Me acosté en el banco
donde yacía dormido el amor;
escuché entre sus húmedos espasmos
llorando llorando.
Luego fui al arbusto y la espesura
a la maleza de espinos y cardos;
y me contaron cómo fueron engañados,
conducidos y obligados a la castidad.
Fui al jardín del amor
y vi lo que jamás antes había visto;
ermita se levantaba en la niebla
sobre el verde en el que yo solía jugar.
Y las entradas de la ermita estaban cerradas
y sus puertas decían "no podrás pasar";
regresé entonces al jardín del amor
donde tantas flores dulces nacían.
Y vi que estaba cubierto de tumbas
y lápidas donde estaban las flores;
y negros sacerdotes paseaban entre ellas
sepultando en ataúdes mis alegrías y deseos.
William Blake
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