Seguimos con autores japoneses (otros posts), con el exitoso libro Antes de que se enfríe el caféde Toshikazu Kawaguchi(川口俊和). Nació en Osaka, Japón, en 1971. Antes de publicar la novela fue dramaturgo: escribió y dirigió obras para el grupo teatral Sonic Snail, y su historia surgió originalmente como una obra de teatro (2010) que después adaptó a novela (publicada en 2015).
Kawaguchi ha escrito varias continuaciones y la serie Before the Coffee Gets Cold se ha convertido en un fenómeno internacional, con adaptaciones cinematográficas y planes para televisión. La novela transcurre en un pequeño y singular café de Tokio llamado Funiculi Funicula, donde existe una mesa especial: quien se sienta en ella puede viajar al pasado (o, en algunos episodios, al futuro) con varias reglas estrictas: la persona no puede levantarse de la silla; sólo puede encontrarse con gente que haya visitado antes el café; lo que ocurra en el pasado no cambiará el presente; y, sobre todo, debe volver antes de que su taza de café se enfríe —el tiempo aproximado del viaje es el que tarda en enfriarse la bebida.
La obra narra cuatro historias principales (clientes distintos que usan la silla) y la vida del personal del local, entre ellas: una mujer que desea reparar una relación sentimental, una enfermera que busca una carta perdida de su marido enfermo, y personajes que confrontan la pérdida, el arrepentimiento y el deseo de cerrar asuntos pendientes. La obra explora cómo la posibilidad de “volver” no siempre equivale a cambiar, pero sí a comprender, perdonar o aceptar.
La novela combina realismo mágico suave con una sensibilidad japonesa muy marcada: atención al detalle cotidiano, modestia emocional y reflexión sobre el paso del tiempo, la memoria y la importancia de las pequeñas acciones. Es una obra que suele clasificarse como “feel-good” emotiva: consigue resonancia emocional sin grandes artificios narrativos, apostando por historias humanas contenidas y resonantes.
Antes de que se enfríe el café nació como obra teatral, se convirtió en novela (2015) y ha generado varias secuelas y adaptaciones —incluida una película japonesa (Cafe Funiculi Funicula, 2018)— y traducciones internacionales; la serie continúa publicándose y en 2024 y 2025 hubo nuevas entregas en la saga.
Citas extraídas (original + traducción sugerida). Provienen de ediciones y recopilaciones públicas; aquí tienes algunas frases representativas.
“Remember — drink the coffee before it goes cold.” «Recuerda: bebe el café antes de que se enfríe.»
“If you could go back, who would you want to meet?” «Si pudieras volver, ¿a quién querrías encontrarte?»
“At the end of the day, whether one returns to the past or travels to the future, the present doesn’t change.” «Al final del día, ya sea que vuelvas al pasado o viajes al futuro, el presente no cambia.»
“Water flows from high places to low places.” «El agua fluye de lo alto a lo bajo.» (frase breve que funciona como imagen recurrente en la novela).
“Your time in the past will begin from the time the coffee is poured.” «Tu tiempo en el pasado comenzará desde el momento en que el café sea servido.»
Argumentos para recomendarlo a un público culto
Fácil de leer pero profundo: la novela es breve y accesible, ideal para clubes de lectura o aulas de literatura que quieran trabajar temas como memoria, pérdida y reconciliación sin recurrir a textos densos.
Trabajo interdisciplinar: permite actividades que combinen literatura, ética y filosofía (debates sobre libre albedrío y consecuencias), así como proyectos sobre teatro y adaptación, dado su origen dramático.
Formato didáctico para jóvenes lectores: se presta a lecturas guiadas, redacciones personales sobre “si yo pudiera volver…”, o pequeñas representaciones teatrales.
En 4 días iniciamos nuestro club de lectura ♥️ ¿Siempre quisiste tener un grupo de amigos con quien hablar de libros? “El alma lo es todo. Por muy duro que sea el presente y por mucho que…” Autor: Toshikazu Kawaguchi Libro: Antes de que se enfríe el café #cementeriodelibrospic.twitter.com/fCTMkhaLI6
— Cementerio De Libros (@Cementedelibros) June 5, 2024
No dejes nada para después. Después, el café se enfría. Después. pierdes el interés. Después, el día se convierte en noche. Después, la gente crece. Después, la gente envejece. Después, la vida pasa. Después, te arrepientes de no haber hecho algo cuando tuviste la oportunidad de. pic.twitter.com/BkVFkhhGok
En un mundo que teme a la vejez, Hideki Wada escribe con honestidad: la vida después de los 80 puede ser movimiento, deseo, aprendizaje y risa. ‘El Muro de los 80 Años’ no promete remedios milagrosos: propone actitudes pequeñas y valientes para transformar la caída esperada en un nuevo comienzo.
