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A mis nietos les diré

A mis nietos les diré: “Cuando seáis grandes, sabréis mejor toda la Historia, pero conviene que os la vaya contando el aitite (abuelo) para que nunca la olvidéis”. Les relataré cómo se acabó todo. Les trataré de enseñar a mis nietos cuán malvada era la violencia, cuánto dolor produjo entre nosotros y cuándo logramos extirparla de nuestras vidas. Yo les explicaré cómo nació ETA, cuando su abuelo estudiaba en el colegio, y cómo se produjeron las dos primeras muertes, matando y muriendo. Yo les describiré lo maravilloso que será vivir sin amenazas, sin chantajes, sin escoltas, sin miedos, sin excusas para abrazar la paz. Les recordaré cómo traté que mis hijos no llegasen a saber que en Euskadi no había paz, cómo debieron enterarse desgraciadamente y cómo luchamos varias generaciones juntas por la pacificación y por el diálogo desde “Gesto por la Paz” y desde Elkarri. Les enseñaré fotos de algunas de las muchas manifestaciones a las que acudimos, los viejos recortes de los artículos que escribimos razonando por la paz, llorando las guerras en tierras lejanas y en nuestra patria. Les enseñaré las viejas postales de navidad, rezando siempre porque el año nuevo fuese el de la Paz.

Mis nietos sabrán de primera mano por qué los seres humanos sólo pueden crecer plenamente en paz, en convivencia, en libertad, en democracia. Mis nietos aprenderán que sus abuelos padecieron una dictadura y que sus padres conocieron la violencia terrorista. Mis nietos serán hombres y mujeres de paz, que nunca se verán obligados a empuñar un arma, como sus bisabuelos. Mis nietos debatirán con palabras y argumentos, compartidos para convencer. Mis nietos sabrán escuchar y atender los razonamientos y los sentimientos de sus adversarios políticos, que nunca serán sus enemigos. Mis nietos odiarán las guerras, y amarán la paz. Mis nietos nunca tendrán que contar a sus hijos por qué todavía hay personas que se creen con la atribución de matar a sus semejantes.

A mis nietos les confesaré que siendo importante que sepan quiénes fueron sus abuelos, es mucho más importante saber quiénes serán sus propios nietos. Ellos podrán contarles a sus descendientes aquella poesía de León Felipe: ¡Qué lástima, que yo no tenga una casa! ¡Una casa solariega y blasonada, una casa en que, guardara, a más de otras cosas raras, un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada y el retrato de un mi abuelo que ganara una batalla! Porque lo mejor será que mis futuros nietos, que espero que nazcan pronto aunque no veo a mis hijos muy decididos, creerán que todo esto que tanto nos atormenta hoy, que tanto sangra hoy, son “cosas del aitite”, “batallitas del abuelito”, porque nacerán en una Euskadi en paz, en una Euskadi tolerante que arropará a todas sus víctimas y que, en una convivencia vasca normalizada, reconciliará el pasado con el futuro.

Actualización a 26-11-20, cuando ya les he dicho a mis nietos,... 

Manifestaciones y votos

Estamos los vascos y las vascas muy avezados en “manifas”. Nos gustan, nos va la marcha. Siempre hemos sido andarines y caminar, por el centro de las avenidas, es una afición que puede convertirse pronto en deporte autóctono. Hemos ido a centenares de “manifas”, sabemos portar pancartas, pasearnos cada sábado y domingo por rutas urbanas o rurales. Incluso podría tener éxito y tirada alguna publicación sobre “próximas manifas”, porque el calendario anual está tan repleto de convocatorias que las numerosas ferias escolares (de ikastolas y centros públicos principalmente) ya no encuentran domingo libre.

Al principio primaron los lemas políticos y ecologistas, el “No a Lemoniz” fue un hito, con medio millón que puso a prueba la resistencia del subsuelo bilbaíno. “Libertad”, “Amnistía”, “No a la OTAN”,… fueron dejando paso a un predominante monocultivo de “PAZ”, solicitada desde todos los ángulos, incluso en sus perspectivas cruzadas. La sociología de la denominada “izquierda abertzale” es, indudablemente, la que tiene más kilometraje en “marchas”, siendo habitual el promedio mínimo de una semanal con flota de autobuses incluida. Pero también otras sociologías comienzan a incorporarse, agregando turismo peninsular a las ciudadelas vascas. Aunque, para ser justos, la palma se la lleva el propio poder institucional vasco, el mismo gobierno vasco del nacionalismo democrático con su Lehendakari a la cabeza, con máxima capacidad de convocatoria. Si Ibarretxe lo pide, todo es posible en materia de “manifas”, reuniendo exhibiciones sin más límite que la capacidad de la urbe.

¡Vivan las exhibiciones callejeras!, siempre que sean festivas, respetuosas y sin alborotos. ¡Viva el turismo interior y exterior!, recomendándose una ruta más variada de lugares de manifestación, en comarcas menos habituales para sorprender agradablemente a nuestros participantes y visitantes con la belleza y organización de nuestros pueblos medianos y pequeños. Seguro que muchos de nuestros viajeros, los venidos de fuera, se han asombrado al ver que en Euskadi no hay trincheras, ni barricadas y que todo, incluso el clima meteorológico, es mucho más cálido de lo que les habían contado.

Aquí no sobra nadie, excepto ETA (El Traicionero Argumento), y todas las celebraciones con manifestación debieran quedar instituidas con regularidad, con banderines y meriendas, con gorros y globos. Vivan todos los lemas y eslóganes: Por la Independencia o por la Dependencia, por la Unión, la Separación o la Libre Adhesión, por la Monarquía o la República,… También las manifestaciones de defensa de lo propio, y las de “excusatio non petita, accusatio en manifa”.

