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¿Seres inalámbricos?

Lo inalámbrico nos rodea, nos ayuda y nos abruma. Hablamos por teléfono desde cualquier sitio, navegamos por Internet a distancia, sabemos en qué punto del planeta estamos, podemos cocinar sin conexión física o recargar los coches (eléctricos, claro) por remota inducción. Todo se está miniaturizando y acercando, pero sin enchufes, sin cables, sin tocarse.

Hemos priorizado la vista y el oído, potenciados por la realidad virtual, pero estamos perdiendo el enigmático olfato que siempre trae recuerdos, o el prodigioso sentido del sabor y, sobre todo, el acariciante tacto que es el más mágico de los sentidos. La comunicación wireless nos aligera de equipaje y nos permite vivir interconectados. Esto es, sin duda, una oportunidad. Pero no incurramos en el error de reducir nuestro tiempo de contacto piel a piel, con la pareja, con las amistades, con los colegas, con los vecinos, con los demás seres humanos.

Nacimos con cordón umbilical. No hay sexo inalámbrico, ni amor verdadero, sin encuentro de cuerpos. No hay amistad genuina que sólo sea virtual. Actuemos contra la hipotrofia de los sentidos. Necesitamos más contacto, más compenetración, más besos, más abrazos, más apretones de manos todos los días,... Porque pronto volveremos a ser átomos dispersos por el universo, polvo de estrellas como antes fuimos .

[La imagen procede del blog de Juan Freire, y apunta que quizá Dios es inalámbrico. Lo seguro es que los seres humanos no lo somos... Abajo un vídeo reciente que muestra un robot... con sentido del tacto].

Anagnórisis y peripeteia, desde Ulises a Luke Skywalker


La anagnórisis (del griego antiguo ἀναγνώρισις, «reconocimiento») o agnición es un recurso narrativo que consiste en el descubrimiento por parte de un personaje de datos esenciales sobre su identidad, sus seres queridos o su entorno, ocultos para él hasta ese momento. La revelación altera la conducta del personaje y lo obliga a hacerse una idea más exacta de sí mismo y de lo que le rodea. 

También se produce anagnórisis cuando un personaje principal revela su identidad hasta entonces oculta o velada a otros personajes secundarios cambiando así la relación, normalmente de un nexo débil o inexistente (un mendigo o simple huésped) hacia un nexo fuerte (el hijo de un enemigo que clama venganza, el retorno de un rey por largo tiempo ausente,...), produciendo un punto de giro en la historia que la hace avanzar hacia su desenlace.

Al regresar a Ítaca Ulises se presenta o revela hasta en diez ocasiones su identidad a sus seres queridos, puesto que sus rasgos físicos han sido cambiados por los dioses y el tiempo y no siempre le reconocen. El término fue utilizado por primera vez por Aristóteles en su Poética. Aunque la anagnórisis es un recurso frecuente en muchos géneros, Aristóteles la describió en relación con la tragedia clásica griega, con la que está asociada de modo especial.

De acuerdo con Aristóteles, el momento ideal para la anagnórisis trágica es la peripecia (giro de la fortuna): en un momento crucial, todo se le revela y hace claro al protagonista, con efectos casi siempre demoledores. Por ejemplo, el descubrimiento por parte del héroe trágico de alguna verdad sobre sí mismo, otras personas, o de algunas acciones que significan que, ahora que las sabe, toda la trama cambia de dirección como resultado de su reacción a las noticias. La revelación de esta verdad (que ya era un hecho, pero el protagonista ignoraba) cambia la perspectiva y la reacción del héroe, que se adapta y se acomoda aceptando su destino y en consecuencia ayudando a que este ocurra.
Ejemplos: Edipo, rey de Tebas descubre que el verdadero origen de las plagas que asuelan su polis son causadas por él mismo al cumplir sin saberlo con el oráculo de Delfos: "Matarás a tu padre y te casarás con tu madre", con quien ha tenido cuatro hijos. Un ejemplo clásico de anagnórisis en la tragedia griega se halla en el «Edipo Rey» de Sófocles, cuando Edipo se entera de que la persona que había matado era su padre y que su esposa es su madre. Otro caso especialmente emotivo es el de Ágave al final de «Las bacantes» de Eurípides, que llega a Tebas con lo que cree la cabeza de una fiera en su mano. A medida que el dios Dioniso se va retirando de su ser, comprende que se trata de su propio hijo, Penteo, al que ella y las demás bacantes han despedazado en una orgía de sangre.

En la comedia griega, la anagnórisis es también un recurso frecuente: en las obras de Menandro y sus imitadores latinos, abundan los personajes que han sido abandonados de pequeños y criados como miembros de una clase social inferior. Al entablar una relación con un personaje noble, su extracción humilde supone un estorbo; al final de la obra, se descubre por algún indicio (una marca de nacimiento, un objeto personal que la madre dejó junto al bebé) su verdadera identidad, y la pareja puede unirse felizmente en matrimonio.

En la épica griega tenemos un buen ejemplo de anagnórisis en los últimos cantos de la «Odisea», cuando Ulises vuelve a Ítaca, su patria, y varios personajes lo van reconociendo (su viejo perro Argos, su nodriza Euriclea, su hijo Telémaco, su padre Laertes,...), en una gradación que termina cuando su esposa Penélope, la más reacia a aceptar la revelación, lo somete a una última prueba para confirmar su identidad.

