Tests políticos

En cada convocatoria electoral recordamos una anécdota de mi hija Leire. Tenía ocho años cuando realizaron unos tests en clase. Días después, mientras veíamos en televisión una serie rápida de spots con los candidatos condensando su mensaje en una frase feliz, preguntó con esa lucidez infantil: "Aita (papá), ¿los políticos han pasado los tests de inteligencia… y de bondad?".

Y es que los políticos razonan y buscan votos, pero nunca simultáneamente. A fin de cuentas, la opinión está más determinada por el sentimiento que por el pensamiento, porque es más corto el camino del corazón a la mente que el inverso. Víctor Hugo dijo: "La grandeza de un pueblo no se mide por su número de habitantes, como la grandeza de un hombre no se mide por su estatura: su medida es la cantidad de inteligencia y de virtud que posee". ¿Esto lo entenderán nuestros serios estadistas de talla mundial? ¡Más talento y más ética, por favor!

Humareda electoral

Algunos políticos españoles siguen tratando al electorado como un bebé: se hace tilín con el sonajero, y vuelve la cabeza automáticamente. Da lo mismo que se trate de elecciones municipales, forales (y regionales en algunos casos), si pesan mucho la marea de petróleo gallega y el océano de sangre iraquí, el presidente y su staff vuelven a exhibir el comodín electoral del terrorismo, aunque –¡afortunadamente y que dure!- ETA no les está haciendo la campaña con sus siempre “oportunas” atrocidades.

¡Granadas de humo!, gritó el comandante y todo ese revoltijo de pago jurídico-mediático-gubernamental-intelectual comenzó el fregado. Ilegalizo por allí, perturbo por acá, detengo por aquí y escandalizo por allá (o por Alá). A la guerra (perdón, a la intervención militar que apoyaron pero no fueron, que ayudaron humanitariamente pero quizás ocupen militarmente) se le da otra vuelta más, y el retorcimiento sucesivo de que era por la resolución de ONU de la guerra de Kuwait del ’91, en búsqueda de armas de destrucción masiva, o para derrocar a un dictador (otrora amigo), acaba en el penúltimo capítulo de que era para igualar a Batasuna con Al Qaeda. Así se ha iniciado la campaña electoral: Todo un insulto a la inteligencia de cualquiera que haya superado la ESO, pero entre el humazo y el fragor a los que nos ha acostumbrado el “partido de la guerra” esta habitual distracción da el pego… a los más tontos. Sólo quienes leen más allá de los titulares llegarán a entender por qué la aliada Gran Bretaña, que sí busca la paz en el Ulster, no quiere que el IRA o el Sinn Fein se incluyan en listas de terroristas. Dicho llanamente porque obstaculiza y no simplifica la solución del conflicto de Irlanda del Norte (claro que como aquí no existe “conflicto vasco”…).

Parece que algunos políticos suscriben ese oculto lema de “Contra ETA vivimos mejor”, pero los que nunca hemos dicho que “Contra Franco vivíamos mejor” estamos deseando que pasen estos belicosos tiempos, desaparezca ETA y la coartada universal que proporciona a la ultraderecha y alcancemos una democracia de calidad: con un Estado de Derecho con poderes realmente independientes, con libertad de prensa (también en euskera), con presunción de inocencia (hasta para la universidad pública vasca) y plenas garantías procesales, con derechos activos y pasivos de representación política, y sin intromisiones en las funciones soberanas del poder legislativo (incluido el de Euskadi).

Además la ciudadanía vasca no merece seguir sufriendo durante más décadas la doble pinza de quienes no acaban de repudiar la violencia (sin contextos ni puñetas) y de quienes con esa recurrente excusa nos impiden decidir democráticamente nuestro modelo de autogobierno dentro de una Europa libre y solidaria. Euskadi no quiere convertirse en el granero de votos extraños con políticas que no sirven para solucionar sus problemas.

Es la hora de votar. Y de reflexionar con una campaña electoral normalizada de evaluación de resultados previos, de objetivos futuros, de cumplimientos de las pasadas propuestas,… Recordemos la gestión de nuestro ayuntamiento, de nuestra diputación foral,… ¿Cómo han gestionado los diferentes partidos catástrofes como la del Prestige? ¿Qué partidos solventan problemas y cuáles bloquean las instituciones? ¿Qué partidos de izquierdas por seguidismo avalan las políticas de derechas? ¿Quiénes practican políticas de tierra quemada, de desestabilización del país y de su funcionamiento institucional (quizás buscando la desaparición del autogobierno vasco), asumiendo irresponsabilidades históricas que no debieran olvidarse? ¿Qué dirigentes tacharon de inmaduro al electorado vasco sin aceptar los resultados del 13M de 2001, después de la avalancha mediática que creyeron les aseguraba el éxito? ¿Qué partido abertzale antisistema conduce a su propio electorado hacia callejones sin salida? ¿Se han de perder votos simulando un enfrentamiento, pero realmente sumándose al intento de colapso y dando realmente ventaja a los contrarios?