¡Ah, pero las pancartas no sustituyen a las urnas para determinar la representatividad de una sociedad! La democracia se expresa con el derecho de reunión y de manifestación, pero las diferencias políticas se miden exclusivamente con los votos depositados en cada proceso electoral, correspondiendo a cada ciudadano una papeleta, sin ilegalizar opiniones políticas. Sí a las manifestaciones, a todas, pero también SÍ a las consultas populares donde se tasa y evalúa definitivamente y con precisión la opinión de un pueblo.

Ilusión

Leyendo la primera plana de “EL PAÍS” de ayer sufrí una alucinación, porque traduje del irlandés al euskera y creí entender: “ETA anuncia un desarme masivo y el rechazo a la violencia. Aznar intenta desbloquear el proceso de paz en Euskadi. Batasuna, brazo político del terrorismo vasco de ETA, denunció ayer la lucha armada como fórmula para lograr objetivos políticos y defendió la democracia como única vía posible. Poco después, ETA, que guarda una tregua desde 2003, anunció su tercera y masiva operación de desarme y aseguró que suscribe la afirmación de Batasuna. Nunca habían llegado tan lejos en su distanciamiento de la violencia”.

¿Fue sólo un sueño?

Plan, flan y clan

Plan: Que exactamente es una propuesta del Lehendakari vasco, en nombre de tres partidos PNV, EA y EB (IU), para un nuevo Pacto Político para la Convivencia. Algo impecablemente democrático presentado en sede parlamentaria, con un respaldo inicial de quienes eligieron a Ibarretxe y una aceptación futura que ya se determinará cuando la ciudadanía lo valore tras conocerse su contenido íntegro. ¿Secesionista? Por lo visto hasta ahora, no. ¿Válido? La historia lo dirá, pero lo que resulte en un sentido o en otro siempre será un avance si es decisión soberana del electorado.

Flan: Al que se asemeja el comportamiento nervioso de la reacción provocada por el Plan. Por un lado está la legítima desaprobación política que otros partidos pueden declarar, pero también incluye por parte de algunos una descalificación apriorística basada en mentiras manifiestas, como que es el “Plan de ETA”. El abuso de la incomunicación interpartidista e intergubernamental y la dogmática negación de diálogo con posiciones autoritarias, no favorecen el entendimiento. Tampoco la confusión de poderes institucionales, concentraciones mediáticas y los omnipresentes intereses económicos.

Clan: Que mata, extorsiona y persigue con una absoluta falta de ética. Cuya existencia es reprobada por prácticamente toda la sociedad y cuyo único efecto es actuar de perversa rémora para el bienestar y para la libertad de todas las personas, que sufrimos en grado mayor o menor un injustificable terrorismo como una violación total de los derechos humanos, que es abominable política y humanamente.

Todos coincidimos en que el primer objetivo es el fin de la violencia y de su instrumentación partidista. Primero la paz. Luego, como no puede ser de otro modo, lo que en libertad y democracia decida la ciudadanía.

Getxo: Ciudad de la Convivencia

Quienes pertenecemos a esas generaciones que ya han cruzado el paso del ecuador vital hemos aprendido a apreciar el valor supremo de la tolerancia. Más aún si, como habitantes de Getxo, también hemos sufrido el azote de la violencia, con gravísimos sucesos como el asesinato por ETA del magistrado José María Lidón Corbi, el 7 de noviembre de 2001. Este municipio, por su creciente trascendencia histórica, ha sido asimismo objeto de una especial atención política e informativa, que ha podido provocar un incremento de la tensión social entre sus habitantes.

Por otra parte, Getxo es un modelo cívico y ciudadano de “calidad de vida”, aunque con necesidades sociales nunca suficientemente atendidas. La identidad de los diferenciados barrios, Algorta, Las Arenas, Andra Mari, Romo o Neguri, ha permitido mantener una cohesión social, de relación y conocimiento mutuo, al menos, entre sus residentes menos recientes. Generalmente, y en cada zona, ha sido fácil conservar los amplios círculos de conocidos y vecinos que acaban encontrándose periódicamente en lugares comunes con ocasión de las frecuentes fiestas locales (casi por parroquias), festivales, ferias,… También es una realidad palpable las cuadrillas de amigos, con pluralidad y coexistencia de opiniones políticas diversas, donde el debate e incluso la abierta polémica partidista es uno de los temas recurrentes de conversación. Todo dentro de los cauces democráticos y pacíficos, en la inmensa mayoría de los casos. Pero en nuestro entorno local, al igual que en Euskadi, pervive desgraciadamente aún una violencia de persecución por la opción política, que coacciona especialmente a los ediles populares y socialistas, y a sus militantes. El reelegido alcalde Iñaki Zarraoa ha puesto de manifiesto en su toma de posesión “esta falta de libertad de infinita gravedad”, expresando su solidaridad y asegurando que su prioridad en los próximos cuatro años será la de “realizar un esfuerzo por la convivencia”, como ya adelantó en su campaña electoral.

Getxo, el municipio del que nos sentimos orgullosos todos los aquí nacidos y los que lo elegimos como hogar, debe encabezar una campaña por la paz y la convivencia cívica, para toda su ciudadanía, por encima de las legítimas opciones políticas. Sería oportuno analizar y planificar una batería de acciones, que transversalmente incidiesen en los valores éticos de la tolerancia y del diálogo, en todas las actuaciones municipales y sociales. Gexto debe llenarse de Puntos de Encuentro, Elkarguneak, Meeting Points,… para la Paz. Lugares y oportunidades en las que comprobemos que lo que nos une a todos los getxoztarrak es mucho más que lo que nos diferencia. Los adversarios políticos no son sino ciudadanos que se ayudan mutuamente a descubrir cómo cohabitar mejor, sirviendo con mayor calidad a la sociedad de la que todos formamos parte. Los barrios, las plazas y el consistorio deben ser, y ya lo son en una medida siempre mejorable, lugares cálidos de relaciones personales afables, que ordenada y democráticamente busquen el entendimiento y la solución mejor a los problemas reales, dado que la vida es muy corta para desaprovecharla en disputas.

