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¿Políticos-bloggers o bloggers-políticos?

Sólo hay dos modos de llegara a ser un político y blogger: Siendo un político que se incorpora a la blogosgera,... o siendo un blogger que accede a la política. El primer camino está abarrotado de pretendientes, pero pocos han llegado; la segunda vía, sigue inédita e inexplorada. ¿Hasta cuándo?
Ante la primera reunión de Politika 2.0 en 2010 cabe iniciar una reflexión sobre la acomodación de las fórmulas políticas instauradas y su correspondencia con las posibilidades reales de participación ciudadana. Podría concluirse como sentir generalizado que la web 2.0 y la práctica usual de colaboración y conversación directa dejan obsoletos muchas de las prácticas al uso para gestionar lo público.
Más en una época donde empresas y organizaciones buscan la cooperación máxima no sólo de sus propios agentes y de su entorno, sino de sus usuarios finales e incluso del conjunto de personas aunque no hayan mantenido relación alguna hasta la fecha. Y a estas alturas de la historia, los partidos al uso siguen precocinando sus listas cerradas en un sanedrín de tres o cinco dirigentes y luego el protocolo seudodemocrático del siglo XIX se ocupa del resto. El resultado son políticos mediocres, únicamente seleccionados para ser dirigidos por sus designadores... o por otros poderes fácticos.
Quizá falte tiempo para que el conjunto de la sociedad vea la inadecuación del viejo modo de hacer política. Sin resetear el conjunto del sistema democrático no sea que luego no arranque debidamente, ¿no podría avanzarse con listas abiertas y procesos internos más trasparentes de selección de candidaturas donde intervengan militancia y 'simpatizancia' (que no son iguales, siendo los primeros más radicales y los segundos más centrados)? Desde la blogosfera debemos extender la petición de políticas y políticos más abiertos (procesos y personas), donde se pulse la opinión continuamente y donde el electorado pueda pedir cuentas de modo continuo y permanente.
Sólo así se reducirá la brecha entre la ciudadanía y la casta política (que se percibe como un problema más que como parte de la solución). Así, y sólo así, la política será reencontrada por el conjunto social como algo cercano, enlazado con lo cotidiano y en lo que se acierta más para bien de todos cuanto más sea tarea conocida, decidida, compartida y realizada con el esfuerzo de todas las personas a quienes afecta.
En este panorama real como la vida misma, donde nadie sabe a quién ha elegido y el elegido no debe gratitud a sus votantes (sino a su protector), ¿vale la pena tratar de dotar de dimensión blogger a ese tipo de políticos? ¿No sería más eficaz seleccionar para la política a bloggers que tengan opinión propia, que sepan escuchar activamente y de responder en el ciberespacio (único modo de lograr karma)?
Y de ahí se deriva un corolario inequívoco: ¿Es preferible dotar de alma 2.0 a las formaciones políticas convencionales (existen intentonas múltiples), o sería más eficaz partir de la estructura nueva de un wikipartido y dotarle de una ideología concreta, pero siempre con una ADN participativo (¿hay alguna aproximación a esto?).

