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ZAPATERO = OTEAR PAZ


Si ROLDÁN = LADRÓN, ZaP = PAZ


El nuevo Presidente lo lleva escrito en sus apellidos: RODRIGUEZ = ZURDO RIGE, gobierna la izquierda, y ZAPATERO = OTEAR PAZ. Parece ser una tradición porque también AZNAR nos resultó un ZAR de NÁ, FELIPE GONZÁLEZ = EL FELIZ PEZ GANÓ, y luego FEO ZEPELÍN GAL (la zeta que falta oculta al Señor X), CALVO SOTELO = COLOSAL VETO, recuérdese el 23-F, y ADOLFO SUAREZ = FUERZA DOLOSA, como acreditaron sus extraños nombramiento y dimisión.

Zapatero ha comenzado bien: Sacando las tropas de Irak, adonde su antecesor las había llevado a irritar a la colmena islámica, tras la foto de Las Azores, sin prever que el enjambre reaccionaría. El nuevo gobierno español puede y debe comenzar a apostar por la paz, fuera y dentro del Estado: Menos gastos militares y más solidaridad internacional, menos soldados y más cooperantes, menos belicistas y más pacifistas.

Con el “problema vasco” también podría aplicarse una política inteligente, de colaboración y diálogo entre interlocutores políticos adversarios, como en Catalunya. Bajo la premisa de dar por “muerta” a ETA, a todos los efectos políticos, a ver si así se enteran los pocos que aún creen que la violencia juega algún papel que no sea la desolación ética y económica del Pueblo Vasco.

Parece obvio, al menos desde Euskadi no lo ignora ni el PP vasco tras la escapada de Mayor Oreja, que toda solución pasa por contar con las mayorías sociales del País Vasco. Sólo fórmulas pactadas con los nacionalistas vascos democráticos serán viables y definitivas: El resto de “soluciones a la brava” quizá en el pasado dio votos efímeros a un decadente PP, pero no solventó nada. ¿Por qué no empezamos a rectificar todos? Comencemos a practicar, en todos los niveles cotidianos, informales, ciudadanos y políticos, una dialéctica generosa de debate y confianza en nuestras capacidades de aproximación, entendimiento y encuentro. ¡Pensémoslo, pasémoslo, creámonoslo!

Un vasco en la Corte de Madrid

Allá fue Ibarretxe, como delegado del Parlamento Vasco, a defender en 40 minutos otorgados la decisión mayoritaria de la ciudadanía vasca.

Ibarretxe se presentó como "representante de un pueblo pacífico y civilizado", y fue recibido como un Jefe de Estado extranjero… por los medios de comunicación, que al menos reconocieron la importancia de la sesión del 1 de febrero de 2005. Las Cortes le dieron media hora (dispondría de otros 10 minutos para replicar las 4 horas de intervenciones anteriores) para exponer el Nuevo Estatuto de Euskadi aprobado en Gasteiz. El Lehendakari lo que hizo serena, ordenada y sintéticamente. Seguramente fue la primera ocasión para muchos teleespectadores españoles de oír sin intoxicaciones el planteamiento de uno de los principales promotores del Nuevo Estatuto Vasco.

Luego comenzó la ronda de partidos, con Zapatero sin límite de tiempo y duplicado con su portavoz Rubalcaba. Se repartieron los papeles: El presidente con “buen rollito”, lo que siempre es de agradecer tras su antecesor energúmeno (en la segunda acepción del Diccionario); el portavoz, al final de los grupos, repartiendo “leña”, para no perder votos ante el electorado más celtibérico (o más celtiberizado). Siguió a Zapatero un Rajoy que todavía no se ha enterado que no es presidente, con el mismo sonsonete de razones que esgrimió Fraga hace 26 años contra el Estatuto de Gernika, como luego le señalaría Erkoreka, y el habitual maniqueísmo del PP: sólo hay víctimas (que son de ellos) y victimismas (que son los demás). La vieja táctica de la rentabilidad electoral ultraconservadora, de Bush o de Aznar, que la asesina y aberrante ETA no hace sino alimentar.

Los portavoces catalanes de CiU y ERC apoyaron el Nuevo Estatuto Vasco, mientras anunciaban el suyo y desmontaban argumentos futuros. Erkoreka, de EAJ-PNV, recordó que existe un “contencioso vasco”, se quiera o no; que el cierre en falso a una propuesta vasca de entendimiento es una práctica parlamentaria española periódica desde 1808; y que la derogación unilateral del elogiado Estatuto de Gernika y su incumplimiento manifiesto han sido practicados implacablemente por todo el aparato del Estado, con sus tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial desde el golpe de Tejero. Los representantes de EA, BNG y Nafarroa Bai apuntaron buenas razones para un cambio del modelo de Estado. Los dos portavoces de IU no pudieron, porque es imposible, convencer a nadie que se abstenían y votaban en contra de lo que Ezker Batua apoya en Euskadi: Han superado la esquizofrenia de Batasuna de Sí y NO. Por cierto, el consejero Madrazo prefirió no estar presente ante semejante papelón.

Ésta sólo es una opinión personal más, de un teleespectador vasco que hizo más que los parlamentarios españoles electos: Escuchó a todos los grupos desde el principio hasta el final, mientras que esos representantes políticos que ganan un inmenso sueldo y una inmerecida jubilación… ni hablan (parlan), ni oyen, ni siquiera calientan sus escaños. Aunque se quedaron a votar al final, prefirieron la silla de la cafetería o de otros aposentos. Fehacientemente pudimos comprobar su escandaloso absentismo laboral, a pesar de su inmejorable convenio de calendario y salario.

La sensación final que queda, ante un rechazo anunciado, es que sólo nos resta un camino, pacífico, democrático, cierto: ¡Vayamos a votar! ¡Una y otra vez! ¡Algún día, algún año, algún siglo, quizá este tercer milenio… nos dejarán decidir a nosotros mismos sin tutela de pistolas de unos ni de cañones de otros! Dennos un alivio. Por favor, Lehendakari: ¡Convóquenos a votar ya, lo antes posible, hoy mismo, lo necesitamos para comprobar que vivimos en una democracia!

Final de ETA… o de Batasuna

Análisis electoral vasco a dos meses de la cita del próximo 17 de abril. Puede alcanzarse la anhelada paz: Hay suficientes voluntades, tiempo y espacio para ello.

Como preámbulo de toda consideración, quede explícito nuestro rechazo ético a toda forma de violencia, y menos aún si cabe para negociar o convencer políticamente. Sea una vez más toda nuestra solidaridad con las víctimas de cualquier forma de barbarie, y quede reiterado nuestro ferviente deseo de pacificación y normalización de la vida en Euskadi. Pero la política siempre requiere elevadas dosis de realismo y reflexión conjunta, especialmente cuando una plural ciudadanía ha de compartir un futuro común que resulte democrático, armónico y compatible con la diversidad y complejidad de la sociedad vasca.