Como una de las primeras iniciativas, los grupos políticos podrían negociar y liderar un plan de “Getxo por la Convivencia”, que proponga la creación en el municipio de un "Observatorio para la Paz", con su correspondiente escuela de “Educación para la Tolerancia”. Incluiría erigir un emblemático “Monumento por las libertades y los derechos humanos, en memoria de todas las víctimas”, mirando al mar para complementar nuestro mundialmente reconocido “Puente Colgante”. Esta escultura podría señalar el inicio de una “Vereda de la Convivencia”, que avanzase entre Areeta, Neguri y Algorta. Para urbanizar la paz y construir un rompeolas contra la violencia, podemos inspirarnos en el precursor ingeniero Evaristo Churruca, que tras estudiar detenidamente los vientos, mareas, corrientes y aluviones prolongó el dique de hierro para lograr conjurar el peligro histórico de las inundaciones y formar un cauce profundo y navegable. La obra que históricamente ahora nos corresponde cimentar será como nuestro Muelle de Churruca, que apenas denota el esfuerzo constructivo necesario ya que queda mayoritariamente sumergido, pero que añade a la belleza de un paisaje natural la contribución de una ingeniería humanista, minimalista, respetuosa e integradora.

Gernika-Lumo, denominada la “Ciudad de la Paz” ya cuenta con su monumento, el "Gure Aitaren Etxea" del escultor Eduardo Chillida, orientado hacia el Árbol, símbolo de la tradición y el “Museo Gernika-Museo de la Paz”. En Getxo todos esperamos impacientes constituirnos como la “Ciudad de la Convivencia" creando nuevos “espacios de tolerancia”, porque la utopía existe. Y los “areneros” sabemos bien que ¡debajo de nuestros adoquines, está la playa realmente!

Circuito cerrado terrorista

Creo que el PSOE no debe pactar con IU en ninguna circunstancia porque, con la desquiciada lógica de Aznar, en ese momento todos nos convertiríamos automáticamente en terroristas. Lo explico. Si en algún malhadado caso Rodríguez Zapatero pacta con IU, (que apoya al PNV y EA, los cuales dan "oxígeno" a la disuelta Batasuna, que no condena los atentados de ETA, lo que significa que los apoya, y se transmutan en cómplices igualmente terroristas) PNV-EA, IU y el PSOE se convertirían, en cadena, también en terroristas. Incluso el propio PP, que siempre pacta con el PSOE en Euskadi, se transformaría instantáneamente en pérfido terrorista, por apoyar al terrorista PSOE. Sólo queda una solución: que los tribunales impidan los pactos y que gobierne este PP por siempre jamás para evitar la reproducción infinita del terrorismo (tesis de Oreja).

Al PSOE, que no le incomodó la impresentable criminalización que los medios de comunicación y los prebostes del PP hicieron contra los nacionalismos democráticos y contra Izquierda Unida, ahora le toca tragar la misma quina que anteriormente creyó que le beneficiaba. Han comenzado a oír contra ellos (Caldera, Rojo,.) el grito de "asesinos", con el que se regala diariamente a Llamazares, Ibarretxe, Madrazo, Atutxa, y ni siquiera se respeta el cartel de no disparen al pianista (véanse los ataques a ETB).

El pensamiento único y el partido único se extenderán hasta que, entre todos, los paremos. ¿Por qué nadie busca aquí un Nobel de la Paz como John Hume y David Trimble por el camino de la reconciliación, y no del frentismo, con soluciones propias adaptadas a la realidad de España-Euskadi? Recordemos que el premio se lo otorgaron a estos dirigentes moderados y mayoritarios del nacionalismo y el unionismo, y no a las figuras de Gerry Adams y Tony Blair. ¡Zapatero e Ibarretxe, no esperéis a Otegi y Aznar!

Las listas de los tontos

Definitivamente se han puesto de moda las “listas”. Aznar removió el avispero islamista por “delirios de grandeza” que dijo Llamazaremos, y porque creyó que Irak estaba muy lejos y las elecciones muy cerca. Y todo, según explicó después de comprender que había metido la pata según el 91% de los votantes, para que Batasuna figurase en el listado de terroristas de EE.UU. Ahora, tras la “mejora de la seguridad” experimentada en la segunda película de Casablanca, Zapatero le pide a Aznar que saque a España de la "lista del terrorismo internacional”, mientras ambos se fuman un pitillo en una pausa tras levantar muros en Euskadi (¿vuelven a estar en boga tras la caída del de Berlín?). Y la inconfesable ETA colabora añadiendo nuevos nombres y colectivos en su inmenso “listín de amenazados”, tantos que para abreviar podía indicar los no coaccionados y así acabaría antes.

Ahora que se acerca el “listón de las urnas”, que nos dejen votar en paz, y ya nos ocuparemos de los “listillos” que nos toman por tontos. Ibarretxe, al menos, hace planes, no catálogos de enemigos. Elige una lista de diálogo y de paz, y como diría Humphrey Bogart: “Vótala otra vez, Sam”.

Humareda electoral

Algunos políticos españoles siguen tratando al electorado como un bebé: se hace tilín con el sonajero, y vuelve la cabeza automáticamente. Da lo mismo que se trate de elecciones municipales, forales (y regionales en algunos casos), si pesan mucho la marea de petróleo gallega y el océano de sangre iraquí, el presidente y su staff vuelven a exhibir el comodín electoral del terrorismo, aunque –¡afortunadamente y que dure!- ETA no les está haciendo la campaña con sus siempre “oportunas” atrocidades.

