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Educación 2015: Carta a los Reyes Magos

Esta noche mágica, esperando los Reyes Magos, es el momento de pensar en programar 2015, un año crucial. Para algunos serán 40 años dedicados profesionalmente a la educación, con docencia en la universidad y en centros pre-universitarios (simultáneamente), en el servicio militar, en la administración educativa, en la gestión museística y cultural, prevención de drogodependencias, en la formación empresarial, en la sociedad de la información, en la innovación educativa,...

La educación es un subsistema social complejo, intrincado, con agentes que se cuentan por millares (de alumnado, progenitores, profesorado, administración,...) y donde las decisiones en los múltiples niveles y ámbitos se adoptan a velocidades muy diferenciadas. La heterocronía (diversidad de ritmos) de un universo así genera tensiones, por la adopción más ágil del cambio en la sociedad (no digamos del mercado o las tecnologías) que en el binomio familias-escuelas, incluso porque muchas comunidades educativas innovan con mayor celeridad que la administración.

Es demasiado trascendente la educación para que nadie se desinterese de esta responsabilidad, porque el futuro colectivo se escribe en las aulas. Gran parte de la ciudadanía, especialmente cuando se convierten en madres o padres, reviven su experiencia discente,... de la que están alejados al menos una generación.

Lo deseable, lo exigible y lo alcanzable no es tan difícil de imaginar y establecer. Otra cuestión es ordenar y articular los mecanismos para asegurarlo en el alambicado entramado familiar-escolar-institucional. En síntesis, queremos una educación que garantice el éxito universal (no basta ya ofrecer un pupitre y aceptar un porcentaje de fracaso, que sería de la sociedad), logrando que cada niño y cada niña descubran sus talentos y su destino personal, familiar y profesional.

Ante semejante reto, es lógica una primera reacción de desbordamiento y de confianza en quienes son expertos en psico-pedagogía, organización escolar,... Pero conviene recobrar la lucidez y el sentido común y reclamar lo que juzguemos necesario para la mejor educación de nuestras generaciones más jóvenes.

Para cortar el nudo gordiano de esos profusos, confusos y difusos debates sobre currículos, metodologías, "reválidas",... de reformas de aquí y de allá,... para -más aún- cambiar realmente esa íntima relación docente-discente, ese aprendizaje significativo que sólo surge cuando hay una relación de aprecio mutuo,... bastaría con CAMBIAR LA EVALUACIÓN (entre otras sugerencias, como las del “Horizon Report 2014 K12″, ver en imagen anexa).
Sin entrar en detalles de rúbricas y otros sistemas epistemológicos, si toda la evaluación diagnóstica, de proceso o de resultado se hiciese en condiciones reales: Conectados a Internet y contando con el apoyo de nuestras "amistades" (reales, virtuales, familiares,...). Así es como en la actualidad convivimos y trabajamos, y aún será más cierto en el futuro para el que estamos educando a nuestra infancia y juventud.

Bastaría esta mutación en la evaluación (revolución es cambiar de pregunta, mientras que cambiar de respuesta es solamente evolución) para alterar los mecanismos escolares, dando el protagonismo al alumnado y a su aprendizaje, y de este modo se cambiaría el modo de ir adquiriendo competencias personales y grupales, cooperando y tejiendo una red de aprendizaje y relación (un PLE, entorno personal de aprendizaje).

Todo esto reabre temas polémicos. Como, por ejemplo, sigue siendo la incorporación y presencia en la educación de las tecnologías (las mal denominadas "nuevas tecnologías", aunque algunas -como la informática- llevan -al menos- 30 años en las escuelas). Sorprende que la digitalización que ha arrasado sectores, muy poderosos como el mundo de la información, apenas ha impactado en el sistema educativo.

Podemos afirmar que, hasta la fecha, no se ha producido una significativa digitalización de la escuela, sino que lo acontecido apenas ha sido una escolarización de lo digital (aceptándose la presencia de "aulas de informática" o de alguna "asignatura optativa" -dos horrendos y obsoletos modelos-). Ello habla y demuestra la fortaleza del entramado educativo (para bien, por rigor y prudencia, y para mal, por inercias).
Caben dudas e incertidumbres... todas, racionales y emocionales; pero tonterías, las justas. Quienes peinamos canas y calvas, ya hemos vivido en persona aquello de que el bolígrafo arruinará la caligrafía de las plumillas (de untar en tintero), o el rotring no debe sustituir al tiralíneas,... y desde entonces muchas más. El pensamiento ludita o neo-ludita no debe hacernos caer en la parálisis por el análisis interminable.

