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Summerhill: Escuela de felicidad


Explicar la utopía escolar de Summerhill es un serio reto para un educador. Sintetizar lo mejor de su proyecto es más factible.

Imagínese una escuela donde se cultiva la felicidad,… donde los alumnos son libres de ser ellos mismos, donde el éxito no es definido por los resultados académicos, donde quién eres importa más que lo que sabes, donde alumnos y maestros aprenden juntos, donde todo se organiza de forma democrática, donde cada persona tiene el mismo derecho de hablar y ser escuchada, donde la creatividad y la expresión propia no son reprimidas,…

La Escuela Summerhill (Colina de Verano) fue fundada en 1921 por Alexander Sutherland Neill. La descripción pedagógica y organizativa de tan compleja experiencia didáctica, e incluso la biografía de su fundador Neill, forman parte del currículo formativo de cualquier profesor contemporáneo. Resumirlas en unas líneas sería irreverente, por lo que como primera aproximación al pensamiento de Neill cabe citar los ilustrativos títulos de sus principales libros, donde difunde su proyecto y que marcan los grandes temas de la educación moderna.

A.S. Neill, que había actuado como periodista en diferentes medios editoriales, publicó durante todo su periplo docente numerosos textos, cuyos epígrafes marcan los hitos de su progreso profesoral a lo largo de su vida que transcurre entre 1883 y 1973. Sus primeros libros son “A Dominie´s Log” (Diario de un profesor rural) y ”A Dominie´s Dismisset” (Un profesor acomodado), entre 1916 y 1917. Se muestra como un iconoclasta, que narra humorísticamente su profesión. Extendiendo que sus reflexiones eran tomadas en broma, editó “The booming of Bunkie” (El crecimiento de Bunkie) en 1919 y ”A Dominie in Doubt” (Un profesor en dudas) en 1921.

En 1920 fue elegido como co-editor de la revista “Educación para una Nueva Era”. Las siguientes obras fueron en 1924 “A Dominie´s Five”, que protagonizan sus alumnos, y en 1926 “The Problem Child” (El alumno problemático), donde enuncia su axioma de la libertad “neilliana”. Continúa en 1932 con “The Problem Parent” (El padre problemático), donde presenta la dialéctica familia-profesorado. Sigue una trilogía: En 1934, “The Modern School Handbook” (Manual de la Escuela Moderna); en 1936 “Is Scotland Educated?” (¿Está educada Escocia?), y 1937 “That Dreadful School” (Esa Escuela Terrible).

En 1938 publicó “The Last Man Alive. A Story from the age of Seven to Seventy” (El último superviviente, una narración para niños de 7 a 70 años). En 1939 escribió “The Problem Teacher” (El profesor problemático) y en el año 1945 “Hearts not Heads in the School” (Corazones, no sólo cabezas en la Escuela). En 1949, editó “The Problem Family” (La familia problemática); y en 1953, “The Free Child” (El niño libre).

El 7 de Noviembre de 1960, coincidiendo con la semana en la que John F. Kennedy fue elegido Presidente, publicó su libro ”Summerhill”, de considerable éxito. Fue prontamente incluido en las listas de obras recomendadas en más de 600 universidades. Sus dos últimas obras fueron “Talking of Summerhill” (Hablando de Summerhill) en 1967 y en el año de su muerte, 1973, aparecía su obra autobiográfica “Neill! Neill! Orange peel” (Neill, Neill, Piel de naranja, como le llamaba irrespetuosa pero cariñosamente uno de sus alumnos, equivalente a “maestro ciruela”).

A.S. Neill creyó que en Summerhill se alumbraba una nueva civilización. En todo caso, aquélla fue y seguirá siendo una escuela referencial donde reinaba la vida, la alegría y el entusiasmo. Desde el paradigma de la libertad en este mundo enloquecido, contribuyó decididamente a revivir la única gran esperanza: la Educación universal de calidad y en equidad.

Ni fumo, ni humo, gracias


Sólo en la Comunidad Autónoma Vasca cada día siete personas mueren por patologías asociadas al tabaco. No quemes tu vida, ni la de los demás.