¡Granadas de humo!, gritó el comandante y todo ese revoltijo de pago jurídico-mediático-gubernamental-intelectual comenzó el fregado. Ilegalizo por allí, perturbo por acá, detengo por aquí y escandalizo por allá (o por Alá). A la guerra (perdón, a la intervención militar que apoyaron pero no fueron, que ayudaron humanitariamente pero quizás ocupen militarmente) se le da otra vuelta más, y el retorcimiento sucesivo de que era por la resolución de ONU de la guerra de Kuwait del ’91, en búsqueda de armas de destrucción masiva, o para derrocar a un dictador (otrora amigo), acaba en el penúltimo capítulo de que era para igualar a Batasuna con Al Qaeda. Así se ha iniciado la campaña electoral: Todo un insulto a la inteligencia de cualquiera que haya superado la ESO, pero entre el humazo y el fragor a los que nos ha acostumbrado el “partido de la guerra” esta habitual distracción da el pego… a los más tontos. Sólo quienes leen más allá de los titulares llegarán a entender por qué la aliada Gran Bretaña, que sí busca la paz en el Ulster, no quiere que el IRA o el Sinn Fein se incluyan en listas de terroristas. Dicho llanamente porque obstaculiza y no simplifica la solución del conflicto de Irlanda del Norte (claro que como aquí no existe “conflicto vasco”…).

Parece que algunos políticos suscriben ese oculto lema de “Contra ETA vivimos mejor”, pero los que nunca hemos dicho que “Contra Franco vivíamos mejor” estamos deseando que pasen estos belicosos tiempos, desaparezca ETA y la coartada universal que proporciona a la ultraderecha y alcancemos una democracia de calidad: con un Estado de Derecho con poderes realmente independientes, con libertad de prensa (también en euskera), con presunción de inocencia (hasta para la universidad pública vasca) y plenas garantías procesales, con derechos activos y pasivos de representación política, y sin intromisiones en las funciones soberanas del poder legislativo (incluido el de Euskadi).

Además la ciudadanía vasca no merece seguir sufriendo durante más décadas la doble pinza de quienes no acaban de repudiar la violencia (sin contextos ni puñetas) y de quienes con esa recurrente excusa nos impiden decidir democráticamente nuestro modelo de autogobierno dentro de una Europa libre y solidaria. Euskadi no quiere convertirse en el granero de votos extraños con políticas que no sirven para solucionar sus problemas.

Es la hora de votar. Y de reflexionar con una campaña electoral normalizada de evaluación de resultados previos, de objetivos futuros, de cumplimientos de las pasadas propuestas,… Recordemos la gestión de nuestro ayuntamiento, de nuestra diputación foral,… ¿Cómo han gestionado los diferentes partidos catástrofes como la del Prestige? ¿Qué partidos solventan problemas y cuáles bloquean las instituciones? ¿Qué partidos de izquierdas por seguidismo avalan las políticas de derechas? ¿Quiénes practican políticas de tierra quemada, de desestabilización del país y de su funcionamiento institucional (quizás buscando la desaparición del autogobierno vasco), asumiendo irresponsabilidades históricas que no debieran olvidarse? ¿Qué dirigentes tacharon de inmaduro al electorado vasco sin aceptar los resultados del 13M de 2001, después de la avalancha mediática que creyeron les aseguraba el éxito? ¿Qué partido abertzale antisistema conduce a su propio electorado hacia callejones sin salida? ¿Se han de perder votos simulando un enfrentamiento, pero realmente sumándose al intento de colapso y dando realmente ventaja a los contrarios?

Rilke relata en un memorable cuento cómo Vladimiro, pintaba todos sus cuadros sólo con humo, esperando a los "engañados". En aquel fuliginoso taller no se podía oler el aguarrás,… Es la hora de elegir: Que los votos reflejen la mayoría social.

ETA: Es la hora.

Ya estamos casi en paz. Ya estamos preparados para viajar sin tutelas hacia el futuro. El camino quedará abierto cuando desaparezca la violencia. Ha llegado el momento, incluso desde vuestra perspectiva. La sociedad vasca, y la humanidad, han enronquecido pidiendo el fin de la guerra. Es tiempo de que comprendáis que la muerte sólo perjudica a todos, incluso inhabilita la causa que creéis defender. Los derechos sólo pueden ejercerse con la fuerza imparable del sentimiento y de la razón.

Destruid las armas y sumaros a la lucha política por la libertad de Euskadi. ¿Por qué no hoy mismo? Vosotros también debéis de sentir el síndrome de la fatiga belicista, que nos agobia a toda la ciudadanía vasca. Debéis deteneros: es tiempo de paz. La democracia vasca sólo necesita vuestra renuncia. El pueblo vasco merece soñar, merece crecer, merece vivir.
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Plan, sí; plantes, no

El Lehendakari Ibarretxe presentó en el debate sobre política general de Euskadi, el viernes 27 de septiembre de 2002, su “Nuevo Pacto Político para la Convivencia”, conocido popularmente como el “Plan Ibarretxe”. Fue un discurso de 44 páginas, que tardó dos horas y 10 minutos en exponer, y al que pudimos asistir en directo a través de ETB. Su contenido fue una sorpresa, que algunos vivimos emocionadamente como la anhelada reacción del líder elegido por la sociedad vasca ante el impasse de una Euskadi trabada por la violencia y por la extrema confrontación política. Se recuperaba la iniciativa política ante el anonadamiento impotente que se respiraba en la sempiterna espiral del cruento mantenimiento de la sinrazón de ETA y de la política de “enfrentamiento sin cuartel” desde Madrid, con la Ley de Partidos y la suspensión judicial de Batasuna, e incluso con la demonización del nacionalismo gobernante, y que continúa con los graves ataques a la lengua y cultura vascas, como el cierre de “Euskaldunon Egunkaria”.

