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Nunca me abandones, el clásico distópico que sigue resonando

Retomamos un libro de memoria, amor y ética en la literatura, Nunca me abandones de Kazuo IshiguroEn 2005, Kazuo Ishiguro publicó esta novela que con el tiempo se ha convertido en un referente de la literatura contemporánea. Nos enfrenta a una pregunta incómoda: ¿Qué nos hace verdaderamente humanos? Y quizás la respuesta, como sugiere Ishiguro, esté menos en el futuro de la biotecnología que en algo más simple y cercano: la manera en que recordamos, amamos y acompañamos a otros, incluso cuando sabemos que todo es finito.

A primera vista, se trata de una historia narrada con calma, casi íntima: Kathy H. recuerda su infancia en un internado inglés, sus amistades con Ruth y Tommy, los juegos, las clases y los primeros amores. Pero poco a poco, como capas que se descorren, aparece una verdad perturbadora: sus vidas están predestinadas para un fin que nunca eligieron.

La fuerza de esta obra no está solo en la revelación de su trasfondo distópico —la clonación y el destino de los estudiantes como donantes de órganos—, sino en la forma en que Ishiguro convierte una historia de ciencia ficción en una meditación sobre lo más humano: la amistad, el amor y el sentido de la memoria.

En la novela Nunca me abandones, los personajes saben que su tiempo es limitado, y sin embargo, luchan por encontrar sentido en los pequeños momentos: un paseo por el campo, una canción compartida, un gesto de ternura. Esa capacidad de lo cotidiano para volverse trascendente es una de las marcas de Ishiguro, también presente en su célebre Los restos del día

La obra invita a debatirse en el hogar, el aula o en los clubes de lectura. Algunas preguntas que pueden guiar la reflexión son: ¿Qué nos dice la novela sobre la relación entre ciencia y ética? ¿Cómo cambia nuestra percepción de los personajes al descubrir su destino? ¿Por qué, incluso en la certeza de la pérdida, seguimos buscando amor y compañía?

En 2010, la historia dio el salto al cine con la película dirigida por Mark Romanek, con guion de Alex Garland y protagonizada por Carey Mulligan, Keira Knightley y Andrew Garfield. Aunque la adaptación mantiene la esencia, muchos lectores coinciden en que nada iguala la voz contenida y nostálgica de la narradora en el libro.

Nunca me abandones (título original en inglés Never Let Me Go) es una novela distópica y melancólica de Kazuo Ishiguro, publicada en 2005. La historia la narra Kathy H., que recuerda su infancia y juventud en un internado inglés llamado Hailsham.

A medida que recupera recuerdos, se revelan las terribles realidades que rodean a ella y a sus amigos Ruth y Tommy: su vida fue diseñada para un propósito oscuro vinculado a la clonación y la donación de órganos. El libro explora temas como la memoria, la identidad, la amistad, el amor y la ética de la ciencia, todo contado con un tono sereno y elegíaco que intensifica su efecto emocional.

Kazuo Ishiguro (nacido en 1954) es un novelista británico de origen japonés, conocido por su prosa contenida y por tratar temas de memoria, identidad y pérdida. Entre sus obras más conocidas están The Remains of the Day, aparte de Never Let Me Go

Suspensión de la Incredulidad: Puente entre realidad y fantasía

La "suspensión de la incredulidad" es un concepto literario y cinematográfico que se refiere a la disposición del espectador o lector para aceptar elementos fantásticos o improbables en una obra de ficción, sin cuestionarlos o criticarlos desde una perspectiva racional. Esta actitud de compromiso con la ficción permite que la audiencia se sumerja en la historia, disfrutando de la narrativa aunque se presenten situaciones o conceptos que, en la vida real, serían difíciles de creer.

Samuel Coleridge puso el término sobre la mesa a principios del Siglo XIX cuando reflexionaba sobre géneros como la fantasía, cuya naturaleza exige este compromiso a quien quiera entregarse al disfrute de sus historias. Sin embargo, es un concepto que se aplica prácticamente a todos los ámbitos de la ficción pero cuya ejecución presenta más dificultad cuanto más realista sea su apariencia.

Por ejemplo, cuando vemos una película de ciencia ficción con viajes espaciales a velocidades inhumanas, la suspensión de la incredulidad nos ayuda a dejar de lado las limitaciones del mundo real para disfrutar de la historia. Es un acuerdo tácito entre el creador y el receptor de la obra para vivir momentáneamente en un universo donde las reglas habituales pueden no aplicarse.

Aquí tienes algunos ejemplos de cómo se aplica la suspensión de la incredulidad en diferentes obras:

Películas de ciencia ficción: En Star Wars, la audiencia acepta la existencia de la Fuerza, una energía mística que guía a los personajes, a pesar de su carácter fantástico. En Avatar, el público se sumerge en el mundo alienígena de Pandora y cree en la biología y ecología única de sus criaturas, a pesar de lo imaginativo del entorno.

Literatura fantástica: En El Señor de los Anillos, los lectores aceptan la existencia de razas como elfos, enanos y hobbits, así como la magia, sin cuestionar la plausibilidad de estos elementos. En Harry Potter, se da por sentado que un mundo oculto de magos y criaturas mágicas coexiste con el mundo real, permitiendo que la historia se desarrolle de manera fluida.

Cómics y novelas gráficas: Las aventuras de superhéroes en cómics, donde personajes como Superman o Spider-Man realizan hazañas sobrehumanas, se basan en la suspensión de la incredulidad para que el público acepte estos poderes extraordinarios.

Estos ejemplos demuestran cómo, al dejar de lado el escepticismo, el espectador o lector puede disfrutar plenamente de una narrativa, aunque incluya elementos que desafíen las leyes de la lógica o la física.