En la literatura española, la anagnórisis es moneda corriente en las novelas de caballerías, el teatro barroco (p. ej. «La dama duende», de Pedro Calderón de la Barca) y el drama romántico. Y también está presente en La gitanilla y en varias de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes. En la literatura inglesa renacentista, William Shakespeare también utiliza las características asociadas a este término en sus obras dramáticas, específicamente en sus tragedias. A pesar del momento de anagnórisis, de reconocimiento, todo acaba mal por el hecho de la inclusión del fatalismo, propio de las obras trágicas.

En la literatura prehispánica, específicamente en el drama Ollantay encontramos una hermosa anagnórisis cuando el inca Túpac Yupanqui encuentra a Cusi Coyllur, prisionera, y reconoce que ella es su hermana.

El ejemplo más moderno sería en el episodio V de la Saga cinematográfica de Star Wars: Cuando Darth Vader revela a Luke Skywalker que él es su padre, la trama pasa de ser una batalla entre el bien contra el mal a ser un conflicto existencial del protagonista entre su deber de luchar contra el mal o redimir a su padre caído.
La peripeteia (en griego antiguo, περιπέτεια) o peripecia es el acontecimiento de una trama que supone un punto de inflexión, un giro en la suerte de los personajes. Este término especialmente se aplica a las obras dramáticas. Dicha historia se presenta como una adversa y repentina que sucede accidentalmente y sin previo aviso, lo cual provoca un cambio en la situación actual que se vive en lo relatado.

En las tragedias supone el punto en el que la trama toma el cariz propiamente trágico, es decir, el punto de inflexión en el que la suerte del héroe protagonista se trunca y comienzan las desgracias que le llevarán inevitablemente a un final desdichado.

Aristóteles define la Peripeteia como «un cambio por el cual la acción gira hacia su opuesto, sujeto siempre a nuestra regla de probabilidad o necesidad». Según Aristóteles, la peripecia, junto con el descubrimiento, es la más efectiva cuando se trata de drama, particularmente tragedia: «la mejor forma de Descubrimiento es aquella que asiste a Peripeteia, como la que conduce al Descubrimiento a Edipo».

La peripeteia incluye cambios en el personaje, además de cambios externos. Por ejemplo, si un personaje pobre y oscuro se ha vuelto rico y famoso, ha sufrido una peripeteia, incluso si su personaje sigue siendo el mismo. La peripeteia o peripecia se distingue de la anagnorisis o agnición, cuando un personaje descubre una información que previamente ignoraba. Esta distinción proviene de la Poética, que consideró que la anagnórisis, que lleva a la peripeteia, un aspecto superior de la tragedia. 

Dos de estas obras son Edipo Rey, donde la información proporcionada por el oráculo de Delfos (que Edipo mató a su padre y se casó con su madre) provocó la muerte de su madre, Yocasta y su propia ceguera y exilio, e Ifigenia entre los tauros, donde Ifigenia se da cuenta de que los extraños que ella debe sacrificar son su hermano y su amigo, lo que resultó en que los tres escaparan de Tauris. Consideró estas tramas complejas y superiores a las simples sin anagnórisis ni peripeteia, como cuando Medea decide matar a sus hijos sabiendo que lo son y aun así lo hace. Aristóteles identificó a Edipo Rey como la principal obra para ejemplificar la peripecia.
Otro recurso literario citado en este vídeo es el Arma de Chéjov: "Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente. Si no va a ser disparado, no debería haber sido puesto ahí", indicó Antón Chéjov.

Cuatro siglos de Escuelas Pías, de José de Calasanz

Cuatro siglos de Escuelas Pías, de José de Calasanz
Hoy se cumplen cuatro siglos de las Escuelas Pías que creó José de Calasanz (ver su biografía en Wikipia). El 6 de marzo de 1617, hace 400 años, nacía la Congregación Paulina de las Escuelas Pías con la promulgación por parte del Papa y de la Iglesia de este reconocimiento a la labor de Calasanz y sus colaboradores.

Todos los escolapios de hoy, religiosos, escolapios laicos, quienes hemos estudiado en Escolapios (y seguimos eternamente agradecidos por la educación recibida), miembros de las Fraternidades y de los equipos de misión compartida, todas las personas que colaboran una forma u otra, tantos miles de niños y jóvenes y adultos que forman parte de este gran proyecto de Calasanz nos felicitamos y damos gracias a Dios por esta preciosa historia vivida y por la que hemos de seguir construyendo.

Hoy renovamos una vez más nuestros votos, nuestras promesas, nuestras compromisos, para seguir disfrutando y haciendo realidad la preciosa misión escolapia. Nos congratulamos de haber cumplido cuatro siglos siguiendo a José de Calasanz. Fue uno de los precursores de la pedagogía moderna, aunque no compuso una obra estrictamente monográfica sobre ese tema, sino que esparció su teoría sobre la educación en diversas cartas, reglamentos y escritos de carácter práctico. Creó, organizó y sistematizó la enseñanza escolar graduada por niveles y ciclos en la enseñanza primaria y una cierta formación profesional.

Porqué Dios no es catedrático...

