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Nuevas amenazas nucleares

No sólo persiste el riesgo de un holocausto nuclear. Ahora, algunas superpotencias se arrogan el derecho a usar bombas nucleares tácticas como armas convencionales.

La “disuasión nuclear” neutralizó la tragedia de una Tercera Guerra Mundial entre superpotencias por la devastadora respuesta que originaría. El armamento nuclear era esgrimido de manera pasiva y con intenciones de desalentar cualquier primer ataque, bajo el “criterio de no-empleo” excepto como represalia. Durante la “Guerra Fría” entre Estados Unidos y la Unión Soviética la amenaza de una guerra termonuclear fue una lejana posibilidad, dado que ambos países se destruirían mutuamente. La destrucción mutua asegurada obligó a una coexistencia pacifica que pacificó el mundo en virtud del enorme riesgo que suponía.

Lamentablemente ese equilibrio por la disuasión parece haber quedado en el pasado. Seguramente por presiones de la industria armamentística, aún insatisfecha a pesar de iniciativas tan costosas como la comúnmente conocida como “guerra de las galaxias” pretendida Ronald Reagan (tras “ganar” la Guerra Fría) en la década del ‘80, y reencarnada en el proyecto del “escudo antimisiles” de George W. Bush.

Desde aquel aciago 6 de agosto de 1945 en Hiroshima se estima que ha habido más de dos mil pruebas nucleares en nuestro planeta. La mayoría son subterráneas desde que en 1963 entró en vigor el tratado de prohibición de pruebas atmosféricas, espaciales y submarinas. EE.UU. boicotea la Conferencia para la Prohibición Total de Pruebas (CTBT), lo que conduce a la investigación, la investigación a la producción, y la producción al emplazamiento de las armas nucleares. Sólo falta el último eslabón en la cadena: la utilización paulatina y gradual de las versiones “seguras o tácticas”.

La evolución imparable de las armas nucleares por parte de Estados Unidos y Rusia ha logrado una 6ª generación de proyectiles de tamaño reducido (con escasamente 4 Kg. de plutonio) o fuentes neutrónicas miniaturizadas, de variable potencia programada en el lanzamiento entre décimas de Kilotón (1 KT equivale a mil toneladas de TNT) y varios megatones.

Tras del 11-S, en 2002 el presidente norteamericano reconsideró su protocolo de empleo del armamento nuclear ampliando las ocasiones en su “revisión de la postura nuclear". Se detallan tres tipos de situaciones posibles: 1ª En represalia por ofensivas con armamento atómico, o de tipo biológico o químico; 2ª Contra blancos capaces de resistir ataques no nucleares; 3ª En la eventualidad de desarrollos militares imprevistos. Tristemente ésta parece no ser sólo la posición de los “halcones” del Pentágono.

El presidente francés, Jacques Chirac, el pasado 19 de enero de 2005 anunció la doctrina nuclear francesa: “Los dirigentes de Estados que recurrieran a medios terroristas contra nosotros o que pretendieran utilizar, de una u otra manera, armas de destrucción masiva deben entender que se expondrían a una respuesta firme y adaptada de nuestra parte, que puede ser convencional o de otra naturaleza (nuclear)”. Chirac, símbolo político europeo contra la invasión de Irak, apuesta en su discurso sobre el potencial nuclear francés en… ¡una guerra preventiva!

Francia, es la cuarta potencia nuclear en la historia desde 1960 (tras EE.UU., URSS y el Reino Unido) y la tercera o cuarta (emparejada con China) por el número de cabezas nucleares, lo que le supone un ingente costo de mantenimiento. Desde el Tratado de No Proliferación Nuclear de 1968, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU (junto a los vencedores de la II Guerra Mundial, Estados Unidos, Rusia, China y Gran Bretaña) es uno de los cinco países con “derecho” al armamento nuclear. Ello no ha impedido que Israel, India y Pakistán se sumasen al “club atómico”, además de quienes renunciaron a tal “honor” como Sudáfrica (cuando Nelson Mandela desmanteló sus bombas) y como Ucrania, Kazajstán y Bielorrusia, que devolvieron a Rusia el armamento nuclear remanente tras la desintegración de la URSS.

En su intervención, Chirac pareció ir más allá del mero enfoque defensivo-disuasorio. Anunció que Francia ha reducido el número de cabezas nucleares en algunos misiles, lo que permite aumentar su alcance para “hacer algo diferente del ataque estratégico masivo”. Así, del supuestamente imposible escenario de una respuesta “total y definitiva” se pasa a una respuesta “adaptada”, y por tanto, utilizable. Más precisos y menos devastadores, estos misiles nucleares se convierten en armas tácticas y, de facto, con ‘posible empleo’.

“Contra una potencia regional, nuestra elección no es entre la inacción y la inercia”, señaló Chirac, añadiendo que “la flexibilidad y capacidad de reacción de nuestras fuerzas estratégicas nos permitirían ejercer nuestra respuesta directamente sobre sus centros de poder”. También amplió el concepto de “intereses vitales” de Francia, cuya amenaza podría implicar el empleo de estas armas. A los tradicionales (integridad territorial, protección de su población y libre ejercicio de su soberanía), Chirac sumó la “defensa de los países aliados” (una forma de potenciar la autonomía defensiva de la Unión Europea) y la “garantía de nuestros aprovisionamientos energéticos”. La referencia al abastecimiento de combustibles enlaza directamente con los recursos petrolíferos, y a pesar de los matices es una progresión hacia una “diplomacia de la amenaza”, por velada que ésta sea.

Esta declaración de Chirac alienta la muy significativa posición de algunos medios de comunicación próximos a los intereses de la Casa Blanca, que vienen sugiriendo que el uso de arsenal nuclear “táctico” estaría cerca de ser consensuado entre las potencias nucleares. Incluso llegando a insinuar que un eventual ataque a Irán (perpetrado por Israel y/o los Estados Unidos), no quedaría descartada la posibilidad del uso de armas nucleares “seguras”.

Una solución, tan deseable como improbable, para el conflicto en ciernes sería desnuclearizar todo el Oriente Medio. Su imposibilidad radica en que Israel considera que “su” armamento nuclear exclusivo (negado a sus adversarios directos) es la última garantía de que no se produzcan cambios en el mapa consolidado tras en la “Guerra de los Seis Días” de 1967. Esa misma realidad acelera la voluntad de Teherán de nuclearizarse, contano con una protección que impida una invasión como la de Irak. La tentación de la espiral militarista sería que Estados Unidos planificase un bombardeo selectivo de los “centros de poder de una potencia regional”.

Resulta sumamente hipócrita, y hasta cínico, que algunas potencias occidentales amenacen con resolver el tema de las presuntas armas nucleares iraníes (en ningún caso operativas antes de 8-10 años), mediante el uso precisamente de tales armas nucleares. Lejos queda la época de equilibrio de las superpotencias, cuando se mantenía estrictamente la renuncia de todos a dar “el primer golpe”, restando sólo la "represalia aplastante".

Ante las lógicas críticas suscitadas, Chirac ha aclarado en días posteriores en que el armamento nuclear francés es únicamente defensivo y que sus palabras no suponen asumir la tesis bushiana del “ataca primero”. Pero el primer mensaje del presidente galo puede que, en lugar de disuadir a terceros países, obre el efecto contrario de convencerles para la obtención de armas nucleares como única garantía de no ser atacados. Ello relanzaría la carrera armamentística y pondría la seguridad de la humanidad en peores condiciones, si cabe, que durante la larga Guerra Fría.

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/nuclear2.htm

Katrina: ¡Sálvese quien pueda!

Aprendamos de una tragedia, en prevención de próximos desastres, y para una mejor atención a las víctimas presentes y futuras.

El 29 de agosto el huracán Katrina asoló los Estados costeros de Louisiana, Mississippi y Alabama, siendo New Orleans (Louisiana) la principal ciudad afectada al desbordarse los diques de 7 metros que protegen la mayor parte de sus barrios que se encuentran bajo el nivel del mar y bordeados por el río Mississippi y el lago Pontchartrain. Un millón de personas fue desplazado, siguiendo las órdenes de evacuación emitidas desde el 28 de agosto, en una crisis humanitaria a escala desconocida en los Estados Unidos desde la “gran depresión” sucedida entre 1929 y 1939. Se anegaron 233.000 km², un área similar a la de todo el Reino Unido.

