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Sorolla en pequeño formato en el Museo Bellas Artes de Bilbao

Sorolla en pequeño formato en el Museo Bellas Artes de Bilbao 
Álbum con 200 imágenes.
 
Guiados por la excelente cicerone Eva, en grupos de 15 docentes jubilados de la Asociación 5 de Octubre hoy hemos visitado la exposición temporal Cazando impresiones de Joaquín Sorolla en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Joaquín Sorolla (Valencia, 1863-Cercedilla, Madrid, 1923) pintó cerca de dos mil óleos sobre cartón, tabla, papel o trozos de lienzo de muy pequeño tamaño-no exceden de los 20 x 30 cm-, que él denominaba "apuntes", "manchas" o "notas de color". Están siempre relacionados con el trabajo del artista en cada momento de su trayectoria, sin que puedan llegar a ser estrictamente considerados estudios preparatorios para posteriores composiciones. Son, pues, una especie de registro del modo de mirar de Sorolla y la mejor síntesis de sus intereses pictóricos.

Este tipo de apunte fue un formato a menudo utilizado a lo largo del siglo XIX por los grandes artistas, y Sorolla lo usó también durante toda su vida como un modo de ejercitar su destreza que constituye, además, un valioso testimonio sobre su producción más privada y libre. Tal y como atestiguan numerosas fotografías, Sorolla conservaba estas pequeñas obras en su taller y a menudo las regalaba a sus admiradores, las donaba para causas benéficas o las intercambiaba con otros pintores. Pero un buen número de ellas fueron también presentadas y vendidas en sus grandes exposiciones internacionales -sobre todo en las giras americanas de 1909 y 1911-, donde fueron apreciadas como expresión concentrada de su talento.
Sorolla en pequeño formato en el Museo Bellas Artes de Bilbao
"Hay que pintar deprisa, porque ¡cuánto se pierde, fugaz, que no vuelve a encontrarse!". Así definía su ideario este pintor, que fue uno de los más importantes del arte español en el tránsito entre el siglo XIX y el XX, y el creador de una obra reconocible y de un estilo propio que concreta en paisajes y retratos un luminismo suntuoso y preciso que alcanza su máximo nivel en los temas de las costas del Mediterráneo y del Cantábrico.

Organizada con la colaboración del Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla de Madrid, Cazando impresiones. Sorolla en pequeño formato ha contado con el comisariado de María López Fernández, Blanca Pons-Sorolla y Consuelo Luca de Tena. Las dos primeras son, además, autoras de los ensayos y de la cronología incluidos en el catálogo editado con motivo de la exposición.
Clotilde, muchas veces dibujada por su esposo Joaquín Sorolla
La muestra se compone de 186 pinturas en pequeño formato sobre tabla o cartón u otros materiales, pertenecientes a la colección del Museo Sorolla. Los acompaña una pequeña vitrina en donde se muestran su paleta y otros utensilios del oficio que ejemplifican su vocación de pintor al aire libre. Tras su exitosa presentación en el Museo Sorolla de Madrid,

Cazando impresiones, Sorolla en pequeño formato, podrá visitarse en el Museo de Bellas Artes de Bilbao en las salas 32 y 33 del edificio moderno desde el 20 de noviembre de 2019 hasta el 23 de febrero del año 2020.

Ruta Alicante - Teruel - Bizkaia, finales de 2021

Playa de Mil Palmeras al anochecer en otoño.
¡Qué fácil es ir de costa a costa, del Mediterráneo al Cantábrico!
Supercargador de Tesla en Valencia (que estamos sustituyendo por los de Torrent o Sagunto)
Esta vez, con primera parada en el PDR (Punto De Recarga) de Valencia, aunque ya preferimos los SuperChargers de Torrent o Sagunto.
Plaza del Torico, Teruel, en otoño 
Teruel y su ternasco en el 1900, punto perfecto para pernoctar en un viaje con dos etapas.
Supercargador de Tesla en Zaragoza (uno de nuestros habituales)
Segunda parada, apenas veinte minutos porque es la "larga", en el PDR de Zaragoza, uno de los SuperCargadores (exclusivos hasta ahora) de Tesla.
Crucero Sky Princess en Getxo (Bizkaia)
Llegada a Getxo, con los cruceros de nuevo tras la pandemia. Foto desde el Tesla.

Galicia en el país de las maravillas

Durante mucho tiempo se creyó que los libros de Alicia eran relatos especialmente destinados a la niñez. Hasta que, a mediados del siglo XX, fueron leídos más atentamente y se advirtió la complejidad, la carga de angustia de ese universo onírico, antecedente del surrealismo y del absurdo. No eran meras obras infantiles, porque revelan mucha agresividad, una amenaza permanente y situaciones de gran arbitrariedad. Una creación literaria tan exuberante puede ser interpretada de múltiples formas: Los niños disfrutan de la vertiente más lúdica y fantasiosa de la aventura y el riesgo; los jóvenes se identifican con algunas facetas de Alicia relacionadas con la identidad y el crecimiento; y los adultos advierten otras sutilezas aplicables a la educación, e incluso a la política.