Hideki Wada (和田秀樹) es médico y psiquiatra japonés, especializado en salud mental de personas mayores. A lo largo de décadas de práctica clínica ha tratado a miles de pacientes geriátricos y ha publicado una amplia obra divulgativa sobre envejecimiento, salud mental y calidad de vida, que le ha convertido en una figura muy conocida en Japón. Su trabajo se mueve en el cruce entre la práctica clínica, la divulgación y la crítica social sobre cómo afrontamos la vejez.
Hideki Wada, nacido el 7 de junio de 1960 en Osaka, Japón, es un psiquiatra especializado en enfermedades mentales en la tercera edad. Con más de 35 años de experiencia, ha tratado a aproximadamente 6.000 pacientes, enfocándose en cómo la mente influye en el proceso de envejecimiento. Estudió en la Escuela de Psiquiatría Karl Menninger en Estados Unidos, lo que le permitió integrar perspectivas occidentales a su práctica japonesa.
Más allá de la medicina, Wada es un polímata: director de cine, con obras como I Will Never Forgive (2018) y Juken no Shinderera (2007), y colaborador en reseñas cinematográficas para la revista Asahi Weekly entre 2003 y 2005. Su interés por el cine se entreteje con su trabajo psiquiátrico, usando narrativas para explorar temas de resiliencia y felicidad en la vejez. A los 65 años (en 2025), Wada aboga por llamar a las personas mayores de 70 "personas afortunadas" en lugar de "ancianos", promoviendo una visión positiva del envejecimiento. Su obra refleja esta filosofía, desafiando sistemas médicos que priorizan la restricción sobre la libertad.
El Muro de los 80 Años —título traducido del inglés The 80-Year-Old Wall (o versiones con ese sentido)— llegó al gran público en Japón con un fuerte impacto: desde su aparición se ha señalado que superó las centenas de miles de ejemplares vendidos y se convirtió en un fenómeno de ventas y debate social, porque plantea una mirada optimista y práctica sobre la vida después de los 80 años. El libro recoge consejos directos y observaciones extraídas de la experiencia clínica del autor y ha sido glosado por medios y reseñas en distintos países.
El libro articula una metáfora central —la “pared” de los 80 años— para hablar del corte o la transformación que muchas sociedades perciben al llegar a edades muy avanzadas. En lugar de entender la vejez como declive inevitable, Hideki Wada propone 44 verdades / consejos (enunciados breves y prácticos) para vivir con mayor bienestar físico, emocional y social más allá de los 80.
Los conceptos principales del libro son:
Movimiento y cuerpo: la importancia de mantenerse activo, caminar y evitar la rigidez.
Actitudes frente a la salud: evitar la medicalización excesiva, priorizar la calidad de vida sobre la obsesión por parámetros fisiológicos y aprender a convivir con ciertas limitaciones.
Autonomía emocional: permitir deseos, cambiar de opinión, elegir con quién pasar el tiempo y conservar la capacidad de disfrutar.
Relación social y sentido: mantener actividades que provoquen alegría, aprendizaje continuo y la práctica de pequeños actos de servicio a otros.
El tono es directo, con máximas que buscan ser memorables y accionables: no es un ensayo académico sino una guía humana y práctica basada en la clínica. Con citas como: “Camina siempre. No dejes de moverte.” “Cuando estés enfadado, respira hondo.” “No hace falta bajar siempre la presión sanguínea o el azúcar a toda costa: el equilibrio es lo que importa.” “La vejez no debe ser la negación de los deseos: no finjas que ya no los tienes.” “Aprende siempre. Si dejas de aprender, te sentirás viejo de inmediato.” “Sonríe. Lo bueno suele venir detrás de una sonrisa.”
