Rectificando en política

En nuestro ámbito político se estila mucho más la continua ratificación que la rectificación oportuna.

Cada vez leo menos las páginas de política en los periódicos. Al final he comprendido que hay una profunda razón para ello, que se reitera en cada ocasión que huyo de esta sección del diario: La sensación de que muchos políticos son tan incompetentes o inseguros, que no saben, no quieren o no pueden… rectificar. El resto de mortales repetidamente debemos rectificar o contradecirnos. Y no pasa nada si el nuevo rumbo es más sensato.

Dicen que rectificar es de sabios… equivocados. Pero es de sabios. Más aún, Confucio señaló que gobernar significa rectificar. Casi toda decisión política o temporal,… llega un tiempo en el que de acertada se convierta en errónea. Y entonces es el momento de rectificar.

Sería conmovedor escuchar sentidamente a algún dirigente reconocer públicamente: “Me he equivocado, y debo rectificar”. Se ganaría inmediatamente a toda la ciudadanía…. Desde el poder, posiblemente,… algún día,… seguramente una mujer (o un hombre) como es debido,… rectificarán,… aunque sólo sea para seguir acertando, no para renunciar ni para desistir.

Quienes alardean de consecuentes, en realidad sólo son unos engreídos que parecen decir: estoy tan cierto de mis doctrinas, que todo lo que el futuro descubra no me hará rectificar jamás. Quizá sea difícil enmendar en acuarela, vidrio o amor. Mas para vivir es preciso rectificar, casi constantemente, para apoyarse en uno mismo, en su pasado y en su presente. Rectificando sobre la marcha, así se repasa, se progresa, se madura, se superan los contratiempos, nos sobreponemos a los acontecimientos,… y de esta suerte se va viviendo, se va amando y se va siendo.

Versión ilustrada en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/rectifica.htm

Modelos lingüísticos en la educación vasca

Una reflexión ante el compromiso asumido por el Parlamento vasco para que el Gobierno estudie, junto con todos los agentes de la comunidad escolar, una reforma de los modelos lingüísticos en la enseñanza antes de febrero de 2007. Este debate debiera basarse en criterios socioeducativos más que en prejuicios ideológicos o políticos.

Situación actual.

- La "Ley Básica de Normalización del Uso del Euskara" del 24-11-1982 establecía en su artículo 17 que “El Gobierno adoptará aquellas medidas encaminadas a garantizar al alumnado la posibilidad real, en igualdad de condiciones, de poseer un conocimiento práctico suficiente de ambas lenguas oficiales al finalizar los estudios de enseñanza obligatoria,…”. Todo ello con independencia del modelo A, B ó D elegido libremente por las familias. Este mandato institucional se mantiene incumplido 23 años después, si bien es de reconocer que ha sido la Educación, la comunidad escolar, las familias, el profesorado y el alumnado quienes más se han esforzado por su consecución,… aún no alcanzada plenamente.

Charlie y la familia de chocolate

Tenemos la capacidad de construirnos (en) una amorosa familia para recibir todo el afecto, cariño y comprensión que merecemos y donde podremos ser nosotros mismos.

La película “Charlie y la fábrica de chocolate” de Tim Burton está fielmente basada en un popular cuento de Roald Dahl escrito en 1964. Estrenada el 15 de julio de 2005 ha merecido un notable éxito de difusión, que incluye una amplia reseña en la Wikipedia. El imaginativo libro es un clásico de la literatura infantil (tras un film de culto titulado "Un mundo de fantasía" que no llegó a estrenarse en muchos países) se encomienda una segunda adaptación cinematográfica al aclamado director Tim Burton, quien aporta su estilo marcadamente soñador a la entrañable obra original.

El producto es una aleccionadora comedia sobre niños y para niños, que recuerda la esencia de lo que auténticamente significa ser un niño. Se destina, oportunamente, a una infancia demasiado mimada en una época donde algunas familias parecen hechas de mal chocolate, pero no por su dulzura, sino por derretirse ante la menor calentura, como el palacio del sultán que aparece en la película.

