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Hijos criados en el cálculo de la pensión

Una elemental idea de justicia que puede solventar simultáneamente los dos más graves problemas sociales: la regresión de natalidad y el envejecimiento poblacional.

Parafraseando a Karl Marx, un nuevo espectro recorre Europa, y a todo Occidente,… “el espectro de la quiebra del sistema público de jubilaciones”. Es universal la preocupación por la sostenibilidad del sistema fiscal de pensiones. Desde Japón, con el elevado aumento de las cotizaciones obligatorias a partir de 2005 para cubrir el severo déficit en la caja de retiro, pasando por Estados Unidos donde Alan Greenspan considera insostenible la actual política para garantizar las pensiones, nos llega a la Unión Europea el debate sobre cómo evitar a medio plazo el desplome financiero público derivado del envejecimiento de la población, con su consiguiente crecida de gastos sanitarios y en pensiones.

El sostenimiento del sistema vigente de retiro, creado hace 70 años, ha funcionado aceptablemente (con pensiones mínimas insuficientes en muchos casos) mientras se mantuvo la alta tasa de trabajadores respecto a los pensionistas. En 1935 había 42 empleados por cada jubilado; hoy, en Europa, no hay ni 3. Si la escalada de esperanza de vida y la edad de retiro se mantienen, junto a la regresión demográfica, cada cotizante y medio deberán ocuparse de un jubilado antes de 2030.

O se retira el voto a los pensionistas para abandonarlos a su suerte, o algo habrá que reformar urgentemente. La primera opción queda descartada, no ya por un básico sentido de ética filial con quienes nos dieron la vida y a quienes les debemos todo, sino por razones más prosaicas. Los jubilados se han convertido en la nueva y creciente mayoría social. Los políticos, que administran recursos limitados, cada año se arriesgan menos a yugular el gasto en pensiones para los mayores, porque su porcentaje en el censo electoral crece ininterrumpidamente.
Otra solución fácil, pero desechable por el rechazo democrático que suscita, es la sustitución (que no complementación) del fondo público de pensiones por aportaciones a cuentas privadas, tal y como impulsa Bush. Esta privatización parcial del sistema de jubilación, aunque se enmascare con la opción de auto-aumentar voluntariamente la presión fiscal para incrementar la aportación en una cuenta pública personal, sería repudiada por un inmenso “lobby”, no sólo de los pensionistas actuales, sino incluso de todos aquellos que nacimos antes de 1970, porque nos situaría en desventajosa inferioridad.

El “Estado de Bienestar” que hemos construido, junto a tasas de natalidad menores de 1,3 hijos por mujer (o pareja), pone seriamente en riesgo a todo el sistema de previsión social en un plazo de apenas 15 ó 20 años. Son precisas reformas drásticas para mejorar la solvencia presupuestaria del sistema de pensiones, con efectos inmediatos y a medio y largo plazo.
El cálculo final de la pensión de cada jubilado se establece sobre la cuantía y años de la base cotizada, lo que mide su esfuerzo solidario de contribución a la sociedad. Una sugerencia que siempre nos rondó la cabeza a algunos, y que comienza a aparecer en algún sesudo informe de sabios economistas aunque no puedo hallar su referencia, señala que la descendencia criada por cada jubilado, hombre o mujer, con o sin experiencia laboral, debería formar parte del cálculo de su pensión.

Quizá simplemente lo hayamos soñado, pero seguro que muchos compartirían la opinión de que una madre que ha sacado adelante a varios hijos e hijas, nietos y nietas (todos ellos cotizantes potenciales), ha cooperado decisivamente con el futuro de una sociedad y merece una pensión digna. Las familias con prole, y quienes lo consideren justo, deberíamos formar un grupo de presión para que el número de hijos cuidados durante su infancia y juventud sea un factor valorado en el cálculo de las futuras pensiones de retiro. Además, de este modo, muchas (y muchos) que renuncian a los hijos o que limitan su número por razones económicas, descubrirían la grandeza y la felicidad de la maternidad (o paternidad) responsable.

Vivimos en Europa

Después de pensar distintas razones para votar hoy sobre el Tratado Constitucional Europeo, lo he resuelto escuchando una canción.

Había decidido mi voto con antelación, por razones demasiado extensas para su exposición con brevedad, pero el videoclip de la banda alemana de rock-pop Rammstein ha sido definitivo. Su álbum con la canción "Amerika" es un argumento concluyente que causó gran revuelo no sólo musical, hasta el punto que Bush lo censuró en la cadena televisiva MTV durante el proceso electoral. Con una marchosa música que la realización en vídeo realza inmersa en el paisaje lunar del Apolo 11, la irónica letra dice así:

“Todos vivimos en América, América es maravillosa. Cuando bailamos yo quiero dirigir, incluso cuando dais una vuelta solos, dejadnos controlaros un poco. Os enseñaré el buen camino, bailaremos todos en corro, la libertad suena en todos los violines, la música llega desde Casa Blanca y ante París se alza Mickey Mouse. Yo sé dar los pasos necesarios y os evitaré los tropezones… Crearemos una estupenda ronda de baile, os enseñaremos el rumbo, a África llega Santa Claus y ante París se erige Mickey Mouse. Todos vivimos en América: Coca-Cola y Wonderbra. Esto no es una canción de amor, no canto en mi lengua materna; no, esto no es una canción de amor. Todos vivimos en América: Coca-Cola, y a veces guerra…”.

Quizá el mismo éxito internacional de Rammstein, cantando en alemán y con el estribillo en inglés, sea un ejemplo de la globalización contemporánea. Muchos sí queremos una mejor y más cercana comunicación cosmopolita en un mundo plurilingüe e intercultural, pero nos negamos a una sola uniformidad de colonización exclusiva, propiciada por un marketing todopoderoso respaldado, si hiciera falta, por la sempiterna fuerza del poder militar absoluto. Por todo ello… sí, queremos vivir en una Europa que sea un referencial modelo planetario de colaboración y de respeto entre muy diversas identidades individuales y colectivas.

Rammstein:_Amerika...

Un vasco en la Corte de Madrid

Allá fue Ibarretxe, como delegado del Parlamento Vasco, a defender en 40 minutos otorgados la decisión mayoritaria de la ciudadanía vasca.

Ibarretxe se presentó como "representante de un pueblo pacífico y civilizado", y fue recibido como un Jefe de Estado extranjero… por los medios de comunicación, que al menos reconocieron la importancia de la sesión del 1 de febrero de 2005. Las Cortes le dieron media hora (dispondría de otros 10 minutos para replicar las 4 horas de intervenciones anteriores) para exponer el Nuevo Estatuto de Euskadi aprobado en Gasteiz. El Lehendakari lo que hizo serena, ordenada y sintéticamente. Seguramente fue la primera ocasión para muchos teleespectadores españoles de oír sin intoxicaciones el planteamiento de uno de los principales promotores del Nuevo Estatuto Vasco.

