Quizá algún día

La muerte no nos roba los seres amados, sino que los inmortaliza en el recuerdo. En vida sí que los perdemos en muchas ocasiones.

Frecuentemente nos prometemos a nosotros mismos que algún día haremos una escapada con nuestra pareja como cuando éramos novios; algún día nos reuniremos con toda la familia que hace tiempo que no vemos; algún día invitaremos a algún viejo amigo que tenemos casi olvidado; algún día visitaremos esos rincones y gentes con quienes pasamos la infancia; quizás algún día…

Prometí a mi tío Txomin que “algún día” pasaría por su casa para recopilar algunos de sus innumerables dibujos (como el de la cueva del Gorbea), historias, recuerdos y vivencias que atesoraba como patriarca superviviente de nuestra extensa familia. Ya no podré cumplir mi palabra: Hace una hora me han comunicado su fallecimiento. Desde el duelo por su insustituible ausencia, vislumbro su última lección, remitida desde el más allá y esbozada con la misma maestría que guiaba su alma de artista. Claramente nos muestra un camino de compromiso inapelable y urgente para acometer esos temas pendientes, que pueden parecer menores pero que dan todo su significado a la vida.

No retrasemos las ocasiones felices y los encuentros con los seres queridos. Ya es tiempo de comprender que cada jornada, cada mañana, cada tarde y cada noche son irrepetibles. “In memoriam de Txomin Agirregabiria (12-5-2004).”

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