Tras la tramitación por la vía de urgencia en el Congreso de los Diputados del Nuevo Estatuto para la Comunidad de Euskadi, el Lehendakari Ibarretxe decidió adelantar la cita con las urnas en tres semanas. Simplemente el ciclo legislativo estaba casi concluido (excepto las ultimadas Leyes del Suelo y de Igualdad para hombres y mujeres), y el proyecto de Nuevo Estatuto debía ser valorado en las urnas por la ciudadanía de la Comunidad Autónoma Vasca para dictaminar su apoyo social, que será determinante de su futuro en las negociaciones que, en un sentido u otro, se avistan por el horizonte.

El electorado vasco es relativamente estable, con dos únicas variantes de relieve en las últimas décadas. Por una parte, la variación en vasos comunicantes entre el PP y el PSOE del voto ‘españolista’ o constitucionalista, según quién gobierne en Madrid. La segunda incógnita es el fluctuante voto de Batasuna, en función de que pueda o no presentarse, así como de las instrucciones que dirijan a su base electoral, que existe en una dimensión cada vez más difícil de evaluar por las votaciones en blanco de las últimas convocatorias electorales.

Ambas variables, subida del PSOE a costa del PP y el efecto directo o inducido de Batasuna, son las que dificultan pronosticar el reparto final de escaños en el Parlamento Vasco. La mayor incertidumbre actual reside en la presencia directa o no de Batasuna. Su queja, ante el PNV, por el adelanto de 21 días es simplemente demagógico, porque todos sabemos que llega el calendario de las autonómicas y que este mínimo anticipo deriva más del trámite sumarísimo sufrido por el Nuevo Estatuto en Madrid, por decisión del PSOE y del PP, que por preferencia del tripartito vasco.

Los principales partidos políticos mantienen unas expectativas bastantes predecibles. PNV acude en decidida coalición con EA, bajo la figura de Ibarretxe y con el programa electoral más nítido que nunca. EAJ-PNV se ha movido históricamente entre 30 y 33 parlamentarios, olvidando los 25 de las primeras elecciones de 1980 con el CDS y contabilizando la suma con EA tras su secesión de 1986. Actualmente dispone de 33 parlamentarios, 26 de EAJ-PNV más 7 de EA. Cuenta con optimistas perspectivas sólo limitadas por su ya altísimo porcentaje en Bizkaia y Gipuzkoa, con el 43,7% y el 44,7% de un electorado con ocho opciones posibles (incluidos los partidos Aralar y UA). En Araba, la coalición PNV-EA con el 33,8% del electorado fue la de mayor representación en 2001, pero la nada proporcional cuota de 25 parlamentarios por territorio no favorece a la coalición para rozar o superar la mayoría absoluta en el Parlamento de Vitoria-Gasteiz. Además, al igual que la coalición con EA ha sido designada como estratégica por Josu Jon Imaz, también el Lehendakari parece apreciar la participación de Ezker Batua (Izquierda Unida) como un elemento transversal de continuidad, aunque existan otras posibilidades como algún parlamentario de Aralar que pudiera completar un tripartito exclusivamente nacionalista (PNV-EA-Aralar).

PSOE y PP intercambiarán posiciones, porque su techo de 19 representantes del PP fue una excepción que produjo la polarización de Aznar, Oreja… y Redondo. El PP volverá a su intervalo entre 2 y 16, incluida la facción de Unidad Alavesa (UA), con una insumisa parlamentaria. El PSOE con 13 escaños actuales, mantuvo 19 parlamentarios en 1984 y 1988, pero desde entonces oscila entre 12 y 16 parlamentarios, y ello a pesar de su proceso de fusión con parte de Euskadiko Ezkerra en 1992. IU-EB, tras su creación desde el PCE, ha variado entre 6 y 2 representantes en 1994 y 1998, por lo podrá mantener o quizá mejorar sus 3 presentes parlamentarios.

La gran cuestión es lo que sucederá con los 7 escaños de Batasuna. Está en la cuerda floja su visibilidad pública institucional, que no sus potenciales votantes excluidos por la Ley de Partidos Políticos de 2002. Sería deseable su participación, y mejor aún que fuese por el ocaso final de ETA, que afortunadamente no ha causado víctimas mortales desde el 30 de mayo de 2003 cuando asesinó con una bomba lapa a dos policías en Sangüesa. Paradójicamente, sus postreras demostraciones de “capacidad o de fuerza”, como las recientes bombas en Getxo, Denia y en Madrid, podrían estar jalonando su final no anunciado.

Algunos entienden que existen posibilidades ciertas de una tregua definitiva de ETA en estas semanas inmediatas. La rapidez, y la sorpresa como con el voto partido del 30 de diciembre, empieza a ser el último recurso de una Batasuna cada vez más encerrada (en varios sentidos del término). También cabría, pero es sumamente dudoso por no decir imposible, que Batasuna se desmarcase de ETA, pero eso en Euskadi prácticamente nadie se lo cree. Asimismo podría ser que, manteniéndose la inacabable amenaza etarra, Batasuna presentase unas “listas limpias”, lo que sería técnicamente mucho más factible que en elecciones locales y forales, por tratarse únicamente de tres candidaturas, una por cada territorio histórico.

Incluso con escapatorias de dobles listas, una más ‘contaminada’ y otra ‘pulcra’ que podría superar la acción fiscal, cualquier opción que no implique el cese de ETA (o la desvinculación de Batasuna) es azarosa para el porvenir político de Batasuna. Ha de superar una inercia de décadas y, aunque disponga de “listas presentables”, podría encontrarse únicamente con sólo 2 o 4 parlamentarios si ETA persiste. En 2001, tras la ruptura de la tregua de ETA, la representación de Batasuna se redujo de 14 a 7 parlamentarios justamente por la gran movilización del electorado que no se abstuvo, cuando Herri Batasuna se había movido siempre con un intervalo entre 11 y 14 escaños.

Todas las estrategias posibles de Batasuna entrañan serios inconvenientes para su continuidad: Plantear nuevamente el voto en blanco para contabilizar los nulos y sus “hipotéticos parlamentarios”, es demasiado reiterativo y puede desviar votos hacia alternativas más pragmáticas, sin que lo detecte el control de voto depositado. Predicar la abstención para contener la fuga de votos, refutaría su historia anterior, obstaculizaría el cálculo de su presencia social y podría hastiar a su último reducto electoral.