Nuestros hijos, literalmente desde la primera, vivieron con ordenadores desde su nacimiento,... y nuestros nietos, nacieron con el iPad (desde 2010). Cuando quienes nacieron en este siglo XXI se incorporen al mundo laboral, probablemente habrá acontecido -antes o en torno al 2030- el momento de la singularidad tecnológica (leer enlace). Los padres y madres actuales estuvieron digitalizados, desde su infancia y en su escolarización, y los alumnos y alumnas actuales están CONECTADOS casi permanentemente desde los 9-10 años.
2011 con su iPad (1, que nació un mes después de él)

Es tarea urgente, educar en el uso de los medios digitales, en sus grandes posibilidades y en sus riesgos ciertos, tan pronto como se acuerde en cada comunidad escolar. Resulta ridículo, a nuestro juicio, con una mínima perspectiva de futuro tratar de limitar (o impedir, incluso) el uso de los teléfonos inteligentes, y otros dispositivos unipersonales. Ello llevaría, a muy corto plazo, no ya sólo a la necesidad de retirar los smartphones, sino casi a tener que desvestirse antes de entrar en la escuela cuando la propia ropa incorpore vestibles (wearables) propios del Internet de las cosas (IoT).

Resulta patético ignorar y anular la potencia de los smartphones que el alumnado lleva en sus bolsillos (cada día a menor precio), que por su procesador y aplicaciones son centenares de veces más potentes que el famoso supercomputador Deep Blue de IBM que en 1997 derrotó a Kasparov, o más rápidos que los viejos netbooks (ya con 6-7 años), de cuyo costoso mantenimiento es mejor no hablar.

Queremos y necesitamos una escuela con todos los recursos, de papel y digitales, para asegurar la inclusión digital (y no abrir nuevas brechas entre alumnado conectado o no en su hogar), con todas las metodologías (sólo su suma y combinación es la mejor pedagogía) y con una alfabetización plena, que actualmente comprende varias lenguas naturales y varios metalenguajes (matemático, científico, tecnológico, digital, artístico,...).

La mejora de las competencias digitales del alumnado son una apremiante innovación a incorporar, en el escaso tiempo reglado curricular, a fin de permitir sin exclusiones al alumnado de familias desfavorecidas el aprendizaje ubicuo. La escolarización contemporánea no puede ser reducida a las 950-1.050 horas presenciales en la escuela, sino que se abre a nuevos espacios y condiscípulos en un aprendizaje inter-conectado de 8.760 horas anuales.

Este año nos corresponde a los distintos agentes anunciar y compartir nuestras decisiones. Las familias podrían sugerir que su gasto en papel (libros de texto no interactivos y no actualizables), así como las inversiones educativas en becas y gestión solidaria del pase a soportes digitales. Y reivindicar toda la información educativa inteligente y dinámica que les corresponde conocer en tiempo real (evaluaciones, información de orientación, conexión con tutorías y asociaciones, comedores, transporte,...).

Los centros, sus organizaciones, sus comunidades escolares y sus direcciones, deben aprestarse a realizar una profunda transición hacia la era digital (ver más detalles en otro post de dicho camino y de su posible financiación). Una nueva cultura colectiva de apertura espacio-temporal, de atención en otros horarios y calendarios, de perfeccionamiento digital de sus claustros y familias.

La administración debiera ser vanguardia que salvaguarde y promueva una innovación con garantía de resultados, al tiempo que minimiza errores y costes. En sumario, los poderes públicos debieran: Definir un marco general de coordinación; establecer las competencias educativas (incluidas las digitales) mínimas para alumnado, profesorado y equipos; establecer formación en red para sus agentes; promover centros avanzados que difundan buenas prácticas; garantizar la inclusión digital para alumnado becado en materiales escolares a fin de que se puedan proponer acciones de aprendizaje conjunto fuera del tiempo y espacio escolar; una conectividad universal y segura para aula expandida (en intramuros y extramuros del centro); un PLE personalizado para alumnado (según edad), familias, profesorado, dirección, inspección, servicios apoyo, administración,...; una plataforma integral para la extensión de la documentación personal interactiva y actualizada correspondiente a cada agente con seguridad y confidencialidad; y finalmente, dotando al ciberespacio con recursos de aprendizaje y de comunicación, en nuestras lenguas oficiales, de calidad y con aportación comunitaria que los priorice, dando visibilidad y jerarquía por prescriptores reconocidos de la comunidad escolar.

Confiamos que los Reyes Magos vuelvan a traernos oro, incienso y mirra, que además de hardware (dispositivos), software (APPs, aplicaciones) y conectividad (el "espíritu santo" en laico y prosaico) debieran ser conocimiento, bondad y convivencia. 

Para no perder los enlaces, si se lee en papel este post se puede usar el código QR adjunto para hipervincularlo en un dispositivo electrónico. Como bonus, una conferencia -repaso de 30 años- del brillante Nicholas Negroponte. No se pierdan su predicción final sobre las pastillas del conocimiento. 

