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Pilotos escrupulosos

Lo más granado del más belicoso ejército del mundo, la aviación militar israelí, demuestra que dispone del arma más potente de la historia de la humanidad: Una pizca de Ética. Un grupo de 27 pilotos militares judíos, 9 en servicio activo, se niega a participar en las “ejecuciones selectivas” con ataques aéreos en las zonas palestinas de Cisjordania y Gaza. Todo esto en pleno apogeo del ciclo Bush, cuando la militarización del pensamiento político ahoga a la democracia, cuando la milicia cambia su deber de morir por la patria por guerras preventivas para aniquilar a la población enemiga, y cuando siempre hay un general dispuesto a inmolar medio planeta para ganar una estrella. Aunque probablemente, son algunos juiciosos militares profesionales quienes frenan a los impresentables “gobernantes” marciales y codiciosos.

Goethe dijo que “El hombre de acción no tiene nunca escrúpulos; sólo el contemplativo es escrupuloso”, y Unamuno creía que “Espíritu militar y sentido de justicia son dos cosas que riñen de verse juntas”, pero estos aviadores se han opuesto a cumplir misiones " ilegales e inmorales" porque provocan víctimas civiles. Serán juzgados, dados de baja y, posiblemente, encarcelados. Muchos agresivos medios de comunicación israelíes les han acusado de inmaduros, ingenuos, moralistas e, incluso, de arrogantes idealistas que abusan de su status social, porque los pilotos son muy respetados en la sociedad hebrea predestinada por la Historia a ser hija de Némesis, la diosa de la Venganza.

Ojalá que su audaz conducta y su reflexión moral puedan ofrecer un rayo de esperanza en una Tierra Santa donde el conflicto no encuentra una ruta hacia la paz. La guerra significa la destrucción del espíritu humano, y sólo acabará cuando todos nos neguemos a participar en batallas que sólo benefician a los poderosos, mientras son siempre los inocentes quienes mueren.

¡Viva Babel!

Acongojados por el síndrome postvacacional, que amenaza convertirse en postvocacional porque cualquier año no volvemos, sólo nos recompensa esos detalles entrañables que indican inequívocamente que has vuelto a casa, que estás en tu patria. El signo inconfundible, más contundente y quizá menos consciente es el idioma. Según Unamuno “La sangre del espíritu es mi lengua y mi patria es allí donde resuene soberano su verbo”.

Cuando la comunidad de verano la componen 66 familias, con 12 idiomas distintos, el retorno sorprende por el exiguo bilingüismo de nuestra Euskadi. Ciertamente que dos lenguas oficiales son infinitamente preferibles al monolingüismo triste de algunos países, pero resulta de una riqueza humana que llega a añorarse tras haberla disfrutado la conmutación, según el vecino de turno, entre cuatro o cinco lenguas, aunque la mayoría poco dominadas y recurriendo en ocasiones al habla por señas, porque la lengua del afecto está en los ojos y la sonrisa es el idioma universal de los seres inteligentes.

El lenguaje materno indudablemente es imprescindible para imprecar con prontitud, soltura y propiedad, y no existe sonido más dulce que el idioma propio, sobre todo cuando sorpresivamente se escucha en países extraños y que se agradece cuando proviene de un forastero que ha sumado su corazón a nuestro lenguaje. Ya nadie sostiene como Stalin que todas las lenguas naturales deban fundirse en un solo idioma artificial, ni que sea una muestra de patriotismo chapurrear los idiomas ajenos al materno como Queiroz, porque el valor del plurilingüismo se impone por doquier. Conviene conocer varios lenguajes para poder pensar conscientemente en el propio. Cada idioma es una visión del mundo, y el ropaje del pensamiento, que se multiplica en perspectiva con las lenguas aprendidas. ¡Gracias, idiomas del mundo!

Goethe decía que una persona posee tantas almas como idiomas comprende, y lo cierto es que el lenguaje es el árbol genealógico de una nación cuya historia se basa más que en sus gestas en dos legados patrimoniales de civilización a la humanidad: su arte y su idioma. Horrexegatik, eskerrik asko Euskara! 

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CLIC para leer más...- Pardonnez-moi, monsieur. (Discúlpeme, señor) María Antonieta Cuando se aproximaba a la guillotina, condenada a ser decapitada por traición, tropezó accidentalmente con el pie del verdugo.

- Condenada a ser decapitada por presunto adulterio y alta traición, Ana Bolena fue llevada al cadalso, donde le dijo a su verdugo: “No le dará ningún trabajo: tengo el cuello muy fino".

- Napoleón: "France, armée (ejército), Joséphine", o, según la versión de las memorias de Santa Helena "...tête...armée...Mon Dieu !". Tenía entonces 52 años.

Refuerzo del esfuerzo

Existe un consejo garantizado de una buena educación familiar, que además es muy fácil de utilizar por los progenitores en el seno hogareño. A los hijos se les debe facilitar todo aquello que mejore su potencialidad y sus capacidades, pero luego dejar que consigan sus objetivos por sí mismos, sin adelantárselos sin su esfuerzo personal. Expliquémoslo con casos concretos: No les compremos un coche, sino que ayudémosles a que obtengan el permiso de conducción, o no les paguemos unas vacaciones en el extranjero sino que asuman los costes de que ellos aprendan idiomas y vayan a trabajar a otros países. O sólo les ayudemos a adquirir un vehículo si lo necesitan para proseguir sus estudios o para iniciarse en un empleo.

Todas las personas valoramos las metas conseguidas en función de nuestra participación directa en su logro y del precio pagado en persona. Un bocadillo ganado duramente tras colaborar en la recolección de fruta, sabe mejor que un banquete pagado por los padres. Demos a nuestros hijos todo aquello que les haga más capaces, más preparados, más competentes, pero recordemos que si les ofrecemos sus objetivos finales sólo les convertiremos en inútiles insatisfechos que no conocerán el valor del trabajo y la alegría del esfuerzo.

Hemos de ayudar a nuestros hijos al máximo antes de la carrera de la vida, pero luego deben correr solos, y aprender que sólo se gana con el esfuerzo propio. Cuando descubren el infinito potencial de voluntad y de creatividad que atesoran, se transforman. La existencia es deseo, es coraje, es dolor, pero cualquier energía que se invierta para sacar lo mejor de uno mismo viene acompañada de alegría. Goethe dijo que una persona se conoce a sí misma no por la reflexión, sino mediante el esfuerzo. Tratemos de cumplir nuestro deber y pronto conoceremos quiénes somos. Nada grande se ha conseguido sin entusiasmo, que siempre es un éxito, porque nunca hay esfuerzos inútiles. Hasta Sísifo desarrollaba sus músculos. Enseñemos a nuestros hijos que se ama más lo que con más esfuerzo se ha conseguido.

Formas de hacerte completamente invisible

"¿Quieres ser invisible para los hombres? Sé pobre.
¿Quieres ser invisible para las mujeres? Sé viejo."
(¿Goethe?)