Somos muchos quienes amamos la política y nos apasiona el debate sobre cómo gestionar nuestra sociedad, formada por una plural ciudadanía. Y, al igual que para quienes aman un deporte o una afición, es imposible no contar con un equipo preferido entre quienes participan en ese ámbito.
La elección de nuestro partido político de referencia no se hace por animadversión hacia las demás alternativas (en donde mucha buena gente y muchas amistades cercanas han depositado su confianza), ni por exclusión entendiendo escoger al menos malo. Por el contrario, se ha de elegir desde el entendimiento de que la política se debe articular con el concurso de todas las sensibilidades y con el acuerdo de amplias mayorías que respeten y comprendan al conjunto del electorado.
Estamos a poco más de una semana de la llamada a las urnas del 21 de octubre de 2012, ante unas elecciones autonómicas vascas. Y es preciso acudir a votar, cada persona a quien juzgue como mejor opción, para sí mismo, para sus cercanos y para la totalidad de sus conciudadanos.
Quizá se pueda animar a la participación con algunas opiniones, puramente personales y subjetivas:
- Quizá hayamos finalizado, ¡al fin y ojalá!, la transición democrática con la desaparición de la violencia con pretextos políticos.
- El panorama partidista vasco se define mejor, con cuatro grandes opciones y otras propuestas que recibirán representación en nuestro peculiar parlamento confederal de 25-25-25 parlamentarios por Araba - Gipuzkoa - Bizkaia (a pesar de su dispar población).
- Vivimos una época convulsa y crítica, en lo económico, lo social y lo ético, donde se habrán de adoptar decisiones acertadas y pactadas para construir un futuro más halagüeño que el que nos anuncian.
- No habrá mayoría absoluta de ningún partido, por lo que sí conviene una mayoría minoritaria con peso democrática, con capacidad probada, con sentido de trascendencia en su visión a largo plazo y con centralidad para alcanzar amplios acuerdos dentro del variado y complejo (y esto no es malo) panorama político vasco.
- Es preciso un liderazgo en Lehendakaritza que corresponda a una persona trabajadora, esforzada, tenaz, centrada, amable,... que sepa esperar, que sepa ver lejos y que sepa escuchar el sentir general y apelar a la convergencia de esfuerzos colectivos.
- Por todo lo cual, e interpretando cada votante su historia y la de su comunidad, conviene votar para sentirse vinculado con lo que resulte, para seguir contribuyendo al acierto a una mejor gestión de lo público, de lo que a toda la ciudadanía le concierne.
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