4ª/4 Ocho premisas y doce medidas tras #PISA2015

Hemos tenido que inventar el post por fascículos. Esta entrada ha sido cerrada el 24-12-16, dado que se prepara ya nuevos posts sobre PISA.
#PISA2015 ha sido un aldabonazo en Euskadi, un estruendoso aviso convertido en una gran disonancia cognitiva (pero,... ¿no teníamos el mejor sistema educativo de nuestro entorno?), que debemos convertir en la gran oportunidad de país. Nos despide de nuestra zona de confort y, como en la metáfora de la rana viva que nota el agua hirviendo y se salva saltando fuera del caldero donde hubiese perecido de no advertir el peligro.

Afortunadamente los mass media están repercutiendo la noticia de PISA en esta semana de puente, pero corremos el riesgo de que la ciudadanía se olvide pronto y dejemos pasar el tren de la urgente innovación educativa... profunda y de fondo.

Nuestros contados pero selectos lectores y lectoras nos excusarán que sinteticemos algunas de las muchas ideas que nos hacen llegar y otras que llevamos décadas contando en este blog.agirregabiria.net y en textos tan extensos como aquel casi olvidado Hezkuntza XXI: Liburu Zuria (descargar en PDF sus 550 páginas) que tuvimos el honor de redactar palabra a palabra entre 2002 y 2003,... con propuestas aún inéditas sobre las que insistiremos una y otra vez sin perder la esperanza de que se sumen y las acojan quienes pueden materializarlas.

Seremos breves en esta ocasión (aunque poco a poco completaremos cada idea), porque quizá sea más eficaz llegar a tiempo en la ventana de atención que se ha abierto que exponer exhaustivamente lo que se propone, todo lo cual ya está dicho en los dos enlaces citados en el párrafo anterior. Por último, antes de desgranar la docena de sugerencias señalemos el contexto en ocho matices.

Ocho Premisas para brincar de #PISA2015 a #PISA2018

1. Acción para #PISA2018, no autopsia de #PISA2015. No perderemos ni un minuto, aunque alberguemos algunas dudas, sobre por qué este bajón de resultados en #PISA2015. Haya o no razones que agraven los resultados, lo cierto es que nuestra sociedad y sus escolares merecen mucho mejores calificaciones porque no somos todo lo eficaces y eficientes que podemos ser. Y en ello hemos de focalizar preferentemente nuestra atención y esfuerzo. Apostamos, y queda poco tiempo, por prometer que en  #PISA2018 y #PISA2021 nuestras referencias serán notablemente mejores. Y, por supuesto, PISA no mide todo y no debe sacrificarse nada para su consecución, pero sí es un indicador fiable y comparativo que dice mucho de todo el proceso de aprendizaje-enseñanza.

2. Revisemos nuestro DAFO educativo. No hay demasiado espacio aquí, pero destacan nuestras fortalezas y oportunidades, que son prometedoras si reconocemos y superamos nuestras -igualmente manifiestas- debilidades y sorteamos las siniestras amenazas que nos rondan. Nuestras fortalezas son las que se esgrimen habitualmente: altísima inversión educativa (pero no toda ella bien dirigida), pluralidad de oferta escolar (pero más diferenciada en titularidades que en realidades innovadoras), grandes expectativas curriculares (cuatrilingüismo con excelencia y equidad, lo que es muy correcto según Pigmalión, pero sin acertar a alcanzarlo),...

3. Escuchar a los protagonistas, al alumnado, a sus familias, a la sociedad,… y al profesorado de a pie de aula. Nosotros sí coincidimos con Víctor Hugo que "el porvenir de la nación está en manos de los maestros de escuela", pero no sólo en sus manos. Si sinceramente creemos aquello que apuntó H.G.Wells, "la historia humana es, cada vez más, una carrera entre la Educación y la catástrofe", esto nos compete a toda la sociedad. Y quienes mantienen la capacidad de cambiar los mandos oír oyen de vez en cuando, pero escuchan poco a los agentes. La misma administración educativa escucha poco (incluso a sus propios empleados),... si es mensaje resulta discordante del complaciente discurso oficial. Toda mutación está condenada desde el nacimiento si no parte de empoderar a quienes servimos, es decir al alumnado y a sus familias en tanto son menores de edad.

4. Urgente porque los resultados se ven a medio y largo plazo. #PISA2015 es algo que ha ocurrido de dimensión realmente es trivial, al lado de lo que podemos lograr que suceda si nos movilizados debidamente. Y como los efectos de la educación son a medio, largo y extendidísimo plazo (la educación trabaja para la eternidad), es sumamente urgente actuar ya. Todas las doce medidas que se exponen se pueden aplicar en días o semanas, porque existen los recursos humanos, materiales y presupuestarios para ponerlos en marcha. La prueba de #PISA2018 se efectuará en menos de año y medio, de modo que no cabe perder el tiempo.