Luego comenzó la ronda de partidos, con Zapatero sin límite de tiempo y duplicado con su portavoz Rubalcaba. Se repartieron los papeles: El presidente con “buen rollito”, lo que siempre es de agradecer tras su antecesor energúmeno (en la segunda acepción del Diccionario); el portavoz, al final de los grupos, repartiendo “leña”, para no perder votos ante el electorado más celtibérico (o más celtiberizado). Siguió a Zapatero un Rajoy que todavía no se ha enterado que no es presidente, con el mismo sonsonete de razones que esgrimió Fraga hace 26 años contra el Estatuto de Gernika, como luego le señalaría Erkoreka, y el habitual maniqueísmo del PP: sólo hay víctimas (que son de ellos) y victimismas (que son los demás). La vieja táctica de la rentabilidad electoral ultraconservadora, de Bush o de Aznar, que la asesina y aberrante ETA no hace sino alimentar.

Los portavoces catalanes de CiU y ERC apoyaron el Nuevo Estatuto Vasco, mientras anunciaban el suyo y desmontaban argumentos futuros. Erkoreka, de EAJ-PNV, recordó que existe un “contencioso vasco”, se quiera o no; que el cierre en falso a una propuesta vasca de entendimiento es una práctica parlamentaria española periódica desde 1808; y que la derogación unilateral del elogiado Estatuto de Gernika y su incumplimiento manifiesto han sido practicados implacablemente por todo el aparato del Estado, con sus tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial desde el golpe de Tejero. Los representantes de EA, BNG y Nafarroa Bai apuntaron buenas razones para un cambio del modelo de Estado. Los dos portavoces de IU no pudieron, porque es imposible, convencer a nadie que se abstenían y votaban en contra de lo que Ezker Batua apoya en Euskadi: Han superado la esquizofrenia de Batasuna de Sí y NO. Por cierto, el consejero Madrazo prefirió no estar presente ante semejante papelón.

Ésta sólo es una opinión personal más, de un teleespectador vasco que hizo más que los parlamentarios españoles electos: Escuchó a todos los grupos desde el principio hasta el final, mientras que esos representantes políticos que ganan un inmenso sueldo y una inmerecida jubilación… ni hablan (parlan), ni oyen, ni siquiera calientan sus escaños. Aunque se quedaron a votar al final, prefirieron la silla de la cafetería o de otros aposentos. Fehacientemente pudimos comprobar su escandaloso absentismo laboral, a pesar de su inmejorable convenio de calendario y salario.

La sensación final que queda, ante un rechazo anunciado, es que sólo nos resta un camino, pacífico, democrático, cierto: ¡Vayamos a votar! ¡Una y otra vez! ¡Algún día, algún año, algún siglo, quizá este tercer milenio… nos dejarán decidir a nosotros mismos sin tutela de pistolas de unos ni de cañones de otros! Dennos un alivio. Por favor, Lehendakari: ¡Convóquenos a votar ya, lo antes posible, hoy mismo, lo necesitamos para comprobar que vivimos en una democracia!

Comprender la compasión

Susan Sontag, icono intelectual del siglo XX, nos enseñó que la compasión debe ser aprendida y ejercida con pasión.

El pasado martes, 28 de diciembre de 2004, falleció en Nueva York la influyente escritora, intelectual y activista estadounidense Susan Sontag, tras una larga y titánica lucha contra el cáncer al que venció en varias ocasiones. Su polifacética personalidad creativa le había permitido cultivar con gran éxito el ensayo, la novela, el teatro y el cine. Su obra -traducida a 32 idiomas- cuenta con libros de ensayo reflexivo como "Contra la interpretación" o "La enfermedad como metáfora", o de narrativa como "El benefactor" y "Yo, etcétera".

Su personalidad trascendió el mundo literario, participando con un dinámico activismo en favor de los Derechos Humanos, destacando su compromiso crítico contra la política norteamericana e incluso contra la generalizada pasividad de mundo occidental. La voz firme de Sontag criticó todo lo que juzgó ignominioso desde la guerra del Vietnam, cuando publicó que "la raza blanca es el cáncer de la historia humana''. Ante el escándalo de las torturas en la prisión iraquí de Abu Ghraib no dudó en apuntar que "En Estados Unidos evitamos la palabra tortura, decimos abusos, humillaciones, pero la palabra justa, es tortura".

Sus invectivas alcanzaron a Fidel Castro o Sadam Hussein, y se alzó nítidamente en el conflicto de Irak, declarando una y otra vez su "desprecio" hacia el belicoso George W. Bush, al que había recriminado su política de aplicación de la pena de muerte, apodándole "asesino en serie de Texas". Proclamó que Bush "es muy estúpido, pero él no es la persona que hace la política, tiene gente que le rodea que es muy inteligente y que sabe exactamente lo que hace”. En cada rueda de prensa reiteraba: "¿Os dais cuenta de que Estados Unidos no quiere firmar acuerdos internacionales, ni medioambientales ni de nada, para no limitar su libertad?".

Su irreprochable postura ética de “compañera compasiva” le valió furiosas críticas de la prensa gubernamental en su país, pero ella siempre supo pagar el precio de la honestidad, como cuando arriesgó su vida viviendo casi tres años en la martirizada Sarajevo, donde puso en escena la hermética obra de Samuel BeckettEsperando a Godot”, apoyando desde su condición de judía newyorkina la causa bosnia en medio del trágico conflicto centroeuropeo.

Quizá sea su libro 'Ante el dolor de los demás' (publicado en Alfaguara) el título que mejor refleja el posicionamiento de Sontag ante la vida y la realidad. Describe cómo se siente la ciudadanía acomodada de Europa y Norteamérica al presenciar por televisión el sufrimiento de los dos tercios de la Humanidad pobre y apartada, mediante lo que denominó "compasión mediática del sufrimiento visto desde la comodidad". Corroboraba que una de las cosas que necesitan ser excesivas para ser apenas suficientes es la compasión. Seguramente la edad nos ayudará a comprender a quienes no poseemos la inteligencia culta de Sontag, lo que Albert Camus señaló: “envejecer es pasar de la pasión a la compasión”.

El poeta australiano Adam Lindsay Gordon dictó una de las citas más contundentes de la poesía del siglo XIX: “La vida es, en su mayor parte, espuma y pompas de jabón; pero existen dos cosas que son sólidas como el mármol: la compasión ante la desgracia ajena y el valor ante la desgracia propia”. Quizá incluso se podría permutar el orden de ambos elementos. La compasión ha sido un tema eterno de la literatura moderna, desde León Tolstoi la definiera como una de las más hermosas facultades del alma humana, hasta Constancio C. Vigil que citaba cuatro son los caminos para llegar a Dios: la sabiduría, la justicia, la belleza y, el más seguro de todos, la compasión. En la actualidad se reivindica la empatía como su­peradora de la compa­sión y la solidaridad, con la premisa de que es mejor para todos contar con los demás. La empatía se fundamenta en una lógica de la abundancia y refuta la idea de que al re­partir perdamos algo de lo nuestro; por el contra­rio, expresa que lo compartido se incrementa y que sólo coope­rando podremos lograr nuestros objetivos más per­sonales.

