Nadie es imperfecto

Quizá alguien se sienta imperfecto (o perfecto), pero nadie puede ser perfectamente imperfecto (ni perfecto).

Las personas, sea cual sea nuestra edad, nunca somos perfectas. Todos somos imperfectos, en alguna medida, y todos buscamos la perfección, con un ahínco variable. Un posible camino de mejora lo facilita el tiempo y el esfuerzo: Si todos los años arrancáramos una imperfección, pronto seríamos menos imperfectos. Seguramente, sólo en la eternidad lograremos la perfección.

El hombre, por su misma naturaleza, siempre reúne algunas imperfecciones. Nadie nace libre de flaquezas; y la persona más perfecta es la que tiene menos debilidades. El conocimiento de nuestras imperfecciones, lejos de turbarnos, debiera alegrarnos, porque es un medio de enmienda. Acaso por ello, un proverbio sueco asegura que “Por suerte no hay nada perfecto en este mundo”.

Los dones que algunos no tenemos, otros los poseen; y viceversa. De esas imperfecciones compensadas brota la sociabilidad. La unión de seres individualmente imperfectos alcanza la perfección. La pareja, la familia o la sociedad, son fórmulas válidas de sumar perfección, que mejoran a todos sus componentes.

Nos sabemos imperfectos, en un cierto grado; y por tanto, perfectos en otro grado. Además, algunos son muy agradables a pesar de sus muchas imperfecciones, si las intentan superar; y otros resultan muy enojosos, si no reconocen ni un solo defecto. En todo caso, no son los perfectos, sino los imperfectos, quienes estamos más necesitados de amor.
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Atavismos políticos

Las semejanzas con nuestros abuelos lejanos son manifiestas, en comportamientos individuales, sociales y políticos.

Atavismo deriva de antepasado, y en biología significa la reaparición de caracteres propios de ascendientes más o menos remotos, como un cabello pelirrojo de un bisabuelo que renace en su biznieto. Ciertos insólitos signos físicos pueden surgir en forma de hirsutismo extremo, vestigios de dobles o triples pares de pezones, o rastro de cola en las vértebras terminales del espinazo. Siendo sumamente raras estas manifestaciones anatómicas, el atavismo en actitudes sigue presente en nuestro siglo.

El atavismo conductual no es necesariamente positivo ni negativo por razón de su arcaico origen. No obstante, representa una marcada extemporaneidad que denota una notable falta de evolución en la respuesta de la humanidad. Se manifiesta de variadas formas de vida o costumbres primitivas, como la tendencia a mantener la afición a la caza o el goce de oler una fogata al aire libre. En el comportamiento infantil está presente el atavismo y su influencia animista que atribuye voluntad a lo inanimado. Como cuando un niño se consuela al devolver el golpe al pedrusco con el que ha tropezado, para castigar al objeto culpable.

Otros instintos atávicos más sutiles, procedentes de la prehistoria, son perceptibles aún en múltiples aspectos tan inconscientes que pasan desapercibidos. Por ejemplo, el lado de la cama que elige una pareja viene determinado por un reflejo de hace cientos de miles de años. En el 90% de los casos, el varón elige el lado que está más cerca de la puerta, como sus ancestros lo hacían cerca de la entrada de la cueva para defenderla (en una pareja esto funciona en la primera ocasión, pues establecido un hábito de derecha o izquierda, éste no cambia al alojarse en un hotel o en una nueva habitación).

La política actual, en todo el mundo, mantiene numerosos tiques y tintes atávicos, como el patriarcado y la gerontocracia. Sin duda, el peor de los atavismos de estancamiento histórico es la violencia, que aún abunda a todas las escalas, desde el fiero terrorismo bestial del “te voy a matar” hasta las guerras sanguinarias, inacabables y salvajes, con armamento nuclear que no es sino un gigantesco garrote capaz de aniquilar el planeta.

