Nos sorprendió saber que Asunta Basterra Porto disponía de un blog, asunca.wordpress.com, donde se cita su nombre íntegro, junto al de su profesora particular de inglés -Sophie Elizabeth Paton- que le animó a crearlo (en dicho idioma).
Bajo el título «Asunca», la escolar que llegó a cumplir los 13 años inició esta breve publicación digital con sólo cuatro entradas (posts). Con una sorprendente madurez y en un inglés correcto (¿la ayudó su profesora o era coautora?), el blog utiliza un estilo metafórico como una "caza de fantasmas" (propio de la literatura adolescente) en tres espacios naturales de Santiago de Compostela: El parque de la Alameda, el de Belvís y el de San Domingos de Bonaval.
En el segundo post, la introducción de donde proceden las dos imágenes anexadas, tras una primera entrada dedicada a una simple salutación al mundo (Hello, World!), Asunta indica que "Las personas que contarán la historia de estos parques serán Asunta Basterra Porto y Sophie Elizabeth Paton". Y continúa, siempre en inglés, "Escribimos este blog porque otras personas nos han dicho que han visto extraños en el parque",...
Sin entrar, en especulaciones con el post final (ver en ambos idiomas) que entendemos es un relato imaginario, y menos en desatar lo distractor y enfermizo de estas noticias (esperemos que tampoco esto sirva para ello, en ninguna de las vertientes morbosas de la trágica desaparición de esta niña), su presencia en la blogosfera nos lleva a algunas consideraciones:
Bajo el título «Asunca», la escolar que llegó a cumplir los 13 años inició esta breve publicación digital con sólo cuatro entradas (posts). Con una sorprendente madurez y en un inglés correcto (¿la ayudó su profesora o era coautora?), el blog utiliza un estilo metafórico como una "caza de fantasmas" (propio de la literatura adolescente) en tres espacios naturales de Santiago de Compostela: El parque de la Alameda, el de Belvís y el de San Domingos de Bonaval.
En el segundo post, la introducción de donde proceden las dos imágenes anexadas, tras una primera entrada dedicada a una simple salutación al mundo (Hello, World!), Asunta indica que "Las personas que contarán la historia de estos parques serán Asunta Basterra Porto y Sophie Elizabeth Paton". Y continúa, siempre en inglés, "Escribimos este blog porque otras personas nos han dicho que han visto extraños en el parque",...
Sin entrar, en especulaciones con el post final (ver en ambos idiomas) que entendemos es un relato imaginario, y menos en desatar lo distractor y enfermizo de estas noticias (esperemos que tampoco esto sirva para ello, en ninguna de las vertientes morbosas de la trágica desaparición de esta niña), su presencia en la blogosfera nos lleva a algunas consideraciones:
- ¿Es correcta esta exposición, incluso tras su muerte, de estos relatos-reflexiones de una escolar tan joven? Entendemos que en este caso concreto, aunque lo nombres propios puedan sobrar, el relato pseudopolicíaco que prometía pudo ser una estrategia adecuada para estimular su competencia escritora en su tercera lengua, alentar su imaginación,...
- ¿Ha de ser borrado este testimonio de Asunta Basterra Porto? Obviando los complejos reglamentos jurídicos (probablemente habríamos de emborronar su rostro,...), si ello cabe considerando lo obsoleto de su fundamentación en un mundo de personas creciente y precozmente conectadas, opinamos que no. Su blog forma parte de su obituario y describe, leve pero certeramente, aspectos de su personalidad.
- ¿Hemos de escuchar a la infancia y adolescencia, aun siendo menores de edad legal, en sus formas de expresión contemporánea? Sí, por supuesto siempre que sea de modo bienintencionado y profesionalmente por educadores, porque nos hablan de sí mismos, de sus anhelos y de sus temores.
- ¿Cuál es la urgencia en estas nuevas realidades? Lo más crítico es educar sobre las oportunidades y riesgos de estas formas tan potentes de comunicar de un modo tan abierto. Pero el mejor modo de alcanzar estas competencias digitales, acordes a cada edad, es utilizando con acompañamiento y correctamente en su debido modo, no prohibiendo o retardando su uso.