"1. Sólo tiene una publicación importante.
2. Por otra parte, está escrita en hebreo.
3. No cita a otras obras.
4. Fue publicada sin someterse a "referees".
5. Y además, hay quien duda que él fuese el autor.
6. Sí, es posible que crease el universo, pero ¿qué ha hecho desde entonces?
7. La comunidad científica ha tenido muchas dificultades para reproducir sus resultados.
8. Ha utilizado a seres humanos con objetivos experimentales.
9. Cuando algún experimento sale mal, trata de disimularlo ahogando a los sujetos.
10. Cuando los individuos se comportan de manera distinta a la predicha por la teoría, frecuentemente él los castiga o simplemente los elimina de la muestra.
11.Casi nunca aparece por clase, sólo le dice a los estudiantes que lean el libro.
12. Usó a su hijo para que diese sus clases.
13. Expulsó a sus dos primeros estudiantes por intentar aprender.
14. Aunque se limita a exigir diez cuestiones, la mayoría de los estudiantes suspende sus tests.
15. Sus horas de tutoría son muy extrañas y suele hacerlas en la cima de una montaña."

William James Sidis según James Thurber en The New Yorker

¿Dónde están ahora? ¡Día de los inocentes! por James Thurber. The New Yorker, sábado 14 de agosto de 1937, 22-26.

Una tarde nevada de enero de 1910, alrededor de cien profesores y estudiantes avanzados de matemáticas de la Universidad de Harvard se reunieron en una sala de conferencias en Cambridge, Massachusetts, para escuchar a un orador llamado William James Sidis. Nunca antes se había dirigido a una audiencia y al principio se sintió avergonzado y un poco incómodo. Sus oyentes tenían que prestarle mucha atención, porque hablaba con una vocecita que no se escuchaba bien y puntuaba su charla con risas nerviosas y estridentes. Un mechón de cabello rubio le caía sobre la frente y unos penetrantes ojos azules se asomaban desde lo que uno de los presentes describió más tarde como un rostro "parecido a un duendecillo". El orador vestía medias de terciopelo negro. Tenía once años.

A medida que el niño se familiarizó con el tema, su timidez se derritió y llegaron a los oídos de sus oyentes las palabras más notables que jamás habían escuchado de labios de un niño. William James Sidis había elegido como tema de su conferencia "Cuerpos de cuatro dimensiones". Incluso en este selecto grupo de caballeros eruditos, hubo quienes fueron incapaces de seguir todos los procesos del pensamiento del niño. Para los legos que estaban presentes, la cuarta dimensión, como se demostró esa noche, debía de haber encajado perfectamente en su definición coloquial: "un reino especulativo de relaciones incomprensiblemente involucradas". Cuando todo terminó, el distinguido profesor Daniel F. Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts se sintió impulsado a predecir a los periodistas, que habían escuchado con profundo desconcierto, que el joven Sidis crecería hasta convertirse en un gran matemático, un líder famoso en el mundo. de Ciencia.

William James Sidis, que a la edad de once años apareció en las portadas de los periódicos de todo el país, era un estudiante de Harvard en ese momento. Para explicar cómo llegó allí, debemos mirar a su padre, el fallecido Boris Sidis. Nacido en Kiev en 1868, el padre Sidis llegó a este país, aprendió inglés y fue a Harvard, donde se graduó en 1894. Su especialidad era la rama de la psicoterapia que se ocupa de aliviar las enfermedades nerviosas y los desajustes mediante sugestión mental. Escribió un libro titulado "La psicología de la sugestión" y estaba muy interesado en los experimentos para transmitir la sugestión mediante el estado hipnótico. Creía que en los primeros años el cerebro es mucho más susceptible a las impresiones que en la vejez. Cuando nació su hijo en 1898, nació, por así decirlo, en un laboratorio. Boris Sidis dirigía entonces un instituto psicoterapéutico en Brookline, Massachusetts. Era un admirador y amigo del fallecido William James, y le puso a su hijo el nombre de ese gran psicólogo.

Boris Sidis comenzó sus experimentos con su hijo cuando el pequeño William tenía dos años. Parece que indujo una especie de estado hipnoidal mediante el uso de bloques alfabéticos. Los rápidos resultados que obtuvo deleitaron su mente científica. El niño aprendió a deletrear y leer en unos meses. Al cabo de un año podía escribir tanto en inglés como en francés en la máquina de escribir. A los cinco años había compuesto un tratado de anatomía y había ideado un método para calcular la fecha en que había caído cualquier día de la semana durante los últimos diez mil años. Boris Sidis publicó varios artículos en revistas científicas describiendo los logros de su bebé. A los seis años, el niño fue enviado a una escuela pública de Brookline, donde sorprendió a sus maestros y alarmó a los demás niños al superar siete años de escolarización en seis meses. Cuando tenía ocho años, William propuso una nueva tabla de logaritmos, empleando 12 en lugar del habitual 10 como base. Boris Sidis publicó un libro sobre su increíble hijo, llamado "Filisteo y genio", y entró en Quién es quién en Estados Unidos .