ETA debe desarmarse irrevocablemente. Primeramente por razones morales válidas desde siempre y por la degradación ética que supone su existencia. Además, y es un argumento menor pero al que podrían ser más sensibles sus simpatizantes, porque el canibalismo político de ETA –que tanto daño ha causado al nacionalismo vasco democrático- está aniquilando también a su única opción partidista, Batasuna. Máxime cuando concurren otras circunstancias históricas, como la presencia incipiente de Aralar o el liderazgo reforzado de Ibarretxe tras la gestión de una nueva iniciativa política de calado, con un recorrido futuro innegable aunque difícil de predecir en plazos y en resultados.

Batasuna no ha sabido medir ni siquiera el hartazgo de “su” electorado, cuyos votos –como todos- tienen fecha de caducidad y un máximo de 4 años. Sólo un final inmediato y definitivo de ETA, sin dilación, trampa ni cartón, podría aliviar el negro futuro político que espera a Batasuna. Y lo que es mucho más relevante, sólo la desaparición de ETA aliviaría el inmenso dolor generalizado de toda la ciudadanía vasca que lleva décadas reclamando y exigiendo la paz.

¿Qué ocultan los candidatos?

Lo que Patxi NO dice, lo que María NO espera, lo que Javier NO quiere y lo que Juanjo NO retrasa.

En una campaña electoral se difunden muchos discursos, se publican múltiples opiniones y se pregona mensajes a tutiplé. Entre tanto barullo, tantas crónicas y tantos programas electorales, conviene descubrir lo que NO se dice, lo que NO se divulga, lo que NO es noticia, lo que NO se discute y lo que NO interesa destacar… ni a los políticos, ni a los medios de comunicación convencionales.

En Euskadi hemos vivido una precampaña mediática demasiado típica para la curtida ciudadanía. El grupo Vocento (El Correo, especialmente) y El País han “convertido” en noticia cualquier antigualla de nulo interés, sólo para caldear el ambiente y a falta de novedades significativas de sus respectivos patrocinados PP (San Gil incluye al Grupo Correo en su weblog como enlace recomendado) y PSOE (que no hace falta que sugiera a PRISA). ¿Cómo puede ser reportaje de cobertura diaria a varias columnas y en todas las ediciones una circunstancia producida hace casi un año? Éste es el insólito caso de transformar en notición el cambio administrativo -en agosto de 2004- de 156 profesores interinos entre 17.000 sustitutos, de los cuales otros 156 sí cumplen los requisitos exigidos por leyes aprobadas por el PSOE en 1993 (Decreto 47/1993), y que apoyan con sus servicios educativos a una plantilla de 27.000 docentes estables (funcionarios o con pago delegado). ¡Todo un paradigma de instrumentación para ser analizado en las facultades de periodismo, sobre cuánto puede explotarse un dudoso encierro (sin una sola hora de huelga) cuando se trata de desviar y disipar la atención!

Todo ello mientras persiste sin tregua la dosis diaria de artículos de opinión partidaria de los mismos publicistas criticando y reprendiendo al nacionalismo democrático, una y otra vez con la misma retahíla, que ha llegado a aburrir incluso a sus gregarios. ¿Existe todavía algún infeliz que lea un solo día los 8-10 artículos cotidianos de esos supuestos “independientes”, “ex-peneuvistas”, “plataformistas” y demás? ¿O son acaso los mismos escritos los que se re-publican pasados unos días, porque ni el contenido ni la forma cambian y nunca se refieren a nada actual?
Así que será preferible pasar, en el océano de lo interesadamente publicado, a lo que nunca reconocerán los principales candidatos. El que lo tiene más difícil es Patxi López, que NO dice con quién se aliará –una vez más- cuando logre… seguir en la oposición. Como le resulta gratis, porque no tendrá que cumplir, se limita a prometer gratuidades a diestro y siniestro: que si el trasporte público gratis (¡que lo pongan en España!), que si plazas de educación infantil gratis (propuesta nada progresista por cierto, que tampoco lo han implantado en ningún sitio),… De su programa mejor no hablar: Está tan escrito desde Madrid y contra el PP, su aliado aquí, que no pinta nada en Euskadi. Que si “no a la guerra”, “stop al racismo”, “arco iris de la sexualidad”,… Claro que la parte que redactó aquí Guevara, ex–PNV, no es presentable con su “comunidad nacional” ante su indeciso electorado, más español (donde pesa algo, como Araba o margen izquierdad de Bizkaia) que “vasquista” (donde apenas pesa como Gipuzkoa). Porque el PSOE también tiene su “péndulo vasco”, entre el cual debe navegar un López que ha optado por no insinuar casi nada, y esperar que le caigan algunos escaños de los fluctuantes con el PP y de los flotantes de Batasuna.

María San Gil ha aprendido bien su función de icono de un marketing electoralista: Creerse que continuará dentro de cuatro años como candidata del PP (sí, se puede ser tan ingenua), y desplegar una locuacidad demagógica que afianza a sus fieles más exaltados (por cierto, han desaparecido todas esas candidaturas de falanges auténticas y otros inventos ultraderechistas en estas elecciones, seguramente porque ya tienen al PP). Hasta puede que la candidata más elegante contenga en algo la sangría de votos en los vasos comunicantes PP-PSOE, reincidente y en función de quién gobierne en Madrid. Tiene el mérito de ser la primera mujer candidata a Lehendakari, lo que desafortunadamente no es mérito propio sino exponente de la mediocridad y descrédito social de las “figuras” del PP en Euskadi. Prefieren no presentar a nadie con experiencia parlamentaria y recurrir a una concejala desconocida fuera de Donosti. Lo que la incauta señora San Gil NO espera es justamente lo que sucederá: Que retrocederá incluso ante el gris López, como preludio de su acompañamiento subsidiario allí donde todavía asoma su representación, y perdiendo la escasa presencia política vasca alcanzada en la época de Aznar.

Javier Madrazo sigue con su anguiniano “programa, programa, programa”, en su particular cruzada de amor-odio con el PSOE (de nuevo Euskadi “is different”), proponiéndole entrar en un gobierno con PNV-EA donde Ezker Batua (IU) está cómodamente instalada. Ello sabiendo que si entrase el PSOE –en pura e imposible hipótesis-, ese mismo día saldría EB. Lo que Madrazo NO quiere es justamente que cambie nada, excepto subir algún escaño de los imaginariamente volatilizados a Batasuna, para que IU siga viva en la política estatal, justamente cogobernando con los nacionalistas vascos,… o en Catalunya con los independentistas republicanos de ERC y con un PSOE menos centralista.