I Encuentro de Bloggers de Getxo: Agradecimientos

La resaca del I Encuentro de Bloggers de Getxo... y alrededores no ha concluido y es el momento de mostrar la gratitud a quienes han hecho posible fijar este hito que dé pie a un proyecto innovador de, ojalá, largo recorrido. Los capítulos de agradecimiento no son fáciles de escribir porque se corre el riesgo de olvidar o de relegar a quienes son merecedores de cita y aprecio. Por ello, aquí el orden no implica preeminencia, sino únicamente una sistemática para procurar recorrer el reparto íntegro de una obra coral como esta Asociación que queremos, debemos, hacer nacer por el compromiso colectivo que asumimos el pasado sábado.
Nada hubiera sido posible sin nuestras familias, las que todas las personas que allí acudimos, acompañados o no de parte de sus componentes. Todo el tiempo que dediquemos a este afán compartido, será detraído (o mejor, compartido) con nuestros familiares más cercanos. Trataremos de generar dinámicas que compatibilicen actuaciones que puedan ser de ámbito familiar, en sus distintas generaciones, a fin de no sacrificar -sino invertir- nuestro tiempo más preciado.
Entre las amistades previas o nacientes, se ha de destacar el apoyo generoso del Ayuntamiento, en las figuras de su Alcalde, Imanol Landa (quien acudió una hora antes para verificar que todo estuviese preparado), y de Urtzi Altube que ha allanado todas las dificultades sólo con solicitarlo. Aportaron los recuerdos finales (ver en la foto), la publicación en el Getxoberri nº1.108 (ver abajo o leer en el enlace), el Aula de Cultura (gracias a Aitor, que nos atendió a la perfección),... Esenciales igualmente han sido las inmediatas respuestas que tuvo el llamamiento a través únicamente de blogs. Todas las sesenta personas inscritas, aunque algunas no pudieran asistir finalmente al evento (y se disculparon justificamente), fueron determinantes para llegar a generar ilusión en esta aventura. Habría que reseñar un listado inmenso, pero fueron singularmente críticas la cooperación de Ricardo, Darío, Iñaki, Álvaro, Manuel Aresti, Alex, Josu, Eleder, Gorka, Vicente, Iker, Aitor, Luis Alfonso, Eva Molano, Rubén, Ana, Pilar, Raimundo, Fernando, José A., Idoia,... citados en el orden en el que se incorporaron al proyecto.
Tras este pistoletazo de salido, ahora nos queda como tarea inmediata constituir un equipo de continuidad que prepare próximas convocatorias. Probablemente con el formato de Asociación Cultural, iremos informando desde el wiki, getxoblog.wikispaces.com, y desde el blog, getxoblog.org, de cada paso que demos... antes de formalizarlo.

Cartas de agradecimiento

Trabajando en la administración, son frecuentes las reclamaciones, pero en contadas ocasiones también se reciben misivas de gratitud.

En medio de una vorágine de fin de curso y de preparación de uno nuevo, hemos recibido una agradable sorpresa doble: Dos cartas de reconocimiento por parte de dos directores de centros públicos. Lo habitual suelo ser que nos apelen, casi siempre con entera cortesía y siguiendo el procedimiento establecido, sobre los recursos humanos o materiales que hemos podido distribuir. Normalmente nos exponen sus necesidades, les explicamos los criterios de atribución y la dificultad de ampliar las dotaciones. En ocasiones excepcionales, revisamos nuestras decisiones y reconocemos la validez de sus quejas, atendiéndolas en segunda vuelta.

Ambas cartas –que no son una amplia muestra, pero sí el 100% de los casos, concurren algunas circunstancias comunes. Son breves, escritas en euskera, enviadas por correo postal, de dos directores varones y desde centros de ámbito alejado de la capital: Una desde Durango y otra desde Aulesti. Son dos centros de tamaño diferente, uno amplio de Enseñanza Secundaria y otro pequeño, una Escuela Unitaria (Eskola Txikia).

Dicen que el agradecimiento es la memoria del corazón. Además, indica humildad, dado que los orgullosos rara vez son agradecidos, porque todo lo que reciben creen que es merecido. Por último, también demuestra que lo concedido fue justo, porque quien recibe lo que no merece, pocas veces lo agradece.

Dado que se escriben pocas misivas de este tipo, sirva la presente como carta de agradecimiento… a quienes las escribieron en primer lugar.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/agradecimiento.DOC

Niños de la guerra

Margueritte Subra (28-X-1.912), profesora de enseñanza primaria en Auzat y Pamiers. Foto cedida por PEDRO DÍEZ, desde su blog http://feccoo-pdiez.blogspot.com/Homenaje a tres maestras francesas, que acogieron a un niño refugiado vasco. Una de ellas aún vive y nos ofrece una lección de solidaridad oportuna y actual.