El niño maravilloso tenía nueve años cuando su padre intentó matricularlo en Harvard. Podría haber aprobado los exámenes de ingreso con facilidad, pero las autoridades universitarias, sorprendidas y avergonzadas, no le permitieron realizarlos. Continuó realizando sus maravillas en casa y comenzó a estudiar latín y griego. No le interesaban los juguetes ni ninguno de los placeres normales de los niños pequeños. Los perros le aterrorizaban. "Si veo un perro", le dijo William a alguien en ese momento, "debo huir. Debo esconderme. Me gusta el gato. No puedo jugar, porque mi madre tendría que estar allí todo el tiempo, porque de la posibilidad de que pueda ver un perro." Su principal recreación parece haber sido viajar en tranvía con sus padres. El mayor Sidis le explicó los traslados y le interesó por los nombres de calles y lugares. Incluso antes de cumplir cinco años, William había aprendido a recitar todas las horas y estaciones de un complejo horario ferroviario. De vez en cuando recitaba horarios para los invitados mientras otros niños recitaban rimas de Mamá Ganso o cantaban pequeñas canciones. Quienes lo recuerdan en aquellos años dicen que tenía algo de la intensidad de un adulto neurótico.

En 1908, a la edad de diez años, a William James Sidis se le permitió matricularse en Tufts College, en Medford. Viajaba diariamente desde Brookline con su madre, quien estaba tan interesada en su fenomenal desarrollo mental como su padre. Siempre iban y venían de la universidad en tranvía. El joven asistió a Tufts durante un año y finalmente, en 1909, cuando tenía once años, Harvard le permitió matricularse allí como estudiante especial. Se matriculó como estudiante de primer año al año siguiente, y así se convirtió en miembro de la promoción de 1914. Cotton Mather, en 1674, se había convertido en estudiante de primer año de Harvard a la edad de doce años, y probablemente debido a este distinguido precedente, William Sidis se le permitió matricularse a esa misma edad. Era una fuente de asombro para sus compañeros de estudios y para el profesorado; algunos de los periódicos asignaron periodistas para cubrir "el caso Sidis".

Se pierde en el registro cómo se convenció a William para hablar ante los eruditos eruditos en enero de su primer año en Harvard, pero se sabe que mostró un gran interés en escuchar las conferencias de otros y se unió fácilmente a las discusiones grupales sobre metafísica. En su tiempo libre empezó a componer dos gramáticas, una latina y otra griega. Sin embargo, la presión de sus estudios y su repentina fama comenzaron a hacerle efecto, y no pasó mucho tiempo después de su notable discurso cuando sufrió un colapso general. 

Su padre dirigía un sanatorio en Portsmouth, New Hampshire, en ese momento, y William fue trasladado allí de urgencia. Cuando finalmente regresó a Harvard, estaba retraído y tímido; no se le pudo persuadir para que volviera a dar una conferencia; Comenzó a mostrar una marcada desconfianza hacia la gente, miedo a la responsabilidad y una inadaptación general a su vida anormal. No se relacionaba mucho con los estudiantes y huía de los periodistas, pero estos lo arrinconaron, por supuesto, el día de su graduación como Licenciado en Artes en 1914. Tenía dieciséis años. Entonces vestía pantalones largos y se enfrentaba a los periodistas que bajaban al Yard con menos sensación de vergüenza que cuando era un niño con bragas. Pero en él se habían desarrollado claras fobias. "Quiero vivir la vida perfecta", dijo William a los periodistas. "La única manera de vivir la vida perfecta es vivirla en reclusión. Siempre he odiado las multitudes". Por "multitudes" no fue difícil leer "gente". Entre los que se graduaron con William James Sidis ese día se encontraban Julius Spencer Morgan; Gilbert Seldes; y Vinton Freedley y Laurence Schwab, los productores de la comedia musical. Los periodistas no les prestaron atención.

A los dieciséis años, William James Sidis era un chico grande y, cuando ingresó en la Facultad de Derecho de Harvard, ya no era la figura incongruente que había sido. Los periódicos tenían poco interés en sus idas y venidas. Asistió discretamente a la facultad de derecho durante tres años y aparentemente fue un estudiante brillante, pero su principal interés eran las matemáticas, y en 1918 aceptó un puesto de profesor en una universidad de Texas. Su fama le precedió, pero incluso si no lo hubiera sido, la extrema juventud de este profesor de matemáticas habría sido suficiente para convertirlo en una curiosidad. Se encontró en el centro de un interés que le molestaba y le consternaba. De repente renunció a su puesto y regresó amarga y silenciosamente a Boston, donde vivió en la oscuridad durante algunos meses.

Fue el 1 de mayo de 1919 cuando el nombre del joven Sidis volvió a ocupar las primeras planas de los periódicos. Con una veintena de jóvenes más, participó en una manifestación comunista en Roxbury y fue llevado ante el tribunal municipal como uno de los cabecillas del grupo y, de hecho, el mismo individuo que había portado la horrible bandera roja en su desfile. En el estrado de los testigos, Sidis demostró ser más franco y sincero que discreto. Anunció ante un tribunal estupefacto que para él no había más dios que la evolución; Cuando se le preguntó si creía en lo que representa la bandera estadounidense, dijo que sólo hasta cierto punto. En un momento dado, para instrucciones del magistrado, se lanzó a explicar la forma de gobierno soviética. Su inclinación marxista se había desarrollado durante un período de varios años. Cuando los Estados Unidos entraron en la guerra, se declaró objetor de conciencia y en varias ocasiones expresó la opinión de que los problemas del mundo eran causados ​​por el capitalismo. Un policía que había ayudado a disolver el desfile de los radicales identificó a Sidis como el hombre que llevaba la bandera roja. El oficial dijo que le había preguntado a Sidis por qué no llevaba la bandera estadounidense, y que Sidis respondió: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!". Al regresar al estrado, el famoso prodigio negó vehementemente haber hablado alguna vez con el testigo y haber dicho alguna vez a nadie: "¡Al diablo con la bandera estadounidense!" Repitió que se oponía a la guerra y que creía en una forma de gobierno socializada. Después de una pausa, anunció que, en realidad, había llevado una bandera estadounidense, tras lo cual, ante el asombro de la sala del tribunal, sacó una bandera estadounidense en miniatura de su bolsillo. Fue condenado a dieciocho meses de cárcel por incitación a disturbios y agresión. Apeló y, mientras estaba en libertad bajo fianza de 5.000 dólares, desapareció del estado en el que había sorprendido a profesores eruditos y a policías patrióticos. Marcó el comienzo de un nuevo y curioso modo de vida para el joven.