5. Cultura de evaluación, y compromiso de evolución,… Como hemos escuchado muchas veces, alguna en persona, a  PISA son DATOS, no opiniones. Quizá hemos estado muy focalizados en debates curriculares, en torno a la LOMCE, con alternativa propia como Heziberri 2020,... y el mismo Andreas Schleicher, Responsable de PISA, nos alerta que centrarse en la legislación no entusiasma a nadie, puede desviar la atención y, por inacción en otros ámbitos, perjudicar los resultados PISA. Un sistema con la complejidad y extensión de la educación requiere que todas las personas intervinientes (alumnado, familias, profesorado, administración,...) cuenten con DATOS fiables y accesibles en su constante toma de decisiones. Expliquemos que la EVALUACIÓN, que hasta ahora se enfocaba y atribuía sólo al alumnado y nunca como indicador de su EVOLUCIÓN, debe extenderse al conjunto de actores.

6. Fuera tabúes educativos, hablemos de lo políticamente incorrecto. Sería imposible enunciarlos todos, ni siquiera enumerarlos. Algunos son trascendentes como el plurilingüismo con dos lenguas oficiales tan distantes como el euskara y el castellano. Algo que también sucede en la Comunidad Foral de Navarra, que ha logrado bastante mejores resultado en #PISA2015. Nuestro reto lingüístico es muy superior a casos como Catalunya o Galicia, como lo es el reconocimiento europeo y universal por haber logrado (por decisión y esfuerzo de las familias en primerísimo lugar) la recuperación de una lengua minorizada durante muchas décadas. Ello retarda la consecución del bilingüismo, trilingüismo,... y penaliza PISA donde la velocidad y comprensión lectoras son críticas, más si se opta por estrategias de horas de inmersión en cada lengua y sin un atinado tratamiento integrado de las lenguas (que, parece obvio, no se ha logrado en muchos casos). Otro delicado jardín es el de la Equidad y Excelencia,... ninguna de ellas existe sin la otra,... Quizá hemos penalizado la excelencia, nos hemos centrado en quienes pueden graduarse (que, indudablemente, requieren toda la atención) pero descuidando -acaso- a otros, incluidos los de altas o extrañas capacidades,...

7. El verbo innovar se conjuga con el verbo conservar,... Lo difícil es acertar en qué cambiar y qué mantener,… Y lo casi imposible es Innovar Disruptivamente, no innovar en las formas para que permanezca inalterados los procesos profundos. No es innovación cualquier cambio, sólo aquel que logra ventajas medidas y comprobadas, sean esperadas o no. En educación ha abundado múltiples formas de la vieja estrategia gatopardista de Lampedusa, cambiar algo o mucho para que nada cambie. La escalada perseguida en #PISA2018 exige, al igual que la caída de #PISA2015 es multicausal, retocar numerosos factores, generar sinergias y paciencia para que realmente el alumnado, y antes su entorno, mute. Como final, para innovar de verdad hay que "pensar desde fuera de la caja" y lo educativo ha sido demasiado endogámico, poco fertilizado con simientes externos de otros mundos en radical transformación.

8. Descubrir el GOZO del APRENDIZAJE como la experiencia humana más vital y gratificante al tiempo que un deber ético permanente,… Porque todo el sistema falla si los años de escolarización no descubren en cada ser humano sus talentos, sus pasiones, su capacidad de superar fracasos... y éxitos. Todo ello activando un motor motivacional interno que le impulsará toda su vida por la senda de lo que interesa, en persona y tejiendo redes humanas con otros condiscípulos presenciales o virtuales,... Cuando una persona en la procelosa travesía del aprendizaje reconoce su potencial y su limitación, cuando adivina y sospecha cómo y dónde podrá dejar su contribución, entonces y sólo entonces la educación ha cumplido su cometido.
(El último fascículo en pocas horas, creemos, pero avanzamos el esquema)
Doce Medidas para brincar de #PISA2015 a #PISA2018

1. POLÍTICA, con mayúsculas. buscando un GRAN ACUERDO EDUCATIVO con los cinco partidos, así como con quienes son los agentes educativos más representativos: Asociaciones de alumnado, de madres y padres, sindicatos, patronales, otros estamentos educativos como universidades, mundo laboral,... El desafío PISA debe entenderse como una apuesta de país. Aunque la profecía de Friedrich Wilhelm Nietzsche se hace esperar, "Llegará un día en que la política no contemplará otros problemas que los de la Educación", confiemos que hemos superado el hito de usar la educación meramente como arma arrojadiza.
Siguen a esta primera medida tres actuaciones sobre binomios a equilibrar, sin ánimo de ser exhaustivos porque podríamos enunciar muchos más, como el binomio de género (con medidas más orientadas al alumnado masculino, femenino,...) o el binomio aprendizaje-enseñanza,...

2. Binomio Familia-Profesorado. Tras reafirmar la máxima responsabilidad de las familias, determinante en lo que mide PISA,... así como el rol protagonista del profesorado, que es con quien aprende el alumnado, han de establecerse una alianza entre ambos colectivos que actúan sobre los mismos destinatarios: el alumnado protagonista que justifica todo este complejo y costoso sistema. Casos como la polémica sobre "deberes escolares" demuestran que ambos referentes de quienes aprenden, sus progenitores y sus docentes, deben trasladarles pautas coincidentes, sin desautorizarse recíprocamente.