La centralidad del planteamiento del Lehendakari en el espectro de partidos quedó verificada por el doble plante que recibió desde los dos extremos políticos: la censura desdeñosa e injustificada del PP y de sectores del PSOE, calificándolo de “proyecto soberanista” o “plan trampa” (Oreja dixit), sólo fue comparable con la rotundidad absoluta de Batasuna, que lo denominó “plan regionalista”. Así mismo, el frontal rechazo de ETA el 5 de diciembre pasado, declarando que “ese fraude autonomista trae la guerra" y "la sumisión a España", llevó nuevamente al Lehendakari a convocar una manifestación bajo el lema 'ETA kanpora!' que, el 22 de diciembre, reunía a más de 200.000 personas en Bilbao. La contundencia del mensaje y la pactada ausencia de referencias al diálogo consiguieron el masivo apoyo de todas las formaciones políticas del arco parlamentario vasco, excepto nuevamente Batasuna y el PP.

Cabe reseñar el impecable recorrido de Juan José Ibarretxe por la vereda de la paz, que es tan indiscutible como los hitos que lo jalonan. Los más recientes son “Un camino para la Paz” (conferencia del 1-6-2000), “Una Iniciativa para la Paz y la Convivencia” (comparecencia ante el plenario parlamentario del 19-10-2000), “Un compromiso ético en defensa del derecho a la vida y de las libertades de todas las personas” (Gernika, el 20-12-2000), “Por un Compromiso Social en favor de la No-violencia y el Diálogo. Un camino de solución” (8-2-2001), “Pacificación, Normalización política y diálogo” (tras la conmoción del 11-S de New York, el 28-11-2001), “Manifiesto Institucional en defensa del derecho a la vida, la libertad y la seguridad de todas las personas” (19-10-2001),… Su obsesiva apuesta por el “diálogo hasta el amanecer” resulta entrañable, y merecedora de mejores resultados, pero ya se sabe que para pactar hacen falta, como mínimo, dos voluntades.

Está anunciada la presentación, en el plazo de un año, de un texto articulado del Plan que se tratará de negociar con el Estado y que, con o sin acuerdo, será sometido a referéndum, aunque éste sólo se llevará a cabo "en ausencia de violencia". Desde entonces el emplazamiento a partidos, sindicatos, asociaciones,… ha producido decenas de encuentros bilaterales o multilaterales para presentar, perfeccionar y, en su caso, alcanzar este "nuevo pacto político".
Quienes nos dedicamos a la educación, enseñamos que los problemas deben ser abordados con serenidad, con rigor, con amplitud de miras, con creatividad, con inteligencia y con resolución. Creemos en la palabra, en las ideas plurales, en el intercambio de opiniones sin vetos, en la negociación democrática, en un diálogo multipartito sin exclusiones que fructifique en planes convenidos y acordados. Basta de plantones y de posiciones cerradas que esquivan el entendimiento y la reconciliación. El “conflicto vasco”, como algunos lo bautizaron, tiene solución. Nos aplicaremos, entre todos, a encontrar un camino y, después, lo seguiremos. Y si ese sendero no existe, lo abriremos, pero es seguro que nuestro destino hallará su curso. Si sabemos adónde vamos, es seguro que alguna travesía nos llevará. Además, y como dice el proverbio: “En los largos caminos, se conocen los amigos”.

El espíritu de Euskadi no puede vagar por los rumbos trillados que trazan el terror y la represión. Entre varias rutas, la vía más segura es la del medio, la de la paz, la de la libertad, la de la lealtad para con nosotros mismos. ¿El Plan Ibarretxe puede ser el camino? Todos debemos analizar en detalle qué propone este Nuevo Pacto para la Convivencia, para modificarlo y mejorarlo, si es posible, con nuestras modestas aportaciones, individual o colectivamente. Por ello, la Asociación de Profesorado Vasco, “IRAKASTEN ELKARTEA”, ha cursado una invitación formal al Lehendakari, que ha accedido amablemente, para que nos presente su “Nueva Propuesta Política para la Convivencia”, en un acto público, que se celebrará en el Salón de Actos del Instituto Central de Bilbao, IES Miguel de Unamuno, el próximo 19 de marzo, a las 18:30. Este coloquio estará destinado específicamente a los docentes de todos los niveles de enseñanza, desde Educación Infantil hasta la Universidad. Posteriormente, nuestra website http://www.irakasten.org/ recogerá el desarrollo de la conferencia en un documento gráfico y documental, con todas las aportaciones, preguntas y respuestas.

Nos interesa a los educadores la inclusión explícita del Punto Sexto, en el contenido de la Propuesta, reivindicando una competencia exclusiva en el ámbito de la cultura, la lengua y la educación, en toda la dimensión de representación con voz propia en Europa y en el mundo, aspecto también señalado en el Punto Décimo. Así mismo, son preocupaciones de IRAKASTEN la actuación conjunta de todo el profesorado vasco, desde Iparralde hasta la CAPV pasando por Nafarroa, en un Espacio Educativo Europeo que reconozca la singularidad de nuestro sistema educativo propio, surgido y constructor de la identidad vasca común. Deseamos conocer el criterio del Lehendakari Ibarretxe sobre estas y otras cuestiones educativas, por lo que el acto estará organizado de modo que tras su exposición inicial, se reservará un tiempo de coloquio e interpelaciones. Trataremos de estudiar la Propuesta, observando sus puntos fuertes y sus debilidades, sin prejuicios y contrastando libremente las perspectivas de un colectivo tan extenso y pluralista como el profesorado.

Todo ello, por el bien de nuestra educación, creyendo en la educación como la óptima “solución vasca”, reflexionando y debatiendo, eso sí, siempre educadamente.

Nosotros, sí, gracias

En educación, los aspectos de relación son centrales, incluso en los casos límite con alumnado autista, por ejemplo. De ellos, hemos aprendido mucho y estas enseñanzas son válidas para todas las personas que deseen, real y sinceramente comunicarse mejor. Además, conociendo estas técnicas podremos desenmascarar a quienes las emplean con profusión para manipularnos, como algunos politiqueros y gacetilleros.