Análisis crítico y valor pedagógico:
Fortalezas: el libro ofrece consejos prácticos, claros y fáciles de recordar; su origen clínico (experiencia con personas mayores) dota a las máximas de credibilidad y calidez. Además, plantea un enfoque positivo del envejecimiento que puede funcionar muy bien en contextos educativos para sensibilizar sobre la autonomía y la dignidad en la tercera edad.
Limitaciones: algunas recomendaciones son muy generales y rozan el aforismo; el enfoque optimista puede minimizar complejidades sociales o económicas del envejecimiento (por ejemplo, el acceso a cuidados, pensiones o la soledad estructural). Desde una óptica pedagógica conviene usar el libro como punto de partida para debate, no como manual único.
Uso en el aula o en talleres: ideal para sesiones intergeneracionales (jóvenes + mayores), actividades de reflexión personal (cada participante elige 3 máximas que quiere aplicar) y proyectos de educación para la salud que combinen el aprendizaje de hábitos con el análisis crítico de discursos sobre la vejez.
En un mundo donde la longevidad se ha convertido en una realidad cotidiana, especialmente en sociedades como la japonesa, surge un libro que desafía las concepciones tradicionales sobre el envejecimiento. El Muro de los 80 Años (título original en japonés: *80-sai no Kabe*), escrito por el psiquiatra Hideki Wada, se ha posicionado como un fenómeno editorial, con ventas que superan las 500.000 copias desde su publicación.
Esta obra no es solo un manual de salud, sino un manifiesto por una vejez feliz y liberada de mitos médicos restrictivos. Acompáñame en este análisis profundo, donde exploraremos la vida del autor, un resumen de la obra, citas clave y reflexiones para lectores interesados en literatura y educación gerontológica.
El Muro de los 80 Años aborda el concepto de un "muro" invisible que muchos enfrentan al llegar a los 80: la brecha entre la esperanza de vida total (82 años para hombres y 88 para mujeres en Japón) y la esperanza de vida saludable (72 para hombres y 75 para mujeres). Wada argumenta que este muro no es físico, sino mental y social, impuesto por mitos médicos que fomentan el miedo y la inactividad. En lugar de enfocarse en curar enfermedades, el libro promueve "vivir con ellas" y disfrutar la vida sin excesivas restricciones.
Estructurado en 44 "verdades" simples pero profundas, el texto es un compendio de consejos prácticos para personas entre 60 y 80 años, con el objetivo de alcanzar los 100 en buena salud y felicidad. Wada critica la sobredependencia de chequeos médicos innecesarios y anima a priorizar el placer: comer lo que se antoje, mantener la curiosidad y rechazar el aislamiento. No es un libro de autoayuda convencional, sino una crítica cultural al envejecimiento "productivo", proponiendo en su lugar un "envejecimiento feliz". Su tono es humorístico, accesible y subversivo, invitando a los lectores a liberarse de estereotipos para una vejez plena.
Algunas de las 44 Verdades para una Vida Afortunada.
Sobre la Actitud Mental y Emocional:
1. "Sigue caminando." – Enfatiza el movimiento constante para mantener la vitalidad.
2. "Respira profundo cuando sientas ira." – Controla las emociones para preservar la salud mental.
21. "Cuando el auto llega a la montaña, aparece el camino": esta es la frase favorita de los ancianos afortunados. – Promueve la resiliencia ante obstáculos.
Sobre la Salud y los Hábitos Diarios:
10. "No te preocupes por las manchas en la piel." – Ignora preocupaciones estéticas superficiales.
44. "La felicidad en la vejez viene de la libertad, no de la restricción." – Sintetiza la filosofía central del libro.
Estas citas, extraídas de reseñas y extractos públicos, ilustran cómo Wada transforma la geriatría en una celebración de la vida. Para una lectura completa, recomiendo adquirir el libro, disponible en ediciones japonesas y traducciones internacionales. La obra no solo es literatura inspiradora, sino una herramienta educativa para repensar la vejez en contextos de envejecimiento poblacional. Wada nos recuerda que envejecer no es un límite, sino una oportunidad para la sabiduría y el gozo.