3. Binomio Primaria-Secundaria. Nuestro sistema educativo, aparte de tendencias de primarización que se citan en ocasiones, han configurado -genéricamente y con todas las excepciones que destacan- que se posponga hasta la secundaria debilidades de comprensión y velocidad lectora, por ejemplo, cuya génesis se ha producido en la educación primaria. De ahí que las perentorias e inaplazables medidas de corrección para PISA, con alumnado de 15 años, hayan de iniciarse desde Primaria, por no incluir Infantil. La reciente prueba quinquenal PIRLS (Estudio Internacional de Progreso en Compresión Lectora) que se ha pasado este año 2016 en 4º de Primaria muy probablemente confirme las peores sospechas del rendimiento de nuestro alumnado en esta capacidad de lectura comprensiva.

4. Binomio Pública-Concertada. No es momento de extenderse en una serie de medidas, diferenciadas por redes educativas,... ofrecer a cada red lo que le necesita,... MUY BREVEMENTE,  y para concluir. Hay toda una batería de urgentes acciones en ambas subredes:

La pública requiere la creación de un organismo propio, una "Hezikidetza" que vele por su desarrollo con independencia del Departamento, que genere mayor Autonomía de Centros, cree unos equipos en las Direcciones de los Centros Públicos que sean de interés para el mundo docente y que se confíe en los centros que acrediten en evaluaciones externas su avance.

La concertada necesita mejor financiación y estímulo en correspondencia con el tipo de alumnado que escolarice, asumiendo que la diversidad discente es una necesidad y un estímulo, buscando origen distinto, culturas diferentes, estratos sociales plurales,...

5. Lenguajes naturales y metalenguajes cognitivos, la esencia de lo curricular, de la completa alfabetización necesaria para la ciudadanía contemporánea en el preciado tiempo reglado (apenas 950 o 1.050 horas de las 8.760 horas anuales),... Ello se concentra, justamente en lo que mide PISA: Comprensión lectora, es decir alfabetización en lenguajes naturales que, requieren para comprender lo que sucede a nuestro alrededor, metalenguajes interpretativos matemáticos y científicos (incluidos sus derivados metalenguajes tecnológicos y digitales). Ello no agota todas las competencias humanas, pero si aseguramos la dotación en estas claves podremos seguir aprendiendo, interpretando y resolviendo lo que acontece a nuestro alrededor.

6. Plan Lector-Escritor Plurilingüe. Una apuesta por la lectura intensiva y extensiva desde primero de Primaria, enlazando bibliotecas escolares y municipales, con una plataforma online que gamifique la lectura con recomendaciones compartidas de las y los lectores. Aprovechando el potente dispositivo eLiburutegia dispuesto por el Departamento de Cultura, para un uso en modo clubs virtuales y preenciales de lectura escolar,  con licencias concurrentes por aulas,... Este Plan Lector-Escritor se valdría de la red bibliotecarios del programa ACEX que extenderían su acción más allá de los centros públicos en los que están presentes.

7. El advenimiento del aprendizaje ubicuo y conectado, ACEX,…

8. Centro a Centro, autonomía de centro, centros de aprendizaje,… MUY BREVEMENTE,  y para concluir. La innovación debe incorporarse en el conjunto de la comunidad escolar, afectando a todo el alumnado, todas las familias, TODO EL CLAUSTRO,... Los procesos deben priorizar el aprendizaje y al alumnado, convirtiéndose en Centros de Aprendizaje, centros discentes,... todas nuestras recomendaciones sobre Aprendizaje antes que la Enseñanza,...

9. Mucha más aceleración o enriquecimiento curricular y mucha menos repetición de curso. Si algo dice PISA con claridad ("la repetición es ineficaz, estigmatiza al alumnado y cuesta mucho dinero"), y otras muchas pruebas empíricas de la educación, es que la repetición de curso no mejora competencias ni a escala personal ni colectiva. A los 15 años todo el alumnado evaluado debiera estar cursando 4º de ESO, al menos,... y mejor si el porcentaje en Bachillerato es significativo. Aunque el dato de nuestro alumnado repetidor no es el peor, hasta este año 2016 que se deroga se consideraba la aberrante repetición de curso como una "medida ordinaria de refuerzo y apoyo". Ahora lo que queda es eliminar la repetición de curso, salvo casos regulados de Educación Especial, e iniciar la casi inexistente aceleración escolar de un creciente porcentaje de alumnado, que estimularía -bien aplicada la medida- la excelencia del sistema.

10. Aprendizaje en Red, Sare_Hezkuntza, Inclusión Digital, Big Data, APPs, gamificación,… con una esperada Plataforma Integral, junto a la Web Semántica y Social, que facilite la toma de decisiones a todos los agentes (alumnado, profesorado, familias, patronales, administración,...). Plataformas digitales como las que usan en Shanghái, donde el profesorado aprende y puede ser analizado en su práctica docente.

