El secreto de la felicidad: agradecer más y quejarse menos

50 años después de nuestra primera foto juntos en el mismo lugar, Artxanda (1974-2024). 
El amor y la familia, junto a las amistades, son la fórmula perfecta de la felicidad.
Pero, en cualquier circunstancia, bastan gratitud, resiliencia y entereza.

La felicidad, según la filosofía de agradecer y evitar las quejas, reside en enfocar la mente en lo positivo y en aceptar lo que tenemos. Eckhart Tolle sugiere que "la clave para la abundancia está en reconocer lo que ya tenemos", mientras que Epicteto, filósofo estoico, afirmaba: "La riqueza no consiste en tener grandes posesiones, sino en tener pocas necesidades". Renunciar a la queja permite que la gratitud abra espacio a la paz y la satisfacción, liberándonos de expectativas irreales y enfocándonos en el valor del presente.

La gratitud y la renuncia a quejarse son claves para alcanzar una felicidad más estable y plena. Melody Beattie, autora de "El milagro de la gratitud", lo resume así: "La gratitud desbloquea la plenitud de la vida… convierte la negación en aceptación y el caos en orden." Este enfoque se alinea con el pensamiento de Viktor Frankl, quien escribió: “Todo se te puede quitar, excepto la libertad de elegir tu actitud en cualquier circunstancia” (en la obra "El hombre en busca de sentido"). Al abandonar las quejas, elegimos ver y valorar lo bueno, lo que mejora nuestro bienestar y perspectiva.

Practicar la gratitud y evitar las quejas ayuda a desarrollar una perspectiva de vida más positiva y constructiva. Mahatma Gandhi decía: "La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía", y esto se logra al aceptar y agradecer lo que se tiene. Según Oprah Winfrey, "si te concentras en lo que tienes, siempre tendrás más". Ralph Waldo Emerson también señalaba que "la verdadera riqueza es la capacidad de experimentar plenamente la vida". Al renunciar a la queja, logramos enfocarnos en lo que realmente importa.

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