Datos y pactos vascos

Zapatero se cree que ha metido un gol a Ibarretxe con el balón (de aire) a Batasuna, pero hay más alternativas de futuro.

Datos: Las elecciones vascas del 17 de abril de 2005 han determinado un nuevo Parlamento Vasco, con 29 escaños de PNV-EA, 18 del PSOE, 15 del PP, 9 de EHAK, 3 de EB y 1 de Aralar. Los porcentajes de votos son: 38,6% para la coalición PNV-EA, 22,6% del PSOE, 17,3% del PP, 12,5% de EHAK, 5,4% de EB y 2,3% de Aralar. La abstención media es del 31%, exactamente la de Bizkaia, levemente superior en Gipuzkoa (31,3%) y levemente inferior en Araba (30,2%).

Las variaciones respecto a las últimas elecciones de 2001 son las siguientes: La coalición PNV-EA pierde 4 escaños y baja 4,1% en porcentaje de votos; el PSOE sube en 5 escaños y 4,7% de votos; el PP baja 4 escaños y pierde el 5,8% de voto; EHAK, respecto a Batasuna, sube 2 escaños y gana el 2,4% de votos; EB queda igual en escaños y pierde el 0,1% de votos; Aralar aparece en la Cámara Vasca con 1 escaño y el 2,3% de votos.

Análisis por partidos: Todos pierden. PNV-EA disminuye en escaños y votos, si bien en 2001 los restos de los tres Territorios Históricos fueron todos favorables (estuvo oscilando hasta el último minuto entre 30-33 escaños) y ahora le han sido del todo desfavorables (ha estado entre 29-32); pero sigue siendo líder a gran distancia y la primera fuerza en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia. El PSOE, que ha tenido que jugar la peligrosa carta de no ilegalizar a EHAK, sólo recupera una posición media en su trayectoria histórica, donde tuvo incluso 19 parlamentarios en anteriores ocasiones; pero se gana la opción de ser una variante de gobierno. El PP cae y su protagonismo vasco se disipa, quedando sólo como segunda fuerza alavesa, tercera vizcaína y cuarta guipuzcoana. Batasuna moviliza 150.000 votos, como en 1981, pero llegó a mantener entre 200.000 y 224.00 desde 1986 hasta 1998; además su representación legítima -pero indirecta- a través de EHAK puede resultarle incómoda. Ezker Batua pierde su papel de partido-llave y sólo logra mantener su representación anterior, inferior a los 6 escaños de 1994. Aparece Aralar, modestamente con una parlamentaria en un panorama revuelto donde, a corto plazo, su aportación cuantitativa no pesa demasiado.

El electorado de la Comunidad Autónoma Vasca muestra una foto fija, que confirma la alta estabilidad en su pluralidad del entramado electorado vasco, con un complejo sustrato sociológico muy estacionario que no permite vislumbrar mayorías absolutas nítidas. La opinión concluyente de las urnas reitera la necesidad de acuerdos entre las diversas representaciones, no sólo para constituir un gobierno eficaz, sino fundamentalmente para avanzar en las tareas más urgentes, que -a juicio unánime de todas las formaciones electorales-, son la búsqueda de la paz y un camino de resolución del “problema vasco”.

Posibles pactos postelectorales. En cuanto a la formación del Gobierno Vasco, parece que caben únicamente tres opciones viables, que se enumeran según su probabilidad, de más a menos viables: 1º Un posible gobierno en clara minoría PNV-EA de 29 escaños (o quizá incluso 32 con EB), que requeriría inusitados acuerdos parlamentarios con otros partidos. 2º Un improbable gobierno de mayoría transversal amplia, 47 escaños, del PNV-EA con el PSOE. 3º Un inverosímil gobierno abertzale de mayoría absoluta de PNV-EA con EHAK, con 38 suficientes escaños.

Para avanzar hacia la normalización de Euskadi, mediante acuerdos con ambas bandas del PP-PSOE y de Batasuna, quizá la centralidad mayoritaria aconsejase como mejor alternativa el mantenimiento de un tripartito (o bipartito PNV-EA sin EB) que, sin dar clara preferencia ni al PSOE ni a EHAK, pudiese negociar un “acuerdo de gobierno” con apoyos parlamentarios de ambas formaciones (así como con EB y Aralar), quizá comenzando las conversaciones con el PSOE a la espera de que EHAK-Batasuna decante su política sectorial real sobre las principales temáticas sociales.