Juan José Ibarretxe es político avezado, que goza de un amplio respaldo electoral. Si la peculiaridad foral vasca no impusiese los mismos 25 parlamentarios en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, su representación parlamentaria habría sido y sería de mayoría absoluta… permanentemente. Incluso con la super-representación alavesa (que favorece al PP-PSOE, y dio vida a Unidad Alavesa) y la infra-representación vizcaína (que penaliza al PNV), la estable coalición PNV-EA está en puertas de alcanzar la mayoría parlamentaria absoluta,… en supuesta ausencia de Batasuna (tema que trataremos mañana en “Listas negras, grises y blancas”). El presente, y futuro, Lehendakari lo que NO retrasa es proyectar exactamente cómo será la próxima legislatura. Abiertamente declara su decisión de mantener el tripartito, con EB aún cuando no fuesen necesarios sus escaños, e incluso dando cabida a Aralar si, como parece posible, aparece tímidamente en el Parlamento. Ibarretxe adelanta que el proyecto de Nuevo Estatuto para Euskadi será nuevamente refrendado en la Cámara de Gasteiz, para recabar indudablemente un mayor apoyo parlamentario, y comprometer al PSOE dubitativo y “talantoso” (de talante, que no de talento) a desmarcarse del PP… también en Euskadi.

Listas negras, grises y blancas


Batasuna seguirá presente en el próximo Parlamento Vasco a través de alguna lista blanca.

Muchos lo supimos desde el principio, porque es obvio para cualquier observador amateur vasco (no los “expertos” de Madrid), pero no quisimos ser los primeros en publicarlo, pero hoy es un clamor en los medios digitales por lo que ya es hora de compartirlo abiertamente, y no solamente con la cuadrilla de amigos: Batasuna concentrará su volumen de voto en una candidatura legal, que al día de hoy es la del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV-EHAK). Esto es vox populi en quienes lo sufrirán directamente como Aralar, Ezker Batua (EB-IU),… Por ello, todas las encuestas sin presencia de Batasuna que circulan por ahí (mañana presentaremos nuestra predicción), son solamente globos sonda para despistar a ilusos y confiados.

¿Por qué lo sabemos todos los vascos? Porque vivimos aquí, salimos a la calle y vemos miles de carteles pegados por todas partes, ya reescritos con la estética y difusión propia de Batasuna. Mientras el editorial de “El País” (de hoy 6-4-2005), que suscribiría GARA, elucubra con un razonamiento final como éste: “…la lógica de la Ley de Partidos no puede estirarse más allá de los límites definidos por el Constitucional. El PCTV fue registrado en septiembre de 2002, antes de la ilegalización judicial de Batasuna, por lo que resulta difícil de probar que suponga un intento de sucederla de forma fraudulenta. Sí cabe la posibilidad de que a posteriori sus siglas hayan sido instrumentalizadas como posible plan C de Batasuna, tras ser anuladas las listas de Aukera Guztiak. Pero las meras sospechas no valen para actuar. Hay que apoyarlas con pruebas”.

¿Qué nos parece? La ciudadanía vasca conoce la capacidad de movilización de Batasuna, que se arreglaron para incluir cien mil votos en las urnas cuando ya estaban ilegalizados en las elecciones anteriores (Generales, Forales y Municipales). La mayoría social, incluidos amplios sectores del PP-PSOE, considera que no se pueden ilegalizar las ideas. Por supuesto que el rechazo y repudio ciudadano de toda forma de violencia es unánime, y especialmente del terrorismo asesino de ETA que tanto dolor ha causado y causa, muy particularmente en Euskadi donde todos somos víctimas de la aberración extremista.

Desde el sufrimiento, y desde la solidaridad máxima con las víctimas que más han padecido y padecen, muchos creemos que con diálogo inteligente –que no significa renunciar a los derechos de todos- podría superarse esta tragedia prolongada tanto tiempo. Y para ello es preciso que existan interlocutores autorizados, un Otegi o alguien con un respaldo comprobable.

Así lo entienden, aunque no lo reconozcan, muchos partidos y políticos. El mismo Rodríguez Zapatero y sus gentes en la política (Interior, Justicia, portavoz)), la policía, la fiscalía, el poder judicial, los medios de comunicación,… se hacen los despistados ante la tercera lista (la blanca, aunque puedan quedar otras en reserva), tras la pamema de anular la lista negra de Batasuna y el entretenimiento de descartar justo antes del inicio de campaña la lista gris de Aukera Guztiak. Con la opinión pública española distraída, Zapatero logrará lo único que se juega en Euskadi el 17-A: Que el tripartito no logre la mayoría absoluta, que alcanzaría –incluso sola la coalición PNV-EA- en caso de ausencia total de Batasuna.

Zapatero, aunque no lo reconozca cuando venga a hacer campaña a Euskadi tras sus ministros, NO espera demasiado de López. A diferencia del PP de Aznar, que ilusoriamente envió a Euskadi a su posible sucesor y ministro mejor valorado (en España), sin lograr nada más que Mayor Oreja se estrellase en una noche electoral en la que las televisiones de Madrid no podían creerse los resultados finales. Zapatero espera cogobernar en Galiza, pero en Euskadi es realista y sólo le cabe esperar a lo sumo que el Parlamento Vasco siga trabado con la mayoría de bloqueo formada por PP-PSOE junto con Batasuna (con otro nombre).

Los más malpensados, que suelen tener razón, apuntan que incluso el PP-PSOE podría buscar la impugnación a posteriori de los resultados electorales si les fuesen muy negativos (sólo ello explicaría que el PP no arme el mismo barullo con PCTV-EHAK que con Aukera Guztiak). Podrán el PP y el PSOE haberlo pensado, o pactado, pero que no nos consideren tan idiotas a los votantes como para que no lo hayamos previsto. Basta de chalanear con la manejable opinión pública (sobre todo la española, desde la absoluta intoxicación a la que se le ha conducido).

Quede claro: PCTV-EHAK recogerá los votos y representación de Batasuna. No hay que esperar al próximo viernes cuando la Mesa de Batasuna pida directa o indirectamente el voto para esta candidatura. Que lo acepten todos los partidos que ilegalizaron a Batasuna, pero sin excusas el 18-A del tipo “es que nos colaron un gol”. Díganlo francamente a su electorado, sin más mentiras u ocultaciones con la connivencia del “independiente” cuarto poder: la prensa. “El País” en la editorial citada ya se pone la venda antes de tiempo (¿posible plan C?), con argumentos tan peregrinos como la fecha de registro del PCTV-EHAK, que justamente fue en la época de Acebes tras la Ley de Partidos, previendo Batasuna exactamente lo que ahora sucede.

Cuba: una doble vergüenza

En Cuba, el régimen de gobierno de Castro, mantenido ininterrum­pida­mente desde 1959, no es democrático, ni respeta la Declaración Universal de los Derechos Humanos. La represión de los disidentes políticos, el modelo de partido único y la ausencia de pluralismo político son inadmisibles. Otro indeseable efecto ha sido la reciente reactivación de las ejecuciones, con tres fusilados el pasado 14 de abril, tras un juicio sumario. En Cuba actualmente hay, al menos, otros 50 condenados a muerte. Por último, siempre debemos diferenciar a la ciudadanía respecto a la actuación de su gobierno, y más aún si éste no ha sido democráticamente elegido. El Pueblo Cubano, como todos los Pueblos, merece nuestra solidaridad plena y todo nuestro apoyo por las difíciles circunstancias que han vivido durante décadas de ausencia democrática y de embargo norteamericano.