Durante los cinco años siguientes, William James Sidis parece haber logrado la "vida perfecta" de la que había hablado el día de su graduación: la vida de reclusión. Aparentemente vagaba de ciudad en ciudad, trabajando como empleado, o en alguna otra función menor, por un salario que sólo le permitía subsistir. En 1924 volvió a aparecer en las noticias cuando un periodista lo encontró trabajando en una oficina en Wall Street, por veintitrés dólares a la semana. Estaba consternado al ser descubierto. Dijo que todo lo que quería era ganar lo suficiente para vivir y trabajar en algo que requiriera un mínimo de esfuerzo mental. Los últimos periodistas que bajaron a su oficina para entrevistarlo no lograron verlo. Había dejado su trabajo y había vuelto a desaparecer.

Dos años más tarde, en 1926, Dorrance & Company, una editorial de Filadelfia que imprime libros "vanidosos", es decir, libros publicados a expensas de los autores, publicó un volumen llamado " Notas sobre la colección de transferencias". Fue escrito por un tal Frank Folupa. Frank Folupa, según descubrió un periodista despiadadamente ingenioso, no era otro que William James Sidis. Nuevamente lo atropellaron y lo entrevistaron. Anunció que durante mucho tiempo había sido un "peridromófilo", es decir, un coleccionista de transferencias de tranvía. Él mismo había acuñado la palabra. Su libro (ahora agotado) tenía trescientas páginas y era un tratado erudito y laborioso sobre el origen, la naturaleza y la clasificación de nada más y nada menos que los trozos de papel que los conductores de tranvía entregan a los pasajeros cuando solicitan transbordos. Muchos psicólogos y analistas deben haber estado interesados ​​al leer en los artículos que el genio del niño precoz que había asombrado al mundo académico dieciséis años antes había florecido de esta manera extraña. El libro es digno de examen. Sidis escribió un prefacio al volumen, que comenzaba así: "Este libro es una descripción de lo que es, hasta donde sabe el autor, un nuevo tipo de pasatiempo, pero que a primera vista parece tan razonable como , tan interesante y tan instructivo como cualquier otro tipo de colección de moda. Esta es la colección de transferencias de tranvías y formas afines. El propio autor ya ha recopilado más de 1600 formas de este tipo." El prefacio revela, en otro lugar, que el autor no carecía de cierto humor. "Podemos mencionar", decía, "el interés geográfico y topográfico, tanto en la exploración como en el análisis de las transferencias mismas. También están las interesantes luces que una colección de este tipo arroja sobre la política en la que necesariamente están involucradas las empresas de tránsito". ; aunque difícilmente recomendamos que este interés político se lleve lo suficientemente lejos como para inducir al coleccionista a tomar partido en tales disputas. Y nuevamente: "Uno puede encontrar mucha diversión con las transferencias: se dice que un estudiante de la Universidad de Harvard se encontró en una calle coche y, deseando un viaje extra, le pidió al revisor un transbordo. Cuando se le preguntó "¿A dónde?" "En cualquier lugar", dijo. El conductor le guiñó un ojo y dijo: "Está bien". Te transferiré a Waverly. Posteriormente se rieron del estudiante cuando contó la historia y se le informó que el asilo para débiles mentales estaba ubicado en Waverly ". Sidis también incluyó en su prefacio algunos versos que había escrito cuando tenía catorce años. Comienzan:

Desde los trenes subterráneos en Central, se toma un transbordo y se va a Allston o Brighton o a Somerville, ya sabes; En los automóviles desde Brighton, haga transbordo al metro de Cambridge este y tome un tren hasta Park Street o Kendall Square, al menos.

"Conocemos", concluye el autor, "a alguien a quien realmente le ayudó a tomar el camino correcto al recordar un fragmento de uno de estos versos". El libro analiza todo tipo de transferencias: tipos estándar, tipo Ham, tipo Pope, tipo Smith, tipo Moran, transferencias Franklin Rapid, transferencias Stedman. De este último (para darle una idea), el Sr. Sidis escribió: "Transferencias Stedman: esta clasificación se refiere a un tipo peculiar elaborado por cierta imprenta de transferencias en Rochester, Nueva York. Las peculiaridades de la transferencia Stedman típica son el límite de tiempo tabular. ocupando todo el extremo derecho de la transferencia (ver Diagrama en la Sección 47) y la combinación de fila y columna de ruta de recepción (u otras condiciones de recepción) con el medio día que ya hemos discutido en detalle".