Susan Sontag supo transmitirnos lo que sienten las víctimas de la guerra, así como lo que podemos experimentar desde la distancia, tanto física como metafísica, cuando vemos las imágenes del sufrimiento ajeno en medio de este naciente siglo XXI que no abraza la paz. Sontag, con su medio siglo de firme insubordinación, concluyó que la compasión debe ser activa para generar rebeldía ante el militarismo, repudio de la anacrónica fuerza y fomento de la justicia humana desde la insoslayable responsabilidad individual de cada uno de nosotros.

Eufemismo o transformismo

Asistimos al dinamismo del optimismo y del conformismo sin alarmismo por la vía del eufemismo.
 

Eufemismo (palabra feliz) es una figura retórica que sustituye a expresiones vulgares, de mal gusto o tabúes. Frecuentemente con el paso del tiempo, las propias frases indirectas pasan a ser consideradas incorrectas por lo que son sustituidas por nuevos eufónicos eufemismos (borracho, bebedor, alcohólico, dipsómano). 

Desde siempre la muerte ha sido un término maldito, por lo que la locución prohibida se ha citado con múltiples rodeos en todos los idiomas. Lo común no es fallecer, sino descansar eternamente, pasar a mejor vida, recoger el alma, emprender el viaje sin retorno, abandonarnos, no estar ya con nosotros, irse, volar al cielo, ser llamado por el Señor, causar baja o perderlo, y ello sin mencionar las formas más populares como estirar la pata, sacarlo con los pies por delante, recibir la visita de la parca con la guadaña o irse a ver crecer los rábanos por debajo. Incluso en medicina se oyen locuciones como desvitalizar un nervio, enfermo terminal o lesiones incompatibles con la vida. 

Ciertamente resulta más educado, emplear eufemismos en temas fisiológicos o escatológicos demasiado crudos, como ir al excusado para hacer aguas (mayores o menores), pero la difusión contemporánea de los giros y ambigüedades llega a ser enfermiza y patológica. Vivimos tan rodeados de circunloquios que hemos camuflado la realidad por el expeditivo mecanismo de evitar que se mencionen cualquier concepto descriptivo que no sea positivo o esperanzador. Todo es ya de de pronóstico reservado. 

Sigmund Freud advertía que se empieza cediendo en las palabras y se termina transigiendo con los hechos. Habría que tener un mayor respeto al lenguaje y, en definitiva, a la realidad. Lo que hacemos con el lenguaje nos lo hacemos a nosotros mismos. Como decía Octavio Paz, si se corrompe, nos corrompe. Si jubilamos palabras que contienen lo que algunos califican de "prejuicios morales", es decir, contenido ético (como asesinato, tortura, pr0st****ción, aborto o eutanasia), estamos extinguiendo nuestra propia conciencia y nuestra dignidad. 

El léxico se ha edulcorado y aligerado tanto como los valores humanísticos imperantes. Veamos cómo nos estamos anestesiando con un lenguaje evasivo y equívoco. El ardid semántico pulula tanto que distrae y confunde a la opinión pública. La poderosa arma de la palabra actúa como recurso lingüístico de malabarismo sintáctico-expresivo para conformar una pseudo-realidad que entretiene o justifica hechos insostenibles o inaceptables por sí mismos. Nos desorientamos con textos plagados de tapujos, disimulos o contra-negaciones. Veamos cómo nos cuentan la realidad. 

Asuntos socio-económicos: Con el nuevo orden planetario ahora crecemos negativamente por los ajustes monetarios, siendo económicamente débiles los países en vías de desarrollo o la ciudadanía del tercer o cuarto mundo o en la cuarta o tercera edad (eméritos de edad avanzada o en la época dorada). Los reajustes de recursos humanos por la globalización o la externalización de servicios generan expedientes de regulación de empleo o quizá desempleo con los paraísos fiscales donde blanquean el dinero. Abundan las personas con riesgo de exclusión social o sin techo, y el trabajador a lo sumo espera una promoción horizontal. La prensa del corazón parece salida de alguna clínica mental contándonos cómo rehacen la vida los famosos tras episodios de hacer el amor con mujeres de vida alegre o casos de violencia doméstica o de género relatadas por empleadas de hogar de color ilegales e indocumentadas, con fotógrafos perseguidos por servidores públicos en grandes superficies. 

Política y guerras: Fueron Hitler y Goebbels quienes crearon la solución final (Endlösung) de limpieza étnica, mediante la evacuación y relocalización de la comunidad judía. Nixon engendró la ofensiva de paz, Clinton tuvo una relación impropia con una becaria y Bush hijo comenzó con el conservadurismo con compasión e inventó en Irak la guerra del eufemismo: Un conflicto bélico preventivo de baja intensidad organizado por ministros aliados de defensa sirven para extender la democracia, neutralizando al eje del mal con bombas inteligentes de ayuda humanitaria, pocos daños colaterales y sin apenas bajas por fuego amigo. En países castellano parlantes se cuentan los apremios ilegítimos, excesos y confusos incidentes que justifican la existencia de presuntos desaparecidos por cuerpos y fuerzas de seguridad, o en ambientes donde circulan los maletines quienes abusaron de los fondos reservados sugieren que los indultos se los metan donde la espalda pierde su honesto nombre. 

Amado Nervo anunció que "nada más que con conferir a las cosas su verdadero nombre, se produciría la mayor revolución moral que han visto los siglos". Ojalá no debamos lamentarnos de haber sido demasiado tolerantes con un lenguaje, y una mentalidad, que sustituye a la verdad con palabras “de diseño”, políticamente correctas pero éticamente anodinas.

¿Quién votó a Bush?

Sabíamos que la elección sería reñida, pero había muchos datos esperanzadores.

Adaptación norteamericana del tradicional cuento de "los cinco cerditos" a la historia de “Él o Bush” (el obús):

1º. Éste compró un huevo. Abogaban por el cambio presidencial los pésimos resultados estadounidenses e internacionales en seguridad y en economía.

2º. Éste encendió el fuego. Kerry, ganador de los debates en TV, logró la preferencia de los jóvenes, las mujeres y de los nuevos votantes inscritos que anunciaban una alta participación, como se ha producido.

3º. Éste trajo la sal. El tándem Kerry-Edwards alcanzó el apoyo de la ciudadanía de origen hispano, de raza negra, pacifistas, minorías étnicas y sexuales, intelectuales, cantantes y artistas,...

4º. Éste comió un poquito. El partido demócrata era la mejor opción indiscutible para los Estados líderes del Oeste y del Noreste, así como en Europa, resto de América y casi todo el planeta respaldados por la prensa escrita mundial más prestigiosa (“el cuarto poder”).