11. Reordenación de la administración educativa, con una revisión profunda del destino de la inversión escolar, más cualitativa pero también cuantitativa en determinados casos, o la reforma de los Servicios de Apoyo, la Inspección,… MUY BREVEMENTE,  y para concluir. Hay que destinar más recursos humanos, materiales y presupuestarios al alumnado y a las familias cuando se establezcan el compromiso recíproco de esfuerzo y apuesta por la educación. Los servicios de apoyo no deben nutrirse sólo de personal estable sin vuelta al aula, sino formar parte de un período de aprendizaje y evolución del profesorado, y no sólo desde la red pública,...

12. PISA es el reflejo de una sociedad (de sus familias, de su escuela,...) con una foto de su juventud a los 15 años,... Mejorar en PISA requiere un gran Liderazgo y máxima Coordinación interinstitucional (más allá de la interdepartamental), con el Lehendakari a la cabeza y pactando con todas las formaciones políticas con representación parlamentaria. La reconocida referencia PISA, un reto objetivo y entendible por la ciudadanía, es capaz de movilizar a todos los agentes involucrados. Para que todos nos sintamos copartícipes y corresponsables en el reto #PISA2018 (con una legislatura por delante), pediríamos una asunción directa del reto por el Lehendakari Urkullu, un caso único de magister y minister (maestro y ministro, en latín magis-alter, el otro grande y minus alter, el otro pequeño),... capaz de reconocer que son la pedagogía (paidós) y la política (polis) los dos únicos modos de transformación social.

Otros posts sobre PISA2015. Tag: #PISA2015.

Para que se mantenga el debate vivo como sugiere Xabier Lapitz estamos retuiteando todo lo que leemos con el hashtag #PISA2015, pero recogeremos aquí con enlaces las propuestas más innovadoras como las de José A. del Moral a sugerencia de Igor San Román recogidas en Gananzia, o las de Josu Sierra (de cuyo post hemos tomado la imagen central), pinceladas de Ricardo Ibarra, otro juicioso artículo de Pedro Pablo Arrinda,... También en los comentarios se pueden dejar aportaciones, sin censura alguna.

Diez tendencias, previsiones y propuestas educativas

El debate educativo es escaso en nuestros tiempos, y aún más extraño si no está trufado de intereses políticos, económicos, corporativos, sindicales,... Abundan las opiniones contundentes, descalificatorias de quienes no piensan exactamente igual, propiciadas por la defensa de colectivos que no son exactamente los destinatarios del esfuerzo social que debiera estar dirigido solamente por la búsqueda de lo mejor... para el alumnado

Todo el mundo parece saber de educación, porque -y esto es bien cierto- todas las personas han recorrido trayectos educativos y, en muchos casos, han debido decidir sobre la educación de los suyos. Pero no es tan habitual disponer de una perspectiva más general, abierta y completa sobre la complejidad del extenso sistema educativo. Y, lo que es peor, aún habiendo muchos actores que sí disponen de tal capacidad, no todos ellos son capaces de hablar y escribir con sinceridad sobre sus conclusiones, por las consecuencias que se derivarían de su atrevimiento.

Con ánimo de aportar algunas ideas sobre la materia, en época de inicio de año, en plena madrugada, pensando quizá más como abuelo que como educador, con el máximo de honestidad, sin buscar ningún provecho personal, y sin temer nada por la franqueza, enumeraremos los que creemos son vectores de innovación educativa, enunciando la proyección, la predicción y la proposición en cada apartado.

Procuraremos equilibrar las expectativas en estas diez tendencias, previsiones y propuestas educativas, enfocadas hacia las enseñanzas básicas. Seremos relativamente optimistas en las tendencias, que quizá no se produzcan con la celeridad que señalamos. Corregiremos con algo de pesimismo las previsiones, porque son muchas las décadas en las que la inercia de los mecanismos educativos han frenado la innovación. Y, a modo de centralidad, intentaremos ser realistas en las propuestas, muchas veces iniciales o parciales, que convendría adoptar con urgencia. Esas medidas corresponderán no sólo a los poderes públicos y a la administración escolar, sino al conjunto de la ciudadanía.