Todas las recomendaciones: 1. Sigue caminando. 2. Cuando estés enojado, respira hondo. 3. Haz suficiente ejercicio para que tu cuerpo no se ponga rígido. 4. Bebe más agua cuando uses el aire acondicionado en verano. 5. Los pañales ayudan a aumentar la movilidad. 6. Cuanto más masticas, más activos se vuelven tu cerebro y tu cuerpo. 7. La pérdida de memoria no se debe a la edad, sino a la falta de uso del cerebro. 8. No hay necesidad de tomar demasiados medicamentos. 9. No hay necesidad de bajar excesivamente la presión arterial ni el azúcar en sangre. 10. Estar solo no es soledad; es pasar tiempo en paz. 11. La pereza no es algo de lo que avergonzarse. 12. No hay necesidad de gastar dinero en un carnet de conducir (hay una campaña en Japón para que las personas mayores devuelvan sus carnets). 13. Haz lo que quieras; no hagas lo que no te gusta. 14. Los deseos naturales persisten incluso en la vejez. 15. En cualquier caso, no te quedes en casa todo el tiempo. 16. Come lo que quieras; un poco de peso extra es mejor. 17. Haz todo con cuidado. 18. No te involucres con gente que no te cae bien. 19. No veas la televisión todo el tiempo. 20. En lugar de luchar contra la enfermedad, aprende a vivir con ella. 21. “Cuando el coche llega a la montaña, aparece el camino”: esta es la frase mágica para la felicidad de las personas mayores. 22. Come fruta fresca y ensaladas. 23. La hora del baño no debe exceder los 10 minutos. 24. Si no puedes dormir, no te fuerces. 25. Las actividades que te traen alegría aumentan la actividad cerebral. 26. Di lo que sientes; no pienses demasiado. 27. Busca un médico de cabecera lo antes posible. 28. No seas demasiado paciente ni rígido; ser un viejo valiente tampoco está mal. 29. A veces, cambiar de opinión está bien. 30. En las etapas finales de la vida, la demencia es un regalo de Dios. 31. Si dejas de aprender, envejeces. 32. No anheles la fama; lo que tienes es suficiente. 33. La inocencia pertenece a los mayores. 34. Cuanto más difícil es algo, más interesante se vuelve. 35. Tomar el sol trae felicidad. 36. Haz cosas que beneficien a los demás. 37. Disfruta del día con tranquilidad. 38. El deseo es la clave de la longevidad. 39. Vive con alegría. 40. Respira con tranquilidad. 41. Los principios de la vida están en tus manos. 42. Acepta todo con paz. 43. Las personas alegres son queridas por todos. 44. Una sonrisa trae buena suerte.
La ley del espejo, obra de Yoshinori Noguchien 2006, es una fábula moderna que parte de un caso aparentemente cotidiano para transmitir una profunda enseñanza: el mundo exterior que interpretamos refleja nuestro mundo interior. Es una historia que puede cambiar nuestra forma de mirar a los demás.
Yoshinori Noguchi (Hiroshima 1963) es un escritor japonés, especialista en desarrollo personal, coaching y educación emocional. Nació en Japón y alcanzó la fama por su capacidad de combinar conceptos de psicología humanista, budismo y coaching en forma de cuentos sencillos con moralejas poderosas.
Su obra más conocida, La ley del espejo, ha sido traducida a varios idiomas y usada en contextos terapéuticos, educativos y de autoayuda. Noguchi también ha impartido talleres, conferencias y ha escrito otros textos de crecimiento personal en Japón. Su estilo se caracteriza por ser directo, empático y narrativo, utilizando historias con carga emocional que invitan a la reflexión profunda.
El relato de La ley del espejose centra en Naoki, un niño que sufre acoso escolar (bullying). Su madre, Yukiko, acude preocupada a un coach de vida que le explica que para ayudar a su hijo, primero debe revisar su propia vida emocional y sanar sus conflictos internos, especialmente los relacionados con su padre.
A través de esta historia, Yoshinori Noguchipropone la idea de que las personas y situaciones que nos molestan son espejos que reflejan heridas o emociones no resueltas dentro de nosotros. El proceso de sanación se basa en el perdón, la aceptación y la toma de responsabilidad emocional.
Lecciones principales del libro: Nada exterior cambia, si no cambiamos nuestro interior. Las personas conflictivas actúan como espejos de aspectos que debemos trabajar. Sanar heridas familiares mejora la relación con los demás. El perdón libera y transforma. Tomar responsabilidad por lo que sentimos es clave para el crecimiento personal.