5º. Entonces vino el “quinto poder”, el conglomerado financiero-televisivo de CNN-AOL-Time Warner, NBC-General Electric, CBS-Viacom y ABC-Disney encabezado por la pujante Fox-News Corporation, y el pícaro gordito Bush se lo comió enterito al electorado.
Discúlpenme, no soy objetivo, soy demócrata (entendido en su sentido genérico) y hasta creo en la ONU.

Afronta la impronta


La emulación de patrones externos es un instinto básico de gran influencia social.


La impronta es un proceso biológico de aprendizaje, por el cual las crías se identifican con los adultos de su especie y aprenden de ellos, mediante observación e imitación, los distintos métodos de supervivencia, búsqueda de alimento y refugio, así como modelos de defensa, ataque, convivencia, apareamiento,...

Entre los años 1940 y 1950, el Premio Nobel austriaco Konrad Lorenz, fundador de la moderna Etología, describió cómo los patitos que nacieron en su jardín de Altenberg lo tomaron como “madre pata”, siguiéndolo a todas partes. Los ánades nacen con una "disposición" a considerar "madre" al animal o artilugio que se mueva de un modo concreto y a una determinada distancia. Esta “programación genética” desenlaza una serie de comportamientos que favorecen la protección de las crías al amparo de sus progenitores.

No sólo las aves, como gansos, patos y faisanes, desarrollan el fenómeno de la impronta. También se ha estudiado en diversas especies desde insectos a vertebrados. Los mamíferos también demuestran en sus primeras etapas vitales un apego y una preferencia permanente, por algo cercano que por lo común es su progenitor. De ahí que sea más fácil domesticar animales si desde cachorros han sido criados en casa, jugando un papel decisivo el olfato al resultar atraídos permanentemente por aromas similares a los primeros que percibieron.

Con la impronta el aprendiz discrimina lo familiar y seguro de lo desconocido y temible. Parece irreversible esa influencia que es difícil de modificar posteriormente. La conducta de impregnación o troquelado forma parte de la evolución ontogénica de todo individuo, animal o humano. La vinculación de la cría con la figura materna ocurre tras nacer a lo largo de una fase crítica de duración variable.

El período sensible de apego se prolonga más en las especies superiores. Mientras en los niños esta fuerte vinculación de arraigo dura hasta los tres años, las ovejas o cabras requieren apenas unos minutos tras el nacimiento para que la cría se acostumbre a su madre y mame, tiempo igual al que la nodriza necesita para mostrase sensible al olor del retoño, aceptándole y segregando leche.

Los estudios en primates y en bebés humanos demuestran el peligro del desarraigo maternal durante las primeras fases del desarrollo cerebral. La carencia o insuficiencia de relación emocional entre el recién nacido y sus progenitores (impronta filial), genera inhibición en el comportamiento, lagunas de afectividad y retrasos del progreso psíquico.

El fenómeno de la impresión causada por los adultos significativos desde la infancia, en sentido amplio, se extiende educativa, cultural y socialmente a lo largo de la vida de las personas, condicionando nuestro libre albedrío. Los patrones imperantes en la sociedad dejan huella indeleble en todos nosotros. Los talantes, las conductas, los modelos de los líderes marcan y se extienden por mecanismos de emulación. El efecto mundial del prototipo Kerry no es igual al impacto del arquetipo Bush.

Los personajes famosos, los políticos, los educadores, los progenitores, incluso todos los adultos haríamos bien en valorar las secuelas de nuestro ejemplo en los demás, especialmente en los menores. El poeta Longfellow señaló: “Ninguna acción, buena o mala, termina nunca, sino que deja en algún lugar su impronta, escrita como una bendición o como un maleficio por unos dedos ultraterrenales”. Recordemos que no sólo somos responsables de nuestros actos directos, sino también de imagen que proyectamos y de las pautas que inducimos en quienes confían en nosotros.

¿Qué haría Jesucristo?

La campaña electoral norteamericana desata, por razones sectarias, una pregunta postergada.

Ambos contendientes Bush y Kerry han recurrido, para la movilización del electorado indeciso, a la búsqueda de todo tipo de aliados y simpatizantes, incluso en las instancias religiosas. Numerosas jerarquías y representantes de los diferentes cultos y sectores estadounidenses se han pronunciado a favor de uno u otro candidato, en función de su posicionamiento político.

Francamente, no vale la pena recopilar las exhortaciones de algunos prelados sugiriendo un aval del Dios universal a un candidato y comparando a su adversario con el mismo demonio. En plena batalla electoral y cuando parece que todo vale para ganar a cualquier precio, se desentierran grupos que han actuado incluso con parafernalia paramilitar de brazaletes con las siglas "QHJ" (¿Qué haría Jesucristo?, en Florida incluso en castellano). Intempestivas y desafortunadas opiniones que interpretan en clave partidista y unívoca la respuesta que Jesucristo podría ofrecer a sus seguidores.

Desde una perspectiva europea, todo ello denota el trasunto de la extendida percepción estadounidense de pueblo elegido y tierra prometida, como hebreos del Antiguo Testamento. Incluso hay quién se cuestiona si Dios es norteamericano. En ocasiones, los conservadores en USA actúan como ungidos por la divinidad con la Verdad absoluta. El fundamentalismo que combaten (el islámico ahora, el comunismo antes), se efectúa con una visión igualmente intolerante y fanática por parte de algunos máximos dirigentes, que se consideran “cruzados” del Bien categórico contra el Mal absoluto.

Somos mayoría en el mundo quienes creemos que, en una verdadera democracia y con el pleno respeto a la libertad religiosa (de creer o no creer), solamente cabe proponer claves éticas para guiar los pasos de de la ciudadanía ante sus problemas cotidianos. Cada uno puede elegir en quién se inspira para tomar sus resoluciones. Para los creyentes cristianos, Jesucristo respeta el libre albedrío personal, al tiempo que nos ofrece criterios de ayuda en nuestras decisiones.

Jesucristo no es una mala opción, creemos muchos; mas es difícil discernir con certeza cómo obraría Jesús en cada ocasión. La suya fue una revolución salvadora basada en el amor y la esperanza. Su mensaje evangélico de amor fraterno es grandioso, pero persiste la incertidumbre de cómo acertar en cada caso.

En cada situación podríamos traducir el "¿Qué haría Jesucristo?" por el equivalente ¿Qué haría una persona que ama a todos?" Jesucristo nos instó a amar aun en difíciles circunstancias (Lucas 6:27-33). “El amor se sacrifica y no exige recompensa; sólo el amor trasciende y nos trae una paz verdadera”. La injusticia crea conflictos; pero también es cierto que toda contienda puede hallar una solución pacífica, no violenta, de restitución de la verdad y de la justicia política, económica y social.