Es manifiesto atavismo el modelo actual de “poder global” basado en la fuerza (bruta, con independencia de la sofisticada tecnología utilizada). Ese “nuevo orden” de tribus superiores (occidente frente a oriente, y norte versus sur), de razas dominantes y dominadas. Recuperemos otros instintos atávicos más justos y solidarios como el libre comercio (sin ventajas) derivado del trueque que a todos beneficia, o el legado ancestral del neolítico de ayudarnos y educarnos mutuamente todos a lo largo de la vida.
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Talón de Aquiles del PSOE

Ahora que el “problema vasco” ya no interesa en el Estado, sólo queda un grave déficit en la gestión del gobierno de Rodríguez Zapatero.

La pacificación y normalización de Euskadi ha pasado a ser un tema de segundo nivel en el panorama político general. La reactivación de la “ka(le borro)ka” es una cuestión de interés casi limitada a los periódicos vascos de gratuita difusión en sus portadas, o a columnas aisladas de páginas interiores de diarios de pago. La cronificación de la política vasca apenas resucita con noticias de tercer orden como la opción, la que sea, de EA o las enésimas manifestaciones de Batasuna con o sin aprobación de jueces-estrella con brillo declinante. Cuando se apaga un informativo árbol de navidad, muchos adornos se recogen y vuelven a la caja del anonimato.

Hoy día sólo hay un peligro incontrolado para el PSOE, y bien lo saben sus dirigentes. No se trata de la pujanza de un PP perdido y petrificado, que sigue con el inmundo rollo de amarillismo sobre qué pasó el 11-M, de si la mochila era de “Potxolo”,... Siguen sin enterarse que fue una tragedia propiciada por errores propios, que su sobreactuación en mentir les perdió y que nunca vieron (y por tanto no protegieron) su talón de Aquiles: El poder omnímodo de Aznar que miró por sus intereses pro-Bush antes que seguir una política más europea y neutral, en tantos y tantos ejes.

Cuando el principal adversario no inquieta, el peligro sólo puede provenir de uno mismo. No es la cuestión catalana, casi amortizada a pesar de la incertidumbre de las inmediatas elecciones. Su incierto resultado no será decisivo en el panorama de las elecciones generales de 2008. El resto de las reformas estatutarias camina sin mayores contratiempos, e incluso con un sospechoso-sorprendente entendimiento con el PP a nivel de las diferentes comunidades, especialmente en las no históricas.

Los asuntos claves son aquéllos que siguen un curso lento y largo, pero que siempre desembocan en una convocatoria electoral. Los incendios en Galicia, por ejemplo, pueden “calentar” un verano, pero sus rescoldos difícilmente subsisten tras los subsiguientes otoño e invierno. El proceso de paz es largísimo y lentísimo, tanto que su desenlace tampoco mantiene el interés en primer(a) plano(a).

Un motivo electoral determinante debe proyectarse en dimensiones múltiples y en planos sociales diversos, de modo que alcance muy directamente a grandes colectivos y sensibilidades del universo votante. El electorado se mueve por sensaciones, y por reflexiones, de suerte que su opción puede adoptarse en el último momento, pero siempre por el hartazgo de una cuestión irresuelta durante largos períodos previos.

El gran leitmotiv político del futuro a corto plazo es la avalancha irreprimible de la inmigración. Su gestión, evolución y fórmulas de solución son argumentos cruciales para el desempate del binomio PSOE-PP. Actuando a la contra, especialidad del PP contemporáneo, su estrategia de desgaste puede procurarle réditos en muchas capas del electorado español, en las cuales están brotando preocupantes señas de xenofobia. Más difícil es la posición del PSOE, que le ha visto las orejas al lobo, y que tras su fallido intento de neutralizar la amenaza mediante un acuerdo con el PP, haría bien en buscar una envolvente con los demás grupos políticos (nacionalistas, IU,…) a fin de volver a situar al PP en su marginalidad, hasta que abandone posiciones numantinas de aislamiento.

