Universo diminuto

Un maravilloso invento heredado o descubierto sólo por la buena gente, que merece más apoyo de los poderes públicos.

En Navidad festejamos una creación indescriptible por su utilidad y polivalencia. Los hay de todos tamaños y formas, individuales o colectivos, baratos o caros, que se alquilan o compran, y sirven para facilitar todo aquello que la Humanidad necesita desde el umbral de la Historia. Según la demanda de cada usuario individual o colectivo, este espacio “donde se hacen las cosas juntos” se transforma rotativa y cotidianamente en refugio, guardería, ludoteca, escuela, instituto, universidad, farmacia, sanatorio, paritorio, tanatorio, oficina, banco, bazar, taller, peluquería, restaurante, cafetería, pastelería, discoteca, casino, gimnasio, biblioteca, ciberteca, conservatorio, cine, teatro, circo, granja, museo, hotel, juzgado, comisaría, fortaleza, parlamento o iglesia.

Algo tan imprescindible ha sido declarado derecho universal de toda la ciudadanía, pero casi nadie se preocupa de asegurar su producción y buen uso. Las políticas usuales ignoran su existencia y apenas dedican esfuerzo humano y presupuestario para asegurar su difusión y disfrute. Ello indudablemente generaría toda clase de beneficios en convivencia, paz, prosperidad y felicidad, ahorrando espacio en otras construcciones especializadas más costosas y menos eficaces.

Este “mundo en miniatura” recibe múltiples nombres como laboratorio social, propiedad inmobiliaria, domicilio, palacio, mansión, casa, apartamento, remolque o hipoteca vitalicia… pero para su buen funcionamiento basta con reunir dos características cada día más difíciles de encontrar: una familia y mucho amor. Sólo con esos cimientos se convierte en un auténtico HOGAR. El modelo más sencillo y perfecto, que muchos conmemoramos el 24 de diciembre, se llamó “Portal de Belén”.

Virus Aznar

Dos peligrosos virus circulan por las inmediaciones. Adopten urgentes medidas para su protección.

El reciente virus informático W32/Zafi.D está circulando masivamente como felicitación navideña por todo el mundo, principalmente en Sudamérica y Europa. Es un temible gusano multilingüe capaz de adaptarse al idioma de la víctima, que se propaga por correo electrónico y por los recursos compartidos en redes, utilizando su propio motor SMTP para reproducirse con un engañoso “Feliz Navidad”. Como vacuna puede acudirse a http://www.nod32.it/cgi-bin/mapdl.pl?tool=ZafiD y se recomienda mantener actualizado el software antivirus.

El antiguo virus político Aznar se ha reactivado y sigue transmitiéndose contumaz y monolingüe por la Península Ibérica, a través de algunos reaccionarios focos de intoxicación. Recientemente se ha comprobado que es capaz de borrar masivamente discos duros y copias de seguridad, hasta el punto que ni los equipos de La Moncloa han resistido. Este maligno gusano agrava su fechoría pasando la millonaria factura correspondiente a sus víctimas. Pretende que olvidemos todo lo sucedido hasta el 14-M. Como prevención se aconseja recordar el tifus del 1996-2004, mantener despejada la mente y protegerse con información libre. ¡Pásalo!

Ciencia contra casino

El “no va más” del juego derrotado gloriosamente por el “sí va más” de la tecnología.

El pasado marzo tres ingeniosos jugadores derrotaron al Casino del Hotel Ritz de Londres, en una operación que al cabo de nueve meses ha sido declarada legal. La primera noche ganaron 200.000$ y volvieron al día siguiente para embolsarse otros 2.000.000 de dólares, mediante un sofisticado dispositivo láser y un microchip escondidos en un teléfono celular. Una microcomputadora conectado a un escáner láser supo deducir con una precisión de 6 casillas dónde caería la bola en función de su posición y velocidad de lanzamiento, así como del giro de la ruleta, en menos de dos segundos enviando un mensaje a la pantalla del móvil antes de que se escuchara el clásico "rien ne va plus".

El grupo, formado por una rubia húngara descrita como "guapa y elegante" y dos acompañantes serbios, fue arrestado por Scotland Yard a petición del casino, quedando en libertad bajo fianza durante nueve meses y sin poder abandonar el Reino Unido. Esta semana la policía ha renunciado a pedir su procesamiento porque no se ha cometido ningún acto delictivo contra la Ley del Juego. Esta Ordenanza británica promulgada en 1845 condena a los timadores que interfieren físicamente el trayecto de la bola o el movimiento de la ruleta, pero no prevé que su trayectoria pueda ser calculada.

El “trío del láser” ha quedado en libertad sin cargos y con todas sus ganancias, gracias al aprovechamiento de las nuevas tecnologías que han sabido ampliar a 6/37 la probabilidad de acertar (1/37), que se cobra a 36 veces lo apostado. El azar, excepto la incertidumbre de Heisenberg, no existe a escala macroscópica: sólo es complejidad de un problema resoluble algún día. Einstein dijo que “Dios no juega a los dados”; entonces, ¿por qué todavía quedan humanos que sí juegan al azar?

Gauss y la Comisión del 11-M

La comisión parlamentaria del 11-M recuerda un caso histórico sobre cómo simplificar lo ilusoriamente complejo.