No es verosímil que Dios apueste por soluciones bélicas, ni guerras santas. Las citas bíblicas que abogan por el entendimiento son innumerables: "Busquemos, pues, lo que contribuye a la paz y nos hace crecer juntos” (Romanos 14, 17-19). El amor es el punto de partida de todo, con un querer que no excluya a nadie. No basta amar a familiares y amigos, ni a los de nuestra religión, etnia o grupo social. Derribemos los muros de prejuicios que nos hacen indiferentes ante el dolor ajeno, porque la pasividad siempre será culpable. Si anhelamos la paz, debemos practicar el amor hacia todos como si fuesen hermanos nuestros. Eso haría Jesucristo. Y nosotros somos las manos de Dios en la Tierra.

Kerry ganará

En medio de los numerosos pronósticos sobre la carrera electoral norteamericana, y animado por anteriores aciertos en elecciones varias (generales, europeas, o incluso de algún rectorado con siete candidaturas universitarias) he aquí nuestra particular apuesta: Kerry derrotará a Bush.

Aportaremos algunos argumentos, natural­mente no concluyentes, pero que convergen en la misma previsión. El primer debate electoral en la carrera hacia la Casa Blanca entre el presidente y el senador demócrata, fue vencido por el aspirante según todos los medios de comunicación. Puede resumirse en dos frases de cada uno de ellos. Kerry dijo “Irak es un error” y Bush “El mundo está mejor”. El votante promedio estadounidense sabe que el primero acertó más y que el segundo mintió por su fallo de previsión en la crisis iraquí.

La remontada en las encuestas electorales es un dato coyuntural que probablemente sufrirá altibajos en su evolución, pero son apreciables algunas tendencias de fondo en la sociedad estadounidense. Detalles significativos sobre una reformulación paulatina del “sueño americano” hacia un patriotismo más moderno, más demócrata que republicano, más “newyorkino”, más “europeo”, que busque menos la supremacía mundial desde la hegemonía económico-militar autosuficiente. Comienzan a alzarse en Estados Unidos corrientes de opinión que abogan por un planeta más solidario, más interdependiente y más justo, sin la visión de “nación elegida” (nada menos que por Dios, según algunos).

Estos patriotismos caducos, de “pueblo designado que puede derrotar a sus enemigos”, sobreviven entre un alto porcentaje de las ciudadanías de USA o Israel. Fueron paradigmáticos en todos los imperios de los últimos siglos, perviviendo por ello en menor medida la perspectiva de “ganar venciendo y no convenciendo” en determinados sustratos sociales del Reino Unido, España,… además de los regímenes teocráticos donde la población fundamentalista cree contar con “aliados divinos” que compensen la evidente asimetría de poder fáctico en nuestro planeta.
La diferencia entre Kerry y Bush quizá no sea demasiada desde una perspectiva europea o alejada de USA, pero la altura del candidato es manifiestamente superior al presidente saliente. Kerry no sólo le saca un palmo de estatura física a Bush, sino que su educación, perspicacia y visión del futuro son indudablemente más certeras y prospectivas.

Sólo un dato final basado en una “leyenda urbana”, de las denominadas FOAFS (friend of a friend stories, historias de un amigo de un amigo), que en este caso es rigurosamente cierta y que expresa descriptivamente la figura del candidato. Se trata de una foto, totalmente certificada, donde aparece Kerry sentado detrás de Jane Fonda durante una reunión pacifista en Valley Forge (Pennsylvania) en septiembre de 1970, tras haber solicitado en enero la baja de su servicio militar en Vietnam antes de tiempo, para presentarse como candidato a un escaño en el Congreso en Massachussets. Un detalle aislado no avala una biografía compleja como la de Kerry, pero puede otorgar un aliento de esperanza de un candidato presidencial que odiaba la guerra, especialmente tras su experiencia bélica como combatiente.

Quizá con Kerry podamos avanzar menos lentamente para vislumbrar un nuevo hito para la Humanidad con el fin de los imperios, superadora de una historia subyugada por una sucesión de hegemónicos imperios periódicos. Confiemos que un espíritu de inteligencia pacifista, no sólo euro-céntrico, se extienda con la labor de todos nosotros de modo que progrese una paz basada en la justicia y el respeto a todos los derechos humanos, individuales y colectivos.

[Actualización a 26-10-2012: Hemos eliminado una imagen a petición de Yahoo,... ]

Un mundo más justo

En la encrucijada de un mundo donde parece que sólo cabe matar o morir, debe nacer una nueva ciudadanía comprometida con la justicia y con la paz.

Son estremecedoras las trágicas noticias del colegio de Osetia del Norte, donde un cruel e inhumano secuestro ha provocado la muerte de centenares de escolares. Mientras, en el Madison Square Garden de New York, Bush promete que “hará todo lo posible por garantizar la seguridad de su país” entre globos multicolores. Ambos sucesos ocurren simultáneamente en el mismo planeta.

El actual panorama mundial de “guerras preventivas” reincide en la aciaga receta bárbara de “una última guerra para conseguir la paz”. Sinceramente, ¿queda algún ser racional que no comprenda que un mundo más seguro sólo puede ser un mundo más justo y solidario? Tomás de Aquino señaló que “la justicia elimina los obstáculos para la paz”. Sr. Bush: No nos prometa un mundo más seguro para algunos, sino un mundo más justo para todos.

¿Por qué no nos implicamos en un urgente proyecto de respeto de los derechos humanos de toda la humanidad, con una generosa cooperación internacional que elimine la pobreza y la desigualdad, para conseguir un nuevo Orden Mundial basado en la Justicia y la Paz? Despertemos de la pasividad social y política que nos atenaza en este “primer mundo” acomodado y amodorrado. Superemos el desencanto y la medrosa percepción de impotencia frente a los graves problemas de justicia y seguridad de nuestros hermanos y hermanas, tan terrícolas como nosotros mismos.

28 palabras para Bush

Los dirigentes mundiales olvidan lo que aprenden los escolares.

Muchos educadores pensamos que el texto más bello y universal escrito por la Humanidad hasta el presente es la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, proclamada en New York el 10 de diciembre de 1948 por la Asamblea General de la ONU. Recordemos íntegra y literalmente dos de sus treinta artículos, para apreciar su trágica pertinencia en la actualidad.

Art. 5º: “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
Art. 6º: “Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica”.
A tan precisas y contadas palabras, quizá sólo cabe añadir una reflexión de Ernesto Sábato: “El imperativo de no torturar debe ser categórico, no hipotético”.

El partido del 'oído'

Cuando Aznar habló de odios, pensamos “a palabras necias, oídos sordos”

Aquel ex–presidente, cuyo nombre tendemos a olvidar, sólo tuvo razón cuando afirmó que existe un “partido del odio que alimenta el sectarismo y destrucción del adversario”, en el supuesto de que se refiriese al PP que él mismo desbocó en la persecución, acoso y derribo de cualquier modo de oposición. El subalterno de Bush cuando denuncia que se ha “instaurado un partido del odio que busca destruir al PP” se está autodefiniendo: cree el ladrón que todos son de su condición. La vieja paradoja de que “cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga”.