Es un libro breve, sencillo y poderoso, ideal para quienes buscan una transformación emocional desde una lectura accesible y con un enfoque humanista. Nos hace preguntas como, ¿Y si el problema no está fuera, sino dentro? Algunas citas destacadas:
“Toda persona que aparece en tu vida es un espejo que refleja algo de ti.”
“Los problemas que más te duelen son oportunidades para sanar tu interior.”
“Cuando perdonas, no cambias el pasado, pero sí liberas tu futuro.”
“El resentimiento hacia otros es, en realidad, un conflicto no resuelto contigo mismo.”
“No podemos cambiar a los demás, pero sí podemos cambiar la forma en que los miramos.”
“El corazón se aligera cuando dejas de buscar culpables y comienzas a asumir tu parte.”
“Para ayudar a los demás, primero hay que empezar por uno mismo.”
“Sanar la relación con nuestros padres es sanar nuestra historia.”
El kintsugi(金継ぎ o reparación dorada), también conocido como kintsukuroi (金繕い o reparación en oro), es una técnica tradicional japonesa que consiste en recomponer objetos de cerámica rotos utilizando barniz mezclado con polvo de oro, plata o platino. En lugar de ocultar las grietas o rupturas, el kintsugi las resalta, convirtiendo la imperfección en una parte valiosa y hermosa de la historia del objeto.
Esta filosofía kintsugirefleja la idea de que las cicatrices y los defectos no deben ocultarse, sino que pueden ser una parte esencial de la belleza y la historia de algo o alguien. Kintsugi está profundamente ligado a conceptos. Las personas rotas no se descartan, ni se desechan; se reparan y sus cicatrices al igual que los objetos reparados con Kintsugi las hacen más valiosas y bellas.
El resultado es una pieza que no solo ha sido reparada, sino transformada en algo único y valioso gracias a las marcas de su rotura. Las grietas doradas resaltan con elegancia los detalles de la pieza, mostrando la belleza de las imperfecciones y el arte de la restauración.
El kintsugies una perfecta materialización artística de la virtud de la resiliencia (posts varios), que demuestra que la naturaleza y los seres humanos somos capaces de adaptarnos y recuperarnos de cualquier proceso traumático.
La palabra siesta proviene de la hora sexta romana, que designa la hora solar sexta, correspondiente a las 12 del mediodía. Con respecto al tiempo, esta puede variar desde 20 minutos a 4 horas, o sea, alrededor de las 12 h., momento en el cual se hacía una pausa de las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas. Esto en parte responde, a que entre las 12 h. y las 16 h. en muchas regiones templadas y subtropicales hace demasiado calor para el trabajo en el campo a pleno sol, razón por la cual los campesinos trabajaban a primeras horas de la mañana y a última de las tardes cuando el sol no es tan intenso.
El origen de la siesta se remonta al Imperio Romano. La palabra “siesta” proviene del latín “sexta”, que hace referencia a la sexta hora del día. Los romanos dividían el día en periodos de luz de 12 horas, y la sexta hora del día corresponde al comprendido entre la 1 de la tarde del invierno y las 3 de la tarde del verano. En ese momento, se hacía una pausa de las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas.
En España, la siesta comenzó a ser común después de la Guerra Civil. En este período, era habitual que un trabajador tuviese más de un empleo para mantener a su familia y recurriese al mediodía para comer y descansar, y de esta forma poder rendir lo suficiente en el trabajo de tarde.
Además, la siesta tiene una explicación biológica. Es una consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al sistema digestivo, lo que provocaba una consiguiente somnolencia. Por ello, después de comer, el cuerpo puede pedirte un descanso, sentarse, echar la siesta.
Es importante mencionar que, aunque la siesta es muy conocida en España, datos de la BBC desmontan el mito: casi el 60% de los españoles nunca duermen una siesta, mientras que sólo el 18% toma algunas veces una siesta de mediodía.
¿Sabías que dormirse en el trabajo está bien visto en Japón? La palabra ‘’Inemuri’’ hace referencia a ‘’dormir despierto’’, o lo que es lo mismo: una forma de ser productivo y recuperar energías en el trabajo. Dormirse en otros lugares, como el transporte público, también está bien visto, pues demuestra que no has descansado por ejercer tu trabajo de la mejor manera posible.