La muerte de casi un millar de personas (973 registrados hasta el 20 de septiembre, de los que 936 corresponden a Louisiana) y los millones de damnificados, junto a los daños materiales cuya recuperación exigirá sólo en el primer año más de 200.000 millones de dólares estimados, ha convertido a este ciclón tropical en el más desastre natural más destructivo, superando ampliamente al huracán Andrew de 1992 (26 muertos, 3 de ellos en las Bahamas, y 27.000 millones de dólares de pérdidas materiales).

El huracán Katrina es el cuarto huracán de categoría 5, la más destructiva de la escala Saffir-Simpson, que hace impacto en el territorio continental de EEUU desde que existen registros de este tipo de tormentas, si bien al penetrar en la costa se fue rebajando rápidamente de nivel. Constituye una catástrofe infrecuente de la naturaleza desatada, si bien no comparable con el cataclismo oceánico del tsunami que devastó el sureste asiático en las navidades pasadas de 2004.

En el caso del Katrina hubo previsión de su llegada, instrucciones de evacuación y alguna capacidad de anticipación, pero no la prevención y el socorro que cabía esperar de una sociedad rica y avanzada como se supone que es la mayor superpotencia del inicio del siglo XXI. Todo ello es producto de una determinada cultura política que arrincona la iniciativa pública, subestimando una serie de amenazas sociales y naturales, mientras amplifica otras de interés para las corporaciones armamentísticas como el riesgo de ataques terroristas (por ejemplo, desde Iraq con imaginarias armas de destrucción masiva).

Las imágenes difundidas ponen de manifiesto la existencia de un “cuarto mundo” de pobreza en la trastienda de una nación socialmente muy dispar, con un alto crecimiento económico pésimamente repartido y con una cobertura pública ínfima. Son reflejo del efecto continuado de las políticas neoliberales y neoconservadoras que se exhiben desde la Presidencia estadounidense y que se propagan a través del proceso de globalización internacional. Se aprecian en el minimalismo de lo público (del Estado), en los sectores fundamentales y críticos como la educación, la sanidad o la vivienda, y no llega a percibirse en sus más trágicos efectos hasta que una hecatombe los exterioriza.

Hechos contundentes demuestran cómo la Casa Blanca desvió fondos para el proyecto urgente de mejorar las presas y las estaciones de bombeo en Louisiana hacia la guerra en Irak. Esa misma contienda explica que no haya suficientes efectivos de la Guardia Nacional en los Estados sureños, los más pobres y expuestas de los EE.UU., que son justamente los que más tropas aportan para ser transportadas a destinos tan remotos. La ausencia de infraestructuras de Protección Civil, al estilo europeo, significa que únicamente personal militar pueda acometer en una sociedad tan fuertemente armada la tarea de socorro, ofreciéndose imágenes insólitas de rescatadores pertrechados con chalecos antibalas y rifles.

Puede parecer extraño entremezclar el belicismo de George W. Bush con la respuesta desde los poderes públicos ante una catástrofe de origen natural, pero los recursos humanos y presupuestarios siempre son limitados, por lo que el esfuerzo dirigido hacia la indiscutible hegemonía militar se detrae de otras partidas que podrían destinarse a fines mucho más solidarios dentro y fuera de las fronteras estadounidenses.

En una democracia la opinión pública debe aprender a dirigir su voto, especialmente cuando una calamidad de origen natural causa una mortandad tan alta entre sus conciudadanos menos pudientes. Abandonar el militarismo galopante y luchar contra la pobreza, sobre todo en el país de las grandes desigualdades, es una necesidad urgente que los gobiernos de cualquier signo y latitud abordarán cuando la sensibilidad social colectiva lo exija perentoriamente, y no por razones compasivas ante las víctimas de una calamidad, sino por mera justicia equitativa y solidaridad distributiva. El siglo XXI requiere soluciones políticas nacionales e internacionales que superen el individualista lema del “¡Sálvese quien pueda!”.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/katrina.htm

Licencia para matar

©Mikel AgirregabiriaLa política de “disparar primero y preguntar después” es un atroz reflejo del concepto implantado por Bush de “guerra preventiva”.

Hemos de preocuparnos seriamente cuando Scotland Yard, supuestamente una flemática policía metropolitana, asume la norma de disparar a matar en caso de duda, en la misma capital del país que instituyó el “Habeas Corpus” como garantía de vida y libertad para la ciudadanía.

Jean Charles de Menezes, fue víctima del “gatillo fácil” decretado tras la conmoción social producida por los atentados del 7 de julio, en los que murieron 52 personas, además de los cuatro suicidas. El 21 de julio hubo otras cuatro explosiones de escasa magnitud que no produjeron víctimas. Al día siguiente, el joven electricista fue tiroteado 11 veces, a corta distancia y durante 30 segundos, con el resultado de recibir siete disparos mortales en la cabeza. Todo ello cuando se encontraba ya en el suelo e inmovilizado por agentes de paisano.

La comprensible psicosis popular en la capital británica no debiera afectar a sus instituciones, especialmente a su policía, para actuar de modo tan irresponsable, en el primer momento, y menos aún para ocular su trágica desmesura y obstaculizar la depuración de responsabilidades con una cortina de continuas mentiras y groseras ocultaciones. Del brasileño asesinado se dijo toda suerte de falsas acusaciones como que "desafió a los policías y se negó a seguir sus órdenes, que vestía un abrigo sospechosamente abultado o que saltó sobre el torniquete de entrada al Metro".

Desafortunadamente no se trata de un aislado error policiaco, sino de una escandalosa política cuya responsabilidad alcanza a quienes dictaron la Operación Krator, que autoriza el 'tirar a matar'. Tony Blair, el principal socio de George W. Bush, apoyó la invasión de Irak con el objetivo de acabar con el terrorismo internacional. El resultado son decenas de miles de víctimas iraquíes, civiles en su inmensa mayoría, y un repunte del inhumano terrorismo internacional.

¡Cuántos crímenes se comenten en nombre de la justicia! La injusticia se combate con genuina justicia, y no con emulación de la iniquidad. Asistimos a un histórico proceso lamentable que está “americanizando” (en el peor de los sentidos) al Reino Unido, parte esencial de la democrática Europa, en lugar de “europeizando” (en su mejor significado) a los Estados Unidos.

Cuando EE.UU. orienta toda su política hacia la hegemonía militar, sucede que llega a pensar que las únicas soluciones mundiales se obtienen mediante los ejércitos y las armas. En la reciente catástrofe del huracán Katrina se aprecia el desatino de que “quien sólo tiene un martillo, cree que todo son clavos y se dedica únicamente a golpear”.

Para evitar el doble riesgo de ser asesinado por terroristas o por antiterroristas, en Londres o en nuestras ciudades, recordemos a Víctor Hugo cuando señaló “Hay que lanzar los tinteros contra los cañones; la tinta matará a la pólvora”. Usemos el poder de la palabra y, sobre todo, el poder de los votos para reclamar a nuestros dirigentes políticos más moderación, más inteligencia y más justicia.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/matar.htm

Anticuada actualidad

©Mikel AgirregabiriaLa actualidad, distribuida mediante innovadores soportes de difusión, sólo cuenta viejas historias con nuevos protagonistas, sin más cambio que la cíclica permanencia.

A quienes tratamos de garabatear diariamente en algún blog, ocasionalmente nos escriben algunos lectores recriminándonos cuando nos apartamos de la “actualidad” para tratar temas intemporales o transversales. A ellos van dirigidas estas líneas, como justificación, excusa o lo que quiera que sea para mantener esas excursiones temáticas ajenas a la “tediosa actualidad”.

Porque la “actualidad” es sumamente aburrida o, al menos, la supuesta actualidad profusamente publicada. Y lo cierto es que a todos nos gusta la novedad, lo inédito, lo flamante, lo reciente, lo estrenado. Recuerdo que alguien me decía que la mejor marca es “nuevo”, cuando prefería cualquier producto (como una casa o un coche) recién hecho a otros de mayor calidad, pero usados. Pero entre la información no hay casi nada “nuevo”, ni “desconocido”.