Se cuenta que cuando Friedrich Gauss era un escolar de 9 años, un maestro pidió a toda la clase que sumaran los números del 1 al 100. Tras plantear el ejercicio y mientras sus compañeros comenzaban las primeras adiciones 1+2+3+4 = 10,…, Gauss se adelanta exclamando: “Ligget se!” (¡Aquí está!), con la solución exacta: 5.050. Sorprendido por su celeridad, el profesor pidió a Gauss que explicara el método seguido. En vez de sumar cada número con el siguiente, Gauss hizo parejas de cada número inicial y final y acumuló los extremos: 1+100=101, 2+99=101, 3+98=101,… Como eran 50 parejas con valor constante de 101, el total sumaba 50 x 101 = 5.050.

En la comisión de investigación del 11-M, Aznar, Zaplana y Acebes insistan hasta el hastío en marearnos haciéndonos sumar lo absurdo, para que abandonemos la evidencia más patente: Que desde la tarde del 11-M fabularon un engaño masivo, cuando los expertos antiterroristas sólo sostenían abierta la hipótesis del terrorismo islamista. Basta aplicar la suma de una progresión aritmética: Desde el principio, mediante Batasuna, y hasta el final, ETA se desvinculó, cuando siempre se atribuye sus atrocidades. Desde el principio de la furgoneta de Alcalá de Henares y hasta hoy, el terrorismo islamista reivindicó el atentado que sigue sus horripilantes parámetros, en explosivos y en número de activistas, de las masacres que provoca sin preaviso.

Se sumen como se sumen los indicios, la conclusión es la misma. Señores del PP más recalcitrante: No nos mientan más, que su ridículo proceder rebasa los límites de la más burda manipulación. Definitivamente, no nos vendría mal un poco más de formación matemática (más que nada porque estructura la mente y enseña a pensar) a nuestra clase política, a nuestro alumnado (véase el PISA 2003) y a nuestra sociedad para superar esta bochornosa parodia que retrata fielmente el nivel cultural de algunos conciudadanos y de algunos medios de comunicación.

Personajes secundarios

Depresiones semanales propias de la noche del domingo, cuando el almanaque señala inexorablemente el “tempus fugit”.

La mayoría de nosotros somos personajes secundarios que vivimos historias anónimas de intrascendente relevancia. No podemos aspirar a nada más, a ser testigos a lo sumo, nunca protagonistas. No llegamos a la categoría de inocentes, ni de culpables; acaso culpables de inocencia, quizá más de indolencia. Nuestra “carrera de la vida”, lo que pomposamente dicen “currículum vitae” es un ridículo vital. Sólo nos queda un resquicio para ser virtuosos en la ciencia del vivir: Aprender a ensayar el arte de amar.

Nuestra vida es un viaje sólo de ida,… alrededor del mundo, hasta volver al mismo punto de partida. Morir donde nacimos tras emigrar y mudar de una etapa a otra. Una existencia anodina con algunos cuentos y muchas cuentas: cuentos incumplidos, cuentas pendientes. Lo prueba incluso el diario compromiso de escribir, para sosegar la lacerante desazón por el tiempo que parece escurrirse entre los dedos al tratar inútilmente de aprehenderlo. Hace años la agenda anotaba y verificaba objetivos; ahora su redacción es de aplastante futilidad. Pero "hay un tiempo para todo", dice el Eclesiastés. "Hay un tiempo para amar",....

La vida sigue escabulléndose a nuestro alrededor. Nos sentimos cansados de nadar en una bañera, sin avanzar pero con riesgo de ahogarnos, cercados por los muros de la rutina. Las penas son de enorme onda expansiva. La vida que nos sacude a empellones; nadie puede desoír sus llamadas,... Sólo cuando nada se espera, renacemos. Con palabras sabias de Reinhold Niebuhr: “Concédeme, Dios mío, serenidad para aceptar lo que cambiar no puedo, valor para cambiar lo que cambiar se pueda, y sabiduría para discernir la diferencia”. Es tiempo de amar.

Porque todo es por amor, incluso el odio que frecuentemente no es sino amor mal entendido. Todos mantenemos un temperamento de iceberg, que por timidez asoma apenas un 11% y con un alto riesgo de derretirse fácilmente si va a la deriva. Sentimos frecuentemente que en cada encrucijada, todas las opciones son caminos muertos, que nuestro progreso es el del cangrejo, y que nuestra biografía pertenece al "cajón de-sastre". Y entonces sucede el milagroso efecto del afecto.

Oímos una palabra amable en el momento en que más lo necesitábamos, cuando la vida mancha y desgasta. Ante un desengaño más, nos decimos “Soy un fracasado. ¿Qué he hecho de mi vida?”. Y alguien nos responde: “¡Te diré lo que has hecho de tu vida! Has sabido ganarte mi amor, y hemos compartido cariño, fidelidad, comprensión y sacrificio”. Entonces percibimos el rescate del amor, que siempre es factible mientras haya vida. César Pavese tenía razón: “Hay un solo placer, el de estar vivos, y todo lo demás es miseria”.

Vivos, nada más. Juntos, nadie es imperfecto. Todos somos sublimes, con una dieta continuada de cariño recíproco. La felicidad a dúo siempre es en Do Mayor. No dejemos las cosas para después. Ahora o nunca. Descubramos la genuina vocación de vivir: ¡Atrevámonos a amar! Porque sólo el amor derrochado nos rescatará de la mediocridad. El día despunta, será lunes. Son días gloriosos los lunes: ¡No desperdiciemos la séptima parte de nuestras vidas! Este lunes será un día propicio para amar.