Fue en 1953, año en el que se escaló por primera vez el monte Everest, cuando se demostró científicamente la relación entre cáncer y tabaco. Actualmente se sabe que el tabaco está directamente relacionado con más de 25 enfermedades graves, como tumores malignos en las vías respiratorias (cavidad bucal, laringe o pulmón). En Euskadi el porcentaje de fumadores se viene reduciendo en los últimos años, al ritmo de casi un 1% anual, y representa menos del 26% de la población (varones, 31%; mujeres, 21%).

Incluso la sola exposición al humo del tabaco, según las autoridades sanitarias, "está provocando un serio problema de salud pública" y un "riesgo considerable" por la mortalidad que genera entre los ‘fumadores pasivos', expuestos contra su voluntad especialmente en el ámbito del trabajo y de ocio colectivo. Por todo ello, el cáncer de pulmón constituye hoy en día, tanto en el mundo como en Europa, la principal causa de fallecimiento por cáncer en los varones. En el caso de las mujeres, desde hace una década, se ha convertido en la principal causa de muerte por cáncer en Estados Unidos, y, en Europa, está a punto de serlo también.

Felizmente, desde el 1 de enero de 2006 disponemos de una normativa estatal que limita el tabaquismo activo y pasivo, similar a las que rigen en Irlanda, Noruega o Portugal. Previsiblemente, como sucedió en Suecia con su pionera legislación antitabaco de principio de los años 80, permitirá una drástica reducción del consumo de tabaco. Porque, contra repetidos argumentos falaces, las restricciones en la promoción del tabaco, el aumento de los impuestos y la creación de espacios libres de humo son eficaces, comprobándose que reducen el consumo de tabaco, previenen que la juventud comience a fumar y ayudan a los últimos fumadores a abandonar su temible hábito.

El tabaquismo es la principal causa de muerte evitable en el mundo, aunque las tabacaleras confundan con razones comerciales. Toda la economía generada por el tabaco (producción, elaboración, venta e impuestos obtenidos) no llega -ni de lejos- a pagar el inmenso daño causado por su uso, ni medido en términos financieros, ni mucho menos en valor humanitario de sufrimiento, enfermedad y muerte. La industria tabaquera no se responsabiliza del perjuicio causado, ni siquiera los fumadores costean directamente su propio daño. Cuando la gente no usa su dinero en tabaco, lo dedica a estimular otros sectores mercantiles menos dañinos para la salud.

Toda nuestra tolerancia y comprensión debe concentrarse en alejar del tabaquismo a nuestros familiares, amigos, colegas y convecinos. Especialmente a niños y jóvenes que han crecido atufados por el “derecho a la enfermedad” que esgrimen los fumadores. Pocos adultos "eligieron" fumar; la mayoría comenzaron en la adolescencia y se hicieron adictos, e intenten dejarlo continuamente. Ayudémosles a superar su afección, pero nunca restando importancia a la toxicidad del tabaco.

Como dijo Groucho Marx, ¿les molesta si no fumo? No aceptemos compartir un humo que daña y mata: Si menos del 26% de la población fuma, ¿por qué el 95% de las cafeterías menores de 100 m2 ha decidido obligarnos a respirar nicotina y alquitrán? No pisen un establecimiento que propague un anacronismo como el tabaco, que irá desapareciendo de nuestra sociedad. Paulatina pero irreversiblemente. Que lo veamos todos…

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/deseos.htm

Para caballeros normales

“Perdónenme si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien”, subrayó Groucho Marx.

Carmen y yo hemos establecido un reparto de funciones casi perfecto, después de 28 años de matrimonio. Exceptuando contados servicios de electricista, conductor, transportista y porteador, ella se ocupa de todo lo necesario para llevar adelante nuestro hogar y a nuestros hijos, ante los cuales también represento el rol de sermoneador oficial cuando la ocasión lo ha requerido, afortunadamente más en tiempos pretéritos. Así pues, mi esposa es quien cumplimenta millares de acciones útiles, mientras yo me dedico a temas inútiles, tales como perder al ajedrez o escribir estas cotidianas crónicas.