Guerra: A escala planetaria o regional, persisten lamentablemente las palabras vacías y los estériles deseos de paz, mientras todos, desde Bush hasta ETA, se aprestan con sus acciones para el eterno combate sin final. Ello demuestra que todavía se creen aquello de “si quieres la paz, prepara la guerra”, el decadente lema romano (‘Si vis pacem, para bellum’). La industria bélica sigue moviendo la ciencia y el mundo. Nadie ha entendido a Pío Baroja cuando afirmaba que “En las guerras fracasan el que pierde y el que gana. Es un juego malo para los dos. Se consume demasiada riqueza y demasiados hombres, y el resultado es el mismo: miseria para todos”.

Política: Los dirigentes son los mismos, o sus herederos. El hijo de un Presidente norteamericano es reelegido, mientras su hermano se prepara para heredar la más poderosa república del planeta sin historia monárquica. En Europa, el rechazo a políticos que acumulan 40 y 50 años en el poder, incluido un ministro de Franco que se postula como presidente autonómico, han provocado una disociación entre el electorado y la clase política. Así no es de extrañar el divorcio entre el compadreo del politiqueo y la voluntad popular, que se manifiesta en toda oportunidad de referéndum, cuando la sociedad civil doblemente se revela y se rebela. Tampoco sorprende la pervivencia extendida de manifestaciones de toda clase, por la ineptitud política de canalizar las necesidades ciudadanas por vías parlamentarias.

Economía, educación, cultura, sanidad,… y tantos otros temas de máxima trascendencia social quedan pospuestos o marginados en círculos especializados de la información. Los grandes grupos de prensa prefieren no insistir en temas como la pobreza planetaria, si pueden glorificar la seguridad mundial aportada por la guerra de Irak. Así, casi nos olvidamos lo que hace décadas denunció Alvin Toffler, y que sigue plenamente vigente: “El 70% de todos los seres humanos actuales son la gente del pasado, viven, en muchos aspectos, como sus antepasados de hace siglos. Otro 25% forma parte de las sociedades industrializadas. El restante 5% forma la nación internacional del futuro”.

Deporte: Para que no se advierta en demasía la ausencia de genuina información, el deporte sigue rellenando las páginas y los telediarios (la antigualla del Panem et Circenses romano). Como el deporte desprestigia la portada de todos los días, entre las “innovaciones” aparecidas en los medios de comunicación se destaca quién fue “garganta profunda” en el caso Watergate y cómo se confirma que Napoleón murió asesinado en su exilio de Santa Elena. Dos novedades de hechos acaecidos respectivamente en 1970 y 1821, pura actualidad que se dice. Quizá sólo nos quede esperar algunas décadas más para saber quién mató al presidente Kennedy (1963), o barruntar cómo se produjo el accidente de Lady Di (1997), otros dos temas de “permanente y candente actualidad” en la única viva y creciente “prensa de corazón”.

Con esta mezcolanza embrollada de des-información trasnochada, entreverada con masiva publicidad comercial, no sorprende la enorme discrepancia paradójica entre las listas publicadas de los “principales problemas” de un país y los de su ciudadanía. Así parece que la formación, el paro, la vivienda o el empleo de calidad nos preocupan a todos nosotros, pero no a nuestros dirigentes ni a los comunicadores, más enfrascados en el movimiento de intereses y poltronas en ministerios y redacciones.

José Martí dijo una gran verdad: “Todo está dicho ya; pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas”. Quizá la notable falta de novedad en la información sea un significativo síntoma adicional de la deplorable ausencia de sinceridad.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/actualidad.htm

Hijos criados en el cálculo de la pensión

Una elemental idea de justicia que puede solventar simultáneamente los dos más graves problemas sociales: la regresión de natalidad y el envejecimiento poblacional.

Parafraseando a Karl Marx, un nuevo espectro recorre Europa, y a todo Occidente,… “el espectro de la quiebra del sistema público de jubilaciones”. Es universal la preocupación por la sostenibilidad del sistema fiscal de pensiones. Desde Japón, con el elevado aumento de las cotizaciones obligatorias a partir de 2005 para cubrir el severo déficit en la caja de retiro, pasando por Estados Unidos donde Alan Greenspan considera insostenible la actual política para garantizar las pensiones, nos llega a la Unión Europea el debate sobre cómo evitar a medio plazo el desplome financiero público derivado del envejecimiento de la población, con su consiguiente crecida de gastos sanitarios y en pensiones.

El sostenimiento del sistema vigente de retiro, creado hace 70 años, ha funcionado aceptablemente (con pensiones mínimas insuficientes en muchos casos) mientras se mantuvo la alta tasa de trabajadores respecto a los pensionistas. En 1935 había 42 empleados por cada jubilado; hoy, en Europa, no hay ni 3. Si la escalada de esperanza de vida y la edad de retiro se mantienen, junto a la regresión demográfica, cada cotizante y medio deberán ocuparse de un jubilado antes de 2030.

O se retira el voto a los pensionistas para abandonarlos a su suerte, o algo habrá que reformar urgentemente. La primera opción queda descartada, no ya por un básico sentido de ética filial con quienes nos dieron la vida y a quienes les debemos todo, sino por razones más prosaicas. Los jubilados se han convertido en la nueva y creciente mayoría social. Los políticos, que administran recursos limitados, cada año se arriesgan menos a yugular el gasto en pensiones para los mayores, porque su porcentaje en el censo electoral crece ininterrumpidamente.
Otra solución fácil, pero desechable por el rechazo democrático que suscita, es la sustitución (que no complementación) del fondo público de pensiones por aportaciones a cuentas privadas, tal y como impulsa Bush. Esta privatización parcial del sistema de jubilación, aunque se enmascare con la opción de auto-aumentar voluntariamente la presión fiscal para incrementar la aportación en una cuenta pública personal, sería repudiada por un inmenso “lobby”, no sólo de los pensionistas actuales, sino incluso de todos aquellos que nacimos antes de 1970, porque nos situaría en desventajosa inferioridad.

El “Estado de Bienestar” que hemos construido, junto a tasas de natalidad menores de 1,3 hijos por mujer (o pareja), pone seriamente en riesgo a todo el sistema de previsión social en un plazo de apenas 15 ó 20 años. Son precisas reformas drásticas para mejorar la solvencia presupuestaria del sistema de pensiones, con efectos inmediatos y a medio y largo plazo.
El cálculo final de la pensión de cada jubilado se establece sobre la cuantía y años de la base cotizada, lo que mide su esfuerzo solidario de contribución a la sociedad. Una sugerencia que siempre nos rondó la cabeza a algunos, y que comienza a aparecer en algún sesudo informe de sabios economistas aunque no puedo hallar su referencia, señala que la descendencia criada por cada jubilado, hombre o mujer, con o sin experiencia laboral, debería formar parte del cálculo de su pensión.

Quizá simplemente lo hayamos soñado, pero seguro que muchos compartirían la opinión de que una madre que ha sacado adelante a varios hijos e hijas, nietos y nietas (todos ellos cotizantes potenciales), ha cooperado decisivamente con el futuro de una sociedad y merece una pensión digna. Las familias con prole, y quienes lo consideren justo, deberíamos formar un grupo de presión para que el número de hijos cuidados durante su infancia y juventud sea un factor valorado en el cálculo de las futuras pensiones de retiro. Además, de este modo, muchas (y muchos) que renuncian a los hijos o que limitan su número por razones económicas, descubrirían la grandeza y la felicidad de la maternidad (o paternidad) responsable.

Vivimos en Europa

Después de pensar distintas razones para votar hoy sobre el Tratado Constitucional Europeo, lo he resuelto escuchando una canción.