Estimada Margueritte Subra:

En 1936 usted y sus dos hermanas Marie y Berta acogieron y educaron durante 12 años a uno de los llamados "niños de la guerra", evacuado en el barco "HAVANA" cuando contaba sólo 6 años. Fue un acto de heroísmo colectivo, más meritorio aún cuando tuvo lugar en aquellos trágicos años, algunos de los cuales bajo la ocupación nazi. Ustedes respondieron a una petición del médico Marcel Barreré, quien pocos años después moriría en un campo de concentración por pertenecer de Resistencia.

Aquel niño, Pedro Díez Gambra, regresó a Bilbao después de cumplir 18 años. Él falleció prematuramente el 19 Octubre de 1982, pero pudo transmitir a su hijo y nietos una educación sólida en valores de libertad, fraternidad e igualdad que ustedes le inculcaron con sus lecciones y con su ejemplo.

Sólo recientemente, cuando ya sólo sobrevive Margueritte, ha recibido –a instancia de Pedro Díez hijo- una carta firmada por Josu Erkoreka, en nombre del Grupo Vasco en el Parlamento español, de gratitud por su generosa solidaridad. La grandeza de su altruismo, queda ratificada por la sorpresa al recibir una misiva oficial, que no considera merecer “porque cualquiera hubiera hecho lo mismo”.

Admirada Margueritte: En pleno siglo XXI, sigue habiendo muchos niños y familias de las guerras, declaradas o no, y esta Europa no siempre responde con el hospitalidad del que ustedes hicieron gala. Así como hoy las recuerdan los nietos de Pedro Díez Gambra, que existen gracias a estas “bisabuelas”, casos como el suyo deben exponerse como modelos plenamente actuales ante el fenómeno, eterno, de la huida y de la emigración en busca de un hogar y de un país donde se manifieste la humanidad.

Versión .DOC para imprimir


Mikel Agirregabiria Agirre. Educador
blog.agirregabiria.net

Ante la muerte

Quienes hemos sido zarandeados por la pérdida de un familiar cercano, queremos compartir algunas emociones que nos han conmovido.

La muerte es una vieja historia y, sin embargo, siempre resulta nueva para algunos de nosotros. Los últimos días han representado un aluvión de sensaciones entremezcladas, algunas revividas y otras inéditas para los más jóvenes de nuestras familias afectadas. El fallecimiento de un ser querido siempre desencadena un cóctel de reflexiones y sentimientos que marca un hito en el curso de nuestras vidas. Todavía bajo el shock de la desgracia, queremos comunicar algunas de las enseñanzas de tan amargo trance.

Trascendencia. Frente al dolor añadido que a muchos enfermos graves de la misma dolencia, como en nuestro caso, les ha producido la frivolidad y el exceso de algunos medios de comunicación por la agonía y defunción de una popular cantante, queremos reivindicar una llamada al rigor y al respeto hacia quienes se enfrentan a una lucha postrera entre la vida y la muerte. ¡Adónde hemos llegado si convertimos en espectáculo frívolo incluso la antesala cruel de la hora suprema!

Agradecimiento. Hacia todas las personas que han atendido y ayudado a morir con dignidad a nuestro familiar. Especialmente merece todo nuestro reconocimiento y gratitud el servicio de oncología del Hospital de Cruces (Barakaldo), que personifican ejemplarmente facultativos con grandeza de alma como la joven doctora de nombre Aitziber.