La historia narra la vida de Charlie Bucket, un bondadoso niño de familia pobre que vive, junto a sus padres y cuatro abuelos en una vieja casa diminuta y destartalada, pero un verdadero hogar lleno de amor a la sombra de una descomunal fábrica de chocolate. Desde hace casi quince años, nadie ha visto entrar o salir de la fábrica a un solo trabajador, y tampoco han visto a su extravagante propietario Willy Wonka. A pesar de ello, incomprensiblemente, siguen elaborando grandes cantidades de chocolate que se exportan a todo el mundo. Un día aparece un trascendental anuncio, invitando a la famosa fábrica a cinco afortunados niños que encuentren unos cupones dorados escondidos entre las chocolatinas,…

Se describen, en forma de fábula caricaturesca, cuánto y cómo han malcriado algunos padres a sus repelentes hijos, tan ridículos como poseídos de sí mismos que apenas aprecian la maravilla de las alucinantes creaciones de Wonka. Uno a uno, por su grosera personalidad glotona, competitiva, mezquina o sabelotodo adicto a los videojuegos abandonan la visita antes de que haya terminado. Cuando sólo queda el pequeño Charlie, Willy Wonka le ofrece ser su único heredero con una condición imposible que obliga a renunciar a Charlie. Pero finalmente ambos descubrirán que Charlie ya era un afortunado por algo, como la familia, que faltaba a Willy, quien recibe un regalo aún mucho más generoso que el mayor emporio comercial.

La moraleja de la película, quizás demasiado explícita pero apropiada para el público infantil, es un canto al hogar y al tesoro de una familia unida que, frecuentemente, florecen mejor entre los menos pudientes. Son sublimes las escenas iniciales y finales. En las primeras puede verse el hogar de Charlie, donde la madre espera a su marido para ver si ha conseguido algo que mejore la aguada sopa de repollo. En las últimas, Wonka puede apreciar el valor de una familia reunida, donde tres generaciones comparten la magia de un menú lleno de amor. Quizá el momento supremo es cuando hasta el más pequeño de la casa, Charlie, reconoce con decidida valentía que nada es más sagrado que la familia. Decididamente el chocolate atesora un regusto de familiar a ternura.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/charlie.htm

Seguridad en libertad

"Aquellos que sacrificarían la libertad por la seguridad no se merecen ni la una ni la otra"

Benjamin Franklin

Un planeta distorsionado

Cuando los mapamundis más populares están deformados, probablemente nuestra visión del mundo sea falseada.

Que la Historia se escribe según la versión de los vencedores es una sospecha generalizada, pero casi nadie supondría que la “exacta” Geografía también está profundamente falseada. Pero es así: La representación del planeta está realizada desde el Primer Mundo, de modo que aparece mucho más grande (en km2) que lo que realmente es.

La causa de que los mapamundis que nos enseñaron “mientan” es histórica. El mapamundi imperante lo creó en 1569, el cartógrafo Mercator (1512-1594), aplicando como criterio de construcción la fidelidad absoluta de los ángulos al proyectar la realidad esférica sobre un papel plano. Mercator priorizó la forma rectangular del mapa y el criterio angular para su exitosa aplicación en el cálculo del rumbo para la navegación marítima, pagando como precio una fuerte distorsión, no en la forma de los países pero sí en su superficie, que aumenta exageradamente en las latitudes altas.

Así la línea del ecuador no atraviesa por la mitad aquel planisferio eurocéntrico, sino mucho más abajo, otorgando dos tercios de atlas al hemisferio norte y sólo un tercio al sur. Sólo algunos datos comparativos con las proporciones engañosas:

• Europa con 9,7 millones de km2 parece mayor que Sudamérica, que posee casi el doble de superficie: 17,8 km2;
• Escandinavia, con 1,1 millones de km2 aparece mayor que la India, que es el triple con 3,3 millones. de km2;
• Groenlandia (2,1 millones de km2) aparece mayor que China, casi 5 veces más extensa, con sus 9,5 mill. de km2;
• La antigua U.R.S.S. con 22,4 millones de km2 aparece casi 2 veces mayor que África, cuyo tamaño llega a 30 millones de km2.

Fue el cartógrafo Arno Peters quien a mediados de los años setenta presentó un alternativo mapamundi, más centrado en el ecuador y con proporciones reales de superficie. Este planisferio es de alto valor pedagógico, tanto por su exactitud geográfica como por ofrecer una perspectiva norte-sur más igualitaria, justa y solidaria.

A lo largo de los tiempos, los imperios explotaron a pueblos, expoliaron sus tesoros, mientras la historia oficial robaba la memoria de los vencidos e, incluso, mediante la cultura formal se ocultaban realidades tan inmensas como la superficie de los continentes. Ojalá que todo esto sea pasado. Ya se ha fabulado demasiado: Ahora todos necesitamos y exigimos la verdad, la justicia, la solidaridad en este pequeño planeta que está mucho mejor dibujado por Peters.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/planeta.htm