Una justa, eficaz y vigente política de inmigración habría de construirse sobre las bases de un gran acuerdo estatal (dejando al PP visiblemente fuera) y europeo, fijando posiciones comunes y abordando globalmente un problema de semejante envergadura. El rumbo errático demostrado ante tal desafío en la última década, por parte de gobiernos del PP y del PSOE, merece ser enmendado. Se requieren acuerdos internacionales, al menos desde la Unión Europea, con los principales países de origen, ubicados en África y Sudamérica. Sobran medidas reactivas en base a improvisación, con paliativos remedios parciales. Se requiere perspectiva histórica, inusual solidaridad, inversiones considerables, ingentes recursos educativos en origen y en destino y una actitud proactiva sobre las causas más que sobre los efectos. Sólo así dará comienzo un principio de resolución al mayor problema de desequilibrio mundial de este siglo XXI. Se trata de un conflicto planetario, pero con uno de sus principales síntomas instalado en los territorios insulares y peninsulares del Estado español.
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Cielo

Sosteniendo la Tierra desde el Cielo, o sólo es una ilusión óptica...
El cielo es el "pan de cada día" de los ojos.

Ralph Waldo Emerson

El cielo es de la humanidad porque es su "capa".

Proverbio chino

Temblores

Más fuerte que un terremoto es sentir la caricia trémula de un corazón palpitante en estos tiempos de tiemblos.

¡Quién ha visto sin temblar, las noticias que nos dan! El mundo está temblando y nadie duerme tranquilo. Tsunamis, seísmos y guerras. Quieren estremecernos; aspiran a un mundo trepidante de personas temblorosas. Pretenden hacer temblar los cimientos de la civilización. Manejan mejor una humanidad que tiembla de miedo, de rabia, de soledad, de dolor, de enfermedad, de hambre o de frío.

Pero también hay temblores de amor. Hay pasiones vibrantes que sacuden el alma y que hacen retemblar el suelo bajo nuestros pies. Temblamos de alegría al recordar el último encuentro de enamorados; temblamos de deseo de sólo saber el próximo reencuentro; temblamos de emoción al vernos reflejados en una pupila parpadeante; temblamos de éxtasis al sentirnos cerca; temblamos de arriba a abajo cuando el amor vence al odio y la justicia destrona la iniquidad.

¡Aprendamos a temblar! Temblemos de querernos tanto y de sentirnos vivos. Temblemos de presentir la solidaridad y la libertad. Temblemos de aspirar a la felicidad y a la eternidad. Temblemos al vislumbrar la dignidad y la grandeza de todos los trémulos seres humanos. Sintámonos astros celestiales. ¡Somos estrellas que tiritan, titilan y tiemblan en el firmamento!
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Una persona importante

¿Eres un VIP (Very Important Person)? Quizá no sea tan difícil pertenecer a tan selecto club.

La importancia de una persona es difícil de medir. Pensamos que los más poderosos, los más acaudalados, los más famosos, los más cultos,… son los más importantes. Si nos preguntasen los nombres de los personajes más importantes del mundo, de inmediato pensamos en los principales políticos, los grandes empresarios, los Premios Nobel, los artistas exitosos,… Casi seguro no sabríamos cómo se escriben exactamente algunos nombres y probablemente esas personas pierdan toda su influencia en apenas unos años, pasando luego al olvido colectivo.

A pesar del tiempo transcurrido, siempre nos resulta fácil recordar con cariño el nombre de algún profesor que nos influyó decisivamente, el de algún amigo que nos ayudó en un momento crítico, el de alguna persona que nos acompañó en tiempos duros, o el nombre de un amor de infancia, de juventud, alguien de quien nos enamoramos y ojalá de quien sigamos enamorados.

Esas personas son especiales, nos hicieron y nos hacen sentirnos especiales; comparten su tiempo con nosotros, se preocupan de nosotros y determinan nuestra felicidad. Ésas son las personas más importantes, las auténticas VIP. Repasemos en qué listas VIP estamos y subamos puntos en cada uno de esos listados que elabora la gente que vive a nuestro alrededor.
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Sensaciones laborales

Dejemos las prisas a los esclavos”, dijeron. “Ahora lo entiendo”, susurró uno de aquellos.