¿Te imaginas poder dormirte en cualquier sitio y que no te miren mal?
SIESTA EN EL TRABAJO | 🇯🇵
🔹En Japón, una sociedad con problemas históricos para equilibrar la vida personal y la laboral, intentan mejorar la situación para aliviar el estrés de sus trabajadores.
🔹Empiezan a implementar oficinas especialmente preparadas para dormir la siesta. pic.twitter.com/GNdhjsU8xd
— Asia News Network (@asianewsnetwork) April 1, 2024
SIESTA Beneficios de la Siesta
Están probados los beneficios que supone para la salud, ese rato de sueño-descanso a primera hora de la tarde, generalmente después de la comida de medio día, que conocemos con el nombre de Siesta...https://t.co/0ZrjT15mfTpic.twitter.com/swklxwdx7s
En la tradición japonesa, el bushidō(武士道?) es un término traducido como «el camino del guerrero». Es un código ético estricto y particular al que muchos samuráis (o bushi) entregaban sus vidas, que exigía lealtad y honor hasta la muerte.
Si un samurái fallaba en mantener su honor y lealtad, podía recobrarlo practicando el Seppuku o también llamado Harakiri o Haraquiri o Hara-Kiri el cual era una especie de suicidio ritual, aunque también el Seppuku/Harakiri se utilizaba para pagar con la propia vida la deslealtad y deshonor de un guerrero. También se utilizaba como una manera de mostrar honor y lealtad en ciertas circunstancias en la cual el guerrero decidía acabar con su propia vida cuando ya no tenía alguna salida o posibilidad de victoria, escape o supervivencia ante sus enemigos. Para ellos en su honor y lealtad era preferible suicidarse a ser asesinados, torturados o ser forzados a delatar a sus camaradas y así callar por siempre para "llevarse a la tumba" cierta información y secretos y todo lo que era de interés saber para sus enemigos. Se dice que desde pequeño, el bushidō era inculcado a los japoneses de la clase dirigente incluso antes de despegarse del pecho de la madre.
La palabra samurái procede del verbo japonés saburau que significa «servir como ayudante». La palabra bushi es una palabra japonesa que significa «caballero armado». La palabra «samurái» fue utilizada por otras clases sociales, mientras que los guerreros se llamaban a sí mismos mediante un término más digno, bushi.
Ha llegado a ser conocido como el código samurái, pero es más que eso. El nombre dado no es "el código" o "la ley" del guerrero, sino mejor, "el Camino". No es simplemente una lista de reglas a las cuales un guerrero se debe apegar a cambio de su título, sino un conjunto de principios que preparan a un hombre para pelear sin perder su humanidad, y para dirigir y comandar sin perder el contacto con los valores básicos. Es una descripción de una forma de vida, y una prescripción para hacer un hombre-guerrero noble.
Estas son las siete virtudes del guerrero:
義 Gi — Justicia o Rectitud (decisiones correctas). Sé honrado en tus tratos con todo el mundo. Cree en la justicia, pero no en la que emana de los demás, sino en la tuya propia. Para un auténtico samurái sólo existe lo correcto y lo incorrecto.
勇 Yu — Coraje. Álzate sobre las masas de gente que temen actuar. Ocultarse como una tortuga en su caparazón no es vivir. Un samurái debe tener valor heroico. E vivir la vida de forma plena, completa, maravillosa. El coraje heroico no es ciego. Es inteligente y fuerte. Reemplaza el miedo por el respeto y la precaución.
仁 Jin — Compasión. Mediante el entrenamiento intenso y la meditación el samurái se vuelve rápido, fuerte y sabio. Desarrolla un poder que debe ser usado en bien de todos. Ayuda a sus compañeros en cualquier oportunidad. Si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla.
礼 Rei — Respeto, cortesía. Los samurái no tienen motivos para ser crueles. No necesitan demostrar su fuerza. Un samurái es cortés incluso con sus enemigos. Un samurái recibe respeto no solo por su fiereza en la batalla, sino también por su manera de tratar a los demás. La auténtica fuerza interior del samurái se vuelve evidente en tiempos de apuros.