Había decidido mi voto con antelación, por razones demasiado extensas para su exposición con brevedad, pero el videoclip de la banda alemana de rock-pop Rammstein ha sido definitivo. Su álbum con la canción "Amerika" es un argumento concluyente que causó gran revuelo no sólo musical, hasta el punto que Bush lo censuró en la cadena televisiva MTV durante el proceso electoral. Con una marchosa música que la realización en vídeo realza inmersa en el paisaje lunar del Apolo 11, la irónica letra dice así:

“Todos vivimos en América, América es maravillosa. Cuando bailamos yo quiero dirigir, incluso cuando dais una vuelta solos, dejadnos controlaros un poco. Os enseñaré el buen camino, bailaremos todos en corro, la libertad suena en todos los violines, la música llega desde Casa Blanca y ante París se alza Mickey Mouse. Yo sé dar los pasos necesarios y os evitaré los tropezones… Crearemos una estupenda ronda de baile, os enseñaremos el rumbo, a África llega Santa Claus y ante París se erige Mickey Mouse. Todos vivimos en América: Coca-Cola y Wonderbra. Esto no es una canción de amor, no canto en mi lengua materna; no, esto no es una canción de amor. Todos vivimos en América: Coca-Cola, y a veces guerra…”.

Quizá el mismo éxito internacional de Rammstein, cantando en alemán y con el estribillo en inglés, sea un ejemplo de la globalización contemporánea. Muchos sí queremos una mejor y más cercana comunicación cosmopolita en un mundo plurilingüe e intercultural, pero nos negamos a una sola uniformidad de colonización exclusiva, propiciada por un marketing todopoderoso respaldado, si hiciera falta, por la sempiterna fuerza del poder militar absoluto. Por todo ello… sí, queremos vivir en una Europa que sea un referencial modelo planetario de colaboración y de respeto entre muy diversas identidades individuales y colectivas.

Rammstein:_Amerika...

Un vasco en la Corte de Madrid

Allá fue Ibarretxe, como delegado del Parlamento Vasco, a defender en 40 minutos otorgados la decisión mayoritaria de la ciudadanía vasca.

Ibarretxe se presentó como "representante de un pueblo pacífico y civilizado", y fue recibido como un Jefe de Estado extranjero… por los medios de comunicación, que al menos reconocieron la importancia de la sesión del 1 de febrero de 2005. Las Cortes le dieron media hora (dispondría de otros 10 minutos para replicar las 4 horas de intervenciones anteriores) para exponer el Nuevo Estatuto de Euskadi aprobado en Gasteiz. El Lehendakari lo que hizo serena, ordenada y sintéticamente. Seguramente fue la primera ocasión para muchos teleespectadores españoles de oír sin intoxicaciones el planteamiento de uno de los principales promotores del Nuevo Estatuto Vasco.

Luego comenzó la ronda de partidos, con Zapatero sin límite de tiempo y duplicado con su portavoz Rubalcaba. Se repartieron los papeles: El presidente con “buen rollito”, lo que siempre es de agradecer tras su antecesor energúmeno (en la segunda acepción del Diccionario); el portavoz, al final de los grupos, repartiendo “leña”, para no perder votos ante el electorado más celtibérico (o más celtiberizado). Siguió a Zapatero un Rajoy que todavía no se ha enterado que no es presidente, con el mismo sonsonete de razones que esgrimió Fraga hace 26 años contra el Estatuto de Gernika, como luego le señalaría Erkoreka, y el habitual maniqueísmo del PP: sólo hay víctimas (que son de ellos) y victimismas (que son los demás). La vieja táctica de la rentabilidad electoral ultraconservadora, de Bush o de Aznar, que la asesina y aberrante ETA no hace sino alimentar.

Los portavoces catalanes de CiU y ERC apoyaron el Nuevo Estatuto Vasco, mientras anunciaban el suyo y desmontaban argumentos futuros. Erkoreka, de EAJ-PNV, recordó que existe un “contencioso vasco”, se quiera o no; que el cierre en falso a una propuesta vasca de entendimiento es una práctica parlamentaria española periódica desde 1808; y que la derogación unilateral del elogiado Estatuto de Gernika y su incumplimiento manifiesto han sido practicados implacablemente por todo el aparato del Estado, con sus tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial desde el golpe de Tejero. Los representantes de EA, BNG y Nafarroa Bai apuntaron buenas razones para un cambio del modelo de Estado. Los dos portavoces de IU no pudieron, porque es imposible, convencer a nadie que se abstenían y votaban en contra de lo que Ezker Batua apoya en Euskadi: Han superado la esquizofrenia de Batasuna de Sí y NO. Por cierto, el consejero Madrazo prefirió no estar presente ante semejante papelón.

Ésta sólo es una opinión personal más, de un teleespectador vasco que hizo más que los parlamentarios españoles electos: Escuchó a todos los grupos desde el principio hasta el final, mientras que esos representantes políticos que ganan un inmenso sueldo y una inmerecida jubilación… ni hablan (parlan), ni oyen, ni siquiera calientan sus escaños. Aunque se quedaron a votar al final, prefirieron la silla de la cafetería o de otros aposentos. Fehacientemente pudimos comprobar su escandaloso absentismo laboral, a pesar de su inmejorable convenio de calendario y salario.

La sensación final que queda, ante un rechazo anunciado, es que sólo nos resta un camino, pacífico, democrático, cierto: ¡Vayamos a votar! ¡Una y otra vez! ¡Algún día, algún año, algún siglo, quizá este tercer milenio… nos dejarán decidir a nosotros mismos sin tutela de pistolas de unos ni de cañones de otros! Dennos un alivio. Por favor, Lehendakari: ¡Convóquenos a votar ya, lo antes posible, hoy mismo, lo necesitamos para comprobar que vivimos en una democracia!

Comprender la compasión

Susan Sontag, icono intelectual del siglo XX, nos enseñó que la compasión debe ser aprendida y ejercida con pasión.

El pasado martes, 28 de diciembre de 2004, falleció en Nueva York la influyente escritora, intelectual y activista estadounidense Susan Sontag, tras una larga y titánica lucha contra el cáncer al que venció en varias ocasiones. Su polifacética personalidad creativa le había permitido cultivar con gran éxito el ensayo, la novela, el teatro y el cine. Su obra -traducida a 32 idiomas- cuenta con libros de ensayo reflexivo como "Contra la interpretación" o "La enfermedad como metáfora", o de narrativa como "El benefactor" y "Yo, etcétera".

Su personalidad trascendió el mundo literario, participando con un dinámico activismo en favor de los Derechos Humanos, destacando su compromiso crítico contra la política norteamericana e incluso contra la generalizada pasividad de mundo occidental. La voz firme de Sontag criticó todo lo que juzgó ignominioso desde la guerra del Vietnam, cuando publicó que "la raza blanca es el cáncer de la historia humana''. Ante el escándalo de las torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib no dudó en apuntar que "En Estados Unidos evitamos la palabra tortura, decimos abusos, humillaciones, pero la palabra justa, es tortura".

Sus invectivas alcanzaron a Fidel Castro o Sadam Hussein, y se alzó nítidamente en el conflicto de Irak, declarando una y otra vez su "desprecio" hacia el belicoso George W. Bush, al que había recriminado su política de aplicación de la pena de muerte, apodándole "asesino en serie de Texas". Proclamó que Bush "es muy estúpido, pero él no es la persona que hace la política, tiene gente que le rodea que es muy inteligente y que sabe exactamente lo que hace”. En cada rueda de prensa reiteraba: "¿Os dais cuenta de que Estados Unidos no quiere firmar acuerdos internacionales, ni medioambientales ni de nada, para no limitar su libertad?".

Su irreprochable postura ética de “compañera compasiva” le valió furiosas críticas de la prensa gubernamental en su país, pero ella siempre supo pagar el precio de la honestidad, como cuando arriesgó su vida viviendo casi tres años en la martirizada Sarajevo, donde puso en escena la hermética obra de Samuel BeckettEsperando a Godot”, apoyando desde su condición de judía newyorkina la causa bosnia en medio del trágico conflicto centroeuropeo.

Quizá sea su libro 'Ante el dolor de los demás' (publicado en Alfaguara) el título que mejor refleja el posicionamiento de Sontag ante la vida y la realidad. Describe cómo se siente la ciudadanía acomodada de Europa y Norteamérica al presenciar por televisión el sufrimiento de los dos tercios de la Humanidad pobre y apartada, mediante lo que denominó "compasión mediática del sufrimiento visto desde la comodidad". Corroboraba que una de las cosas que necesitan ser excesivas para ser apenas suficientes es la compasión. Seguramente la edad nos ayudará a comprender a quienes no poseemos la inteligencia culta de Sontag, lo que Albert Camus señaló: “envejecer es pasar de la pasión a la compasión”.

