La guerra según Robert Fisk, el más famoso corresponsal bélico


Amy Goodman: "Has cubierto las invasiones israelíes de Líbano, la revolución iraní, la guerra entre Irán e Irak, la invasión soviética de Afganistán, la guerra del Golfo, la guerra en Argelia, el conflicto entre Palestina e Israel, la invasión y ocupación de Irak..."

Robert Fisk: "Suficiente, suficiente, suficiente..." "Si vas a una guerra, tomas conciencia de que no se trata principalmente de una cuestión de victoria o derrota. Se trata de muerte, y de la provocación de muerte, y sufrimiento, en la mayor escala que te sea posible. Se trata del absoluto fracaso del espíritu humano". "Pero no mostramos eso, porque no lo queremos mostrar. Y en este sentido, los periodistas, las crónicas televisivas, las cámaras de televisión, son letales. Porque se alían con los gobiernos para permitiros tener más guerras. Porque si os mostrasen la verdad, no permitiríais que hubiese más guerras".

La política del terror

Hemos pasado de las políticas de cambio y de esperanza, al pesimista conservadurismo social que vislumbra amenazas por doquier.

En el pasado, los políticos nos prometían crear un mundo mejor. Ofrecían distintas formas de alcanzarlo: el comunismo, el capitalismo, el socialismo, el liberalismo… Su poder derivaba de una autoridad basada en una visión optimista de un futuro mejor para todos. Todas esas ilusiones y utopías fracasaron. Y hoy, la gente ha perdido la fe en las ideologías. Los políticos son percibidos como meros gestores que administran la vida pública, y en ocasiones incluso aprovechándose de ello.

Esto no era admisible para quienes aspiran a continuar liderando el mundo. Descubrieron un nuevo rol que les restauraba el poder y la autoridad de antaño. En vez de repartir sueños, ahora los dirigentes prometen protegernos de las pesadillas. No nos aseguran educación y sanidad de calidad, viviendas para todos,… pero se comprometen a rescatarnos de peligros terribles… que no podemos ver y que no comprendemos. Y el mayor de todos es el terrorismo internacional… Una red poderosa y siniestra con células asociadas en todos los países del mundo.

Un enemigo así, un remoto e invisible Bin Laden y sus cuarenta secuaces, requiere que sacrifiquemos derechos, que invirtamos en armamentos, que aceptemos restricciones, que pospongamos nuestros anhelos… Han de proseguir las guerras, han de seguirse los criterios militares, todo debe quedar bajo control. El miedo logra mejor que nunca el otorgamiento del liderazgo al gran líder mundial, y a su modo de interpretar la realidad mundial desde su perspectiva de gendarme planetario.

No se invierte casi nada en justicia, en solidaridad, en fraternidad continental. La civilización mundial es repartida entre etnias, culturas, religiones y países aliados o del ‘eje del mal’. El maniqueísmo brilla como nunca lo hizo antes. Poco importa que la mayor parte de estas amenazas sea pura fantasía exagerada y malintencionada por determinados poderes fácticos. Estos recelos interculturales han sido diseminados sin ser cuestionados por toda la faz de la tierra. Está probado que todo fue distorsionado deliberadamente por los grandes beneficiarios, los neoconservadores norteamericanos, con campañas algunas tan sobreactuadas como aquellos ataques de gas que luego, por inverosímiles, desaparecieron de la opinión pública.

Sobran los que creen en las armas, en vencer sin convencer, en hallar nuevos enemigos a quienes derrotar con los viejos sistemas de dominación por la fuerza bruta. Desprendámonos de los políticos del NO, que no dejan gobernar cuando no les corresponde, que insisten en que todo progreso es difícil o imposible, que nunca prometen nada, sino que asustan con lo que pasará si no gobiernan ellos.

Necesitamos líderes positivos, que convenzan con un discurso de paz, de justicia, de hermandad. Políticos que se comprometan a mejorar el mundo, lo de cerca y lo de lejos, sin miedos, con alegría, con optimismo, paso a paso, sabiendo que es posible y que podemos vivir todos mucho mejor, trasmitiendo un mensaje realista de cómo colaborando podemos superar la pobreza, el hambre y la desigualdad de toda la humanidad.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/miedos.doc

25S Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer

Las mujeres tienen derecho a vivir su vida y criar a sus hijos sin miedo a la violencia. Tenemos que ayudarles a gozar de ese derecho, dejando bien claro que la violencia puede prevenirse aunando esfuerzos para determinar sus causas subyacentes y hacerles frente. Kofi Annan, Secretario General de las Naciones Unidas.

Links: Educación, prevención, protección a las víctimas (”el primer paso para conseguir acabar con esta insostenible situación es la denuncia“), sensibilización de los estamentos judiciales y policiales son algunos de los puntos esenciales para solucionar este problema. [Campaña contra la Violencia de Genero 2006][La ONU y la mujer][Mensaje de Kofi Annan con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer el 25 de noviembre de 2000][Campaña junto con la Liga de Fútbol Profesional y el Consejo Superior de Deportes, durante la jornada 12ª de la Liga de Fútbol en España]

Información sobre los eventos y movilizaciones en Mujeres en Red.

La educación como ejemplo

En ocasiones, la enseñanza es noticia por disfunciones aisladas, pero el sistema educativo ofrece un servicio social inigualable.

Para la totalidad de la ciudadanía nuestra sociedad ofrece un puesto adaptado a las necesidades de cada persona. No importa a qué minoría étnica se pertenezca (todos pertenecemos a alguna), no importa qué minusvalía o déficit se tenga (todos tenemos algunos), no importa la familia de origen, el momento de llegada, no importa nada… entre los 6 y los 16 años se han dispuesto los necesarios recursos humanos especializados e ingentes presupuestos para una perfecta formación.