Simultáneamente en la misma isla, y con la misma antigüedad, se perpetúa el anacronismo colonial de la base militar de Guantánamo, convertido en un infernal “campo de concentración” y un “limbo jurídico”, donde se acumulan centenares de presos de Afganistán e Irak, incluidos algunos menores de 16 años. Según la Corte de Apelaciones de Washington, de acuerdo con el Departamento de Justicia de la administración de Bush, estos prisioneros no tienen derechos bajo el sistema legal de Estados Unidos, ni pueden denunciar las condiciones de su detención.

La inhumana pena capital de la que se tuvo noticia, se concentra en el 81% en China, Estados Unidos e Irán, según datos de AI en 2002. Ese año, EE.UU. ejecutó a 71 personas, incluidos tres delincuentes juveniles (hace unos días otro menor ha sido ajusticiado en EE.UU., país de mayor número de ejecuciones juveniles, 13 desde 1990). El 1 de enero del 2003, había más de 3.700 presos norteamericanos condenados a muerte.

Todos pedimos el respeto de todos los Derechos Humanos, pero algunos sólo los exigen para determinada gente y en determinados países. Amnistía Internacional ha denunciado reiteradamente la irrelevancia dada por el gobierno español de Aznar a la situación de los Derechos Humanos en sus relaciones con países como la Federación Rusa o China (menos aún en EE.UU.), con la única excepción de la insistente denuncia a la dictadura castrista en Cuba (sin mención alguna a Guantánamo).

Undécimo mandamiento

A principios de los años ‘60, los Padres Escolapios nos llevaron de excursión a todos los del “cole”. No fue un viaje largo, sino un traslado a pie hasta el cine Ayala en mi barrio bilbaíno de Indautxu. Durante toda una mañana, con sus charlas y descansos incluidos, varias clases vivimos aquel día “Los diez mandamientos”. Fue una experiencia mágica, cóctel del misticismo épico que el Colegio Calasancio sabía inculcar y de la espectacularidad del remake que en 1956 realizó Cecil B. DeMille, tras una primera versión suya de 1923. La película rodada en el monte Sinaí, con uno de los decorados más colosales jamás construidos para el séptimo arte, narra la historia bíblica de un angelical Moisés, enfrentado a su hermano adoptivo y diabólico faraón, que decide renunciar a su vida de privilegios para conducir a su pequeño pueblo elegido por Dios, Israel, hacia la libertad (esto no era todavía anticonstitucional en aquellos tiempos, 1960 de la película, y alrededor de los años 1280-1240 a. C. del Éxodo).

El actual inconsciente colectivo, según Jung los patrones-tipos de conducta y representación comunes a todos los seres humanos, está formado por un mosaico de teselas, muchas de las cuales son de origen cinematográfico. Una pieza del puzzle siempre será para nuestra generación aquellos “Diez mandamientos”. Así que muchos creemos apreciar a un Ibarretxe-Moisés separando las aguas para abrirse paso en el Mar Rojo, otros creen avistar a un Aznar-Moisés con las tablas inmutables de la Constitución, mientras ante Rovira-Moisés la zarza ardiente del Estatut no se apaga ni con los 20.000 extras o comentaristas que intervienen en el filme de la realidad.

En nuestra era audiovisual y telemática, sólo se le podía ocurrir a TVE, la cortesana de turno, ahora del aznarismo, lanzar un último ataque antediluviano con la lectura por capítulos mediante un busto parlante de la Ce. O. Ene. Ese. Te. I. Te. U. Ce. I. O. Ene. en los telediarios de mediodía y noche. La embestida no es contra el Pe. I. sino contra el buen gusto, el lenguaje audiovisual y, en definitiva, los sufridos teleespectadores, cuyos últimos reductos contaminados por la tóxica telebasura podrán comprender el sentido anticipatorio de esta agresión, que amenaza proseguir con la lectura completa de “El Quijote” si los vientos plurinacionales o plurilingüísticos del noreste arrecian.

Hoy en día, que casi nadie sabría enunciar correctamente los diez mandamientos, a algunos se nos quedaron tan grabados que durante décadas nos hemos dedicado a coleccionar propuestas de un hipotético “undécimo mandamiento”. Según un proverbio inglés es “Que no te interesen los asuntos ajenos”; según un ecologista, "Heredarás tu santa tierra como su fiel sirviente, conservando de generación en generación sus recursos”; y otra es “No Matarás Tus Sueños”. Me quedo con la del neurofisiólogo John Lilly, “No aburrirás a Dios, o destruirá vuestro Universo”. ¡Ojalá aprendamos a no aburrir demasiado a Dios, ni a aburrirnos entre nosotros!

¡Es la educación, estúpido!

Remedo de aquella célebre expresión aplicada a la economía de la victoriosa campaña electoral que llevó en 1992 a Bill Clinton a la presidencia norteamericana.

A mí, como educador, cuando leo las noticias de actualidad me asalta continuamente ese pensamiento: '¡Es la Educación, estúpido!' (¡Elee!).

Por ejemplo, cuando leo titulares de la prensa de ayer mismo:

- Aznar promete 'barrer las calles, con la ley en la mano, de los pequeños delincuentes'; hay lista de espera para entrar en ETA;

- el 48% de los jóvenes bebe en exceso el fin de semana;

- dos adolescentes de EE UU culpables de asesinar a su padre;

- los antidepresivos figuran ya entre los medicamentos más consumidos;

- una de cada cinco mujeres de la Unión Europea ha sufrido la violencia doméstica;

- El Inter tasó a Ronaldo en 98 millones de dólares. ¡Elee!

Para qué seguir. Recuerden la frase cuando lean el periódico. Finalizo con otro lema educativo: 'Si crees que la formación es cara, prueba con la ignorancia'.

Versión original de Julio de 2002 en: http://mikel.agirregabiria.net/2002/elpais8.htm

En la antesala de la paz

Necesitamos la paz para normalizar nuestra existencia y asegurar un futuro de progreso social, económico y político.

Se ha especulado demasiado con la inminencia de un comunicado en el que ETA declare el fin de violencia. Con filtraciones interesadas, como la recibida por los rotativos barceloneses El Periódico y La Vanguardia que publicaron en portada un anuncio del alto el fuego de la banda ETA el 15-2-06. En Euskadi incluso fue vox populi el bulo de que ese día ETB a las 15:00 daría la noticia siguiendo instrucciones adelantadas y que se confirmarían minutos antes.