El poeta australiano Adam Lindsay Gordon dictó una de las citas más contundentes de la poesía del siglo XIX: “La vida es, en su mayor parte, espuma y pompas de jabón; pero existen dos cosas que son sólidas como el mármol: la compasión ante la desgracia ajena y el valor ante la desgracia propia”. Quizá incluso se podría permutar el orden de ambos elementos. La compasión ha sido un tema eterno de la literatura moderna, desde León Tolstoi la definiera como una de las más hermosas facultades del alma humana, hasta Constancio C. Vigil que citaba cuatro son los caminos para llegar a Dios: la sabiduría, la justicia, la belleza y, el más seguro de todos, la compasión. En la actualidad se reivindica la empatía como su­peradora de la compa­sión y la solidaridad, con la premisa de que es mejor para todos contar con los demás. La empatía se fundamenta en una lógica de la abundancia y refuta la idea de que al re­partir perdamos algo de lo nuestro; por el contra­rio, expresa que lo compartido se incrementa y que sólo coope­rando podremos lograr nuestros objetivos más per­sonales.

Susan Sontag supo transmitirnos lo que sienten las víctimas de la guerra, así como lo que podemos experimentar desde la distancia, tanto física como metafísica, cuando vemos las imágenes del sufrimiento ajeno en medio de este naciente siglo XXI que no abraza la paz. Sontag, con su medio siglo de firme insubordinación, concluyó que la compasión debe ser activa para generar rebeldía ante el militarismo, repudio de la anacrónica fuerza y fomento de la justicia humana desde la insoslayable responsabilidad individual de cada uno de nosotros.

Eufemismo o transformismo

Asistimos al dinamismo del optimismo y del conformismo sin alarmismo por la vía del eufemismo.
 

Eufemismo (palabra feliz) es una figura retórica que sustituye a expresiones vulgares, de mal gusto o tabúes. Frecuentemente con el paso del tiempo, las propias frases indirectas pasan a ser consideradas incorrectas por lo que son sustituidas por nuevos eufónicos eufemismos (borracho, bebedor, alcohólico, dipsómano). 

Desde siempre la muerte ha sido un término maldito, por lo que la locución prohibida se ha citado con múltiples rodeos en todos los idiomas. Lo común no es fallecer, sino descansar eternamente, pasar a mejor vida, recoger el alma, emprender el viaje sin retorno, abandonarnos, no estar ya con nosotros, irse, volar al cielo, ser llamado por el Señor, causar baja o perderlo, y ello sin mencionar las formas más populares como estirar la pata, sacarlo con los pies por delante, recibir la visita de la parca con la guadaña o irse a ver crecer los rábanos por debajo. Incluso en medicina se oyen locuciones como desvitalizar un nervio, enfermo terminal o lesiones incompatibles con la vida. 

Ciertamente resulta más educado, emplear eufemismos en temas fisiológicos o escatológicos demasiado crudos, como ir al excusado para hacer aguas (mayores o menores), pero la difusión contemporánea de los giros y ambigüedades llega a ser enfermiza y patológica. Vivimos tan rodeados de circunloquios que hemos camuflado la realidad por el expeditivo mecanismo de evitar que se mencionen cualquier concepto descriptivo que no sea positivo o esperanzador. Todo es ya de de pronóstico reservado. 

Sigmund Freud advertía que se empieza cediendo en las palabras y se termina transigiendo con los hechos. Habría que tener un mayor respeto al lenguaje y, en definitiva, a la realidad. Lo que hacemos con el lenguaje nos lo hacemos a nosotros mismos. Como decía Octavio Paz, si se corrompe, nos corrompe. Si jubilamos palabras que contienen lo que algunos califican de "prejuicios morales", es decir, contenido ético (como asesinato, tortura, pr0st****ción, aborto o eutanasia), estamos extinguiendo nuestra propia conciencia y nuestra dignidad. 

El léxico se ha edulcorado y aligerado tanto como los valores humanísticos imperantes. Veamos cómo nos estamos anestesiando con un lenguaje evasivo y equívoco. El ardid semántico pulula tanto que distrae y confunde a la opinión pública. La poderosa arma de la palabra actúa como recurso lingüístico de malabarismo sintáctico-expresivo para conformar una pseudo-realidad que entretiene o justifica hechos insostenibles o inaceptables por sí mismos. Nos desorientamos con textos plagados de tapujos, disimulos o contra-negaciones. Veamos cómo nos cuentan la realidad. 

Asuntos socio-económicos: Con el nuevo orden planetario ahora crecemos negativamente por los ajustes monetarios, siendo económicamente débiles los países en vías de desarrollo o la ciudadanía del tercer o cuarto mundo o en la cuarta o tercera edad (eméritos de edad avanzada o en la época dorada). Los reajustes de recursos humanos por la globalización o la externalización de servicios generan expedientes de regulación de empleo o quizá desempleo con los paraísos fiscales donde blanquean el dinero. Abundan las personas con riesgo de exclusión social o sin techo, y el trabajador a lo sumo espera una promoción horizontal. La prensa del corazón parece salida de alguna clínica mental contándonos cómo rehacen la vida los famosos tras episodios de hacer el amor con mujeres de vida alegre o casos de violencia doméstica o de género relatadas por empleadas de hogar de color ilegales e indocumentadas, con fotógrafos perseguidos por servidores públicos en grandes superficies. 

Política y guerras: Fueron Hitler y Goebbels quienes crearon la solución final (Endlösung) de limpieza étnica, mediante la evacuación y relocalización de la comunidad judía. Nixon engendró la ofensiva de paz, Clinton tuvo una relación impropia con una becaria y Bush hijo comenzó con el conservadurismo con compasión e inventó en Irak la guerra del eufemismo: Un conflicto bélico preventivo de baja intensidad organizado por ministros aliados de defensa sirven para extender la democracia, neutralizando al eje del mal con bombas inteligentes de ayuda humanitaria, pocos daños colaterales y sin apenas bajas por fuego amigo. En países castellano parlantes se cuentan los apremios ilegítimos, excesos y confusos incidentes que justifican la existencia de presuntos desaparecidos por cuerpos y fuerzas de seguridad, o en ambientes donde circulan los maletines quienes abusaron de los fondos reservados sugieren que los indultos se los metan donde la espalda pierde su honesto nombre. 

Amado Nervo anunció que "nada más que con conferir a las cosas su verdadero nombre, se produciría la mayor revolución moral que han visto los siglos". Ojalá no debamos lamentarnos de haber sido demasiado tolerantes con un lenguaje, y una mentalidad, que sustituye a la verdad con palabras “de diseño”, políticamente correctas pero éticamente anodinas.

¿Quién votó a Bush?

Sabíamos que la elección sería reñida, pero había muchos datos esperanzadores.

Adaptación norteamericana del tradicional cuento de "los cinco cerditos" a la historia de “Él o Bush” (el obús):

1º. Éste compró un huevo. Abogaban por el cambio presidencial los pésimos resultados estadounidenses e internacionales en seguridad y en economía.

2º. Éste encendió el fuego. Kerry, ganador de los debates en TV, logró la preferencia de los jóvenes, las mujeres y de los nuevos votantes inscritos que anunciaban una alta participación, como se ha producido.

3º. Éste trajo la sal. El tándem Kerry-Edwards alcanzó el apoyo de la ciudadanía de origen hispano, de raza negra, pacifistas, minorías étnicas y sexuales, intelectuales, cantantes y artistas,...

4º. Éste comió un poquito. El partido demócrata era la mejor opción indiscutible para los Estados líderes del Oeste y del Noreste, así como en Europa, resto de América y casi todo el planeta respaldados por la prensa escrita mundial más prestigiosa (“el cuarto poder”).

5º. Entonces vino el “quinto poder”, el conglomerado financiero-televisivo de CNN-AOL-Time Warner, NBC-General Electric, CBS-Viacom y ABC-Disney encabezado por la pujante Fox-News Corporation, y el pícaro gordito Bush se lo comió enterito al electorado.
Discúlpenme, no soy objetivo, soy demócrata (entendido en su sentido genérico) y hasta creo en la ONU.