Serenidad. La vorágine de tareas a desempeñar tras una muerte actúa como un eficaz letargo que espacia la intensa pena. En esa maraña de trámites hemos de reconocer el consuelo que ha significado la profesionalidad y la alta calidad humana de quienes actúan en tan luctuosas circunstancias. En particular, nos ha supuesto una sorpresa y un alivio el calmado pero diáfano sosiego (y felicidad interna) que reporta todo el personal de la funeraria, con trato diario con la muerte, en medio de un mundo desquiciado donde todos corremos acelerados e insatisfechos en pos de no sabemos muy bien qué. Hoy, algunos tenemos más claro que nunca que la muerte no termina todo.
Versión .DOC para imprimir

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2006/muerte.htm

Listas coloristas

©Mikel AgirregabiriaHagamos desaparecer de nuestras vidas todas las formas de “listas negras”, a cambio de “inventarios de gratitud”.

Abundan en demasía los “cuadernos de agravios”, las “listas de indeseables”, las “relaciones de insolventes”,… Hasta coloquialmente decimos con frecuencia aquello de “te pongo en mi lista negra”.

Parece que ponemos más esfuerzo en recordar los odios que los afectos. Mantenemos por largo tiempo, a veces toda la vida, la memoria de las ofensas. Por el contrario, olvidamos en minutos el agradecimiento que debemos a tantas personas que nos han ayudado; incluso, de aquellos a quienes deberíamos rendir gratitud vitalicia. Peor aún, una sola falta aislada de algún compañero o vecino puede dar al traste con una larga amistad.

Si hacemos algún bien, la gratitud suele ser ligera como una pluma; por el contrario, nuestros yerros, si algunos cometemos, dan origen a enfados pesados como el plomo. Pero también si nos encontramos a alguien que nos debe agradecimiento, enseguida lo recordamos. ¡Cuántas veces nos hallamos con alguien al que debemos gratitud y no pensamos en ello! Por ello, al hacer un favor, es preciso rematar la buena acción, perdonando la previsible ingratitud.

Dicen que vale más prometer que dar, porque la esperanza obliga más que la gratitud. En política se usa mucho el “prometed, prometed todo lo que podáis; porque la esperanza es más viva que la gratitud”. La ingratitud, amnesia del corazón, es hija de la soberbia. La ingratitud más odiosa, pero también la más común y antigua, es la de los hijos hacia sus padres.

Respetemos y rindamos gratitud a quienes debemos reconocimiento, empezando por nuestros mayores. Seamos olvidadizos respecto a las ofensas, pero cálidos y prontos en el agradecimiento. La gratitud es una virtud más propia de los desventurados que de los afortunados. Un proverbio alemán señala que “El trigo y la gratitud sólo crecen en una buena tierra”. Por eso decimos: Es de bien nacidos, ser agradecidos. Incluso una plegaria dice: “Señor que tanto nos das, sé misericordioso y concédenos algo más: un corazón agradecido”.

Rompamos la “lista tonta de rencores” y escribamos una extendida “lista colorista y lista”, con los nombres de aquéllos a quienes más debemos. Y acerquémonos hasta ellos, o llamémosles, para trasmitirles nuestro afecto. La gratitud se expresa con una palabra-talismán, de sorprendente efecto, que hemos de usar muchas veces al día y que es la primera que debemos aprender en todos los idiomas hablados y gestuales. Simplemente consiste en decir, con una amplia sonrisa,… ¡Gracias!

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/listas.htm

La gratitud es una gran recompensa


"No hay cosa más gratificante que la gratitud misma".
Dicen... o que la gratitud es el epicentro de la felicidad,...

¿Por qué DÍA - RÍA - MENTE?

CyberEuskadi superó el aluvión de e-mails autorizando esta Sección: ¿Buena excusa?