Un año después de la publicación de su libro (al parecer sólo se vendió a unos pocos peridromófilos más), Sidis regresó a la ciudad de Nueva York y volvió a conseguir un trabajo como empleado en una empresa comercial. A su habilidad y experiencia en el trabajo de oficina en general, el genio matemático había añadido ahora, irónicamente, la capacidad de operar una máquina sumadora con gran velocidad y precisión, y le gustaba alardear de este logro. Vivía en 112 West 119th Street, donde se hizo amigo de Harry Freedman, el propietario, y su hermana, la señora Schlectien. Sidis ya no está con ellos y no te dirán adónde ha ido, pero te reenviarán cualquier correo que llegue por él. Aprecian al joven y aprecian su deseo de evitar la publicidad. "Tenía una especie de amargura crónica, como mucha gente que ves viviendo en habitaciones amuebladas", dijo recientemente Freedman a un investigador de la curiosa historia de William James Sidis. Sidis solía sentarse en un viejo sofá en la sala de estar de Freedman y hablar con él y su hermana. Sidis les dijo que odiaba Harvard y que cualquiera que enviara a su hijo a la universidad es un tonto: un niño puede aprender más en una biblioteca pública. Con frecuencia hablaba de su pasión por coleccionar transfers. "Él puede decirle cómo llegar a cualquier calle de cualquier ciudad de los Estados Unidos con un solo billete de tranvía", dijo el Sr. Freedman con asombro y admiración. Parece que Sidis mantiene correspondencia con peridromófilos en varias otras ciudades y de esta manera se mantiene al día con la situación del tranvía y los transbordos. Una vez, el joven bajó de su habitación un manuscrito en el que estaba trabajando y le pidió a la señora Schlectien si podía leerle "algunos capítulos". Dijo que resultó ser un libro del tipo "Buck Rogers", sobre aventuras en un mundo futuro de maravillosos inventos. Ella dijo que estaba genial.

William James Sidis vive hoy, a la edad de treinta y nueve años, en un dormitorio del destartalado extremo sur de Boston. Por una fotografía de él y de sus actividades, este disco está en deuda con una joven que recientemente logró entrevistarlo allí. Lo encontró en una pequeña habitación empapelada con el diseño de enormes flores rosadas, considerablemente descoloridas. Había una cama grande y desordenada y un enorme baúl medio abierto. En una pared colgaba un mapa de Estados Unidos. Sobre una mesa junto a la puerta había un paquete de transferencias de tranvía cuidadosamente unidas con un elástico. Sobre una cómoda había dos fotografías, una (sorprendentemente) de Sidis como el niño genio, la otra una chica de rostro dulce con gafas con montura de concha y un elaborado saludo de Marcel. También había un escritorio con una pequeña y antigua máquina de escribir, un Almanaque Mundial , un diccionario, algunos libros de referencia y un libro de la biblioteca que el visitante del joven recogió en un momento dado. "Oh, vaya", dijo Sidis, "esa es sólo una de esas historias de delincuentes". Dirigió su atención hacia la pequeña máquina de escribir. "Puedes cogerlo con un dedo", dijo, y así lo hizo.

William Sidis, de treinta y nueve años, es un hombre corpulento y corpulento, con una mandíbula prominente, un cuello grueso y un bigote rojizo. Su cabello claro cae sobre su frente como lo hizo la noche que dio una conferencia a los profesores en Cambridge. Sus ojos tienen una expresión que varía desde la ingeniosa hasta la cautelosa. Cuando es cauteloso, tiene una especie de dignidad incongruente que de repente se rompe en el alegre abandono de un niño de vacaciones. Parece tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para expresarse, pero cuando lo hace, habla rápidamente, asiente bruscamente con la cabeza para enfatizar sus puntos, hace gestos con la mano izquierda y, de vez en cuando, emite una risa curiosa y jadeante. Parece disfrutar mucho e irónicamente de llevar una vida de irresponsabilidad errante después de una infancia de escrupulosa reglamentación. Su visitante encontró en él cierto encanto infantil.

Sidis trabaja ahora, como de costumbre, como empleado en una casa comercial. Dijo que nunca permanece mucho tiempo en una oficina porque sus empleadores y compañeros de trabajo pronto descubren que él es el famoso niño prodigio y que no puede tolerar un puesto después de eso. "La sola visión de una fórmula matemática me enferma físicamente", dijo. "Todo lo que quiero hacer es ejecutar una máquina sumadora, pero no me dejan en paz". Resultó que una vez le ofrecieron un trabajo en la Eastern Massachusetts Street Railway Company. Parece que los funcionarios creían con cariño que el joven mago de alguna manera sería capaz de resolver todos sus problemas técnicos. Cuando se presentó a trabajar, le presentaron un montón de planos, gráficos y documentos llenos de estadísticas. Uno de los funcionarios lo encontró una hora después llorando en medio de todo. Sidis le dijo al hombre que no podía soportar responsabilidades, ni pensamientos complejos, ni cálculos, excepto en una máquina de sumar. Tomó su sombrero y se fue.

