A final de curso procede compartir algunas vivencias y lecciones educativas.
Todos los educadores añoramos los finales de curso, donde se combinan agridulces las tristes despedidas de los grupos de alumnos y la expectativa de unas merecidas vacaciones. En estos días se están produciendo por doquier estos adioses, aparentemente felices por darse un recíproco descanso entre docentes y discentes, pero que entrañan un sentimiento de pérdida por alejamiento, quizá sentido inmediatamente por el profesorado y pasados días o años por el alumnado.
Entre las numerosas fiestas de finalización del curso académico hay una que muchos valoramos de modo singular: la que premia al alumnado vasco gitano que logra su graduación en las diferentes etapas educativas. En Bizkaia, la asociación Kale dor Kayikó (“Gitanos del mañana”) ha celebrado su 7ª convocatoria del Premio “Oprè Rromà” (Ánimo, gitan@) en el auditórium de la Universidad de Deusto. Fue especialmente meritoria la concurrencia de muchas madres y padres en pleno horario laboral, reconociendo la trascendencia y la prioridad que otorgan a la educación de sus hijos e hijas.
En tan solemne escenario se escucharon admirables palabras por parte de las autoridades institucionales y académicas presentes, encabezadas por el Consejero de Educación Tontxu Campos. Destacó la emotiva y directa alocución (véase el VÍDEO) que el patriarca “Tío Manuel” (Vizarraga) dirigió a todos los asistentes, alumnos, familias y profesores.
Pero el silencio retumbó por un segundo cuando un veinteañero profesional diplomado en Formación Profesional animó a los más jóvenes a estudiar. Les dio una convincente razón, el argumento máximo, válido para cualquier persona en formación: La educación os dará la libertad, la emancipación personal a cada uno de nosotros y la libertad colectiva para nuestro pueblo. Nada que añadir a este mensaje que sonó verosímil y categórico desde su ejemplo.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/libertad.htm
Todos los educadores añoramos los finales de curso, donde se combinan agridulces las tristes despedidas de los grupos de alumnos y la expectativa de unas merecidas vacaciones. En estos días se están produciendo por doquier estos adioses, aparentemente felices por darse un recíproco descanso entre docentes y discentes, pero que entrañan un sentimiento de pérdida por alejamiento, quizá sentido inmediatamente por el profesorado y pasados días o años por el alumnado.
Entre las numerosas fiestas de finalización del curso académico hay una que muchos valoramos de modo singular: la que premia al alumnado vasco gitano que logra su graduación en las diferentes etapas educativas. En Bizkaia, la asociación Kale dor Kayikó (“Gitanos del mañana”) ha celebrado su 7ª convocatoria del Premio “Oprè Rromà” (Ánimo, gitan@) en el auditórium de la Universidad de Deusto. Fue especialmente meritoria la concurrencia de muchas madres y padres en pleno horario laboral, reconociendo la trascendencia y la prioridad que otorgan a la educación de sus hijos e hijas.
En tan solemne escenario se escucharon admirables palabras por parte de las autoridades institucionales y académicas presentes, encabezadas por el Consejero de Educación Tontxu Campos. Destacó la emotiva y directa alocución (véase el VÍDEO) que el patriarca “Tío Manuel” (Vizarraga) dirigió a todos los asistentes, alumnos, familias y profesores.
Pero el silencio retumbó por un segundo cuando un veinteañero profesional diplomado en Formación Profesional animó a los más jóvenes a estudiar. Les dio una convincente razón, el argumento máximo, válido para cualquier persona en formación: La educación os dará la libertad, la emancipación personal a cada uno de nosotros y la libertad colectiva para nuestro pueblo. Nada que añadir a este mensaje que sonó verosímil y categórico desde su ejemplo.
Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/libertad.htm
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