Artículo ilustrado: www.agirregabiria.net/mikel/2005/pactos.htm

Jornada de reflexión

¿Quiénes decide el penúltimo día, justo antes de la jornada electoral? ¿Por qué vale la pena definirse aunque sea tan tardíamente?

Quien duda, reflexiona; quien reflexiona, descubre; y se aleja de la perplejidad y del error. La reflexión actúa como el ojo del alma, pero requiere una accesible pero inusual condición: La soledad como preámbulo de la reflexión. No en vano, la vida, el amor, la voluntad,… son meros conflictos entre los instintivos reflejos y las reflexiones cabales.

La antesala de los días electorales se define como la “jornada de reflexión”. Quizá merecería llamarse también el “día de la emoción”. Las campañas, los programas y los mensajes electorales ya han proporcionado información al electorado. Sólo queda rumiarla, a fin de decantarse por alguna de las opciones disponibles. Al llegar esta fecha, la mayoría del electorado -que se estima en las tres cuartas partes- ya ha decidido su voto, seguramente más por lealtad, consecuencia y confianza en su candidatura distinguida durante años, que por nuevos argumentos escuchados recientemente.

Por tanto, toda la publicidad y el debate multipartito se dirige hacia quienes oscilan en su voto, y sobre todo hacia quienes no se han decidido a votar. Esta ciudadanía, la quinta parte del total, debe hallar un motivo que le estimule a ir a las urnas, venciendo probablemente la inercia de anteriores abstenciones.

Un buen argumento para animar a participar podría ser que no cabe excusa alguna para justificar la apatía. No vale que ninguna opción partidista sea satisfactoria, porque el voto en blanco o nulo puede expresar ese rechazo generalizado. Tampoco que todos los partidos sean parecidos, porque siempre hay matices de preferencia que merecen ser reconocidos.

Las elecciones son una decisión conjunta que requiere la máxima participación social, para que una comunidad se reconozca conjuntamente y se comprometa con una apuesta unida y decidida por aquellas soluciones de convivencia colectiva que resulten preferidas en las urnas.

La conclusión es evidente: Hoy es día de pensar y de sentir, mañana de acudir y votar, y pasado mañana de analizar comprender, porque la insolente realidad social se mostrará en todo su esplendor. Nos aguardan las ya prestas urnas nocturnas, que pronto serán diurnas.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/jornada.htm

Predicción electoral

Llegado el último día de campaña, no queda sino afrontar nuestro pronóstico electoral.

Sin más preámbulos ni mayor retraso, tras una campaña electoral desacelerada y en dientes de sierra, sólo resta que cada analista profesional o aficionado, como es nuestro caso, exponga su propio vaticinio de escaños tras el 17-A.

Ésta es nuestra quiniela: PNV-EA, 35 parlamentarios; PSOE, 17; PP, 15; EHAK, 4 y EB-Berdeak, 4. Aralar y Unidad Alavesa, sin representación. Si se permitiesen tramos, los intervalos serían: PNV-EA, 33-38 escaños; PSOE, 15-18; PP, 14-16; EHAK, 3-6; EB-Berdeak, 3-4 y Aralar 0-1.

Respecto a la evolución desde 1980 de los anteriores siete comicios autonómicos, que se observan en el gráfico adjunto, la sólida coalición PNV-EA viaja a superar su mejor resultado de todos los tiempos, con 33 parlamentarios en 2001. Mientras, el PSOE obtendrá un resultado medio en su historia parlamentaria y el PP retrocederá inexorablemente en una regresión que continuará en el futuro. EB-Berdeak mantendrá, e incluso puede que refuerce levemente su papel de partido-bisagra, rol donde es posible que le acompañe tímidamente Aralar. EHAK situará a unos exóticos representantes en el Parlamento Vasco, con la hipoteca de los votos de Batasuna, de los que será interesante ver cuántos derivan hacia otras opciones, como la abstención, el voto nulo, Aralar o EB-Berdeak.