La afición de un escritor amateur que diariamente garabatea un artículo en sus insomnios de madrugada, conduce inexorablemente a que algunos de esos escritos se publiquen en la prensa impresa y casi todos en la pléyade de medios digitales que ofrece Internet. Recientemente, una prestigiosa web especializada, CyberEuskadi.com, decidió superar el agobio de recibir estos abundantes e-mails autorizando a quien suscribe a distraer a sus lectores con estas improvisaciones cotidianas. El autor propuso como nombre de la sección el titular de esta nota, porque los temas comentados eran variados pero insistentemente recurrentes, centrándose en aspectos sociales y políticos de actualidad, escritos desde Getxo-Euskadi, con incursiones frecuentes en áreas de educación, familia y desarrollo personal. Excepcionalmente y como una licencia más, la crónica de hoy, pergeñada con la premura habitual, trazará tres pinceladas sobre la tríada de ámbitos desde la actualidad (día) vasca (ría) repensada (mente).

DÍA: Ayer se habló de educación en el Parlamento Vasco. Qué interesante y absorbente, aunque se cierna sobre ese foro un acoso mediático-político del PP que amenaza con convertirlo en el “Callamiento Vasco”, impidiéndose el mismo debate que es la base del parlamentarismo, que etimológicamente viene de hablar. Esta inquisitorial política de cerco a la democracia y de explotación populista del tema vasco (y catalán) como granero de votos desinformados en la meseta, pasará a la historia negra de la derecha española,… y como no se cuiden también al pasivo del titubeante socialismo del PSOE, que no de la verdadera izquierda actualmente ya sólo representada por IU y otras siglas.

RÍA: En Euskadi estamos viviendo desde hace meses, dos procesos de renovación de los dos partidos referentes del nacionalismo vasco democrático. El pasado fin de semana hemos asistido a un desenlace rápido en EA, Eusko Alkartasuna, donde la ponencia política ha sido mayoritariamente respaldada, con una apuesta por la colaboración con el PNV u otros partidos, pero con una crisis subterránea de familias. Tres candidaturas presentadas, finalmente dos y victoria por un 60-40% para la opción oficial de Begoña Errazti, es una herida que EA deberá restañar para proseguir con una breve historia de 17 años muy frágiles. En EAJ-PNV el proceso es mucho más dilatado y complejo, con un intenso debate doméstico sobre tres ponencias de calado: la política, la de estatutos y la educativa, aparte de la renovación del EBB y de su presidencia, con el histórico relevo de Xabier Arzalluz. Todavía no es el momento de valoraciones, excepto de una: La gratitud por vivir en una sociedad donde los líderes no designan a sus delfines, mientras las cohortes gritan “Ave, César”. Aquí, la democracia interna de los partidos vascos es real, y si alguien no se lo cree que revise los requisitos que la Comisión de Garantías y Control del PNV debe aplicar, con una votación final simultánea en todos los batzoki el próximo 18 de diciembre, para evitar influencias o maniobras externas.

MENTE: Una confesión final. La afición de compartir interactivamente pensamientos y emociones desde este rincón del mundo con lectores próximos o lejanos, geográfica o ideológicamente, que contestan y replican es muy gratificante para quien se reconoce como un simple y locuaz educador frustrado en muchas de sus singladuras, pero impenitente y vocacional. Ya lo dijo Don Quijote: “Podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo les será imposible”

Dirigentes Digitales

Son una raza aparte los designados a dedo, quienes triunfan frecuentemente en la administración y en las grandes empresas donde no interesan los resultados o no importan los clientes. Son el producto más elaborado de la ineficacia colectiva y la prueba más contundente de la mediocridad galopante en los monopolios y centros oficiales (donde llegan a ‘menistros’ si se han aprendido el disco rayado contra la oposición): Mutaciones que se alzan sobre el mismo “Principio de Peter” y que asombran por la altura de su ineptitud.