Afronta la impronta


La emulación de patrones externos es un instinto básico de gran influencia social.


La impronta es un proceso biológico de aprendizaje, por el cual las crías se identifican con los adultos de su especie y aprenden de ellos, mediante observación e imitación, los distintos métodos de supervivencia, búsqueda de alimento y refugio, así como modelos de defensa, ataque, convivencia, apareamiento,...

Entre los años 1940 y 1950, el Premio Nobel austriaco Konrad Lorenz, fundador de la moderna Etología, describió cómo los patitos que nacieron en su jardín de Altenberg lo tomaron como “madre pata”, siguiéndolo a todas partes. Los ánades nacen con una "disposición" a considerar "madre" al animal o artilugio que se mueva de un modo concreto y a una determinada distancia. Esta “programación genética” desenlaza una serie de comportamientos que favorecen la protección de las crías al amparo de sus progenitores.

No sólo las aves, como gansos, patos y faisanes, desarrollan el fenómeno de la impronta. También se ha estudiado en diversas especies desde insectos a vertebrados. Los mamíferos también demuestran en sus primeras etapas vitales un apego y una preferencia permanente, por algo cercano que por lo común es su progenitor. De ahí que sea más fácil domesticar animales si desde cachorros han sido criados en casa, jugando un papel decisivo el olfato al resultar atraídos permanentemente por aromas similares a los primeros que percibieron.

Con la impronta el aprendiz discrimina lo familiar y seguro de lo desconocido y temible. Parece irreversible esa influencia que es difícil de modificar posteriormente. La conducta de impregnación o troquelado forma parte de la evolución ontogénica de todo individuo, animal o humano. La vinculación de la cría con la figura materna ocurre tras nacer a lo largo de una fase crítica de duración variable.

El período sensible de apego se prolonga más en las especies superiores. Mientras en los niños esta fuerte vinculación de arraigo dura hasta los tres años, las ovejas o cabras requieren apenas unos minutos tras el nacimiento para que la cría se acostumbre a su madre y mame, tiempo igual al que la nodriza necesita para mostrase sensible al olor del retoño, aceptándole y segregando leche.

Los estudios en primates y en bebés humanos demuestran el peligro del desarraigo maternal durante las primeras fases del desarrollo cerebral. La carencia o insuficiencia de relación emocional entre el recién nacido y sus progenitores (impronta filial), genera inhibición en el comportamiento, lagunas de afectividad y retrasos del progreso psíquico.

El fenómeno de la impresión causada por los adultos significativos desde la infancia, en sentido amplio, se extiende educativa, cultural y socialmente a lo largo de la vida de las personas, condicionando nuestro libre albedrío. Los patrones imperantes en la sociedad dejan huella indeleble en todos nosotros. Los talantes, las conductas, los modelos de los líderes marcan y se extienden por mecanismos de emulación. El efecto mundial del prototipo Kerry no es igual al impacto del arquetipo Bush.

Los personajes famosos, los políticos, los educadores, los progenitores, incluso todos los adultos haríamos bien en valorar las secuelas de nuestro ejemplo en los demás, especialmente en los menores. El poeta Longfellow señaló: “Ninguna acción, buena o mala, termina nunca, sino que deja en algún lugar su impronta, escrita como una bendición o como un maleficio por unos dedos ultraterrenales”. Recordemos que no sólo somos responsables de nuestros actos directos, sino también de imagen que proyectamos y de las pautas que inducimos en quienes confían en nosotros.

¿Qué haría Jesucristo?

La campaña electoral norteamericana desata, por razones sectarias, una pregunta postergada.

Ambos contendientes Bush y Kerry han recurrido, para la movilización del electorado indeciso, a la búsqueda de todo tipo de aliados y simpatizantes, incluso en las instancias religiosas. Numerosas jerarquías y representantes de los diferentes cultos y sectores estadounidenses se han pronunciado a favor de uno u otro candidato, en función de su posicionamiento político.

Francamente, no vale la pena recopilar las exhortaciones de algunos prelados sugiriendo un aval del Dios universal a un candidato y comparando a su adversario con el mismo demonio. En plena batalla electoral y cuando parece que todo vale para ganar a cualquier precio, se desentierran grupos que han actuado incluso con parafernalia paramilitar de brazaletes con las siglas "QHJ" (¿Qué haría Jesucristo?, en Florida incluso en castellano). Intempestivas y desafortunadas opiniones que interpretan en clave partidista y unívoca la respuesta que Jesucristo podría ofrecer a sus seguidores.

Desde una perspectiva europea, todo ello denota el trasunto de la extendida percepción estadounidense de pueblo elegido y tierra prometida, como hebreos del Antiguo Testamento. Incluso hay quién se cuestiona si Dios es norteamericano. En ocasiones, los conservadores en USA actúan como ungidos por la divinidad con la Verdad absoluta. El fundamentalismo que combaten (el islámico ahora, el comunismo antes), se efectúa con una visión igualmente intolerante y fanática por parte de algunos máximos dirigentes, que se consideran “cruzados” del Bien categórico contra el Mal absoluto.

Somos mayoría en el mundo quienes creemos que, en una verdadera democracia y con el pleno respeto a la libertad religiosa (de creer o no creer), solamente cabe proponer claves éticas para guiar los pasos de de la ciudadanía ante sus problemas cotidianos. Cada uno puede elegir en quién se inspira para tomar sus resoluciones. Para los creyentes cristianos, Jesucristo respeta el libre albedrío personal, al tiempo que nos ofrece criterios de ayuda en nuestras decisiones.

Jesucristo no es una mala opción, creemos muchos; mas es difícil discernir con certeza cómo obraría Jesús en cada ocasión. La suya fue una revolución salvadora basada en el amor y la esperanza. Su mensaje evangélico de amor fraterno es grandioso, pero persiste la incertidumbre de cómo acertar en cada caso.

En cada situación podríamos traducir el "¿Qué haría Jesucristo?" por el equivalente ¿Qué haría una persona que ama a todos?" Jesucristo nos instó a amar aun en difíciles circunstancias (Lucas 6:27-33). “El amor se sacrifica y no exige recompensa; sólo el amor trasciende y nos trae una paz verdadera”. La injusticia crea conflictos; pero también es cierto que toda contienda puede hallar una solución pacífica, no violenta, de restitución de la verdad y de la justicia política, económica y social.

No es verosímil que Dios apueste por soluciones bélicas, ni guerras santas. Las citas bíblicas que abogan por el entendimiento son innumerables: "Busquemos, pues, lo que contribuye a la paz y nos hace crecer juntos” (Romanos 14, 17-19). El amor es el punto de partida de todo, con un querer que no excluya a nadie. No basta amar a familiares y amigos, ni a los de nuestra religión, etnia o grupo social. Derribemos los muros de prejuicios que nos hacen indiferentes ante el dolor ajeno, porque la pasividad siempre será culpable. Si anhelamos la paz, debemos practicar el amor hacia todos como si fuesen hermanos nuestros. Eso haría Jesucristo. Y nosotros somos las manos de Dios en la Tierra.

Kerry ganará

En medio de los numerosos pronósticos sobre la carrera electoral norteamericana, y animado por anteriores aciertos en elecciones varias (generales, europeas, o incluso de algún rectorado con siete candidaturas universitarias) he aquí nuestra particular apuesta: Kerry derrotará a Bush.

Aportaremos algunos argumentos, natural­mente no concluyentes, pero que convergen en la misma previsión. El primer debate electoral en la carrera hacia la Casa Blanca entre el presidente y el senador demócrata, fue vencido por el aspirante según todos los medios de comunicación. Puede resumirse en dos frases de cada uno de ellos. Kerry dijo “Irak es un error” y Bush “El mundo está mejor”. El votante promedio estadounidense sabe que el primero acertó más y que el segundo mintió por su fallo de previsión en la crisis iraquí.