El trabajo, al igual que el ocio, ofrece diversidad de emociones. Frecuentemente, evocamos una imagen que representa nuestra tarea a la perfección: La del mago de los platillos rotatorios. Es un espectáculo que siempre nos fascinó a algunos, de pequeños y de mayores. El artista comienza pausadamente poniendo un primer plato sobre la varilla, y le imprime un giro que lo mantiene en el aire. Sigue añadiendo platos, con pausas para rotar a aquéllos que –al frenarse- parece que van a caer. Y continúa, con veinte o treinta discos en equilibrio precario, hasta que superado por la situación se le cae alguno. Entonces, confiando en que la primera rotura marque su récord, va recogiendo los restantes con la esperanza de minimizar los fallos y optimizar la función.

Habitualmente así empieza una jornada laboral. Al inicio, parece que será tranquila. Uno, dos o cinco temas (o platillos) bien vigilados y bajo control. Entonces, comienzan las llamadas, las urgencias y las sorpresas sobrevenidas. Manteniendo todo en vilo, evitamos las caídas estrepitosas. Casi siempre se consigue. A veces, no. Claro que las sensaciones extremas, cuando se prolongan, acaban por no sentirse. Ésa es nuestra esperanza. Al final, casi se le coge gusto a la celeridad, a la aceleración. Así aprendemos a diferenciar el vicio de la prisa respecto de la virtud de la actividad.
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Temas electorales... para los franceses

La educación nos hace ser como somos y como seremos. Por ello es el factor decisivo para fabricar futuro.

Ante las próximas elecciones presidenciales en Francia, según las encuestas las cuestiones decisivas serán: Primer tema para el 66% de los votantes, la educación; para el 64%, el paro; para el 58%, la sanidad y el poder adquisitivo; para el 57%, las jubilaciones; para el 55%, la seguridad; para el 52%, el medio ambiente y para el 48%, los impuestos.

Con razón era francés el gran historiador Jules Michelet, quien señaló: “¿Cuál es la primera parte de la política? La educación. ¿Cuál la segunda? La educación. ¿Y la tercera? La educación”. ¡Ah, la France, qué cerca y qué lejos estás de nosotros!

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PRÉOCCUPATION PRINCIPALE, L'ÉDUCATION
L'éducation arrive en tête des sujets qui compteront lors de l'élection présidentielle pour les personnes interrogées : 66 % d'entre elles pensent que ce thème comptera beaucoup dans leur vote, juste avant le chômage (64 %). Suivent le financement du système de santé et le pouvoir d'achat (58 %), les retraites (57 %), la sécurité (55 %), la protection de l'environnement (52 %) et les impôts (48 %).

¡Qué bello es vivir!

Aprendiendo de nuestros mayores que vivir es algo mágico e irrepetible. Gabriel Celaya lo resumió: “Vivir es fácil y, a veces, casi alegre”.

A veces, los educadores escuchamos de algún joven que no merece la pena vivir. Siempre nos sorprende y nos conmueve. En dos días seguidos, he oído dos declaraciones muy sentidas. Una, de desesperanza, de abandono, de renuncia, de deserción, por parte de una persona adolescente, en plenitud de salud, inteligente, capaz y con todo el futuro abierto. Simplemente se encontraba ante una situación que no controlaba, un pequeño contratiempo intrascendente, que pronto superará si no cae en la desesperación y no consuma algún error irreversible.

Pocas horas después, un viejo amigo me comentaba cómo su nonagenario padre se debate entre la vida y la muerte en un hospital. Sufre todo tipo de dolencias y achaques desde hace años, que han limitado toda su movilidad y le mantienen semiinconsciente. Pero cuando despierta y reconoce a su hijo, muy cabal, sólo le susurra: “Txetxu, qué bonita es la vida”.

No es el primer anciano que lo pregona. Son muchos los que proclaman: “Cada día creo que vivir me gusta más”. Quizás haga falta toda una vida de experiencia para comprenderlo. Con razón dicen que vivir es sentir, sin amarguras, todas las edades, hasta que llega la muerte. Sólo con la edad entendemos que vivir es recordarse, que vivir es decidir constantemente qué vamos a ser, ya sea en la siguiente década, en el próximo año o en el minuto postrero.

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