El "Ya viene, ya viene..." había sido animado por las declaraciones del presidente Rodríguez Zapatero, con el célebre «inicio del principio del fin», nada menos que en tres ocasiones durante la semana anterior: Tras el Consejo de Ministros, en el aniversario del asesinato de Tomás y Valiente, y en el Congreso de los Diputados para responder a Rajoy. También Ibarretxe ha reconocido que "se está esperando la decisión de la banda terrorista" y "que hay que estar preparados para cosas buenas", aunque sin poner plazos concretos. Sin embargo, el dirigente de Batasuna, Pernando Barrena, se refería a las informaciones de los dos diarios catalanes como "titulares pomposos y llamativos", de "supuestas informaciones" y de "falta de rigor".

Había coincidencia, sin embargo, entre lo dicho por Zapatero, “el proceso será duro, largo y difícil”, y lo anunciado por Arnaldo Otegi, "existe una oportunidad abierta para solucionar el conflicto" vasco, aunque el proceso, que es "mucho más" que una tregua de ETA, será "difícil, duro y largo". Tres adjetivos coincidentes que, aunque anuncian una anhelada expectativa, la fían para lejos.

Los indicios favorables de que ese amanecer está cerca son muchos y significativos: El 23-2-06 se cumplirán mil días sin atentados mortales, y el 30-5-06 serán tres años con muchas otras víctimas, pero sin más sangre derramada. Y cada día que pasa sin muertos hace más improbable e impensable una vuelta atrás.

Otros signos positivos del proceso de distensión social son la formalización de relaciones, por primera vez en la historia, entre el sindicato abertzale LAB y el socialista UGT, o el manifiesto a favor del proceso de paz en Euskadi que parlamentarias de todos los partidos vascos (excepto el PP) intentar acordar para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

El gobierno socialista ha dado pasos significativos, el principal de los cuales es la resolución parlamentaria de mayo de 2005, aprobada por todos los partidos menos el PP, y que recoge, a su vez, el punto 10 del Pacto de Ajuria Enea de enero de 1988, sobre cómo conducir un eventual proceso de paz.

El sistema de las dos mesas (la mesa del Gobierno y ETA, y la mesa de partidos) parece aceptado por todos los agentes políticos, excepto el PP que sobreactúa a la desesperada buscando unos réditos electorales a corto plazo, que algún día se volverán en su contra. Otegi señalaba que la mesa esencial era la de los partidos, dando por supuesto que en la otra hay que tratar poco (la carta de la política penitenciaria). Los demócratas sólo exigimos que ETA no tutele el proceso político en Euskadi en la mesa entre partidos, cuyos agentes son los únicos que tienen depositada la representación de la ciudadanía en función y cuantía determinada por las urnas.

El tic-tac del reloj prosigue imparable. En Euskadi el hartazgo y la náusea son unánimes. No se ha conocido sino la violencia de la dictadura y luego la de la “lucha armada”. Está hastiado, del primero al último de sus ciudadanos, incluyendo las bases sociales de Batasuna que también saben que el tiempo de la violencia ha concluido. Además, la ilegalizada Batasuna quiere recuperar su rol político en las elecciones municipales y forales de 2007, y para ello gestiona que ETA proclame su cese. Desde noviembre de 2004 su Declaración de Anoeta apuesta exclusivamente por las vías políticas. Ya no se trata de un intercambio de paz por presos como condición previa al alto el fuego, sino de legalización de Batasuna tras un compromiso verificable de la retirada de ETA.

El ciclo de ETA está acabado, porque así lo perciben sus mismos integrantes. Ya sólo les queda, aunque suene cínico, pasar su último recibo del “impuesto revolucionario” y negociar la entrega de las armas. En “su mesa”, ellos no olvidan lo que dijo el propio Aznar en su época (en el frustrado proceso de paz de 1998 en Zurich, como en 1989 en Argel en tiempos de Felipe González), que “la ley se va a cumplir siempre, pero el espíritu tiene que ser abierto y generoso”. A pesar de la acusada politización partidista de algunos foros, para superar tanto y tan largo sufrimiento también las víctimas (que en muy distinto grado lo somos todos) aceptarían que se aplicase la generosidad de un Estado de Derecho.

Existe una triple obviedad en esta espera: 1º) Algún día llegará la ansiada paz. 2º) Ese día, cada minuto que pasa, está más cerca. 3º) Todos podemos hacer algo para adelantar esa fecha. Un buen consejo es que circule sin rubor el diálogo, el perdón, la tolerancia, la aproximación y la esperanza.

Versión para imprimir en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/paz.htm

Una nueva Galicia

©Mikel AgirregabiriaNo habrá que esperar hasta el 27: El PP perderá la Xunta de Galicia porque no les será suficiente el voto emigrante, que suma el 12% del electorado.

Fraga naufraga. Así lo ha reconocido, tácitamente, el Presidente de la Xunta en funciones, Manuel Fraga Iribarne, quien la noche electoral reconoció que PSdeG y BNG "tendrán que asumir una gran responsabilidad" al frente del Gobierno gallego en la próxima legislatura, aunque también previno que aún es "razonable y viable" que el voto de los emigrantes otorgue al PP el escaño que le falta para revalidar la mayoría absoluta, ya que, según sus datos, "el 70% de los residentes ausentes que ha ejercido su derecho al sufragio apoyaría a su partido”.

Se había predicho que la pérdida de la mayoría absoluta del PP sólo se produciría con un incremento significativo de la participación electoral, que rompiese el techo del 65%. Finalmente se alcanzó el 68,1%, lo que se pronosticaba un esperado cambio en la política gallega.

Escrutadas todas las urnas de Galicia, el voto de la emigración será decisivo, especialmente el de la provincia de Pontevedra. En las otras circunscripciones es casi imposible que se produzcan variaciones por el voto de los residentes ausentes. Según la Ley D"Hont, el decisivo escaño 38º de Pontevedra sólo bascularía del PSdeG al PP si este partido consiguiese 8.166 votos emigrantes más que los socialistas entre los 21.000 votos emitidos por los 89.000 emigrantes censados en esa provincia hasta el 17J.

En las elecciones de 2001, el PP logró 13.292 votos procedentes del CERA (Censo de Españoles Residentes Ausentes) frente a los 4.559 del PSOE. Repitiendo resultado, el PP renovaría su mayoría absoluta, pero este voto ha fluctuado absolutamente con el signo del gobierno central, y pasó de un reparto 68% PP -21% PSOE en las autonómicas de 2001 hasta un 59% PP - 36% PSOE en las elecciones generales de 2004. Incluso en las europeas de 2004, este voto –tradicionalmente bajo para el BNG, en torno al 5%- se volteó a favor del PSOE (52%) frente al del PP (39%). Sólo en 1997 estos sufragios alteraron el reparto inicial, cuando el PP consiguió un escaño vacilante en La Coruña.