Rilke relata en un memorable cuento cómo Vladimiro, pintaba todos sus cuadros sólo con humo, esperando a los "engañados". En aquel fuliginoso taller no se podía oler el aguarrás,… Es la hora de elegir: Que los votos reflejen la mayoría social.

ETA: Es la hora.

Ya estamos casi en paz. Ya estamos preparados para viajar sin tutelas hacia el futuro. El camino quedará abierto cuando desaparezca la violencia. Ha llegado el momento, incluso desde vuestra perspectiva. La sociedad vasca, y la humanidad, han enronquecido pidiendo el fin de la guerra. Es tiempo de que comprendáis que la muerte sólo perjudica a todos, incluso inhabilita la causa que creéis defender. Los derechos sólo pueden ejercerse con la fuerza imparable del sentimiento y de la razón.

Destruid las armas y sumaros a la lucha política por la libertad de Euskadi. ¿Por qué no hoy mismo? Vosotros también debéis de sentir el síndrome de la fatiga belicista, que nos agobia a toda la ciudadanía vasca. Debéis deteneros: es tiempo de paz. La democracia vasca sólo necesita vuestra renuncia. El pueblo vasco merece soñar, merece crecer, merece vivir.
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Terapias políticas

Existen en la actualidad más de 250 formas de terapia psicológica, que pueden ordenarse en tres grupos. El primer bloque, que congrega a la gran mayoría de fórmulas curativas más ortodoxas, se centra en el pasado, ahondando en el freudiano psicoanálisis de la infancia para hacer consciente el inconsciente: Permite auto-conocerse mejor, pero es muy lento, costoso y dudosamente efectivo. Responde a la pregunta de ¿por qué?

El segundo conjunto, radicalmente opuesto, inquiere sobre el ¿cómo? Se basa en el futuro y en un principio simple: Para lograr nuestros objetivos insatisfechos sólo debemos cambiar nuestro comportamiento, y mediante un conductismo pertinaz podremos superar los temores y vivir más felizmente. Son terapias breves, ocasionalmente válidas, pero superficiales y sólo aplicables a aspectos muy limitados de la mente, sin generar recursos propios de desarrollo personal.

El tercer y más reciente sistema, se apoya en el presente, y se cuestiona el ¿qué está pasando? y ¿para qué? Parece que son los métodos más adecuados porque sobre la base de una comprensión adecuada de la realidad promueven la capacidad de superación que diseña y alcanza un proyecto propio de vida. El único defecto de este “vivir el momento” radica en que debe atravesarse una etapa pasota que desdramatice el problema.

Un chiste, refinado desde su escatológica versión original, explicita el funcionamiento de las tres escuelas. Relata que acuden respectivamente a estas tres clínicas psiquiátricas tres tartamudos (dicho sea con todo respeto, y sólo elegido como metáfora de la política que también padece de disfluencia). Cuando se reúnen, pasado un año, se preguntan entrecortadamente: ¿queee..ééé taa..aal? El primero responde: Si..go i..gual, pe..ro ya sé por qué lo ha..go. El segundo replica: Si..go i..gual, pero hace me..ses deci..dí no ha..blar. El tercero señala: Voy mejo..rando. Mirad, tarta..mudeo, ¡pero ahora no me im..porta.

La política vasca actual parece reproducir, con la correspondiente traslación, las filosofías que subyacen en los tres modelos de escuelas psiquiátricas. Unos insinúan o amenazan que el porvenir soberano está vedado a los vascos porque lo coarta la historia, la constitución o el ejército,… mientras que otros todo lo simplifican vociferando que la única alternativa consiste en poner urnas desde el Adour hasta el Ebro (sin mencionar el expeditivo procedimiento de liquidar al adversario que practican unos pocos). Pero la mayoría pensamos que, con diálogo y voluntad, la paz es posible y que la ciudadanía vasca, sin rupturas violentas, puede y debe decidir libremente su futuro, con un plan consensuado y elegido democráticamente entre todos, sin vetos ni coacciones.

En Euskadi somos pacifistas, solidarios, trabajadores y optimistas. Y si no lo fuésemos, lo intentaríamos. Y si no lo lográsemos, perseveraríamos, ya que confiaríamos en ser capaces. Pero aunque nuestro sueño no fuese plenamente factible, su búsqueda nos conduciría a un futuro feliz, que nunca está vedado a quienes se esfuerzan. A una creciente mayoría no nos importa ser, en este preciso orden, personas, demócratas y vascos. ¡Digámoslo alto y claro el próximo 25 de Mayo!