Existen zonas enteras de la casa que me son enteramente desconocidas, y es mejor ejemplo es la cocina. Aunque sea un glotón impenitente, mis únicas competencias culinarias se reducen a calentar leche con el microondas y abrir latas en caso de emergencia. Pero estoy aprendiendo, y una reciente área de nuevo conocimiento es la compra, tarea en la que mi cometido anterior se ceñía a empujar el carro y procurar no perderme en el supermercado. Hoy mismo hemos acudido a un comercio especializado en perfumería. Carmen, mientras completaba su extensa compra para toda la familia, me ha encomendado adquirir mi propio champú, indicándome la zona oportuna.

Me he dirigido a la estancia y súbitamente me he enfrentado a toda una pared repleta de envases con todo tipo de tamaños, formas, colores y precios. Es sorprendente comprobar que existen más estanterías con champú en una sola tienda, que anaqueles de libros en la biblioteca municipal. Con la vacilación del profano me he aproximado a una repisa y me he tranquilizado al leer el primer rótulo: “Para caballeros normales”. Sin dudarlo un instante he elegido el producto, a pesar de su receptáculo extravagante de color verde refulgente.

Cuando orgullosamente me alejaba en busca de Carmen con mi compra zanjada, me ha picado la curiosidad por ver otras alternativas de cosmética masculina. He desechado otras dos opciones igualmente coloristas para “caballeros secos” o “caballeros grasos”, aunque quizá por mi peso me ajuste más al último grupo. Carmen me ha sugerido usar las gafas de presbicia y ha esclarecido que donde yo leía “caballeros” decía “cabellos”, aunque aceptaba el champú.

Si bien Confucio recordaba que “un caballero se avergüenza de que sus palabras sean mejores que sus hechos”, y sabiendo que consiste en obrar como caballero, el serlo, a la vuelta a casa, sólo me quedaba como excusa disertar sobre caballeros-normales. Le he recitado a Carmen mi preferida cita de Fray Antonio de Guevara, en versión actualizada: “Lo que al educado [caballero] le hace ser educado [caballero] es ser medido en el hablar, largo en dar, sobrio en el comer, honesto en el vivir, tierno en el perdonar y animoso en el trabajar [pelear]”. He cumplido con otra máxima de Gertrude Stein: “Lo normal es mucho más sobriamente complicado e interesante”.

Carmen no me ha prestado mucha atención y ha concluido que no estoy preparado para comprar nada. He preferido no mentar que nos hallamos en el año del “caballero de la triste figura”. Definitivamente, en pleno siglo XXI, cuando ya somos obsoletos quienes nacimos el año (1953) en que se estrenó ”Los caballeros las prefieren rubias” con Marilyn Monroe, la denominación de caballeros queda reservada exclusivamente para diferenciar ciertas estancias donde todavía el género determina la postura.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/caballero.htm

La fecha estadística de tu muerte con population.io

La aplicación population.io creada por Wolfgang Fengler, un economista alemán que ha vivido en cuatro continentes en países ricos y naciones pobres, predice con datos estadísticos la fecha previsible de defunción con con datos: país de residencia y género. Actualmente está al frente del equipo del Banco Mundial para los Balcanes Occidentales. Sus viajes por el mundo le han permitido desarrollar una curiosa línea de investigación de la cual se extraen dos conclusiones fundamentales: la importancia de la geografía, del lugar donde nacemos y habitamos, en la expectativa de vida y lo poco preparados que estamos para enfrentar la inevitabilidad de la muerte.

Debido a un pequeño error de population.io que impide elegir el mes de abril, hemos calculado (eligiendo mayo de 1953) nuestra propia previsión y nos anticipa (sólo en función de fecha de nacimiento, género y país) que viviremos hasta los 84,1 años. Así que ha disfrutar lo que queda de vacaciones,... y de vida.
La fecha estadística de tu muerte con population.io

Manejando una complicada base de datos Wolfgang Fengler desarrolló una aplicación de fácil manejo –population.io– que proyecta los años de vida que le quedan a quien introduce en ella datos básicos como género y fecha y lugar de nacimiento: una especie de calculadora del tiempo que nos queda.