Club de los poetas “nuestros”

Quien no ha visto esta película nunca se subirá a una mesa en el medio de clase y declamará a Whitman: ¡Oh capitán, mi capitán!

Cuando la rutina transmitida por la mayoría de los mass-media nos aburre con minúsculos acontecimientos políticos o deportivos, a saber con qué intenciones, no sabríamos decir si por angustia o por tedio es tiempo de recogerse en la poesía. La lírica actual se expresa, especialmente para los más jóvenes, mediante el cine. Este fin de semana, algunos hemos creído llegado el momento de ir, urgentemente, a un videoclub para volver a ver la película “El Club de los Poetas Muertos” de 1989.

Resulta una insuperable receta para este siglo XXI, con su guión oscarizado y a pesar de la sobreactuación de Robin Williams (ojalá hubiese aceptado el papel Dustin Hoffmann). Gratifica ver cómo un grupo de adolescentes gracias a un inaudito profesor sustituto descubre el significado del "Carpe Diem" (aprovecha el momento), la trágica muerte y el destino de los audaces: Perseguir los sueños de juventud.

Resulta una película de culto para progenitores y docentes, porque muestra lúcidamente el enmarañado tránsito de la adolescencia, a pesar de la distancia de contextos entre el elitista Colegio Welton en las colinas de Vermont hacia 1950, y la muy diferente realidad educativa de nuestro tiempo y espacio. Los modelos de padres intransigentes (protectores o desinteresados), de profesores variados, de escuelas inflexibles (o dúctiles) y de alumnos vivaces son paradigmáticos, aunque demasiado nítidos por exigencia de un guión cortado por los estándares de Hollywood.

Siguen válidos los lemas del Colegio Welton, ¡Honor! ¡Tradición! ¡Disciplina! ¡Excelencia!, pero también pervive todavía autoritarismo sin autoridad en un sistema educativo que adolece de monotonía artificial, que puede ser insufrible para la juventud adolescente de cualquier época. Sólo se salva cuando se erigen figuras docentes y discentes que evolucionan la enseñanza hacia una búsqueda común para coadyuvar a que cada uno descubra su camino personal.

Hoy, más que nunca, hace falta una pizca de lírica entre las sabidurías básicas, aunque ahora se llame espíritu de iniciativa y “aprender a aprender”. Necesitamos auténticos líderes entre el profesorado, entre el alumnado, entre la ciudadanía, entre los políticos. Necesitamos capitanes de guíen sus propios barcos. ¡Oh Capitán, mi Capitán: / nuestro azaroso viaje ha terminado. / Al fin venció la nave y el premio fue ganado. / Ya el puerto se halla próximo, / ya se oye la campana / y ver se puede el pueblo que entre vítores, / con la mirada sigue la nao soberana,...

Por si alguien no la ha visto...

El Club de los Poetas Muertos - Lección

En ella se dice "La verdad es como una manta que siempre te deja con los pies fríos",...

Únicas escenas localizadas en castellano. Otros cortes en inglés...

Niños de la guerra

Margueritte Subra (28-X-1.912), profesora de enseñanza primaria en Auzat y Pamiers. Foto cedida por PEDRO DÍEZ, desde su blog http://feccoo-pdiez.blogspot.com/Homenaje a tres maestras francesas, que acogieron a un niño refugiado vasco. Una de ellas aún vive y nos ofrece una lección de solidaridad oportuna y actual.

Estimada Margueritte Subra:

En 1936 usted y sus dos hermanas Marie y Berta acogieron y educaron durante 12 años a uno de los llamados "niños de la guerra", evacuado en el barco "HAVANA" cuando contaba sólo 6 años. Fue un acto de heroísmo colectivo, más meritorio aún cuando tuvo lugar en aquellos trágicos años, algunos de los cuales bajo la ocupación nazi. Ustedes respondieron a una petición del médico Marcel Barreré, quien pocos años después moriría en un campo de concentración por pertenecer de Resistencia.

Aquel niño, Pedro Díez Gambra, regresó a Bilbao después de cumplir 18 años. Él falleció prematuramente el 19 Octubre de 1982, pero pudo transmitir a su hijo y nietos una educación sólida en valores de libertad, fraternidad e igualdad que ustedes le inculcaron con sus lecciones y con su ejemplo.

Sólo recientemente, cuando ya sólo sobrevive Margueritte, ha recibido –a instancia de Pedro Díez hijo- una carta firmada por Josu Erkoreka, en nombre del Grupo Vasco en el Parlamento español, de gratitud por su generosa solidaridad. La grandeza de su altruismo, queda ratificada por la sorpresa al recibir una misiva oficial, que no considera merecer “porque cualquiera hubiera hecho lo mismo”.

Admirada Margueritte: En pleno siglo XXI, sigue habiendo muchos niños y familias de las guerras, declaradas o no, y esta Europa no siempre responde con el hospitalidad del que ustedes hicieron gala. Así como hoy las recuerdan los nietos de Pedro Díez Gambra, que existen gracias a estas “bisabuelas”, casos como el suyo deben exponerse como modelos plenamente actuales ante el fenómeno, eterno, de la huida y de la emigración en busca de un hogar y de un país donde se manifieste la humanidad.

Versión .DOC para imprimir


Mikel Agirregabiria Agirre. Educador
blog.agirregabiria.net

Corrupción a derecha e izquierda

Los escándalos inmobiliarios por doquier demuestran la misma debilidad ética en los partidos, apareciendo los tránsfugas y los cohechos.

Los innumerables casos de corrupción inmobiliaria descubiertos, por destapar o que nunca se investigarán con alcaldes y concejales del PP y del PSOE, ratifican aquello de que la única diferencia entre la derecha y la izquierda es que esta última permite sobornar a quienes no son de una estirpe de prevaricadores. Por desgracia, la democracia acaso deba entenderse así: los vicios, que no las cualidades, de unos pocos… puestos al alcance de todos.

No es ésta una opinión aislada. Una reciente encuesta de un periódico de gran tirada, confirmaba que el 94% de los 28.979 votantes creía que “Está generalizada la corrupción en los ayuntamientos de España”. Un consejo que no es de derechas ni de izquierdas, sino de sentido común. Cuidémonos de dos peligros: De la derecha cuando es diestra, y de la izquierda cuando es siniestra.

Versión .DOC para imprimir

Mikel Agirregabiria Agirre