Tras el 14-M soplan otros aires, se escucha a los demás, se defienden las lenguas distintas, la pluralidad sólo aparta a quienes pretenden la imposición, y se destapan los desatinos de un período negro en democracia, en el que la confusión de poderes independientes se produjo para presumir justamente de aquello que más faltaba: eficacia en la lucha antiterrorista. La escandalosa manipulación de las víctimas tuvo su final programado, cuando la conveniencia electoral del factor ETA evidenció la incompetencia de azuzar e ignorar el peligro islamista. Torpeza, prepotencia, desprecio, abuso, regresión y demasiado odio hacia los otros.

Ante tal talante, el hartazgo del electorado se exteriorizó ante las urnas, con un contundente “oído, cocina”, que ya había resonado atronadoramente ante la huelga general, el Prestige o la guerra de Irak. Lo que nos movió al rechazo del estilo autoritario no fue el odio, fue simplemente el oído.

Al PP se le acabó el tiempo

La verdad se escurría por entre los dedos de la manipulación

El Pueblo lo soporta todo. Paga en sangre y en carne, sin demora ni regateo, con la vida, con la hipoteca y la subordinación perpetua. Recibe, a cambio, mentiras y engaños. Políticos mendaces que arrojan carroña a una prensa cómplice. Nos preguntábamos: ¿Es que no queda ni un sólo periodista profesional que inquiera a un solo policía competente, para publicar una sola verdad que responda a las acuciantes preguntas del pueblo el mismísimo día de las urnas? ¡Cuánta miseria, cuánto servilismo, cuántos intereses corrompidos!

¿Acaso el pobre pueblo sólo merecía esa burla de retraso y ofuscación? ¿Quién nos defiende de estos defensores? ¿Quién extinguió todos los poderes al servicio de la sociedad? ¿Dónde está la Fiscalía, tan ágil para condenar delitos que causan infinitamente menos alarma social? ¿Dónde quedaron los jueces estrella? ¿Dónde se esconden los directores de los prestigiosos diarios? ¿Cuándo leeremos los editoriales comprometidos? ¿Dónde se refugia el laureado estadista y el ministro de Perejil? ¿Dónde se agazapa el candidato a dedo que espera gobernar al mismo pueblo sumiso?

Alentaron la guerra lejana para el negocio cercano. La cruzada con Bush de quienes se dicen cristianos, legionarios de Cristo, pero sólo buscan lucrarse con el poder para seguir dominando y explotando a sus gentes del mismo indigno modo. La crueldad de los verdugos terroristas islamistas (a los de ETA sólo les resta anunciar su definitiva desaparición, ¿o quieren “mejorar” esto?) se empareja con la connivencia de quienes se escudan en el asesinato del pueblo para sacar provecho propio. ¡Cuánta iniquidad, cuánta perversión, cuánta inmoralidad! ¡Malditos sean todos los culpables! ¡Que hablen las urnas con el clamor de PAZ que se alza desde Bagdad y desde Madrid!

Miedo de lobos

La ambición de los todopoderosos debe ser reprobada.

Vivimos una confusa situación planetaria en la que los lobos siguen exigiendo garantías contra los ataques de las ovejas. Los gobiernos de los países más poderosos económica y militarmente, dotados con inmensos arsenales saturados de armas de destrucción masiva y un amplio historial de imperialismo en todos los continentes, continúan confundiendo a sus ciudadanías con artificiales miedos de diabólicos enemigos que sólo son famélicos países tercermundistas como Corea del Norte.

Siniestros personajes como Richard Perle, uno de los crueles promotores de la política de “ataques preventivos” y vinculado a los sórdidos intereses armamentísticos norteamericanos, ha dimitido consecutivamente de la Presidencia y recientemente de la misma Junta de Política de Defensa del Pentágono, porque sus criterios belicistas asustan incluso a la propia administración Bush, o al menos, causan un perjuicio a su campaña electoral. Un controvertido libro suyo recientemente publicado, “El fin del mal: cómo ganar la guerra contra el terrorismo”, propone una vasta reforma de los ministerios responsables de endurecer aún más su política, abogando por "acciones vigorosas" contra Irán, Arabia Saudí, Libia, Siria y otros Estados que, según su militarista visión, representan una intolerable amenaza. Este “halcón de halcones” opina que EE.UU. debe salir de la ONU e incluso ha calificado de "blando" al Secretario de Estado, Colin Powell.

La escritora francesa de finales del siglo XIX, la Princesa Karadja decía que “El mundo es un parque de animales en el que se olvidó separar los lobos de los corderos”. Revivimos todas las enseñanzas de los clásicos, desde Esopo que anticipó que “Cuando un lobo se empeña en tener la razón, ¡pobres corderos!” hasta la conclusión de Voltaire, “Así, en todos los tiempos, nuestros señores los leones han firmado sus tratados a costa de los corderos”.

Más trágicos y penosos son aún algunos raposos, que estando entre lobos aprendieron a aullar como ellos. Pero, aunque nos sintamos como en el proverbio latino “De frente un precipicio, detrás un lobo”, sepan los agresores que cuando los corderos montan en cólera son peor que los lobos. La audacia es pavor vencido, desbordamiento de los tímidos desencadenados, ferocidad de cordero encolerizado. No toleremos que “El hombre sea un lobo para el hombre”. Hagamos que el hombre sea un hombre frente a los lobos. Ya dura demasiado el silencio de los corderos…

Letras ganadoras

Descubre el poder oculto de los apellidos largos (o el tamaño sí importa)

Los habitantes de las remotas montañas de Kentucky, casi analfabetos, sabían siempre de antemano (antes de las encuestas preliminares) cuál de los dos candidatos sería el próximo Presidente de los Estados Unidos. Los periodistas desplazados se sorprendieron con tales dotes de adivinación y más cuando averiguaron su simple e infalible método: El apellido del ganador contenía más letras.

Este predecible sistema válido desde 1789 con George Washington que no tuvo opositor, ha funcionado casi sin excepciones durante todo el siglo XX. McKinley ganó por dos veces a Bryan; Roosevelt a Parker; Harding a Cox; Coolidge a Davis; Hoover a Smith; Roosevelt en 4 ocasiones a Hoover, Landon, Wilkie y Dewey; Truman a Dewey; Eisenhower dos veces a Stevenson; Kennedy a Nixon (aunque luego éste ganó a Humprey y McGovern); Ford, que lo tenía mal sólo fue presidente por renuncia de Nixon, y luego perdió contra Carter; Reagan disputó cerradamente a Carter; Bush padre sí ganó a Dukakis, pero perdió contra Clinton, quien también venció a Dole; y finalmente entre Bush y Gore la disputa no pudo ser más cerrada. Así pues, Kerry ganará a Bush, por un margen pequeño pero definitivo.