Muchos estudiantes, con o sin autismo, están condicionados a reaccionar negativamente a un ‘‘NO’’ imperativo (‘‘no hagas eso’’...). Estas negaciones indican frecuentemente que el hablante está disgustado o que algo está mal, pero no informan sobre cómo remediar el problema. Así que recomendamos al profesorado (y a las familias) el uso de palabras o expresiones negativas con extrema moderación y sólo cuando requieran obediencia inmediata en casos de emergencia. También es mejor hablar concisa y ordenadamente. Demasiadas instrucciones y explicaciones crean frustración y confusión. Es necesario que el profesor señale claramente qué es lo que quiere que los escolares hagan y por qué. Hay que ser razonable en lo que se pide y la demanda debe ser tal que los alumnos sean capaces de cumplirlo. Los enunciados negativos no aportan las indicaciones necesarias para aprender cómo comportarse de un modo más apropiado y, por el contrario, sugieren que lo negado es apetecible.

Debe evitarse las instrucciones formuladas de un modo amenazador o impositivo, porque los oyentes tenderían a ponerse a la defensiva y les provocaría a hacer justamente lo contrario de lo pedido. Un tono neutro puede ayudar. Por ejemplo: es mejor indicar: ‘‘Es la hora de estudiar’’, en vez de ‘‘Tienes que estudiar ahora mismo’’.

En comunicación, las críticas, los reproches, las amenazas, lo negativo, lo confuso…, sobra. Si nos dicen: «No pienses en un elefante rosa», ya lo estamos evocando en la imaginación… Queremos y necesitamos ideas positivas, claras, conciliadoras, específicas…, justamente lo casi inexistente en la comunicación social y política. Hasta las campañas más costosas y bienintencionadas caen en este craso error: ‘‘NUNCA MÁIS’’, ‘‘NO a las DROGAS’’, ‘‘PLAN ANTITABACO’’, ‘‘NO a la VIOLENCIA DOMÉSTICA’’… Forges, al menos y sólo por sobreabundar, en sus viñetas dice: ‘‘PAZ SÍ, guerra no’’, y el lema hippie decía ‘‘HAZ EL AMOR, y no la guerra’’. Otros aciertan de pleno como ‘‘Gesto por la PAZ’’.

Las frases negativas son nefastas, porque ­aparte de ser cognitivamente más difíciles de interpretar y más si son extensas­, declaran y despliegan una sensación general de inseguridad, desaprobación y hostilidad (a lo sumo condescendencia) que invade a lo dicho. Fíjense que, aunque gramaticalmente digan lo mismo, las tres oraciones siguientes trasladan una impresión muy diferente:
1. ‘‘Estoy contigo’’ (concluyente, enfática y con empatía).
2. ‘‘No discrepo de ti’’ (breve, pero displicente y apática).
3. ‘‘Nunca puedo evitar negar que no esté en desacuerdo con lo contrario que tú refutas rechazar’’... (pura confusión grouchiana).

Los diccionarios desperdician casi el 10% de su contenido con palabras con prefijos destructivos como a-, anti-, contra-, dis-, des-, i-, im-, in-, mal-…, (por ejemplo: a-moral anti-héroe contra-indicado dis-funcional des-acreditado i-lógico im-paciente in-activo mal-educado), y el habla popular desaprovecha un porcentaje de comunicación aún mayor con estas inexpresividades desventuradas y malhadadas (¡lo siento, me he dejado llevar!). La única expresión pseudo-negativa válida que se me ocurre, es la que aconseja el pez padre a su pececito: ‘‘Nada, hijo, nada’’. Hasta se ha impuesto un sistema negativo de votación, con los descartes en los concursos televisivos como ‘‘Gran Hermano’’…, sólo falta que esta fórmula se aplique a la política.

En política, asistimos a la ceremonia de la confusión desde el poder mediático. Se invierte la simplificación de convertir la doble negación en afirmación, para pedir en vez de ‘‘PAZ’’ el desalentador ‘‘NO a ETA’’, ‘‘NO al Nacionalismo Obligatorio’’... No nos merecemos la anacrónica época de violencia que hemos de vivir con bandas terroristas cuyo único sentido es la muerte y la coartada de gobernantes como el ‘‘gran dictador’’ que añora la conquista del Oeste (ahora del mundo) con la política del cowboy bueno frente al ‘‘eje del mal’’, y sus emuladores como el ‘‘pequeño dictador’’, que con nostalgia de reconquista nos abruma con más represión, venganza, pudrirse en las cárceles,… para ocultar esta ‘‘negra navidad’’. Todo ello adobado con la confusión entre valores e intereses, que siguen siendo el motor de la inacabada colonización perpetua de la humanidad por una minoría interesada y belicista.

En prensa oímos demasiadas veces desgobierno, deslegitimización, desinvestigación…, y seguramente asistiremos a la aparición de otros neologismos: desprograma, despolítica, desoposición… El periodismo ha perecido de éxito. Su creciente poderío ante la opinión pública, la que vota bajo su influjo en las democracias, lo había ensalzado hasta un punto en el que debía comprarse su subordinación. Así parece que ha sido ‘‘el cuarto poder’’, no ha resistido la embestida del poder último: la prepotencia económica que necesita controlar el poder político.
Falta veracidad, y pulula el cinismo. No hace falta leer, impertérrito, que Bush pagará a los periodistas o que se defienda públicamente la creación de una agencia de desinformación, la Oficina de Influencia Estratégica (OIE), cuyo supuesto cierre posterior por presiones quizá sea su primera obra y su inaugural patraña.

