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Darío Urzay fotografía el Guggenheim

Portada y contraportada de "El Correo" del 17-10-07.
Reseña biográfica: Darío Urzay (Bilbao, 1958) se licencia en 1982 por la UPV, donde será profesor. Pasa por Londres y Nueva York en los 90, desarrollando una obra abstracta de carácter híbrido; en colecciones de numerosos países. Premio Nacional de Arte Gráfica 2006.

Los pensamientos son para el invierno...

'Puppy', el cachorro terrier de 12,5 metros de altura armado en acero inoxidable y revestido de arcilla y flores, vigila la explanada de entrada del Museo Guggenheim de Bilbao, al pertenecer a su Colección Propia. La vida de la escultura de Jeff Koons se extingue y se renueva dos veces por año, el período que tarda las flores invernales o veraniegas en brotar, crecer y marchitarse.
El manto de flores invernal está constituido por 65.000 pensamientos, que son sustituidos en el estío por begonias, alegrías, petunias, lobelias, claveles indios y claveles chinos, en una gama de colores cálidos (rojo, naranja, rosa, blanco). Puppy fue instalado por primera vez en los jardines del castillo de Arolsen (Alemania) en 1992 y en 1996 permaneció ante el Museo de Arte Contemporáneo en Sydney (Australia ).

Abrazos gratis en Bilbao

Hace poco nos preguntábamos cuándo llegaría esta iniciativa loable a Euskadi. Parece que ya llegó y ante el Guggenheim... como demuestra la foto que nos envía Josu Garro, profesor del Colegio Urdaneta, bloguero y amigo. También en vídeos... 
(En la foto, Juan Ignacio Vidarte, Director General del museo).

¿Y por qué no?

No digamos no… sin saber por qué no, porque conviene que recuperemos las inocentes preguntas de la infancia y, desde el conocimiento, revisemos los habituales porqués.

En una reciente conferencia organizada por EITB (Euskal Irrati Telebista) en el Museo Guggenheim Bilbao, el prestigioso Edward de Bono, especialista mundial en creatividad, ante un selecto auditorio concluía con este agudo mensaje de colofón: “Habitualmente existen tres etapas intelectuales en el ser humano: De 0 a 5 años, la edad del ¿por qué?; de 5 a 11 años, la fase del ¿por qué no?; y desde los 11 años en adelante, la época de porque (es así, siempre ha sido así,…)”.

Muy descriptivo y exacto. Todo padre, madre o docente reconoce perfectamente las tres etapas. En la primera infancia, nada parece imposible, todo se quiere conocer y se cree que es posible entenderlo todo. Pronto aparecen los primeros límites, y los niños se preguntan por qué no son factibles determinadas metas. Luego, antes de entrar en la adolescencia, ya parece que todo ha sido definitivo de modo inmutable y para siempre… Pero NO es así…

Conocer gradualmente el porqué de lo que nos rodea, implica advertir las dificultades e, incluso, sopesar los efectos indeseables de algunos desiderata. Sin embargo, sería conveniente proseguir con las preguntas de por qué y por qué no, porque sólo así avanza la historia de la humanidad. Preocupémonos por que la creatividad de la infancia sea mantenida y fructifique en la superación de los problemas antiguos y crónicos, a fin de alcanzar la paz, la justicia, la solidaridad,… Como señaló Bernard Show: “Algunos ven las cosas como son y se preguntan ¿por qué? Yo sueño cosas que nunca fueron y me pregunto: ¿Por qué no?”.