Desconozco desproporcionadamente la extraterritorialidad e interdisciplinariedad de esta metodología, pero si aceptamos contrarrevolucionariamente su internacionalización, quizá Rodríguez Zapatero haya errado al rebautizarse como ZP frente a Rajoy. Que aprenda de lo sucedido a Mas contra Maragall o Carod-Rovira.

Muro de humo

Otra campaña electoral más que el PP esconde tras puro humo.

El PP de Aznar se ha especializado en cortinas de bulos. Cual apicultor con unas bocanadas de fumata aleja las abejas de la cruda realidad, evita picaduras y se lleva el panal de ricos votos, aunque la democracia quede ahumada. Porque Carod-Rovira no estuvo en las Azores, ni avaló una guerra ilegítima con falsos arsenales. Ni Rodríguez Zapatero hundió el Prestige y contaminó toda la costa cantábrica. Tampoco Ibarretxe ni Atutxa acosan al poder judicial, ni ponen en entredicho su independencia. Ni siquiera Llamazares watergatiza indebidamente la “inteligencia” de la agencia CNI.

Para desviar la atención de la opinión pública, el PP incluso salpica a sus propios personajes desechables. El “arrojo” de Trillo menospreciando a la prensa con un euro prepotente no basta para despistar del transporte cicatero del Yak 42, ni sus últimas perejiladas bélicas soterran a los muertos. Tampoco los divorcios de un ministro ocultan su pésima gestión por tierra, mar y aire, ni las memorables sandeces de la “Anda Palacio” y las medallas bushianas de “Ánsar” tapan los acallados fracasos internacionales del Sáhara, Constitución Europea, Gibraltar,… por no citar los inexistentes pero prometidos contratos bélicos de Irak.

Los supuestos “éxitos económicos” de ocho imparables años tampoco nos obnubilan de que el Estado español sigue a la cola de la Unión Europea en todos los parámetros sociales, tales como desempleo, inflación, inversión en familia, salud, educación e investigación, temporalidad y en salario mínimo. A pesar del cacareado “prestigio internacional” y de pervertidas quimeras como que "España es un país sólido, creíble y en expansión con más de 40 millones de personas con alto poder adquisitivo", la inapelable verdad de esa “España (que les) va bien”, es que el 56% de las familias no “llega” a final de mes, y los sistemas de asistencia social son los más precarios de la Europa comunitaria.

Las urnas se acercan y el inexistente partido popular, apenas un organismo de poder réplica de cierto “movimiento de democracia orgánica”, alza su coro de voces bajo la batuta del “embelesamiento único”, con aplastante apoyo mediático y marketing para votantes embotados. Nuevamente se despierta el soterrado pavor inculcado por el homenajeado de la Fundación Francisco Franco, con la matraca de la conjura vasca-catalana-roja-masónica. El PP obvia un balance de gestión y se limita a repetir consignas críticas para hacer la “oposición a la oposición”, con absurdas peticiones de democratización… a los partidos genuinos: Pongan orden en el PSOE y releven a su líder, desaparezca IU, destituyan a ERC en Catalunya, abandonen el Plan Ibarretxe en Euskadi,… en definitiva, “ríndanse todos, que la quiniela está ganada”.

Pero las humaredas de las huelgas generales, de las manifestaciones pacifistas y del chapapote no se ocultan con fogatas de distracción desde triunfalistas hogueras de prensa servil. Rajoy insulta al electorado si cree que su “humo de puro” le hará ganar las elecciones mientras canta “fumando espero”, sin apurarse en debates. Mariano ha sido designado por su ventrílocuo Josemari, un político que desdeña el diálogo, con la estrambótica teoría de mejor no dialogar si se puede descalificar al adversario, o mejor no acudir al Parlamento si puedo sacarme otra foto con Bush.

El Estado estriado y estofado que deja Aznar es un establo estucado por un desbocado PP, que considera que las pensiones y las subvenciones las paga de sus arcas, por lo que debe rendírsele pleitesía. Sus absolutistas lemas están copiados del primer hombre que usó tacones para disimular su corta estatura, Luis XIV, el Rey Sol que dijo “El Estado soy yo" y "Después de mí, el diluvio”. Así pues, ¡que llueva, que llueva,… el próximo 14 de marzo!

La treta de la teta

¿Nos distraen con escándalos pusilánimes para mantener sus guerras?

La puritana conciencia mundial se estremeció en el sacrosanto intermedio del partido final de la Superbowl. Se desató el escándalo cuando, en un montaje preparado, Janet Jackson mostró su seno derecho ante 100 millones de telespectadores, mientras cantaba "Rock your body" con el novio de Cameron Díaz. El deificado ídolo adolescente Justin Timberlake cumplió literalmente la última estrofa: "Better have you naked by the end of this song” (Voy a tenerte desnuda al final de esta canción).

Aznar is different

Mientras sus colegas Bush y Blair ceden ante la opinión pública, el tercer tenor de Las Azores descarta investigar sobre las supuestas armas de destrucción masiva iraquíes. Aznar reitera que sus decisiones se basaron en “informes de inspectores de la ONU” (sic). El líder có(s)mico, el presidente de un país diferente, inventor de la “guerrilla” (ahora llamada terrorismo), sólo se expresa en la lengua cervantina, aparte del catalán que habla en la intimidad (por cierto, los descubridores de la fregona y el chupa-chups eran catalanes). Esta penuria lingüística le reporta notables ventajas al insigne paladín, inventor de la mediocracia para memócratas. Cuando los Gobiernos norteamericano y británico admiten “dudas legítimas" sobre los supuestos arsenales del régimen de Saddam Hussein, todo el mundo mira pregunta al “enterao” líder mundial: And you? Aznar, se escabulle chapurreando en francés: Je (ne) comprend pas!

Aunque Zaplana asegure que "el Presidente nunca ha dicho que a él le conste, a él expresamente, que el régimen iraquí tuviera armas de destrucción masiva", la hemeroteca no miente. Aznar ha declarado literalmente: "Pueden estar seguros de que el régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva"; "Hay que liberar al mundo del peligro que supone la posesión de armas de destrucción masiva por parte de Saddam"; "El Gobierno tiene información reservada que demuestra que Irak, con armas químicas y biológicas y conexiones con grupos terroristas, supone una amenaza para la paz y la seguridad mundial. Tenemos evidencias suficientes en ese sentido"; "El régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva, tiene vínculos con grupos terroristas y ha demostrado a lo largo de la historia que es una amenaza para todos"; "Los propios inspectores de Naciones Unidas han constatado armamento químico y biológico no declarado por Saddam"; "El arsenal químico y bacteriológico tarde o temprano tendrá que aparecer" y "Esas armas serán encontradas".