Sidis tiene un nuevo interés que le absorbe actualmente más que los traslados en tranvía. Se trata del estudio de ciertos aspectos de la historia de los indios americanos. Da clases a media docena de estudiantes interesados ​​una vez cada dos semanas. Se reúnen en su dormitorio y se acomodan en la cama y en el suelo para escuchar el intenso pero vacilante discurso del otrora prodigio. A Sidis le preocupa principalmente la tribu Okamakammessett, a la que describe como una especie de federación proletaria. Ha escrito algunos folletos sobre la tradición y la historia de Okamakammessett y, si se le solicita adecuadamente, recitará poesía de Okamakammessett e incluso cantará canciones de Okamakammessett. Admitió que su estudio de los Okamakammessetts fue una consecuencia de su interés por el socialismo. Cuando la joven mencionó la manifestación del Primero de Mayo de 1919, miró el retrato de la niña en su cómoda y dijo: "Ella estaba en ella. Era una de las fuerzas rebeldes". Él asintió vigorosamente con la cabeza, como complacido con esa frase: "Yo era el abanderado", prosiguió. "¿Y sabes qué era la bandera? Sólo un trozo de seda roja". Él soltó su risa curiosa. "Seda roja", repitió. No hizo ninguna referencia a la imagen que tenía de sí mismo en los días de su gran fama, pero su entrevistador supo más tarde que en una ocasión, cuando un alumno suyo le preguntó a quemarropa sobre su precocidad infantil e insistió en una demostración de sus habilidades matemáticas. Sidis logró con dificultad expulsarlo de la habitación.

Sidis reveló a su entrevistador que tiene otro trabajo en marcha: un tratado sobre las inundaciones. Le mostró la primera frase: "California ha adquirido considerable fama gracias a su supuesto clima". Parece que estuvo en California hace unos diez años durante sus andanzas. Su visitante se animó, por fin, a mencionar la predicción, hecha por el profesor Comstock del Instituto Tecnológico de Massachusetts allá por 1910, de que el niño que ese año daba una conferencia sobre la cuarta dimensión a una reunión de eruditos crecería hasta Sé un gran matemático, un líder famoso en el mundo de la ciencia. "Es extraño", dijo William James Sidis, con una sonrisa, "pero, ya sabes, nací el Día de los Inocentes".

―Jared L. Manley (James Thurber) 1

1 En Los años con Ross Thurber escribió: "Era uno de los '¿Dónde están ahora?' serie, para la cual hice la reescritura (Grossett & Dunlap, 1957, p. 210)". Pero Jared Manley era el seudónimo de Thurber. "Bernstein escribe: 'A principios de 1936, Thurber comenzó a escribir (en realidad a reescribir, ya que algunos de los mejores reporteros de The New Yorker, como Eugene Kinkead, estaban haciendo la investigación) una serie de perfiles breves y retrospectivos. Bernstein también revela que Jared L. Manley fue un nombre que Thurber improvisó cuando escribió su primer artículo sobre un viejo boxeador basado en las iniciales del boxeador John L. Sullivan y Manley basado en "el arte varonil de la autodefensa".'" — Privacidad, Información y Tecnología.

2 Norbert Weiner, que estaba en la reunión del club de matemáticas, escribió: "El joven Sidis, que entonces tenía once años, era obviamente un niño brillante e interesante. Su interés estaba principalmente en las matemáticas. Recuerdo bien el día en el Club de Matemáticas de Harvard en el que GC Evans, ahora jefe retirado del departamento de matemáticas de la Universidad de California y amigo de toda la vida de Sidis, patrocinó al niño en una charla sobre las figuras regulares de cuatro dimensiones. La charla habría dado crédito a un alumno de primera o segunda dimensión. estudiante de posgrado de cualquier edad, aunque todo el material que contenía era conocido en otros lugares y estaba disponible en la literatura. El tema me lo había hecho familiar EQ Adams, un compañero de mis días en Tufts. Estoy convencido de que Sidis no tenía acceso según las fuentes existentes, y que la charla representó el triunfo de los esfuerzos sin ayuda de un niño muy brillante ( Ex-Prodigy , Simon & Schuster, p. 131 - 132)".


4 Cfr. Siete mitos del fracaso por Dan Mahony: "Las investigaciones muestran que la mayoría de los niños prodigio llevan vidas productivas. Al igual que Sidis".

PDF  Mecanografiando por Bill Paton.

Homenaje a Mari Trini


Tú, Mari Trini, sí eras ésa, la única a quien hemos comprado discos, aquellos de vinilo. Aparte de ti, sólo música clásica. Y recibimos la mala noticia de tu despedida aquí, muy cerca de tu Murcia (naciste en Caravaca de la Cruz), de buenos amigos murcianos. Inmejorable recuerdo nos dejas en los montajes con tus (nuestras) canciones y tus fotos por décadas de tu (nuestra para siempre) web oficial. Siempre te escuchamos y te quisimos, a ti y a tus canciones de amores. Y así seréis para siempre, tú y el amor como es y como lo describiste: Te amaré, te amo y te querré. Desde hoy, una estrella más brilla en el jardín... La pena ha convertido la primavera en un vals de otoño... ¡Que seas feliz, Mari Trini! Y a Dios le pedimos quienes amamos tu música: ¡Ayúdala!
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La música ante todo...

Felizmente nos corresponde acudir a la inauguración de las II Jornadas para el Profesorado de Música de Bizkaia (musikairakasleak.blogspot.com). Es un honor encontrar una organización perfecta, con Begoña Garamendi al frente, y un placer reunirnos con un profesorado, con personas como Nerea Astoreka Erdoiza y tantos otros coordinadores, tan motivados por su materia, con la que establecen un vínculo tan especial como lo es la música para todos los seres humanos.

