Dicen que cualquier paisaje es un estado del alma, y así nos sentíamos esta mañana camino de Lakua, en un rutinario viaje de trabajo. La belleza del bosque otoñal nos ha obligado a detenernos al poco de amanecer. Viajar puede ser fatigoso, pero podemos alegrarnos al contemplar los escenarios naturales por los que pasamos. La diferencia entre un paisaje y otro puede ser mínima; la diferencia inmensa radica entre quienes lo aprecian y quienes apenas lo ven. La mitad de la belleza depende del paisaje, y la otra mitad de quien lo admira. Es posible que las tierras pertenecen a sus dueños, pero el paisaje y el cielo sólo son de quienes sepan apreciarlos. Más fotos...
1 comments:
porque el placer de viajar es algo que nunca debemos de perder ni dejar de disfrutar, siempre estamos "viajando" y aprendiendo algo nuevo
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