Los dirigentes digitales (DD) son distinguibles por su aspecto. Su perdida mirada vidriosa de inteligencia recóndita, inexplorada e ignota, es la característica más destacable. Una expresión facial que explícitamente dice: "de esto que me hablas hoy, tampoco tengo ni la más remota idea". Ello resulta muy tranquilizador para la alta dirección, que reiteradamente los reeligen sin pensárselo dos veces. Sus cerebros son pozos insondables capaces de tragarse cualquier problema, por complejo que sea, con la plena seguridad de que allí nadie logrará desenterrarlo. Los administrados rápidamente advierten que es imposible no ya dialogar, sino incluso responder a semejantes personajes. Al traspasarles una problemática nueva, los DD corroboran su perfecta idiotez mediante una técnica insuperable: hacen un breve resumen de lo que creen haber entendido, que obviamente no tiene nada que ver con lo solicitado, pero con tal convicción y tozudez que obliga a desistir a cualquiera que no reúna la paciencia de Job con la inteligencia de Einstein. Estos "agujeros negros" digieren cualquier dificultad, transmitiendo tranquilidad a sus jefes, que saben que jamás les volverán con temas a resolver relativos a la temática cedida, dado que se encuentra soterrada bajo la plúmbea losa de la estulticia supina e infranqueable.

Los DD son manifiestamente simpáticos. Por su torpeza, claro está. Resultan imposibles de imitar por los humanos lúcidos, porque la insinceridad aparecería. Su tosquedad es patente hasta en su movilidad y motricidad elementales. Caminan con dificultad, pensando: "ahora el pie izquierdo, ahora el derecho, el izquierdo,...". No son multitarea. Si caminan, no mastican chicle, porque acabarían liándose. Aunque de formas muy diversas, sus cabezas mismas ya manifiestan a las claras su cortedad de entendimiento. Ello queda realzado en su rostro con un permanente rictus de sorpresa por las cosas más simples. Son gente que cae bien, nunca "enteradillos que se las saben todas". Siempre son los últimos en enterarse y casi nunca del todo. Son capaces de sorprenderse con cuestiones triviales, porque su coeficiente de inteligencia comparable al de un cachorro les depara alegrías cotidianas. Una fuente inagotable de sorpresa son sus propias responsabilidades: después de años en una dirección pueden continuar con la retahíla de ¡Ah!, pero eso… ¿también es competencia nuestra?

Los DD son gente leal, fiel y, sobre todo, agradecida. Desde lo más profundo de su corazón y desde lo menos dormido de su mente no aciertan a comprender porqué ellos están allí, y no dejan de ponerlo de manifiesto. En su ausencia de malicia, son plenamente sinceros en sus constantes muestras de gratitud e incluso de servilismo ante quien los nombró, que a su vez se siente más seguro en su puesto dada su manifiesta superioridad respecto a sus DD y, como con los demás no tratan, acabar por creerse seres superiores por la referencia con los cretinos que han logrado reunir a su alrededor para darse la justa medida de sus capacidades.

Los DD aceptan cualquier reto y cualquier responsabilidad. En su ausencia absoluta de capacidad para discriminar entre lo justo y lo arbitrario, entre lo debido y lo que no procede, pueden admitir cualquier "marrón" y son los "chivos expiatorios ideales" si las circunstancias lo requieren. Normalmente su torpeza y estupidez les ahorra gran cantidad de enemigos, porque la talla de los adversarios mide a sus oponentes, y es sumamente difícil encontrar enanos espirituales de tal calibre.

Los DD son gente amistosa. El mundo circundante suele ser considerado con la lógica que les aporta la metáfora familiar. La despreocupación que demuestran en su actividad profesional se compensa con su reiterado interés por todos los familiares de sus interlocutores. Si alguien espera que sugieran soluciones o acepten consejos no obtendrá sino buenas palabras sobre cómo criar a los niños. En su área de conocimiento preferida, donde creen haber triunfado,..., por lo menos hasta que sus hijos tienen siete años y comienzan a no poderles seguir ni en sus razonamientos, ni menos aún en sus deberes escolares.

Los DD son felices y transmiten alegría. Jamás se les ve agobiados con problemas o sumergidos en la depresión. Pueden llegar a sentir alguna forma liviana de estrés en su esfuerzo por comprender algo, pero la bienaventurada naturaleza que les guía y les protege, a falta de una racionalidad desarrollada, pronto les hace desistir en su intento de superar su propio umbral de discernimiento del entorno más elemental.