Versión 1ª: Lewis Carroll, un diácono y profesor de matemáticas, aquella tarde estival del 4 de julio de 1862 les contó a las chicas Liddell (Lorina, Edith y, desde luego, Alicia) la historia de la niña que cae en la conejera. Un pozo muy profundo (‘‘¿nunca terminaremos de caer?’’), al final del cual emerge el territorio de los prodigios, donde el primer ser vivo que se le aparece es un conejo parlanchín perpetuamente preocupado por no llegar tarde. En tanto que Alicia, melindrosa y remilgada, mediante bebidas, hongos o pasteles, se achica, se agranda o se le estira muchísimo el cuello (hasta ser confundida con una víbora), van surgiendo otros personajes sorprendentes. Hasta que, en el preciso momento en que un mazo de cartas cae sobre la protagonista y después de que la Reina ordena que le cortaran la cabeza, llega el despertar salvador, el final de la siesta bajo los árboles. Alicia ha vuelto a la normalidad.

Versión 2ª: José María Aznar, un inspector de hacienda y presidente español, aquella mañana del 19 de noviembre de 2002 no contó nada a la ciudadanía de lo que iba a pasar después de que el ‘‘Prestige’’ se hundiera definitivamente a 270 kilómetros de las Islas Cíes. Una fosa muy profunda (‘‘¿nunca terminará de fluir el fuel?’’), al final de la cual surge el país de las meigas donde el primer ente vivo que aparece es la plataforma impertinente ‘‘Nunca Máis’’. En tanto que Galicia, sufrida y nostálgica, mediante chapapote, protestas y despertares, se achica, se agranda o se estira muchísimo (hasta ser confundida con otros ‘‘nacionalismos’’), van desapareciendo otros personajes como Humpty-Fraga-Dumpty, el huevo zancudo en equilibrio imposible,... La Reina Naturaleza herida en su seno por el errante petrolero, amenaza a su capricho toda la costa atlántica y no se ve el final de esta pesadilla. En unos días, miles de personas han perdido su trabajo, su dinero, su futuro. ¿Cuándo volverá Galicia, y todo el Cantábrico, a la normalidad?

La siguiente obra será ‘‘Galicia a través del espejo… de las elecciones’’. Esperamos impacientes su entrega.

¡Agua va!

Urge una nueva cultura ciudadana del agua, solidaria y sostenible, que evite el drama de una desertificación inminente.

Éste es nuestro 19º verano en el municipio más meridional de Alicante junto a la provincia de Murcia, en el centro de la costa de la cuenca del río Segura. Mil Palmeras es una zona de playa que nos encantó a toda la familia, a nuestros hijos desde que tienen uso de razón, y aquí encontramos amigos de todo el mundo.

El paisaje y el paisanaje son excelentes y la única preocupación puede ser la falta de agua, que tanto se pregona por aquí. “Agua para todos” es un lema omnipresente, pero… ello contrasta con el uso cívico que vemos hacer a muchos de nuestros convecinos. Aquí se despilfarra el agua por parte de turistas y, lo que es más lamentable, de muchísimo paisanos.

Aparece como noticia destacada que los embalses del trasvase Tajo-Segura rozan el nivel de emergencia, y que más de dos millones de personas en 71 municipios de Alicante y Murcia verán comprometido el suministro de agua para beber en el próximo octubre. Mientras esto leemos, a nuestro alrededor se emplea profusamente el chorro de la manguera como escoba en patios y terrazas, y el agua que lleva sin presión a nuestros grifos se desperdicia irreflexivamente. Igualmente se prodigan prácticas despilfarradoras como regar a mediodía, con temperaturas de 35º.

A quienes venimos de climas húmedos siempre nos sorprendió esta contradicción, y frecuentemente lo comentan amigos del Cantábrico que visitan esta zona mediterránea por primera vez. Somos más los del norte que los del sur quienes barremos con escoba y pasamos la fregona con un solo cubo de agua (y un poco de vinagre) para dejar los pavimentos limpios y brillantes, y regamos por goteo de quince minutos en la madrugada.

Basta de política barata de atribuir a terceros lo que puede ser corregido o paliado desde nuestros hábitos más elementales. Urge una mejor y más universal educación ambiental en el uso público y privado del agua. Antes de que sea demasiado tarde. La situación es muy grave y puede empeorar.

Versión .DOC para imprimir
Mikel Agirregabiria Agirre
Pilar de la Horadada (Alicante)
blog.agirregabiria.net

Detener el tráfico peligroso

Tras un largo recorrido en coche se sugiere una fórmula que frenaría las altas velocidades en las autopistas.

Viniendo desde el Mediterráneo al Cantábrico, hemos observado algo habitual para cualquier viajero de largo recorrido. Un lujoso deportivo nos ha adelantado arriesgadamente a una velocidad superior a 180 km/h. A esa velocidad en medio de La Mancha muchos automovilistas hemos sido testigos de su temeridad. Al cabo de un rato, le hemos visto detenido en el arcén siendo multado (según las tarifas actuales con 200€ si le han medido hasta 186 km/h y sólo 140€ si iba a menos de 163 km/h). Pocos minutos después y apenas unos kilómetros más adelante, nos ha vuelto a pasar a todos a la misma imprudente velocidad.

Para algunos irresponsables pagar unos euros no es suficiente penalización (quizá lo sea la futura pérdida de puntos). Pero si junto a la multa se le impusiese una inmovilización temporal de dos o cuatro horas (con un control por GPS de obligada devolución en una delegación de tráfico), con un llamativo cono en el techo que indicase tal correctivo, seguro que muchos se lo pensarían mejor cuando tratan de ganar unos minutos en una carrera que pone en peligro sus (y nuestras) vidas. Sería una sanción ejemplarizante para recordar que la prisa conductora causa miles de muertos y heridos. Versión .DOC para imprimir



Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/crash.htm