La remontada en las encuestas electorales es un dato coyuntural que probablemente sufrirá altibajos en su evolución, pero son apreciables algunas tendencias de fondo en la sociedad estadounidense. Detalles significativos sobre una reformulación paulatina del “sueño americano” hacia un patriotismo más moderno, más demócrata que republicano, más “newyorkino”, más “europeo”, que busque menos la supremacía mundial desde la hegemonía económico-militar autosuficiente. Comienzan a alzarse en Estados Unidos corrientes de opinión que abogan por un planeta más solidario, más interdependiente y más justo, sin la visión de “nación elegida” (nada menos que por Dios, según algunos).

Estos patriotismos caducos, de “pueblo designado que puede derrotar a sus enemigos”, sobreviven entre un alto porcentaje de las ciudadanías de USA o Israel. Fueron paradigmáticos en todos los imperios de los últimos siglos, perviviendo por ello en menor medida la perspectiva de “ganar venciendo y no convenciendo” en determinados sustratos sociales del Reino Unido, España,… además de los regímenes teocráticos donde la población fundamentalista cree contar con “aliados divinos” que compensen la evidente asimetría de poder fáctico en nuestro planeta.
La diferencia entre Kerry y Bush quizá no sea demasiada desde una perspectiva europea o alejada de USA, pero la altura del candidato es manifiestamente superior al presidente saliente. Kerry no sólo le saca un palmo de estatura física a Bush, sino que su educación, perspicacia y visión del futuro son indudablemente más certeras y prospectivas.

Sólo un dato final basado en una “leyenda urbana”, de las denominadas FOAFS (friend of a friend stories, historias de un amigo de un amigo), que en este caso es rigurosamente cierta y que expresa descriptivamente la figura del candidato. Se trata de una foto, totalmente certificada, donde aparece Kerry sentado detrás de Jane Fonda durante una reunión pacifista en Valley Forge (Pennsylvania) en septiembre de 1970, tras haber solicitado en enero la baja de su servicio militar en Vietnam antes de tiempo, para presentarse como candidato a un escaño en el Congreso en Massachussets. Un detalle aislado no avala una biografía compleja como la de Kerry, pero puede otorgar un aliento de esperanza de un candidato presidencial que odiaba la guerra, especialmente tras su experiencia bélica como combatiente.

Quizá con Kerry podamos avanzar menos lentamente para vislumbrar un nuevo hito para la Humanidad con el fin de los imperios, superadora de una historia subyugada por una sucesión de hegemónicos imperios periódicos. Confiemos que un espíritu de inteligencia pacifista, no sólo euro-céntrico, se extienda con la labor de todos nosotros de modo que progrese una paz basada en la justicia y el respeto a todos los derechos humanos, individuales y colectivos.

[Actualización a 26-10-2012: Hemos eliminado una imagen a petición de Yahoo,... ]

Un mundo más justo

En la encrucijada de un mundo donde parece que sólo cabe matar o morir, debe nacer una nueva ciudadanía comprometida con la justicia y con la paz.

Son estremecedoras las trágicas noticias del colegio de Osetia del Norte, donde un cruel e inhumano secuestro ha provocado la muerte de centenares de escolares. Mientras, en el Madison Square Garden de New York, Bush promete que “hará todo lo posible por garantizar la seguridad de su país” entre globos multicolores. Ambos sucesos ocurren simultáneamente en el mismo planeta.

El actual panorama mundial de “guerras preventivas” reincide en la aciaga receta bárbara de “una última guerra para conseguir la paz”. Sinceramente, ¿queda algún ser racional que no comprenda que un mundo más seguro sólo puede ser un mundo más justo y solidario? Tomás de Aquino señaló que “la justicia elimina los obstáculos para la paz”. Sr. Bush: No nos prometa un mundo más seguro para algunos, sino un mundo más justo para todos.

¿Por qué no nos implicamos en un urgente proyecto de respeto de los derechos humanos de toda la humanidad, con una generosa cooperación internacional que elimine la pobreza y la desigualdad, para conseguir un nuevo Orden Mundial basado en la Justicia y la Paz? Despertemos de la pasividad social y política que nos atenaza en este “primer mundo” acomodado y amodorrado. Superemos el desencanto y la medrosa percepción de impotencia frente a los graves problemas de justicia y seguridad de nuestros hermanos y hermanas, tan terrícolas como nosotros mismos.

28 palabras para Bush

Los dirigentes mundiales olvidan lo que aprenden los escolares.

Muchos educadores pensamos que el texto más bello y universal escrito por la Humanidad hasta el presente es la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, proclamada en New York el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de la ONU. Recordemos íntegra y literalmente dos de sus treinta artículos, para apreciar su trágica pertinencia en la actualidad.

Art. 5º: “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
Art. 6º: “Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica”.
A tan precisas y contadas palabras, quizá sólo cabe añadir una reflexión de Ernesto Sábato: “El imperativo de no torturar debe ser categórico, no hipotético”.

El partido del 'oído'

Cuando Aznar habló de odios, pensamos “a palabras necias, oídos sordos”

Aquel ex–presidente, cuyo nombre tendemos a olvidar, sólo tuvo razón cuando afirmó que existe un “partido del odio que alimenta el sectarismo y destrucción del adversario”, en el supuesto de que se refiriese al PP que él mismo desbocó en la persecución, acoso y derribo de cualquier modo de oposición. El subalterno de Bush cuando denuncia que se ha “instaurado un partido del odio que busca destruir al PP” se está autodefiniendo: cree el ladrón que todos son de su condición. La vieja paradoja de que “cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga”.

Tras el 14-M soplan otros aires, se escucha a los demás, se defienden las lenguas distintas, la pluralidad sólo aparta a quienes pretenden la imposición, y se destapan los desatinos de un período negro en democracia, en el que la confusión de poderes independientes se produjo para presumir justamente de aquello que más faltaba: eficacia en la lucha antiterrorista. La escandalosa manipulación de las víctimas tuvo su final programado, cuando la conveniencia electoral del factor ETA evidenció la incompetencia de azuzar e ignorar el peligro islamista. Torpeza, prepotencia, desprecio, abuso, regresión y demasiado odio hacia los otros.

Ante tal talante, el hartazgo del electorado se exteriorizó ante las urnas, con un contundente “oído, cocina”, que ya había resonado atronadoramente ante la huelga general, el Prestige o la guerra de Irak. Lo que nos movió al rechazo del estilo autoritario no fue el odio, fue simplemente el oído.

Al PP se le acabó el tiempo

La verdad se escurría por entre los dedos de la manipulación

El Pueblo lo soporta todo. Paga en sangre y en carne, sin demora ni regateo, con la vida, con la hipoteca y la subordinación perpetua. Recibe, a cambio, mentiras y engaños. Políticos mendaces que arrojan carroña a una prensa cómplice. Nos preguntábamos: ¿Es que no queda ni un sólo periodista profesional que inquiera a un solo policía competente, para publicar una sola verdad que responda a las acuciantes preguntas del pueblo el mismísimo día de las urnas? ¡Cuánta miseria, cuánto servilismo, cuántos intereses corrompidos!

¿Acaso el pobre pueblo sólo merecía esa burla de retraso y ofuscación? ¿Quién nos defiende de estos defensores? ¿Quién extinguió todos los poderes al servicio de la sociedad? ¿Dónde está la Fiscalía, tan ágil para condenar delitos que causan infinitamente menos alarma social? ¿Dónde quedaron los jueces estrella? ¿Dónde se esconden los directores de los prestigiosos diarios? ¿Cuándo leeremos los editoriales comprometidos? ¿Dónde se refugia el laureado estadista y el ministro de Perejil? ¿Dónde se agazapa el candidato a dedo que espera gobernar al mismo pueblo sumiso?

Alentaron la guerra lejana para el negocio cercano. La cruzada con Bush de quienes se dicen cristianos, legionarios de Cristo, pero sólo buscan lucrarse con el poder para seguir dominando y explotando a sus gentes del mismo indigno modo. La crueldad de los verdugos terroristas islamistas (a los de ETA sólo les resta anunciar su definitiva desaparición, ¿o quieren “mejorar” esto?) se empareja con la connivencia de quienes se escudan en el asesinato del pueblo para sacar provecho propio. ¡Cuánta iniquidad, cuánta perversión, cuánta inmoralidad! ¡Malditos sean todos los culpables! ¡Que hablen las urnas con el clamor de PAZ que se alza desde Bagdad y desde Madrid!

