Marga d'Andurain fue espía, amante de Lawrence de Arabia y una heroína real pero propia de una historia de ficción como 'Las mil y una noches' con altas dosis de intriga, drama y acción. Seductora, aventurera y rebelde, la apasionante historia de esta mujer con raíces vascas es un canto a la libertad (crónica de El País). Los calificativos que recibió en vida fueron variados: "la Reina de Palmira", "la Mata-Hari del desierto" o "la condesa de los veinte crímenes".
Jeanne Amélie Marguerite Clérisse, nacida el 29 de mayo de 1893 en Bayona, fue la hija menor de Maxime Clérisse, un respetable magistrado que llegó a ser juez del Tribunal de Bayona, y de Marie Diriart, miembro de una ilustre familia de notarios y médicos. De los cinco a los quince años recorrió un buen número de prestigiosas instituciones religiosas francesas. De todas fue expulsada; sólo las Ursulinas de Hondarribia (Guipúzcoa) consiguieron que completara el año escolar. Fue en este convento donde sus compañeras la llamaron por primera vez Marga, nombre que adoptaría para el resto de su vida. Tras muchos viajes y un matrimonio fallido con un primo lejano, Pierre d'Andurain, doce años mayor que ella, en 1933, "la condesa" decidió emprender su aventura más descabellada: ser la primera mujer occidental en entrar en la ciudad santa de La Meca. Fue descubierta por las autoridades locales y recluida en el harén del vicegobernador a la espera de que su segundo esposo, un humilde camellero, regresara de la peregrinación. Marga aprovechó su encierro para bordar pañuelos y enseñar a las esposas y concubinas algunos pasos de "fandango, vals y charlestón". Su estancia en Yidda se complicó al ser acusada del asesinato de su marido Soleiman -muerto en extrañas circunstancias- y encarcelada en los siniestros calabozos de la prisión de Yidda. Gracias a la intervención del cónsul francés Roger Maigret se libró de morir lapidada. Vuelta a a casar con su primer esposo el conde d'Andurain, éste sería brutalmente asesinado en las cercanías del hotel Zenobia (Siria). Tras este trágico suceso, y convencida de que nunca se haría justicia, en 1937 su viuda abandonaría para siempre Siria. Durante la Segunda Guerra Mundial, Marga y su hijo vivieron en el París ocupado por los alemanes. Mientras la condesa se ganaba la vida traficando con opio, Jacques luchaba junto a sus camaradas de la Resistencia. Tras la liberación de París, y deseosa de olvidar las penurias de la guerra, Marga se instaló con su hijo en la Costa Azul. Unos meses más tarde era detenida en Niza y trasladada a París, acusada de la muerte de su joven sobrino Raymond Clérisse. Una vez más, y a falta de pruebas, se la dejó libre. El 5 de noviembre de 1948, la condesa Marga d'Andurain moría asesinada en su velero, el Djeilan, en Tánger, cuando se disponía a comprar oro en el Congo. Nunca apareció su cuerpo ni se conocieron detalles del crimen. Tenía cincuenta y cinco años. Otras famosas espías y contrabandistas vascas. Post programado con antelación.
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