Nosotros queremos caminos, soluciones, propuestas de PAZ y de CONVIVENCIA a las que podamos decir, ‘‘Sí’’. Queremos más periodistas pacifistas que nos cuenten de Lula. ¡Gracias, presidente Lula, por protagonizar nuestra diaria noticia política agradable, que demuestra que no es imposible ser un político de verdad, que construye, que alivia desigualdades, que no anuncia ni prepara guerras! Lula, tú sí eres grande, cancelas la compra de juguetes bélicos a los militares y les pides que arreglen carreteras y repartan comida; visitas las zonas más pobres de tu país, y no te vas a televisiones italianas en pleno cataclismo ecológico. Sigue así, no desesperes, te esperan grandes desafíos, pero quizás sea la primera figura histórica de este todavía triste siglo XXI.

Truco final: Hagamos una prueba durante una semana. Hablemos sólo cuando lo que tengamos que decir cumplan tres condiciones: Que sea cierto, necesario y amable. ¡Usemos sólo enunciados positivos y veremos cómo mejora nuestra vida, y la de los nuestros! Seamos positivos. Aprovechemos toda oportunidad de felicitar o alentar a alguien. Definámonos por lo que amamos, por lo que creemos; acumulemos amigos. Olvidemos odios, enemigos… ¡Ah, y las palabras mágicas! Pero antes, la palabra más usada y la que más nos fastidia, que es ‘‘NO’’ (se dice que un niño a los 10 años ha escuchado 9 ‘‘Nones’’ por cada ‘‘SÍ’’) y la más superflua, ‘‘YO’’ (que indica egocentrismo). En el ranking de las frases más poderosas, junto a la palabra que más nos agrada escuchar y que es nuestro nombre propio, están:


­ NOSOTROS (equipo: grupo + estructura + objetivo común)
­ ¡MUCHAS GRACIAS! (amabilidad, cortesía,...)
­ ¿SERÍAS TAN AMABLE...? (ayuda, colaboración,...)
­ ¿CUÁL ES TU OPINIÓN? (interdependencia, altruismo)
­ ¡HABÉIS REALIZADO UN BUEN TRABAJO! (reconocimiento, generosidad)
­ ¡ADMITO QUE HE COMETIDO UN ERROR! (perdón, corrección, rectificación)

Esta pirámide de frases, de una a seis palabras, obra maravillas. Digámoslas como si tal cosa, y veremos los resultados. Con nuestros padres o con nuestros hijos, con nuestros amigos o con nuestros hermanos…, que son todos los demás.

Propuestas positivas

En educación, los aspectos de comunicación son centrales, incluso en los casos límite con alumnado autista. De ellos hemos aprendido mucho. Descubrimos que reaccionamos negativamente ante un "No" imperativo (“no hagas eso”...). Las negaciones indican que el hablante está disgustado y que algo está mal, pero no informan sobre cómo remediar el problema. Así que recomendamos al profesorado (y a las familias) el uso de expresiones negativas con moderación y sólo en casos de emergencia que requieran obediencia inmediata.

Las frases negativas son más complicadas y declaran desaprobación, hostilidad o, a lo sumo, condescendencia. Aunque gramaticalmente sean equivalentes, las dos oraciones siguientes producen una impresión muy dispar:

1. “No discrepo de ti” (breve, pero displicente y apática).
2. “Estoy contigo” (concluyente, enfática y con empatía).

Los diccionarios desperdician el 10% de sus palabras con prefijos destructivos como a-, anti-, contra-, dis-, des-, i-, im-, in-, mal-,… (ejemplo: a-moral anti-héroe contra-indicado dis-funcional des-acreditado i-lógico im-paciente in-activo mal-educado). Los enunciados negativos pueden incluso sugerir que lo prohibido es apetecible. Si nos dicen: “No pienses en un burro volando”, ya lo estamos evocando. Hasta las campañas más bienintencionadas incurren en este error: “No a las Drogas”, “Plan Antitabaco”... Queremos y necesitamos ideas positivas y conciliadoras, justamente lo que escasea en los medios de comunicación.

En política, se prefiere la doble negación a la rotunda afirmación, como el desalentador “No a ETA” en vez de “Paz”. Oímos demasiadas veces desinformación, desgobierno, deslegitimización... Queremos caminos de paz, soluciones de convivencia a las que podamos decir, “Sí, quiero”. Queremos noticias que hablen del bien, y de la política de la solidaridad. El presidente brasileño Lula protagoniza nuestra diaria noticia agradable, que demuestra que siguen existiendo grandes políticos, que construyen, alivian desigualdades y no preparan guerras. Ha comenzado visitando las zonas más pobres con todos los ministros. Quizá sea la primera figura histórica de este todavía belicoso siglo XXI.

Visión política de un vasco ingenuo

Un artículo recuperado de 2002 cuando finalmente parece que ha llegado el fin de la violencia. 

 Éstas son las confesiones de un fanático irredento. Por increíble que parezca, todo lo que vasco, circunstancialmente, como lo es la nacionalidad, y me considero un iluso, casi idiota en política. Idiota, más que en su acepción de “ilota” o esclavo que no disponía de la ciudadanía requerida para discutir sobre la cosa pública, en su raíz etimológica como carente de instrucción específica. Como siempre me ha apasionado más mi familia y mi profesión que la política, sólo pretendo exponer mi opinión de diletante lego en política. 

Mi modelo de ciudad y país es Lausanne y Suiza, que conocí apacibles y neutrales. La Confederación Helvética, a reserva de otros matices, es un país avanzado políticamente. Allí nadie sabe cómo se llama su presidente de turno, que suele ser un profesional jubilado que periódicamente se acerca al gobierno en tranvía para despachar temas de exigua relevancia en la vida de los suizos. 