Miedo de lobos

La ambición de los todopoderosos debe ser reprobada.

Vivimos una confusa situación planetaria en la que los lobos siguen exigiendo garantías contra los ataques de las ovejas. Los gobiernos de los países más poderosos económica y militarmente, dotados con inmensos arsenales saturados de armas de destrucción masiva y un amplio historial de imperialismo en todos los continentes, continúan confundiendo a sus ciudadanías con artificiales miedos de diabólicos enemigos que sólo son famélicos países tercermundistas como Corea del Norte.

Siniestros personajes como Richard Perle, uno de los crueles promotores de la política de “ataques preventivos” y vinculado a los sórdidos intereses armamentísticos norteamericanos, ha dimitido consecutivamente de la Presidencia y recientemente de la misma Junta de Política de Defensa del Pentágono, porque sus criterios belicistas asustan incluso a la propia administración Bush, o al menos, causan un perjuicio a su campaña electoral. Un controvertido libro suyo recientemente publicado, “El fin del mal: cómo ganar la guerra contra el terrorismo”, propone una vasta reforma de los ministerios responsables de endurecer aún más su política, abogando por "acciones vigorosas" contra Irán, Arabia Saudí, Libia, Siria y otros Estados que, según su militarista visión, representan una intolerable amenaza. Este “halcón de halcones” opina que EE.UU. debe salir de la ONU e incluso ha calificado de "blando" al Secretario de Estado, Colin Powell.

La escritora francesa de finales del siglo XIX, la Princesa Karadja decía que “El mundo es un parque de animales en el que se olvidó separar los lobos de los corderos”. Revivimos todas las enseñanzas de los clásicos, desde Esopo que anticipó que “Cuando un lobo se empeña en tener la razón, ¡pobres corderos!” hasta la conclusión de Voltaire, “Así, en todos los tiempos, nuestros señores los leones han firmado sus tratados a costa de los corderos”.

Más trágicos y penosos son aún algunos raposos, que estando entre lobos aprendieron a aullar como ellos. Pero, aunque nos sintamos como en el proverbio latino “De frente un precipicio, detrás un lobo”, sepan los agresores que cuando los corderos montan en cólera son peor que los lobos. La audacia es pavor vencido, desbordamiento de los tímidos desencadenados, ferocidad de cordero encolerizado. No toleremos que “El hombre sea un lobo para el hombre”. Hagamos que el hombre sea un hombre frente a los lobos. Ya dura demasiado el silencio de los corderos…

Letras ganadoras

Descubre el poder oculto de los apellidos largos (o el tamaño sí importa)

Los habitantes de las remotas montañas de Kentucky, casi analfabetos, sabían siempre de antemano (antes de las encuestas preliminares) cuál de los dos candidatos sería el próximo Presidente de los Estados Unidos. Los periodistas desplazados se sorprendieron con tales dotes de adivinación y más cuando averiguaron su simple e infalible método: El apellido del ganador contenía más letras.

Este predecible sistema válido desde 1789 con George Washington que no tuvo opositor, ha funcionado casi sin excepciones durante todo el siglo XX. McKinley ganó por dos veces a Bryan; Roosevelt a Parker; Harding a Cox; Coolidge a Davis; Hoover a Smith; Roosevelt en 4 ocasiones a Hoover, Landon, Wilkie y Dewey; Truman a Dewey; Eisenhower dos veces a Stevenson; Kennedy a Nixon (aunque luego éste ganó a Humprey y McGovern); Ford, que lo tenía mal sólo fue presidente por renuncia de Nixon, y luego perdió contra Carter; Reagan disputó cerradamente a Carter; Bush padre sí ganó a Dukakis, pero perdió contra Clinton, quien también venció a Dole; y finalmente entre Bush y Gore la disputa no pudo ser más cerrada. Así pues, Kerry ganará a Bush, por un margen pequeño pero definitivo.

Desconozco desproporcionadamente la extraterritorialidad e interdisciplinariedad de esta metodología, pero si aceptamos contrarrevolucionariamente su internacionalización, quizá Rodríguez Zapatero haya errado al rebautizarse como ZP frente a Rajoy. Que aprenda de lo sucedido a Mas contra Maragall o Carod-Rovira.

Muro de humo

Otra campaña electoral más que el PP esconde tras puro humo.

El PP de Aznar se ha especializado en cortinas de bulos. Cual apicultor con unas bocanadas de fumata aleja las abejas de la cruda realidad, evita picaduras y se lleva el panal de ricos votos, aunque la democracia quede ahumada. Porque Carod-Rovira no estuvo en las Azores, ni avaló una guerra ilegítima con falsos arsenales. Ni Rodríguez Zapatero hundió el Prestige y contaminó toda la costa cantábrica. Tampoco Ibarretxe ni Atutxa acosan al poder judicial, ni ponen en entredicho su independencia. Ni siquiera Llamazares watergatiza indebidamente la “inteligencia” de la agencia CNI.

Para desviar la atención de la opinión pública, el PP incluso salpica a sus propios personajes desechables. El “arrojo” de Trillo menospreciando a la prensa con un euro prepotente no basta para despistar del transporte cicatero del Yak 42, ni sus últimas perejiladas bélicas soterran a los muertos. Tampoco los divorcios de un ministro ocultan su pésima gestión por tierra, mar y aire, ni las memorables sandeces de la “Anda Palacio” y las medallas bushianas de “Ánsar” tapan los acallados fracasos internacionales del Sáhara, Constitución Europea, Gibraltar,… por no citar los inexistentes pero prometidos contratos bélicos de Irak.

Los supuestos “éxitos económicos” de ocho imparables años tampoco nos obnubilan de que el Estado español sigue a la cola de la Unión Europea en todos los parámetros sociales, tales como desempleo, inflación, inversión en familia, salud, educación e investigación, temporalidad y en salario mínimo. A pesar del cacareado “prestigio internacional” y de pervertidas quimeras como que "España es un país sólido, creíble y en expansión con más de 40 millones de personas con alto poder adquisitivo", la inapelable verdad de esa “España (que les) va bien”, es que el 56% de las familias no “llega” a final de mes, y los sistemas de asistencia social son los más precarios de la Europa comunitaria.

Las urnas se acercan y el inexistente partido popular, apenas un organismo de poder réplica de cierto “movimiento de democracia orgánica”, alza su coro de voces bajo la batuta del “embelesamiento único”, con aplastante apoyo mediático y marketing para votantes embotados. Nuevamente se despierta el soterrado pavor inculcado por el homenajeado de la Fundación Francisco Franco, con la matraca de la conjura vasca-catalana-roja-masónica. El PP obvia un balance de gestión y se limita a repetir consignas críticas para hacer la “oposición a la oposición”, con absurdas peticiones de democratización… a los partidos genuinos: Pongan orden en el PSOE y releven a su líder, desaparezca IU, destituyan a ERC en Catalunya, abandonen el Plan Ibarretxe en Euskadi,… en definitiva, “ríndanse todos, que la quiniela está ganada”.

Pero las humaredas de las huelgas generales, de las manifestaciones pacifistas y del chapapote no se ocultan con fogatas de distracción desde triunfalistas hogueras de prensa servil. Rajoy insulta al electorado si cree que su “humo de puro” le hará ganar las elecciones mientras canta “fumando espero”, sin apurarse en debates. Mariano ha sido designado por su ventrílocuo Josemari, un político que desdeña el diálogo, con la estrambótica teoría de mejor no dialogar si se puede descalificar al adversario, o mejor no acudir al Parlamento si puedo sacarme otra foto con Bush.

El Estado estriado y estofado que deja Aznar es un establo estucado por un desbocado PP, que considera que las pensiones y las subvenciones las paga de sus arcas, por lo que debe rendírsele pleitesía. Sus absolutistas lemas están copiados del primer hombre que usó tacones para disimular su corta estatura, Luis XIV, el Rey Sol que dijo “El Estado soy yo" y "Después de mí, el diluvio”. Así pues, ¡que llueva, que llueva,… el próximo 14 de marzo!