Ze ausarta naizen! ¡Qué atrevimiento el mío! Pero la empresa y el objetivo valían la pena. Ha sido una experiencia gozosa, por el sonido del bizkaiera (el dialecto vizcaíno del euskara) clásico y culto del siglo XIX resonando en el ambigú del
Teatro Arriaga. Pero había algo de tensión por hacerlo bien, por respeto hacia el euskara, hacia una variante dialectal de nuestro territorio, hacia una obra que marca un hito en la literatura en lengua vasca. Algunas fotos pueden verse en el centro, junto a dos vídeos de algunos colegas (José Manuel Gutierrez y Anabel Aguilera) que trabajan en áreas de educación.
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