Galicia conservadora hasta el 19J. Desde la transición sólo ha habido un interregno de dos años de gobierno socialista con Fernando González Laxe entre 28-9-87 y 2-2-90, provocado por la traición de José Luis Barreiro, quien en la misma legislatura fue Vicepresidente de la Xunta con AP y con el PSOE.

Así pues, el PP partía de una situación ventajosa, pero con un lento desgaste de gobierno y con un peculiar líder de 82 años e historia política interminable desde Franco hasta la fecha. Sin haber resuelto sus problemas sucesorios, que ahora se precipitarán tras la caída del entramado burocrático de poder, los populares no dejan de preguntarse si otro candidato hubiese contenido mejor su pérdida de votos y escaños.

Fraga esperaba morir con las botas y los votos puestos. Pero no será así: habrá de jubilarse del poder político que ha conocido ininterrumpidamente durante 54 años, desde 1951. Disponía a su favor de la “eterna inercia gallega” y de una reserva de tres escaños para contener la pérdida de la cómoda mayoría absoluta, que ha disfrutado personalmente durante cuatro legislaturas. El respaldo de Mariano Rajoy, volcado en una campaña cuyo desenlace puede cuestionar su futuro, no ha impedido el poderoso “efecto Moncloa”, que se ha sumado a una errónea oposición ultramontana que se dirige desde la calle Génova, o lo que es peor, desde la fundación FAES del ínclito Aznar. Después del 27, con todos los votos contados y si finalmente cae Fraga, el PP deberá evaluar la rentabilidad política de su modo solitario de hacer oposición, con un aislamiento que no remediará con reciente táctica de la manifestación semanal,… en Madrid (o Salamanca).
PSdeG favorecido. El partido socialista partía de la oposición y siendo el tercer partido en votos, en igualdad de escaños con el BNG (17 ambos). Se ha convertido en el más beneficiado de la jornada electoral, por méritos propios y errores ajenos. Su grupo parlamentario pasa a tener 25 diputados, 8 más que en la pasada legislatura. Emilio Pérez Touriño, que repetía por segunda vez, vio crecer los votos desde los 320.283 votos (el 21,8%) de 2001 a los 509.340 (32,5%). Su acuerdo con el BNG, que se da por cerrado, le podría llevar a acceder al Palacio de Raxoi. En caso contrario, será su último intento como ratificó él mismo durante la campaña electoral.

La trayectoria de Touriño en el PsdeG es antigua, participando en los gobiernos de Felipe González desde 1985 y habiendo sido acusado por Roldán en 1994 de haber intervenido en el pago de comisiones. Renunció a sus cargos políticos, a pesar de rechazar su implicación en los hechos, y regresó a la docencia universitaria. Tras la retirada de Abel Caballero, quien fracasó en las autonómicas de 1997, Touriño recuperó su peso político cuando asumió el debate de investidura contra Fraga. En los comicios de 2001 logró un estimable crecimiento que situó al PSdeG a la par del BNG. José Blanco, Secretario de Organización, fue decisivo para repetir la candidatura de Touriño, siendo manifiesto el apoyo que prestó Touriño a Rodríguez Zapatero desde el primer momento, contribuyendo a su triunfo como Secretario General del PSOE en el 36º congreso.

BNG en transición. Su situación es paradójica, ya que aunque ha bajado cuatro escaños y el 3,7% de votos, pasa a ser clave de gobierno el nacionalismo gallego. Con sólo 13 escaños y 307.249 votos, se advierte la pérdida de escaños y votos respecto a aquellos 395.000 y 18 escaños de 1997 de Xose Manuel Beiras (quien había ascendido desde los 50.000 votos y un escaño de 1985). Es innegable en el BNG una crisis de renovación de la anterior cúpula por una nueva generación dirigente, encabezada por Anxo Quintana, todavía poco conocido por el electorado y sin el carisma histórico de Beiras.

Este retroceso parcial también responde a la concentración de voto en la alternativa socialista provocada por la bipolarización, así como a la peculiaridad de Galicia que, por sus parámetros socioeconómicos desfavorables respecto a otras Comunidades Históricas, es menos propicia a los reajustes previstos en las fórmulas de financiación que se advierten en las reformas estatutarias más avanzadas. Anxo Quintana deberá establecer una línea definida y progresista que permita proyectar hacia el electorado gallego su modelo propio de reforma del Estatuto de Galicia de 1981, marcando diferencias apreciables sobre la propuesta del PSdeG.

Galicia ofrece un panorama despejado de cambio mediante la coalición del PSdeG y del BNG, y con un PP que habrá de recomponerse en la oposición. El resto de las fuerzas políticas es meramente simbólico y sin representación parlamentaria. La cuarta fuerza política es una desvanecida IU, con apenas 12.199 votos (0,8% del electorado), muy lejos del mínimo necesario para que su candidata Yolanda Díaz optara a un escaño.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/galicia.htm

Gusto (vasco) por las minorías

Desde la complejidad de la personalidad vasca a la predicción del futuro político inmediato en Euskadi.

Una de las características vascas más peculiares en su preferencia por los subgrupos, por el sentido de pertenencia a una comunidad muy reducida y de rasgos identitarios bien definidos, especialmente en lo geográfico. En Euskadi casi nadie se siente sólo vasco, sino vasco de un territorio histórico concreto (Bizkaia, por ejemplo), y de un barrio de una población específica (como Indautxu en Bilbao), e incluso busca reductos aún más acotados, como el colegio donde estudió y de donde proviene su cuadrilla de amigos de siempre.

La rivalidad entre vecinos, propia de todo el mundo y que se manifestada notablemente en lo deportivo, es singularmente evidente entre los vascos. Quizá fue la orografía física del terreno la que marcó a través de la organización comunitaria esa idiosincrasia del pueblo euskeldun, sumamente defensiva de lo propio, con sus matices desde idiomáticos con la multiplicidad dialectal del euskera (de cada euskalki) hasta los modelos administrativos con sus ancestrales instituciones forales.

Claro está, todo esto resulta sumamente extraño a los foráneos, y muy especialmente desde el sentimiento generalizado de los españoles de la “una, grande (y libre)” o desde la “grandeur française” de la gran mayoría de los franceses. Lógicamente, la política vasca sigue esas pautas de aprecio de la minoría bien reducida y especificada. La fragmentación y complejidad del panorama partidista vasco, en la Comunidad Autónoma Vasca, en la Comunidad Foral Navarra e incluso en Iparralde, causan perplejidad a los observadores externos.