Le echaremos de menos, sobre todo los humoristas, pero de todas formas… ¡Váyase Sr. Aznar! Y si es posible, llévese con usted su miedo, su credo y su dedo.

Niños enemigos


¿La exaltada seguridad debe prevalecer sobre los derechos humanos?



Publican los periódicos la horripilante noticia, perdida en la sección de información internacional, de que el Gobierno Bush libera a 3 niños de Guantánamo porque "no poseen información válida y ya no representan una amenaza para la seguridad nacional”. Estos “enemigos” tenían entre 11 y 13 años cuando fueron capturados hace 24 meses en Afganistán, donde serán retornados con la ayuda de una ONG. Según el ejército norteamericano “la edad no es un factor determinante. Nosotros detenemos a combatientes enemigos que atacan a nuestras fuerzas armadas o ayudan a quienes lo hacen”, y aseguran las fuentes militares que la campaña de presiones encabezada por grupos de derechos humanos de todo el mundo no ha influido en su decisión de liberarlos, que se produce únicamente porque ahora se les considera “no peligrosos”.

Estos críos, junto a otro centenar de chiquillos que no alcanzan ni la edad de la preadolescencia, han permanecido incomunicados al igual que todos los prisioneros en el campo de concentración de Guantánamo. Mientras la lenta justicia estadounidense estudia varios recursos sobre la constitucionalidad de la detención indefinida de estos presos sin que les formulen cargos y acepta, a instancias del abogado representante de la administración Bush, Ted Olson (el mismo que convenció a los magistrados en 2000 de que Gore no debía ser el presidente), el desquiciado argumento de que “otorgarles el derecho a defensa a los sospechosos de terrorismo interferiría con los interrogatorios claves para la seguridad nacional”.

Estos sucesos son repulsivos, ¿o sólo nos lo parece así a algunos? El fatídico 11-S se evaporaron todas las esencias democráticas del mundo occidental y se propagó algún extraño virus (no aquel ántrax del que nunca se volvió a hablar), que ha pervertido nuestras almas en pro de la idolatrada seguridad, y parece que ya ni la infancia es inocente. Muchos jamás aceptaremos la culpabilidad de un niño, ni un castigo de alejamiento de su familia y entorno. Milton dijo que “de todas las personas, los niños son las más imaginativas porque se entregan sin reservas a todas las ilusiones”. Esos niños procedían de familias talibanes y, simplemente, querían a sus padres. Eso no es un delito.

Se agolpan los pensamientos de educadores y filósofos que supieron valorar la infancia y cuyas enseñanzas parece que hemos olvidado: Da un poco de amor a un niño y ganarás un corazón. Debe cultivarse en la infancia preferentemente sentimientos de independencia y dignidad. El amor es para el niño lo que el sol para las flores: No basta pan: necesita caricias para ser bueno y para ser fuerte. Los niños necesitan más de modelos que de críticos. El niño es como un barro suave donde puedes grabar lo que quieras... pero esas marcas se quedan en la piel... esas cicatrices se marcan en el corazón... y no se borran nunca. Terminemos con dos axiomas: Los niños usan los puños, hasta que alcanzan la edad en que pueden usar el cerebro, de Robert Browning y la de Juvenal: El niño es acreedor al máximo respeto.

Mentiras e incongruencias

El detector de engaños comienza a pitar constantemente: ¡Elecciones a la vista!

Las urnas despiertan la maquinaria electoral de propaganda, demasiado plagada de medias verdades, inexactitudes, falsedades e incoherencias.

El partido gobernante en el Estado es particularmente enervante. Sus reiterados embustes, que abarcan desde la megalomanía del acomplejado Aznar con la reciente tomadura de pelo de que “en mi país existen 43 millones de personas con alto poder adquisitivo” hasta las groseras farsas como “las playas idílicas” del Prestige o las aborrecibles patrañas sobre “la ayuda humanitaria” en Irak. A la dirección de este PP ultraderechista de la España imperial, cuya única liberalidad consiste en permitir chanchulleros negocios para sus amiguetes privatizando las escasas empresas públicas rentables y cuya única ideología no rancia reside en el control absoluto de los medios de comunicación para corear burdas consignas, demonizando lo vasco como distracción universal, convendría recordarle una reflexión obvia. Las mentiras provocan una triple indignación: ética por faltar a la verdad, social porque implícitamente supone que el electorado es despreciablemente estúpido, y personal por el descaro de presumir que los votantes íbamos a olvidar sus desmanes y comulgar con semejantes ruedas de molino.

El primer partido de la oposición, como pomposamente se denominan los bipartidistas, se derrota sola a sí mismo por sus estruendosas incoherencias, sin llevar ni siquiera la gestión de nada que no sean sus autonomías donde votar PP sería decididamente suicida. Este PSOE denota demasiada “vocación de vacación” como cómodo segundo partido perpetuo, dedicándose -mientras mantienen alguna poltrona parlamentaria antes de ser defenestrados internamente- más a que no haya terceros partidos, que a ser el partido gobernante. Sólo un botón de muestra de inconsistencia y servilismo: El anuncio de Rodríguez Zapatero de que sólo intentará formar Gobierno si el PSOE es el partido más votado el 14 M. Semejante dislate sólo se explica como buen subordinado al PP, que trata de amarrar votos de IU para continuar como líder opositor tras la derrota. Esta nueva postura política del PSOE, ratificada por la Chaves en Andalucía y cumplida parcialmente en Catalunya por Maragall (el más votado en votos, que no en escaños), debiera ser aplicada en todo el Estado, desde la sopa de letras balear hasta Euskadi donde Javier Rojo trató de gobernar siendo la tercera fuerza en la Diputación Foral alavesa, y donde sigue apoyando a la segunda fuerza. Todo ello sin entrar en la casuística de los innumerables contraejemplos municipales, como Gasteiz o de la margen izquierda vizcaína, como Portugalete o Santurtzi que veo frente a mi ventana. ¿Saldrá pronto Patxi López a sumarse al carro de quienes sólo aspiran a gobernar si son los más votados?

No a este PP que hace “oposición a la posición” y anuncia con costosas campañas publicitarias que “cumple” con sus obligaciones legales, señal inequívoca de que sabe perfectamente en cuántas otras materias (internacional, vivienda, educación, sanidad, empleo, pacificación,…) no ha cumplido ni tiene intención de cumplir, y que sigue manteniendo al Estado a la cola de Europa con Grecia y Portugal, aunque Aznar se codee con Bush. Tampoco a este PSOE reactivo que sigue la estela del retrógrado PP alternando pactos sumisos con retórico antagonismo, y sin un progresista proyecto propio. Siempre nos quedarán las opciones más apegadas a la realidad, como los partidos nacionalistas o IU, ante este desolador panorama de quienes pretenden imponer un bipartidismo estatal, con dos formaciones que parecen asumir el penoso cliché del “doberman y el faldero”, desgraciadamente porque suponen que les funciona bien ante sus respectivos electorados.