Son visiones que se solapan, se entrecruzan y se potencian unas con otras, apuntando convergentemente hacia un futuro que podemos imaginar.
  1. Primacía del aprendizaje sobre la enseñanza. Si el siglo XX algún día será reconocido por ser la centuria de la educación, sin duda el siglo XXI lo será del aprendizaje (incluido el aprendizaje invisible) o de la "educación expandida". Esta querencia es tan perceptible como imparable, pero se enfrenta a toda una era de escolarización con currículos y estructuras diseñadas en el XIX y un profesorado del XX. La trayectoria a seguir es la apuesta decidida desde las familias y la sociedad por la conjunción del aprendizaje formal (en un sistema educativo renovado) con el creciente aprendizaje  informal y no formal. Este complemento educacional (el calendario escolar apenas cubre a lo sumo entre 950 ó 1.050 horas anuales de las 8.760 posibles), creciente por la implicación de otras instituciones y la digitalización que lo favorece, habrá de contar con mejor reconocimiento, validación y acreditación (como ya sugieren algunas Directrices de la UNESCO). En este concepto cabe la irrupción de emprendizajes que potencien los aprendizajes en horarios y calendarios suplementarios, bajo pautas lúdicas canalizadas por redes sociales en las distintas competencias a desarrollar.
  2. Creciente trascendencia (y debate) social de la educación. A pesar de que sus efectos siguen el lento ritmo de la naturaleza que exige paciencia y perseverancia, la educación y el aprendizaje son tan importantes que no pueden quedar sólo en manos de la política, o de la administración, o de patronales y sindicatos, o del profesorado, o del alumnado, o de las familias,... Es un tema clave de la totalidad de la ciudadanía, que debe ser vigilante con cuánto requiere y cómo ser gestiona, como la mejor inversión social. Por desgracia, la educación raramente es una prioridad cuando se analiza a corto plazo (la tragedia de la política), pero debe ser una constante sometida a la crítica y a la mejora continua. Hay demasiado desconocimiento, simplificación y condescendencia con nuestra eficacia escolar, con el logro de la equidad y la calidad académica que se alcanza. Convendría más examen sosegado, autocrítico, constructivo, ilusionante,... sobre el rendimiento del esfuerzo que la sociedad dedica a su educación.
  3. Todo el sistema educativo debe primar y centrarse en el alumnado (y sus familias mientras el alumnado sea menor de edad). Porque el alumnado es el núcleo de atención sobre el que articular las propuestas de aprendizaje. Toda la acción de la docencia y de la administración ha de estar al servicio del alumnado. Los derechos profesionales o laborales de los agentes escolares han de estar subordinados a su razón de ser: el alumnado (y sus familias). Esto ha de traducirse en un seguimiento docente más continuado, de forma que se fije el profesorado a etapas discentes (bianuales, como mínimo), involucrándose y responsabilizándose de modo más estrecho con el éxito escolar de cada alumno o alumna. 
  4. Una educación del siglo XXI debiera avalar como un nuevo derecho humano el éxito escolar universal (en las enseñanzas básicas y obligatorias) de todas las alumnas y alumnos. Ya no basta que una sociedad se contente con ofrecer un pupitre a cada escolar, sino que ha de asegurar que - a lo largo de su trayectoria de escolarización- cada miembro del alumnado descubrirá su talento personal y elegirá su opción vital para convertirse en una persona integralmente formada (y ello también significa, con un destino profesional factible).  Para todo lo cual deben generarse centros educativos diversificados con modelos variados que sean del agrado y permitan elegir a las familias (incluso, y especialmente, en un sistema público no homogéneo). También es preciso vincular más al profesorado con el éxito académico del alumnado a su cargo, secuenciando las metas competenciales a alcanzar en cada etapa. Al igual que un padre o una madre no acepta que alguno de sus hijos e hijas quede atrás, el profesorado comprenderá las circunstancias particulares del alumnado y buscará un camino que le lleve al máximo de sus potencialidades.
  5. Una cultura de evaluación constante se abrirá paso en todo el sistema educativo. Porque sólo una evaluación combinada (externa e interna) y contextualizada, general de todos los protagonistas (alumnado) y agentes, podrá garantizar la equidad y la calidad de todo el alumnado, de todas las aulas, de todos los centros, de todas las redes, así como de la administración, inspección, servicios de apoyo,... Siempre se consideró, pero luego no se aplicó, la diferenciación entre quien instruye (ahora diríamos mejor conduce el aprendizaje) y quien evalúa el proceso. Las evaluaciones diagnósticas, las evaluaciones externas, basadas en competencias y en contenidos, y desde la Educación Primaria, pueden ser un instrumento válido y esencial de mejora que establezca los refuerzos necesarios para que todo el alumnado progrese en conjunto, porque los desniveles se corrigen cuando son pequeños. Así se eliminarían, y a ultranza, las repeticiones de curso que se han demostrado inútiles.
