de diván, un libro que no pretende enseñar técnicas terapéuticas ni erigir teoría nueva, sino acercar al lector a la experiencia clínica: a esos instantes en los que la palabra —dictada por el dolor o por la vergüenza— encuentra una escucha y, con ello, la posibilidad de ser pensada. Cada relato es una pequeña escena de consultorio donde afloran heridas antiguas (duelos, celos, abandonos), mecanismos de defensa y, sobre todo, la apuesta por resignificar el pasado.

Lo notable de la obra no es sólo su honestidad sino su estilo: Gabriel Rolón describe con economía narrativa y respeto al paciente, evitando el efectismo fácil. El lector entra en la sala, acompaña el silencio, presencia una frase que cae y una interpretación que abre una ventana. El resultado es una lectura doble: tanto humana como pedagógicaHistorias de diván funciona como ejemplo de cómo la escucha profesional puede aportar recursos para comprender conflictos que todos, en mayor o menor medida, vivimos.

Para docentes de literatura, filosofía o educación emocional, el libro ofrece materiales preciosos: fichas de personaje para trabajar la empatía, textos breves para analizar cómo la narrativa puede transformar una experiencia personal y preguntas para debatir en clase sobre memoria, responsabilidad y vínculo. Y para lectores interesados en la condición humana, es una lectura cercana que recuerda que, a menudo, nombrar el dolor es empezar a desarmarlo.

Gabriel Rolón (n. 1961, La Matanza, provincia de Buenos Aires) es licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires, psicoanalista de profesión y divulgador habitual en radio y televisión. Su salto a la popularidad como autor comenzó con Historias de diván, que lo convirtió en uno de los escritores más leídos de Argentina en la última década; desde entonces ha publicado otros títulos de divulgación y una novela. Rolón combina su formación clínica con un estilo narrativo próximo, orientado a poner en lenguaje accesible temas del inconsciente, el duelo, los vínculos y los malestares cotidianos. 

Historias de diván reúne relatos basados en casos clínicos —transcripciones o reescrituras de sesiones— en las que el analista relata el encuentro con distintos pacientes y las historias que estos traen al consultorio: duelos, celos, infidelidades, miedos, heridas de la infancia y reconstrucciones del pasado. No es una novela en sentido estricto sino una colección testimonial que busca mostrar cómo el psicoanálisis escucha y nombra el sufrimiento humano, y cómo la palabra puede convertirse en herramienta de transformación. El tono oscila entre la confidencia clínica, el ensayo y la narración breve, con una cuidada voluntad de hacer accesible el aparato conceptual del psicoanálisis al lector general. 

El libro se compone de varias historias/autorretratos clínicos —en las ediciones aparecen ocho o diez relatos—, cada uno centrado en un paciente distinto y en un conflicto vital determinado. El narrador (el analista) introduce al lector en la escena del consultorio, describe la situación que trae el paciente y, paso a paso, las intervenciones, los silencios y las interpretaciones que emergen. 

Sus temas recurrentes son duelo, abandono, celos, culpa, memoria, “resignificación” del pasado, herencias familiares y la tensión entre lo que se dice y lo que se calla. El libro destaca la importancia del relato personal: contar la propia historia —aunque sea dolorosa— permite organizar la experiencia y, a veces, transformar la relación con el pasado. 

Su estilo es de una claridad expositiva, anécdotas clínicas narradas con respeto, y frecuentes reflexiones meta-psicológicas que buscan que el lector comprenda el proceso terapéutico sin tecnicismos innecesarios. Su valor pedagógico radica en que funciona como puerta de entrada al psicoanálisis para lectores no especialistas y como material útil para debates en aulas de humanidades, filosofía y educación emocional.

Algunas citas de muestra- “Mirá, a veces es interesante ver cómo uno repara afuera, en otros, lo que no puede reparar adentro.”  - “A veces el tiempo y la memoria cambian un poco las cosas.” - “El amor es un sentimiento cuyo inicio se reconoce mirando hacia atrás e iluminando el pasado con la luz del presente.” 

Historias de diván mantiene su vigencia porque combina empatía clínica con economía narrativa: es accesible sin trivializar, cercano sin condescendencia. Aprovecha la fuerza de lo testimonial para hablar de problemas universales: cómo vivimos las pérdidas, cómo repetimos patrones, y cómo la palabra —en manos de un buen oyente— puede abrir posibilidades de cambio. Es, además, un texto útil para quienes trabajan en educación porque propone recursos prácticos para introducir la reflexión emocional en el aula. 

Cornelius Castoriadis: el filósofo del imaginario social

Cornelius Castoriadis (1922-1997) fue un filósofo, economista, psicoanalista y militante político nacido en Estambul y criado en Atenas. Durante la Segunda Guerra Mundial participó en la resistencia contra la ocupación nazi. En 1945 emigró a Francia, donde trabajó como economista en la OCDE y fundó, junto a Claude Lefort, el influyente grupo y revista Socialisme ou Barbarie, que criticaba tanto al capitalismo como al socialismo burocrático soviético.