Un país complejo, multicultural, multilingüe, con cantones y comunidades diferenciadas que conviven en un cohesionado paraíso social. En el centro de Europa, con su identidad propia en medio de tres poderosas culturas: alemana, francesa e italiana. Esta preferencia me resulta lógica, porque nacido a mediados de los años 50, el torbellino de la política ha envuelto a mi generación, más de lo que algunos hubiéramos deseado. No me he “metido” en política, ni he disfrutado (o padecido) cargos políticos más allá de algunas mínimas responsabilidades con las que mi modesta carrera de profesor me ha salpicado. Pero he vivido y trabajado en la Euskadi de finales del siglo XX y principios del XXI. 

He participado en decenas de manifestaciones en pro de la paz. Mucho antes, entonces y después del despiadado asesinato de Miguel Ángel Blanco, hace ahora cinco años. Mis hijos me facilitan la memoria. Cuando no habían nacido, mi mujer y yo allí estábamos; con mi hija muy pequeña que creía que por la Gran Vía de Bilbao se caminaba siempre por el centro de la calzada y en medio de la multitud; con mi hijo llevado a hombros; cuando ambos estaban fuera aprendiendo idiomas aquellos fatídicos 10 y 12 de julio de 1997, doble manifestación esperando y condenando. ¿Cuántas manifestaciones? ¿Cien? Sin contarlas, sin desesperar, con lluvia y con sol, con televisiones y sin ellas,… Con “Gesto por la Paz”, tras los atentados, en Bilbao, en Donostia, en Gasteiz, en Getxo,… 

Pido a los políticos que creen un marco social que nos permita vivir mejor. Yo no sé cómo -no soy político-, pero sí sé qué quiero en política, porque sí me siento ciudadano de pleno derecho, y también dispongo, como profesional, de una opinión formada acerca de la política educativa (que me reservo para otra oportunidad), que desearía fuese correspondida por mis colegas y por la sociedad, dado el impacto familiar y cívico que proyecta la educación. 

Como ciudadano de a pie pido a nuestra clase política un doble objetivo: alcanzar la paz y dar la palabra al Pueblo Vasco para que decida su futuro. Ambos objetivos se necesitan mutuamente, porque ninguno de ellos por sí solo, o parcialmente, sería válido. Sólo quiero la paz, para todos y especialmente para quienes más sufren la persecución y el miedo, y para quienes han sido víctimas, ellos o sus familias. Y quiero también que se desdramatice el dar la palabra al pueblo, porque creo en el pluralismo y sólo la democracia real nos brindará las condiciones para la paz. 

El terror se alimenta por doquier. ETA perversamente. Otros, sin desearlo, quizás también contribuyen a su pervivencia. Tal vez inocentemente, creo que apoyando y protegiendo a las víctimas, si actuásemos “como si ETA hubiese desaparecido ya”, seguramente estaría más cerca nuestro E-Eguna (el Día de Euskadi libre de la barbarie). Lo exige esta Euskadi dolida y expectante. Atormentada por tanta desolación y por las reacciones que suscita, pero esperanzada porque desea transitar hacia un futuro en libertad y sin lastres, conducido con plenas garantías democráticas por todos. 

La primera concordia será entre vascos. Los demás no podrán sino entenderlo y aceptarlo. Lo que, en plena libertad y sin ventajas, decida la mayoría: Un quórum cualificado, ¿dos tercios?, para que se sopese el posible cambio. O seguimos en el marco jurídico actual, que algunos consideran válido, o se pasa a un nuevo marco, por decisión conjunta y sin más traumas, si así lo desease una mayoría amplia. 

¿El ámbito de decisión? Creo que si todos vemos patentemente que la decisión de Navarra, por ejemplo, corresponde sólo a los navarros y no al conjunto de Euskal Herria, igualmente la decisión de lo que actualmente es la Comunidad Autónoma Vasca o Iparralde, corresponde a sus habitantes, y no al conjunto del Estado en cuestión. Lo contrario sería aborrecible para cualquier espíritu democrático. ¿Acaso todos los vascos deberíamos opinar y obligar a que los navarros sean vascos o no, incluso contra su voluntad? 

Si finalmente se conviniese, ¿qué cambiaría? No tanto como pensamos, ni para bien ni para mal. Las desquiciadas opiniones de tertulianos que tratan de condenarnos a pagar nuestras propias infraestructuras porque están construidas por todos los españoles, se caen por su propio peso, dado que el resto de infraestructuras del Estado también están sufragadas parcialmente por el esfuerzo vasco. Si tal cuenta se pudiese calcular, quizá no saliésemos malparados. Pero apartadas éstas y otras absurdas objeciones como decir que quedaríamos fuera de Europa (como si a España la hiciese europea Portugal y que recuerda aquella perspectiva inglesa de que “el continente quedaba aislado” por la tempestad en el Canal de la Mancha), la realidad sería que seguiríamos estando insertos geográfica, cultural e históricamente en Europa. 

En la nueva soberanía compartida que cabe hoy día en la Unión Europea, y que poco tiene que ver con los Estados absolutos del pasado, seguiríamos trabajando como siempre, compitiendo en el mercado globalizado, colaborando solidariamente con otros países y regiones más necesitados de Europa y del mundo, gestionando de cerca los temas propios y haciendo oír nuestra voz en los foros internacionales. 

Yo, en mi ingenuidad, seguiría cultivando tanto nuestra propia lengua y cultura vascas, como las que nos hermanan con españoles y franceses, a quienes conozco y aprecio de corazón, así como otras lenguas y culturas de este planeta en el que viajamos por el espacio, como una organizada tripulación que conviviría mejor “haciéndonos los suizos, y no los suecos”. Y en este mi segundo hogar mediterráneo donde paso las vacaciones podría izar la ikurriña, al igual que mi vecino enarbola su bandera noruega, con intención meramente informativa, señalando que “aquí viven unos vascos para ayudar en lo que se pueda”.
Versión original de Julio de 2002 en: http://mikel.agirregabiria.net/2002/vision.htm