  6. El currículum formal ha de concentrarse en los lenguajes y metalenguajes, para el limitado calendario de la educación formal. Las competencias (como la de aprender a aprender), los lenguajes naturales (euskera, castellano, inglés,...) y los metalenguajes matemático, científico, tecnológico y digital son la columna vertebral del currículo de las primeras etapas educativas. Para su debida consecución deben establecerse niveles y objetivos perfectamente definidos antes de finalizar las sucesivas etapas escolares. Los Boletines Oficiales, o las Leyes Orgánicas como la LOMCE, deben establecer niveles mínimos finales de las distintas etapas educativas, tales como el nivel de conocimiento de los idiomas oficiales o extranjeros, y según un baremo objetivo y mensurable. Y pueden hacerlo a escala de Estado, o mejor a nivel incluso continental, como el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER). Pero no han de entrometerse en las metodologías pedagógicas para alcanzar dichos niveles, por razones tan obvias como la singularidad del alumnado, que hace difícil recomendar estrategias de aplicación general.
  7. La educación digital (reducación o sarezkuntza) debe transformar y mutar la escuela actual, potenciando nuevas realidades de aprendizaje transmedia con una comunidad abierta por el cauce de un Internet omnipresente y accesible a través de dispositivos móviles (smatphones, tablets,...), que debiera estar a nuestro alcance en todo momento y lugar. Su generalización abrirá el entorno escolar a las familias y al conjunto de la sociedad, que podrá participar por nuevas vías. Estas tecnologías han producido efectos inimaginables hace pocos años en las poderosas "industrias de la información", y muestran la misma oportunidad (y potencialidad de crisis) en las "instituciones de la formación". Su vertiginosa evolución (o red-volución) determina que lo que pudo ser una medida positiva como la distribución masiva de netbooks en Primaria y Secundaria ya no sea posible. Simple y llanamente, porque el mercado ha dejado de fabricarlos en favor de las tabletas digitales, lo que supone una vuelta a un super-pizarrín que pone en entredicho toda la historia de libros de texto, pesadas mochilas, diccionarios,... Y ya no caben excusas de costes, porque su abaratamiento (en continente y contenido) hace inexorable una inmediata tabletización con textos multilingües (tan beneficiosos para alumnado y familias), acceso inmediato y duradero, movilidad, inclusión digital universal,...
  8. Atención a la pluralidad de ofertas escolares (con diversidad de titularidades, modelos pedagógicos,...). El derecho a la educación, y al éxito educativo, reside en el alumnado, y en sus familias en tanto aquel es menor de edad. Debe ser objeto de atención y extremo cuidado el favorecer la multiplicidad de elección escolar, siempre que encuentre refrendo por parte de quienes se matriculan. Es una peculiaridad que puede dinamizar la innovación, mejorar la gestión y permitir la cooperación. Esa pluralidad debe protegerse con medidas que apoyen la adecuación a las demandas del alumnado (y de sus familias), que son quienes deben regir la planificación educativa. Para que la red de titularidad pública, la mayor de las actuales, actúe como una red educativa (como otras concertadas como Kristau Eskola, Partaide,...) debiera quedar organizada como una “Hezikidetza”, poniendo en juego la totalidad de sus recursos humanos. Así, la administración educativa general (con alguna semejanza con la sanitaria) velaría por el conjunto de la educación vasca mediante programas y conciertos a través de sus diferentes redes escolares, cuidando que la red de titularidad pública sea garante de la escolarización universal.
  9. Reordenación y aprendizaje permanente del profesorado, de las direcciones escolares, y del conjunto de los servicios de apoyo e inspección, así como de la administración educativa. El profesorado y las direcciones escolares, en pro de una máxima responsabilidad y autonomía de centros, son las piezas esenciales para que una sociedad se dote de una correcta y eficiente educación, con una amplia capacidad de autonomía a nivel de centro, departamento, etapa,... y de colaboración intrared o interredes escolares. La formación inicial y continuada, así como la carrera profesional, son aspectos a cuidar en la organización de la enseñanza, a fin de reconvertir a docentes en knowmads (nómadas del conocimiento). La administración debe simplificarse al tiempo que se hace más abierta y transparente para familias y agentes educativos. Los recursos humanos destinados a la educación han de reagruparse en torno a las aulas y los centros, actuando en proximidad máxima con el alumnado a fin de promover su éxito, en formatos presenciales o virtuales para compensar desigualdades socio-culturales de las familias a las que pertenezcan. Pervive demasiada estructura y jerarquía cuando nos encaminamos hacia un escenario de "Educación 3.0", basado en un aprendizaje más horizontal (entre iguales), un conocimiento aplicado contextualmente, unas relaciones menos jerarquizadas (en redarquías),...
  10. Urge un amplio "Acuerdo Escolar". En el caso de la Comunidad Autónoma del País Vasco que abarque a todo el sistema educativo vasco, algo no alcanzado tras 30 años de autogobierno, y que complete el "pacto escolar" de 1993 (que sólo cubría la mitad del sistema con una "Ley de la Escuela Pública Vasca" y que estaba programado para durar, a lo sumo, siete años). La génesis de este Acuerdo, extensible también a nivel de Estado y de Europa, debe propiciar una mínima regulación de modo que se confíe en las comunidades escolares que alientan cada centro, pero fijando metas medibles de resultados discentes. Ya han pasado 20 años desde el "pacto escolar" y han cambiado, afortunadamente mejorado, las condiciones. Ahora no basta una negociación sólo entre dos partidos, ni siquiera a escala exclusivamente política. Un nuevo acuerdo debe dimensionarse socialmente, escuchando especialmente a los agentes escolares -y en primer lugar a los prescriptores como lo son las familias-.