Todo el profesorado, en sus distintos niveles, funciones y especialidades, todo el personal de apoyo (conserjes, cocineras, conductores,…), todas las instalaciones y servicios,… atiende durante 10 años a nuestros hijos e hijas. En la práctica, la atención educativa se extiende una media de más de 20 años, desde los pocos meses hasta pasados los 22-24 años en el caso de la enseñanza superior de FP o universitaria (sin citar la formación continua, ocupacional o de personas adultas). Las condiciones son inmejorables, incluida la gratuidad para las familias que no pueden contribuir económicamente.

Llegará el día en el que los sistemas de protección social se ocupen de las necesidades específicas de atención, en los casos necesarios, para el estudio o el trabajo de la generalidad de la población… durante toda su vida. Mientras tanto, el complejo sistema de educación muestra el camino y cuida durante un largo periodo preparatorio a las generaciones más jóvenes.

Esta custodia es perfectamente compatible con la transmisión de un mensaje inequívoco desde la educación primaria: “Cada persona debe ir asumiendo, tan pronto como sea posible, todo el grado de autonomía y responsabilidad que le sea posible, colaborando con su esfuerzo y trabajo (incluido el de estudiar) a su propio crecimiento personal, profesional y familiar, así como al bien común de la sociedad en la que ha podido nacer y crecer”.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/educaejemplo.doc

23N: 30 años de la muerte de André Malraux

La frase más recordada del agnóstico Malraux es: "El siglo veinte será religioso o no será". Y donde dice "religioso", puede ponerse "espiritual", "metafísico", "místico", porque esas y otras variantes de la idea se presentan por unos y otros como la auténtica expresión oída repetidas veces dicha por André Malraux.

Otras citas: La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.
La juventud es una religión a la que uno siempre acaba convirtiéndose.
El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo. Pero uno sólo se convierte en un hombre cuando supera estos combates.
Si de veras llegásemos a poder comprender, ya no podríamos juzgar.
He aprendido que una vida no vale nada, pero también que nada vale una vida.
La cultura es lo que, en la muerte, continúa siendo la vida.
Todo hombre se parece a su dolor.
La tradición no se hereda se conquista.
No tarda nueve meses sino sesenta años en formarse un hombre.

Mejor momento de la temporada 2006 en F1

La salida de Alonso bajo la lluvia de Hungría, donde adelantó desde 15º a 3º en tan sólo cinco vueltas. Así lo han decidido los lectores de la revista Grand Prix, que además han determinado que Alonso ha sido el mejor piloto, el mejor calificador, el mejor en carrera y el más espectacular.

JORNADA DE VOLUNTARIADO TECNOLÓGICO

El 5 de diciembre, con motivo de la celebración del Día Internacional del Voluntariado, la Fundación Cibervoluntarios organiza unas jornadas abiertas sobre Voluntariado Tecnológico.

Un acto en el que se pretende exponer buenas prácticas y aunar sinergias entre diferentes organizaciones que actúan en el entorno tecnológico y social con el fin de utilizar las Nuevas Tecnologías como medio para la acción social y el desarrollo.

¿TE APUNTAS? En... www.cibervoluntarios.org

El acto que tendrá lugar de 10:30 a 13 horas en el auditorio IBM Forum Madrid, sito en C/ Corazón de María, 44.

El mayor asesino

CLIC para ampliar la imagen…Este tipo de crimen que mata más que las guerras ha sido calificado como el más inmoral de los delitos y el mayor problema filosófico.

La violencia adopta formas muy variadas. Es sabido que hay muchas más muertes violentas en Estados Unidos que en Europa. La diferencia es abismal. Por ejemplo, en Norteamérica hay once asesinatos cada 100.000 habitantes frente a sólo uno en Suecia. Pero si consideramos el suicidio como una muerte violenta, resulta que Europa y Estados Unidos se equiparan bastante. La diferencia es que en EE.UU. aumenta la probabilidad de que te mate otro, mientras que en Europa es mucho más probable que el asesino seas tú mismo. Tal riesgo varía con la latitud y se manifiesta en mucha mayor proporción en el norte de Europa que en el sur.

El suicidio es, de lejos, la mayor causa de muerte violenta del mundo. Casi un millón de personas por año se suicidan y más de 20 millones sufren secuelas por intentarlo. El promedio es de un suicidio cada 40 segundos y un tentativa de suicidio cada 3 segundos. Esto es un 50% más que la gente que es asesinada y, dependiendo de los años, entre lo mismo y 10 veces más que la que muere en guerras. Es triste pensar que, por ejemplo, cada mes se muere mucha más gente en Francia suicidándose que en todo el cruento conflicto del Oriente Medio.

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) expresa cautela respecto a las tasas de suicidio, lo cierto es que para las autoridades el fenómeno del suicidio es un problema médico de primer orden, responsable de más muertes que las producidas por el conjunto de todos los conflictos bélicos que asolan el planeta. Incluso existe un día, el 10 de septiembre, reservado como jornada internacional para la prevención del suicidio.

El suicidio es una trágica decisión de causa sumamente compleja, fruto de la enfermedad, del desánimo, de la pérdida de la estima o de una vanidad mal calculada. El suicida es el antípoda del mártir, preocupado por los demás hasta olvidar su propia existencia. El suicida llega a un punto en el que se despreocupa de lo que no sea él mismo, renunciando al mayor bien, su vida propia. La tragedia y extensión del suicidio es ignorada por los medios de comunicación. Seguramente, su ocultamiento no colabora a su erradicación. Hemos de prevenir, educar y actuar contra el suicidio.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/sui.doc