誠 Makoto — Honestidad, sinceridad absoluta. Cuando un samurái dice que hará algo, es como si ya estuviera hecho. Nada en esta tierra lo detendrá en la realización de lo que ha dicho que hará. Hablar y hacer son la misma acción.
名誉Meiyo — Honor. Es la virtud más importante de todas. El auténtico samurái sólo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que toma y cómo las lleva a cabo son un reflejo de quién es en realidad. En caso de quedar mancillado, la única forma de restaurarlo es mediante el Seppuku o suicidio ritual.
忠義 Chuugi — Lealtad. Haber hecho o dicho «algo», significa que ese «algo» le pertenece. Es responsable de ello y de todas las consecuencias que le sigan. Un samurái es intensamente leal a aquellos bajo su cuidado. Para el guerrero, las palabras de un hombre son como sus huellas: puedes seguirlas donde quiera que él vaya.
El código 7-5-3 completa las siete virtudes con cinco claves para la salud: Nutrición Racional, Ejercicio Sensible, Descanso eficiente, Higiene adecuada y Actitud positiva, así como tres estados de espíritu o de la mente
Zanshin: Alerta/Consciente, Mushin: Mente clara / Mente vacía y Fudoshin: Equilibrio emocional.
El Código Bushido es un código ético muy estricto compuesto por 7 principios: integridad, respeto, valor, honor, compasión, honestidad y lealtad. Estos 7 principios permitieron a los Samurai ser los hombres más poderosos, fieros de su época, y a la vez los más justos y honorables pic.twitter.com/QJcIGs2xAf
“La gran ola de Kanagawa” es una obra maestra del arte japonés que ha cautivado a personas de todo el mundo. Fue creada por el pintor especialista en las estampas ukiyo-e, Katsushika Hokusai (autorretrato en la imagen lateral), y se publicó entre 1830 y 1833 durante el período Edo de la historia de Japón. Es parte de la famosa serie “Fugaku sanjūrokkei” (36 vistas del Monte Fuji).
Aspectos interesantes sobre esta icónica estampa:
La obra muestra una enorme ola que se alza sobre unos barcos, con el majestuoso monte Fuji al fondo.
La composición equilibrada y la intensidad de la ola capturan la fuerza y la belleza de la naturaleza.
Contexto Histórico y posibles significados:
Algunos sugieren que la ola podría ser una metáforade la invasión extranjera en tierras japonesas. En ese momento, Japón reflexionaba sobre si abrirse al exterior o permanecer aislado.
Fuerza de la Naturaleza:
Otra interpretación es que la ola representa la virulencia de la naturaleza, capaz de acabar con vidas humanas e incluso elevarse por encima del mismísimo monte Fuji, un símbolo nacional en Japón de eternidad.
Legado Duradero:
La obra ha influido en artistas y coleccionistas en todo el mundo.
Se ha convertido en un ícono cultural y sigue siendo recreada en diversas formas, desde murales hasta tatuajes.
Algunas curiosidades de la icónica imagen de Japón. Fue creada hace casi 200 años y sigue siendo recreada en todas partes.
En murales y tatuajes, en estampillas y ropa, en caricaturas y hasta en emojis. En apenas unos escasos 25,7 por 37,8 centímetros, Hokusai logró plasmar una escena épica, un drama oceánico con una composición simple pero tremendamente poderosa.
1. El tema no era 'La gran ola'. En realidad una vista del monte Fuji. En aquellos días, el monte Fuji era visto como una deidad protegida, espectacularmente visible desde Edo, el Tokio moderno.
Provocaba cierto temor, por la posibilidad de una erupción del volcán, pero también adoración, pues la nieve de su cima era su fuente de agua, y algunos pensaban que guardaba el secreto de la inmortalidad.
De hecho, aunque toda la serie gustó cuando se lanzó, 'Fuji Rojo' fue mucho más popular que 'La gran ola' en el Japón de 1800, debido a la reverencia espiritual hacia la sagrada montaña.
2. Hokusai la pintó cuando tenía 70 años. Según él mismo dijo, todavía estaba aprendiendo; es más, estaba convencido de que su mejor trabajo estaba por venir.
En unas memorias conmovedoras que escribió a los 76 años, abrió su corazón.
