"Si quieres cambiar el mundo, comienza el día haciéndote tú mismo la cama", es la primera recomendación de Willian H. McRaven. Fue en un célebre discurso de graduación de la generación 2014 de la Universidad de Texas el 21 de junio de 2014, a cargo de este almirante retirado de la Marina de los Estados Unidos, que sirvió como Comandante de todas las Fuerzas Especiales.
Willian H. McRaven en 1977 se graduó como Periodista de la Universidad de Texas, en Austin, y un año después ingresó a la Marina, donde se ofreció como voluntario SEAL.
Este entrenamiento es una capacitación de seis meses en la que se realizan distintas actividades extenuantes como carreras en la arena, sesiones nocturnas de natación en las heladas aguas de San Diego, pistas de obstáculos, ejercicios físicos interminables, se pasa días sin dormir y se convive con una sensación eterna de frío, humedad y tristeza.
El discurso puede contener apreciaciones erróneas, como suponer tras su consulta al buscador Ask que una persona solamente puede conocer a otros 10.000 seres humanos en su vida, ahora que existe Internet. Lo que merece apreciarse es que McRaven sabe condensar en ocho lecciones un protocolo para transformar el mundo:
Lección 1: Si quieres cambiar al mundo, comienza por tender tu cama.
Esta lección sugiere que todas las tareas son importantes y deben hacerse a la perfección, incluso tender la cama. Pero además, qué de realizar con éxito las primeras y simples tareas cotidianas, podremos realizar con empeño todas las demás.
Lección 2: Si quieres cambiar al mundo, encuentra a quienes te ayuden.
Esta lección propone que para que el bote llegue a su destino, todos deben remar. Destaca la importancia del trabajo en equipo y de lo fundamental que resulta contar con las personas indicadas para realizar con éxito cualquier actividad.
Lección 3: Si quieres cambiar al mundo, mide a las personas por el tamaño de su corazón, no por el tamaño de sus aletas.
Aquí McRaven habla que para cambiar el mundo, no se debe juzgar a las personas por lo que vemos en ellos, que lo que en realidad importa es la constancia que se lleva en la voluntad. Por eso, antes de emitir opiniones intenta conocer más a las personas.
Lección 4: Si quieres cambiar al mundo, debes asumir que la vida va a ser muy dura. En el entrenamiento SEAL los instructores siempre tenían una excusa para castigar a los estudiantes por cualquier motivo. Esa era la prueba para demostrar que no importa lo bien que hagas una cosa, siempre vas a recibir una crítica.
Lección 5: Si quieres cambiar al mundo, no tengas miedo al error que te exige más esfuerzo.
En el entrenamiento SEAL, un “circus” son dos horas adicionales de duro entrenamiento que ningún estudiante quería hacerlos. Sin embargo todos en algún momento pasaban por ahí, dejando en evidencia que quienes hacían las dos horas extras de ejercicios con más frecuencia se hacían más y más fuertes.
Lección 6: Si quieres cambiar al mundo, algunas veces tienes que lanzarte de cabeza.
Para cambiar al mundo, dice McRaven hay que intentar hacer cosas nuevas. Pues muchas veces para alcanzar la meta conviene tomar decisiones peligrosas o hacer cosas riesgosas como lanzarte de cabeza, por ejemplo.
Lección 7: Si quieres cambiar al mundo, tienes que ser la mejor versión de ti en los momentos más duros.
Esta lección sugiere que es en los momentos más difíciles de la misión, es donde uno debe estar más calmado y controlado, ya que para que todos los conocimientos tácticos, poder físico y fortaleza interior puedan salir a flote la persona debe mantenerse ecuánime y centrada.
Lección 8: Si quieres cambiar al mundo, nunca, NUNCA, te rindas.
En el entrenamiento SEAL hay una campana. Una campana de bronce que cuelga en el centro del lugar, a modo de que todos los estudiantes la puedan ver. Para renunciar a todo, cuenta Willian H. McRaven lo único que se tiene que hacer es sonar la campana, algo que en verdad nunca, pero nunca deberías hacer.
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