Son múltiples las señales de la crisis, pero se destacan algunas como las siguientes:
- Hay menos turismo, sobre todo extranjero.
- Hay menos tráfico en las carreteras de la costa, y en las rotondas,...
- En los mercadillos pasea menos gente, y aún son muchos menos quienes compran.
- Reaparecen los empleados autóctonos en restauración, jardinería,... antes sustituidos por inmigrantes.
- Las pequeñas obras de reformas, carpintería metálica,... que tanto abundaban hoy son invisibles.
- La panadera motorizada de venta ambulante ha reaparecido... tras años desaparecida por la urbanización.
- Las casas grandes están sin alquilar, y los apartamentos pequeños están con dos o tres familias en lugar de con una sola.
- La "caja de ahorros", es decir la playa, está con máxima ocupación desde la mañana hasta la noche.
- Abundan las familias con nevera para pasar todo el día en la arena sin acercarse a los chiringuitos.
- Han bajado o se han congelado los precios de las consumiciones.
- Una propina de un euro sorprende (y emociona) a los camareros.
¿Habéis apreciado otros signos de la crisis en los lugares de veraneo? Citadlos en los comentarios para compartirlos con quienes leemos este blog.