El asesinato imposible

Una película obligatoria, "El americano impasible", que describe simultáneamente la intervención estadounidense en Vietnam y la realidad actual en Irak del expansionismo americano, relatando una historia verídica del nacimiento de la CIA desde la agencia previa, el OSS. Los mismos protagonistas, hace 50 años y hoy: un país asiático, los jóvenes americanos impasibles y los europeos maduros, que han sobrevivido a cruentas guerras en sus metrópolis, y que saben bien que las guerras, como los terremotos y otros cataclismos, no pueden ganarse. También aparecen y permanecen los periodistas honestos, profesionales al servicio de sus lectores y de sus periódicos, sin otros amos. Sólo cambian los extras, es decir, las víctimas que deben reponerse, porque en este mundo hay maquinarias imparables que usan como combustible la vida humana.

Para saber toda la verdad sobre el terrorismo es imprescindible ver esta crónica de historias lejanas y actuales, escrita sublimemente por Graham Greene en 1955, intuyendo lo que pasaría en Vietnam durante décadas: una destrucción salvaje en nombre de la "democracia americana". Una novela profética sobre el amor, la traición, el asesinato y el origen de las guerras. Después de los atentados del 11-S, el estreno de esta producción independiente se canceló indefinidamente, pero ahora podemos verla y asombrarnos al reconocer elementos comunes, correlaciones, paralelismos con lo que sucede a nuestro alrededor y en el mundo. La narrativa habitual del cine americano se transforma y se supera. El héroe bueno, el amigo y los malos, la chica disputada, el final feliz. ¿El americano impasible, Pyle, asesinaría con la misma brutalidad sin el disfraz de idealismo pusilánime? El periodista, Fowler, protagonista y narrador, cuando finalmente toma partido, ¿también queda en entredicho porque utiliza, indirectamente, medios inmorales? Sólo las víctimas, Phuong y los anónimos sacrificados en atentados que sirven de pretexto, son inocentes.

Me arrepiento... según Bertrand Russell

"Hubo un príncipe italiano del Renacimiento a quien le preguntó un sacerdote en su lecho de muerte si tenía algo de lo cual arrepentirse. «Sí», dijo, «hay una cosa. En una ocasión tuve un visita simultánea del Emperador y del Papa. Los llevé a lo más alto de mi torre para mostrarles la vista, y desaproveché la oportunidad de haberlos arrojado a ambos desde allí, lo cual me hubiera ganado fama inmortal".
Bertrand Russell

Carne Humana

Todos somos de la misma materia. El que se cree el hombre más poderoso del planeta y el niño despanzurrado bajo sus bombas, el capitalista petrolero y el desventurado cabrero, el político hipócrita y el soldado forzado, el asesor belicista y el que se ve mutilado, la madre inconsolable y el huérfano anonadado, todos de la misma sangre. El que dispara y el que muere, el que mata y el que sana, el que protesta y el que excusa o calla, todos de la misma raza. El musulmán pacifista y el maniqueo adventista, el norteamericano osado y el iraquí desdichado, en nuestra Euskadi cercana o en la Chechenia lejana, el del PP impasible y el ingobernable de Batasuna, todos de carne humana. Carne hija de carne. Vida suspendida de un hilo frágil, hálito que milagrosamente sobrevive. Somos de una esencia capaz de besarse, de abrazarse, de amarse, de multiplicarse y… de matarse.

Si todos somos uno, todos de la misma casa, todos de la misma familia, si a todos la muerte alcanza, ¡por Dios!, cuando el mundo estalla, ¿cómo algunos canallas justifican las matanzas de sus hermanos y hermanas?

¿Balas? ¡No!

Cuando bastaría el 10% del gasto militar mundial, o el 19% del gasto militar norteamericano, para cubrir todas las necesidades básicas de todo el Tercer Mundo, debemos apostar por la justicia sin guerras, por la distribución de la riqueza en este pequeño planeta como la tripulación humana que somos. ¿Por qué los “aliados” balean? ¿Por qué los del rebaño del PP balan? ¿Cómo se puede permanecer impasible ante la barbarie, inconmovible ante el desgarro humano de las muertes de civiles? La guerra humanitaria, limpia, rápida que prometieron… se ha convertido en una guerra como todas: cruel, inmunda, sanguinaria y exterminadora.

Cuando arde el cielo y la tierra en Irak, y Alí Smain se queda sin brazos y sin toda su familia, ¡basta de la necia trampa de la tecnología militar! ¿Qué nos parecería si tras un atentado terrorista, algún medio de comunicación se atreviese a enfatizar la perfección técnica de la sofisticada pistola con la que el homicida le ha descerrajo un tiro mortal a la víctima? Pues eso destacan todos los días la prensa y las televisiones, con regodeo, deleitándose en cómo los misiles alcanzar el “objetivo”,… ¿Hemos olvidado que las armas sólo sirven para matar?

¿Y tú qué? ¿Balas?

El deseo de parecer listo impide a menudo el llegar a serlo

"El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás".
François de La Rochefoucauld, 1613-1680, filósofo y moralista francés