La historia política más reciente muestra señaladamente esta pluralidad partidista y de aprecio por las minorías, aunque siempre desde un liderato de un Lehendakari del Partido Nacionalista Vasco, firmemente en minoría mayoritaria. Sin remontarnos al puzzle de partidos del primer gobierno vasco presidido por José Antonio Agirre en 1936, desde la transición democrática la gobernabilidad vasca en la CAV ha estado permanentemente marcada por el aprecio hacia la suma de minorías. El Lehendakari Carlos Garaikoetxea pudo gobernar desde 1980 como si tuviese mayoría legislativa por la inasistencia institucional de Herri Batasuna. El Lehendakari José Antonio Ardanza hubo de pactar con el PSOE en 1987, incorporando socialistas al Gobierno vasco durante dos legislaturas y media hasta la salida electoralista del PSOE en verano de 1998. Finalmente, el Lehendakari Juan José Ibarretxe hubo de acortar su primera legislatura por la insuficiencia parlamentaria y sólo los extraordinarios resultados de la coalición PNV-EA en 2001, con la pérdida de electorado de Euskal Herritarrok por la ruptura de la tregua de ETA, permitió que algunos imaginasen un panorama de mayoría absoluta a partir del 17-A.

Las urnas reiteraron, una vez más, la insistente y variada pluralidad de la sociología vasca. Las leves oscilaciones se explican por el sumatorio de efectos: “Efecto Guggenheim” mayoritario de quienes defienden que el máximo autogobierno vasco ofrece mayor bienestar, aunque por el “efecto Adormidera” no se hayan movilizado los más tibios aletargados al no percibir en peligro la Lehendakaritza; “Efecto de Bipolarización” que si en 2001 benefició a los extremos PNV-PP ahora ha favorecido al PSOE-EHAK; “Efecto Carod-Rovira” que catapultó a ERC de 1 a 8 diputados por la demonización de Aznar y que aquí ha despertado la simpatía por el débil EHAK (o la aparentemente desahuciada Batasuna); y el “Efecto Vasos Comunicantes” entre los antinacionalistas vascos en función de quien gobierne en Madrid. No parecen haber rendido dividendos ni el “efecto ZP”, válido en otras latitudes, ni aún menos el “efecto Aldaketa” (si no sabe de qué va, ni se moleste en buscarlo) de los trásfugas que son fieles a su deseo de gobernar. Basta ver su actual pataleo por quedar apartados de la labor de cocina que está llevando a cabo el partido para el que pidieron el voto, el PSOE, que siempre actúa como “coche escoba” que recoge hasta a un Pablo Mosquera, fundador del PP en Álava y luego de la Unidad Alavesa ahora extinta.

A pesar de todos los “efectos electorales” actuantes, el electorado redescubre el 17-A el reparto habitual: Un 55 % de nacionalistas vascos al presente en EAJ-PNV, EHAK, EA y Aralar, un 5% de federalistas en EB (IU), totalizando un 60% que aprobó el “Nuevo Estatuto para Euskadi” y un 40% de constitucionalistas (22% de autonomistas partidarios de una reforma estatutaria limitada y un 17% anclado en el inmovilismo). La posición clave la ocupa la coalición PNV-EA, casados por D’Hont, que cuenta con el 38,3% del electorado (42% en 2001 y 36,6% de las autonómicas de 1998), siendo la lista más votada en los tres territorios históricos (en 1998 el PP fue la Alava y EH en Gipuzkoa), y con 463.873 votos casi igual a la suma (481.224) de los partidos segundo PSOE y tercero, PP.

Con todo esto, tras la acreditación de un tercio de parlamentarios el calendario sufre una chocante aceleración en lo referente a la constitución del Parlamento Vasco, prevista para el próximo 16 de mayo, en tanto se pospone la formación del nuevo Gobierno hasta mediados de junio para madurar a las opiniones públicas vasca y española de lo que se está pactando. ¿Datos? El País y la SER, generalmente bien informadas desde el PSOE de Madrid, apuntan a Idoia Zenarruzabeitia como relevo de Juan Mari Atutxa para presidir el Parlamento Vasco. Sería una buena elección de consenso para fraguar un acuerdo entre “casi” todos (no le pregunten a Madrazo), quedando una Mesa impecable en orden de representación (PNV-PSOE-PP-EHAK-EA), gobernando a una Cámara femenina una mujer de valía, pero dejando un sospechoso hueco en la Vicelehendakaritza… Pero para elucubrar sobre el futuro Gobierno ya tendremos algo más de tiempo, según se produzcan algunos acontecimientos, probablemente históricos, por parte de todos los agentes políticos vascos.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/minorias.htm

Los votantes dudan y quieren saber

©Mikel AgirregabiriaEn las campañas electorales todos los partidos explican sólo algunos de sus proyectos, los más aceptados y populistas. Pero cada electorado quisiera que le aclarasen otros aspectos más vidriosos, susceptibles de decantar su voto.

Las Elecciones Autonómicas Vascas del 17-A siguen esta misma pauta general. Resultaría demasiado prolijo reseñar los numerosos temas de los NO nos hablan cada candidatura partidista, aunque sí figuren en esos mamotretos con las propuestas electorales que nadie se detiene a leer.

Los partidos políticos son, ante todo, máquinas creadas para obtener votos. Sólo cuando los electores y las electoras exijamos más y más detalles, cambiará y se perfeccionará esa sofisticada maquinaria que abusa de los lemas simples, destinados preferentemente para los restos indecisos del electorado, estimado en un decisivo 5%.

No conviene olvidar al 95% del cuerpo electoral, que tiene prácticamente decidida su papeleta y quisiera reafirmarse corroborando el acierto de su decisión. En sus distintas opciones, ese electorado clave, que podría o no acudir a votar, se pregunta algunas cuestiones esenciales como éstas:

- Voy a votar a Aralar, ¿pero no acabará mi voto, en mi Territorio Histórico, en la papelera? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a EHAK, ¿pero no acabará mi voto sirviendo para paralizar a Euskadi en esa extraña alianza con el PP y el PSOE? ¿Quizá convenga que me cambie a Aralar o a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a EB-IU, ¿pero no acabará mi voto en la corriente opuesta a Madrazo? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición IU-EB?
- Voy a votar al PSOE, ¿pero no acabará mi voto a las órdenes del PP de San Gil (Oreja, Aznar)? ¿Quizá convenga que me cambie al EB-IU?
- Voy a votar al PP, ¿pero no acabará mi voto bajo el programa del PSOE de Zapatero? ¿Quizá convenga que me cambie a UA o a alguna Falange auténtica?
- Voy a votar a la coalición EA-PNV, ¿pero no acabará mi voto gestionado por alguna corriente crítica del partido? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición PNV-EA?
- Voy a votar a la coalición a PNV-EA, ¿pero no acabará mi voto sin evitar que sean 22 años los que mi partido elude liderar la crucial Educación Vasca? ¿Quizá convenga que me cambie a la coalición EA-PNV?

Respóndanos, Señoras y Señores de la Política, a estas cuestiones, porque hasta el domingo 17 de abril no elegiremos definitivamente nuestro voto otorgado por otros cuatro años.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://www.getxoweb.com/mikel

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/saber.htm