Si se alcanzase una participación que supere cómodamente el 70%, es muy probable que el actual tripartito PNV-EA-EB lograse la mayoría absoluta, rompiendo la estrategia del PSOE de Rodríguez Zapatero de volver a bloquear la acción legislativa vasca para forzar la presencia socialista, si no en el gobierno (misión imposible), al menos en la acción parlamentaria y en la futura negociación Euskadi-Estado sobre el nuevo Estatuto para la Comunidad de Euskadi.

Para proseguir avanzando en un prometedor camino que nos está acercando a la definitiva pacificación y normalización política de Euskadi, es preciso animar a votar a toda la ciudadanía vasca. Es necesario y muy conveniente en este momento histórico, que el Parlamento de Vitoria-Gasteiz refleje nítidamente la genuina y exacta representación social del Pueblo Vasco, muy plural pero con mayorías y minorías estables. La democracia de las urnas, que es el único sistema político que ha superado la prueba de la Historia, es la mejor senda que podemos seguir, participando al máximo y aceptando sus resultados. Sólo las urnas miden y evidencian la realidad de nuestra sociedad, al tiempo que nos señalan la dirección más fiable para alcanzar nuestro mejor futuro.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo
http://www.getxoweb.com/mikel

Artículo ilustrado en: http://www.geocities.com/agirregabiria2005/electoral.htm

Cheques electorales

Hasta la Biblia recurre a la parábola de los talentos para enseñarnos cómo hemos de invertir nuestras capacidades.

Conviene distinguir bien entre el tener y el ser. “Aprender a vivir” es más importante que “intentar acaparar”, pero las metáforas con propiedades y posesiones resultan eficaces por la simplicidad de su argumento basado en un instinto primario, el dinero, que en opinión popular obra como la lámpara de Aladino.

Sabemos que todos los seres humanos nacemos y morimos iguales, pero durante nuestra existencia las diferencias materiales entre las personas son desproporcionadas. Casi dos tercios de la humanidad sobreviven con menos de dos euros diarios. Mientras con todos nuestros medios combatimos tamaña injusticia socio-económica, cabe algún consuelo observando otros tesoros infinitamente mejor distribuidos.

Cada amanecer nos reparte a todos un día con 24 horas. Este cheque de tiempo es perfectamente equitativo: 1.440 minutos para cada persona, pobre o rica. La vida se desarrolla en ecuánimes jornadas de 86.400 segundos, donde nadie puede comprar o vender el tiempo. Igualmente, al nacer, otros patrimonios también están irreprochablemente otorgados: Un corazón para amar por persona, una mente para soñar a cada uno, dos manos para ayudar, dos ojos para mirar otras pupilas, dos pies para caminar,…

Así mismo, la democracia, allí donde existe, nos obsequia con un idéntico cheque personal para sumar nuestra concepción de la sociedad con otros conciudadanos nuestros: Un voto por persona adulta. Todos merecemos una papeleta y nadie dispone de más de un voto. Quizá nos parezca poco un único voto, cuando hay tantos como habitantes, pero es toda la parte alícuota el “poder público” que nos corresponde. Y hemos de invertir bien nuestro patrimonio en forma de papeleta electoral.

Son fácilmente entendibles las distintas opciones de la pluralidad política que coexisten para depositar el voto, en función de lo que cada elector considera más justo, más oportuno, más urgente, más eficaz o más útil. Lo que resulta incomprensible y reprochable es la indolencia de ignorar esa oportunidad única de apostar y comprometernos con nuestros convecinos, con nuestra sociedad y con nuestro tiempo.

La abstención es una lacra social que todos deberíamos desestimar. Dejar nuestro voto en casa denota una falta de fe en el futuro, una carencia de esperanza y una deserción en la búsqueda del bien común, negando nuestra decisiva contribución, tenue pero tan valiosa como la del más sabio.

El próximo domingo 17-A extendamos nuestro privativo talón-voto en forma de papeleta electoral. No dejemos que caduque improductivo a las ocho de la tarde, sin haber entregado nuestro granito de arena a aquel partido o coalición que mejor sabe gobernarnos, al que firma menos “cheques sin fondos” con promesas imposibles, al que haya entregado menos “cheques en blanco” de servidumbre a otras formaciones diferentes de la que consideremos que es la que conviene a nuestro Pueblo.