"Desde los 6 (años), tenía una inclinación por copiar la forma de las cosas. A partir de los 50, se publicaron mis imágenes...", refiriéndose a diez volúmenes de dibujos, cada uno con 60 páginas cubiertas con imágenes de todos los temas imaginables: figuras y animales reales e imaginarios, plantas, paisajes marinos, dragones, poetas y deidades... en fin.
Se llamaban "manga", una especie de prototipo de manga moderno, aunque el significado era ligeramente diferente en esa época.
Después de una pausa, le encargaron diez volúmenes más de su manga, y pidió que se hicieran con papel más barato para que sus ideas pudieran difundirse más ampliamente. Murió en 1849, a los 89 años, sin sospechar cuán grande era el destino que le esperaba a su gran ola. Al lado, autorretrato de Hokusai a la edad de 83, en el año 1842.
3. Es más que japonesa
'La gran ola' de Hokusai sólo llegó a costas ajenas 18 años después de su muerte, y más de 35 después de que él la creara, pues Japón estuvo aislado durante dos siglos.
Desde 1640, el país se había cerrado en gran medida al mundo y solo se permitía una interacción limitada con China y Holanda.
Aunque los foráneos no podían entrar en Japón, las cosas extranjeras sin duda podían hacerlo, algo que se ve claramente en 'La Gran Ola'.
Está impresa en papel de morera japonés tradicional en sutiles tonos de amarillo, gris y rosa. Pero el color que domina es un azul intenso y profundo... un azul que no era japonés.
azul de Prusia.
4. Inspiró a grandes artistas. En la década de 1850, cuando la Revolución Industrial avanzaba, las grandes potencias manufactureras buscaban agresivamente nuevas fuentes de materias primas y nuevos mercados para sus productos.
Les parecía incomprensible, de hecho intolerable, la cerrada actitud de Japón. Al final, los estadounidenses concluyeron que el libre comercio tendría que imponerse por la fuerza. Y lo lograron.
Cuando se abrieron las fronteras, hubo una avalancha de cultura visual japonesa en Occidente, y su influencia en las artes occidentales fue tal que hasta tiene nombre: japonismo.
La presentación en sociedad -occidental- de 'La gran ola' se produjo en la Exposición Universal de 1867 en París, y su impacto fue revolucionario.
El contraste de la sencillez con la que expresaba tal dramatismo y los grandes óleos europeos era abismal.
5. Era baratísima. Sabemos que en 1842 el precio de cada impresión de 'La gran ola' se fijó oficialmente en 16 mon, el equivalente a una ración doble de fideos. Hoy cuestan varios millones de raciones dobles de fideos. En marzo de 2021, un grabado de 'La gran ola' realizado alrededor de 1831 se vendió por 1,6 millones de dólares en una subasta de arte japonés y coreano de Christie's Asia en Nueva York. Era un arte barato, pero cuando se imprimía en grandes cantidades con estándares técnicos exquisitos, podía ser muy rentable: a la gente le fascinaba para adornar sus viviendas. Roy Fox Lichtenstein tomaron ideas de artistas como Hokusai y reinterpretaron su visión: 'La gran ola' tuvo un significado especial para ellos, como en "Chica ahogándose".
6. No es un tsunami. Mucha gente asume que 'La gran ola' representa un tsunami.
"Podemos estar seguros de que no es un tsunami", le dijo a la BBC el experto en hidrodinámica Chris Swan, del Imperial College de Londres.
"Los tsunamis son olas generadas por eventos sísmicos, a menudo en aguas profundas. Cuando eso pasa, la ola tiene una cresta muy larga, que no es el caso en la imagen". "Es una imagen de una ola gigante, vagabunda o monstruo, una ola piramidal. Son olas que se generan por la superposición: la suma de muchas olas existentes, crestas sobre crestas".
Así, lo que Hokusai dibujó es un fenómeno natural, infundiendo a la imagen un dramatismo y una escala extraordinarios, y originando una de las mejores representaciones del poder del mar en la historia del arte.
7. Esta obra forma parte de "La historia del mundo en 100 objetos" de la BBC (pronto post con los otros referentes como la piedra Rosetta (post previo),,... En resumen, “La gran ola de Kanagawa” es una poderosa representación artística que trasciende el tiempo y la geografía, evocando tanto la majestuosidad de la naturaleza como las complejidades de la historia humana. Para concluir, una versión animada.