Los DD son prudentes y fiables. Prefieren las soluciones convencionales, porque barruntan que podrán alcanzar a entenderlas de algún modo. Para apartar los métodos innovadores suelen recurrir a un par de aforismos de entre la media docena de refranes que conocen y que suele constituir todo su bagaje cultural. "Primero organizar y luego informatizar", por ejemplo, pueden llevar diciéndolo desde hace veinte años, y seguir utilizándolo sin muestras de desgaste. Con técnicas de dilación encadenadas suelen hurtarse de cometer errores, y raramente se equivocan porque nunca deciden nada y menos por sí mismos.

Los DD son polivalentes. Dado que no valen para nada y que ya han estado ocupando otra plaza de responsabilidad durante lustros, igualmente son trasladables a cualquier otro puesto sin riesgo alguno de que lo hagan peor. Su inoperancia universal les valida para ocupar cualquier destino sin detrimento de eficacia, habida cuenta de que siempre parten del grado ínfimo.

Los DD son grandes “solucionadores” de problemas, porque cuentan con una habilidad difícilmente localizable en los otros mortales: No sólo pueden "pudrir" cualquier temática, sino que incluso llegan a olvidarse enteramente de su existencia, con lo cual no apesadumbran a quien los nominó con las contrariedades inevitables que las resoluciones de problemas suelen requerir. Generalmente los mismos jefazos llegan a extraviar por completo el problema, e incluso los afectados acaban comprendiendo que no se ocupará de su asunto el DD, dado que ya estará en vías de olvidarse del siguiente tema. Su velocidad de tratamiento de conflictos es, por lo tanto, muy elevado, dirigiéndolos primero al congelador y luego a la papelera.

Los DD crean equipos fuertemente compenetrados. Sus subordinados alcanzan un mayor nivel de integración que bajo la batuta de directores responsables, debido a que deben defenderse de la obtusidad del directivo digital. Además, y por regla general, los DD promueven un "pelotilla manducón", género poco catalogado pero reconocible porque gratuita y desinteresadamente asume competencias que no le corresponden, con el único ropaje de la complacencia del DD quien delega en él gran parte de la gestión que nunca ha comprendido ni llegará a comprender. El resquemor común y generalizado hacia el mandón más que hacia el propio DD, y el esfuerzo de apechugar con el caos provocado, actúa como aglutinador de los subalternos, llegándose a crear un clima jovial y lúdico ante el desconcierto del desbarajuste cotidiano.

Los DD son perdurables y dejan huella de su desatinada gestión. Su contrastada ineficacia les asegura una vida profesional dilatada y su ausencia total de resultados les reporta un recuerdo imborrable entre sus apesadumbrados subordinados, e incluso entre sus pacientes y desesperados administrados. Su actuación monolítica, sin fisuras ni alteraciones, sin estar sometidas a vaivenes, dado su inmovilismo mental incapaz de mudar un criterio propio porque nunca existió ni podría existir, deja de ellos una memoria nada borrosa y aunque su mandato resulte corto, para sus sufridores siempre les habrá parecido una eternidad.

Los DD son pacientes y complacientes con sus subordinados. Siempre les dedican tiempo y parecen intentar descifrar sus reivindicaciones. Con una parsimonia desmedida que perdura hasta que los subalternos comprenden que en aquella mollera abstrusa nunca penetrará la luz del conocimiento, los DD mantienen su máximo esfuerzo de comprensión del que son capaces para intentar entender a aquellos extraños seres que también trabajan en la misma oficina, pero cuyos necesidades e intereses (y no digamos los de los administrados o lejanos clientes) resultarán para siempre completamente velados para los pusilánimes DD, quienes se deben en cuerpo y alma a servir a quien graciosamente los nombró.