Mayoría de gobierno o de bloqueo

El 17-A la ciudadanía vasca se juega poder avanzar o permanecer inmovilizada con un Parlamento encadenado.

Algunos intereses partidistas inconfesables lo han conseguido. La movilización del electorado vasco es menor que nunca. Los mismos medios de comunicación estatales que calentaron hasta la ebullición las pasadas autonómicas de 2001, han dejado en el olvido la temática vasca. Ya ni los cambios de camisa de “su” serpiente ETA-Batasuna merecen mayor polémica. Todo lo que sea para adormecer a la ciudadanía vasca, a fin de que con el efecto EHAK todo siga igual en Euskadi: Con un Parlamento en Vitoria-Gasteiz al que cuesta sacar adelante leyes y presupuestos. De este modo, el PSOE de Zapatero espera poder “pescar” políticamente algo en el período 2005-2009.

La mayoría de la ciudadanía vasca considera aberrante la Ley de Partidos, erigida frente al nacionalismo vasco democrático. Esa misma mayoría opina que Batasuna debiera poder presentarse directamente en las urnas. Su peso electoral está muy cuantificado, y siendo sus votantes muy militantes, esas papeletas estarán en poder de EHAK y al servicio de Batasuna, a partir del 17-A.

Los 7 escaños de Batasuna en 2001, reducidos desde los 14 anteriores, fueron el resultado no sólo de su pérdida de electorado, cansado de que ETA rompiera la tregua y siguiera asesinando, sino también de la alta participación ciudadana del electorado vasco en 2001.

La predicción de escaños en 2005 no es demasiado difícil, excepto en la incógnita EHAK. PNV-EA será con gran diferencia la fuerza más votada, con entre 33-36 parlamentarios. EB-IU variará poco de sus actuales 3 escaños, y Aralar quizá logre una parlamentaria en Gipuzkoa. Éstos son los únicos escaños que pueden apoyar a un Gobierno Vasco con mayoría absoluta que siga construyendo una Euskadi pacífica y democrática.

El PSOE por mucha parafernalia que despliegue cree, como sabemos todos, que no puede sino aspirar en el mejor de los casos a gobernar con el PP, en tan sonada minoría que sólo le reportaría desgaste propio y ajeno. Y lo mismo reza para el PP, aún más huérfano de todo apoyo en Madrid. EHAK, lamentablemente, seguirá manteniendo la posición obstinada de Batasuna de política antisistema, actuando con lo hace en Física esa fuerza real pero pasiva que es la resistencia del rozamiento, que sólo sabe oponerse al movimiento en cualquier dirección.

Los votantes de Batasuna, con el inesperado plácet del PSOE, podrán otorgar legítimamente su representación a EHAK. Quizá esta vez sean menos de cien mil sus votos, porque también hay escrupulosos batasunos a quienes votar comunista no les satisface. El resto del electorado motivado ya ha tomado su decisión, por los distintos partidos convencionales del espectro político. Euskadi es, probablemente, uno de los países con voto más estable, pero persiste una variable que resultará determinante: la participación electoral.

Con una participación del 80%, inusual pero posible como en 2001, Euskadi podría abordar una legislatura esperanzadora, con una Batasuna que se vea obligada a madurar y una oposición que asuma finalmente su papel de crítica, pero constructiva. Incluso desde el Estado español habrían de desmontarse los obstáculos para una negociación sosegada y provechosa.

Esta hipótesis del binomio de mayoría dinámica o estática podremos verificarla incluso antes de que acabe alas 20:00 horas la jornada electoral del 17-A, en función directa de la participación. Una abstención mayor que la del 13-M del 2001 pronosticará ciertamente un Parlamento Vasco paralizado por la estrambótica entente PP-PSOE-EHAK.

Resumiendo: ¿Quién posee la clave del 17-A? El electorado dormido, tibio, vacilante, la juventud “pasota”, quienes opinan que “todos los políticos son iguales”,… Este complejo y variado segmento social mantiene su inalienable derecho, obviamente válido, de abstenerse o de votar. Pero han de saber que son ellos quienes determinarán que exista una mayoría de gobierno… o de bloqueo. Nunca como ahora los indecisos fueron tan decisivos.

Mikel Agirregabiria Agirre. Getxo