A lo largo de su vida, Cornelius Castoriadis combinó la práctica política con la teoría filosófica y el psicoanálisis, defendiendo siempre la autonomía individual y colectiva como horizonte de la sociedad. Falleció en París en 1997.

El núcleo de su obra gira en torno a la idea de la imaginación radical y la creación de significaciones sociales. Para él, las sociedades no son simples reflejos de leyes económicas o estructuras materiales, sino que crean imaginarios colectivos que dan sentido a la realidad. Entre sus conceptos más importantes destacan:

Imaginario social: el conjunto de significaciones que dan coherencia a una sociedad.

Autonomía: proyecto político y ético en el que los individuos y comunidades se autoinstituyen conscientemente. 

Crítica a la burocracia: tanto del capitalismo como del socialismo soviético, por sofocar la creatividad y la participación democrática.

Sus libros principales son los siguientes:

La institución imaginaria de la sociedad (1975) — su obra fundamental, donde desarrolla la noción de imaginario social.

El mundo fragmentado (1990).

Los dominios del hombre: las encrucijadas del laberinto (1986).

El avance de la insignificancia (1996).

La creación humana y la imaginación radical (recopilación póstuma).

Otros textos y artículos en la revista Socialisme ou Barbarie (1949-1965).

Algunas citas destacadas de Castoriadis:

-“La sociedad es creación imaginaria, y no puede reducirse a necesidades funcionales o a determinismos materiales.”

-“Autonomía significa que los hombres se dan sus propias leyes, sabiendo que son suyas.”

-“El proyecto de la modernidad es la creación de individuos autónomos en una sociedad autónoma.”

-“La burocracia, ya sea capitalista o socialista, es la negación de la democracia.”

-“La libertad no consiste en recibir instituciones, sino en instituirlas colectivamente.”

Cornelius Castoriadis fue el filósofo del imaginario socialun pensador incómodo e inclasificable, que cruzó fronteras entre filosofía, política, economía y psicoanálisis. Su insistencia en la imaginación radical y la autonomía lo convierte en un autor clave para repensar la democracia, la creatividad social y la capacidad de las personas para reinventar el mundo. Castoriadis sigue siendo actual en el siglo XXI.

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La ley del espejo: Lo que ves en los demás, también vive en ti

La ley del espejoobra de Yoshinori Noguchi en 2006, es una fábula moderna que parte de un caso aparentemente cotidiano para transmitir una profunda enseñanza: el mundo exterior que interpretamos refleja nuestro mundo interior. Es una historia que puede cambiar nuestra forma de mirar a los demás.

Yoshinori Noguchi (Hiroshima 1963) es un escritor japonés, especialista en desarrollo personal, coaching y educación emocional. Nació en Japón y alcanzó la fama por su capacidad de combinar conceptos de psicología humanista, budismo y coaching en forma de cuentos sencillos con moralejas poderosas.

Su obra más conocida, La ley del espejo, ha sido traducida a varios idiomas y usada en contextos terapéuticos, educativos y de autoayuda. Noguchi también ha impartido talleres, conferencias y ha escrito otros textos de crecimiento personal en Japón. Su estilo se caracteriza por ser directo, empático y narrativo, utilizando historias con carga emocional que invitan a la reflexión profunda.

El relato de La ley del espejo se centra en Naoki, un niño que sufre acoso escolar (bullying). Su madre, Yukiko, acude preocupada a un coach de vida que le explica que para ayudar a su hijo, primero debe revisar su propia vida emocional y sanar sus conflictos internos, especialmente los relacionados con su padre.

A través de esta historia, Yoshinori Noguchi propone la idea de que las personas y situaciones que nos molestan son espejos que reflejan heridas o emociones no resueltas dentro de nosotros. El proceso de sanación se basa en el perdón, la aceptación y la toma de responsabilidad emocional.

Lecciones principales del libro: Nada exterior cambia, si no cambiamos nuestro interior. Las personas conflictivas actúan como espejos de aspectos que debemos trabajar. Sanar heridas familiares mejora la relación con los demás. El perdón libera y transforma. Tomar responsabilidad por lo que sentimos es clave para el crecimiento personal.

Es un libro breve, sencillo y poderoso, ideal para quienes buscan una transformación emocional desde una lectura accesible y con un enfoque humanista. Nos hace preguntas como, ¿Y si el problema no está fuera, sino dentro? Algunas citas destacadas:

  1. Toda persona que aparece en tu vida es un espejo que refleja algo de ti.
  2. “Los problemas que más te duelen son oportunidades para sanar tu interior.”
  3. “Cuando perdonas, no cambias el pasado, pero sí liberas tu futuro.”
  4. “El resentimiento hacia otros es, en realidad, un conflicto no resuelto contigo mismo.”
  5. No podemos cambiar a los demás, pero sí podemos cambiar la forma en que los miramos.”
  6. “El corazón se aligera cuando dejas de buscar culpables y comienzas a asumir tu parte.”
  7. “Para ayudar a los demás, primero hay que empezar por uno mismo.”
  8. “Sanar la relación con nuestros padres es sanar nuestra historia.”
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