"Sin música... la vida sería un error", señaló Friedrich Wilhelm Nietzsche. Y el gran estadista Giuseppe Mazzini componía un mosaico apuntando que "La música es la fe de un mundo cuya suprema filosofía es la poesía". Quizá por todo ello, el proverbio popular concluye que, afortunadamente, "De músico, poeta y loco,... todos tenemos un poco".

Con origen en Pitágoras, desde la Edad Media la música forma parte esencial de los currículos escolares. Adicional al trivium que recogía las enseñanzas escolásticas (gramática, retórica y dialéctica), las otras "cuatro vías" o cuadrivium reunía lo relacionado con la matemática: aritmética, geometría, astronomía y música. Wikipedia recoge que "se consideraba que la aritmética era el estudio del número en estado puro, que la Geometría era el estudio del espacio en estado puro, que la astronomía era el estudio del espacio en movimiento y que la música era el estudio del número en movimiento.

Se ha afirmado que en la naturaleza no existe la música, como tampoco la melodía, ni la armonía. La música es, por tanto, una creación íntimamente humana, pero con sones de trascendencia. Es el único arte que permite escaparse por completo de la vida, como la expresión misma del ensueño, según Émile Faguet.

Es preciso un tiempo y un espacio para adquirir una cultura musical universalizada. El fruto debe ser aquel que Carlos Santana propone con la metáfora de la música como en un menú: "No podemos comer lo mismo todos los días". No es fácil el aprendizaje musical. Más aún, entre todas las cosas horribles, la más horrible de todas es la música,... cuando comienza a expresarse.



La sabiduría china cree, desde tiempo inmemorial, que la educación empieza con la poesía, se refuerza con un conducta correcta y se manifiesta, por último, a través de la música. Es considerada la música como el único placer sensual, que nunca alcanza la categoría de vicio, aunque manifieste toda la voluptuosidad de la imaginación más profunda y ardiente. Porque la música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía.

Hasta el extremo que Emile M. Ciorán se cuestionaba: ¿Será Dios algo distinto a un intento de satisfacer mi infinita necesidad de Música? Otros filósofos, como Thomas Carlyle, han comparado la música como la lengua de los ángeles, entendiendo que es un lenguaje que nos permite comunicarnos con el más allá.

La música nace en el límite mismo del fracaso de la palabra. Las palabras mienten; la música sólo dice la verdad. Necesitamos más "esperanto sonoro" (o música) en nuestras escuelas, en nuestra sociedad. Música no para amansar las fieras, sino música para acompasar nuestras vidas. Quien oye música siente que su soledad se puebla de repente, como glosó el poeta Robert Browning. Más cercano en el tiempo, en plena tragedia en el centro de Europa, Vedran Smajlovie, conocido como el "Chelista de Sarajevo", lanzó su proclama que hacemos nuestra: "Mi arma es el violonchelo; mi nacionalidad, la música".

Uno de los proyectos musicales más contemporáneos y solidarios, desde la simplicidad de su idea, es la propuesta de Where the Hell is Matt Harding?, tras recorrer 42 países y pedir la colaboración en su baile de miles de personas. Adjuntamos las versiones más cercanas de "Dancing in the Basque Country" y la de 'Bizkaia Dubidubi'. También han generado variantes escolares como la del IES Uribe Kosta. Necesitamos más lipdubs o lip dubs ("doblaje de labios"), como el reciente del voluntariado en el BEC.

Donde hay música no puede haber cosa mala, ya avanzó Cervantes. Cuando no nos ve nadie, como ahora, gustamos de imaginar, a veces, si no será... la música... la única respuesta posible para algunas preguntas,... La música es lo que aproxima a las personas, y el mejor modo de invitar a la acción. Concluyamos: La música ante todo, suscribiendo a Paul Verlaine (De la Musique avant toute chose, comme dirait Verlaine).


I Jornadas para el Profesorado de Música de Bizkaia.
Otras entradas sobre música y nuestra selección musical.

Buenos augurios para el año 2023, un número de Harshad

En matemáticas, un número de Harshad, o número de Niven, es un entero divisible entre la suma de sus dígitos en una base dada. Estos números fueron definidos por D. R. Kaprekar, un matemático indio. La palabra "Harshad" proviene del sánscrito, que significa gran alegría. Número de Niven toma su nombre de Ivan Morton Niven, un matemático canadiense y estadounidense, que presentó un artículo en 1997. 

Claro que también fueron números de Harshad los anteriores años 2020 (el de la pandemia) y 2022 (el de la invasión de Ucrania), y lo serán el 2024 y el 2025. Pero 2023 tiene muchas otras cualidades como demuestra metanumbers: Es capicúa en base hexadecimal 7E7 y es el producto de 17*7*17.

El grado de cumplimiento de los objetivos Smart que nos planteamos a primeros del año 2022 ha sido desigual: Logradas las metas de viajes, aunque no al extranjero, pero lejos de escribir lo propuesto, ni en posts ni en libros. Las tareas en AUVE, por cierto muy intergeneracionales como perseguíamos, nos han ocupado mucho, en detrimento de otras aspiraciones. Pero en pocas horas haremos nuevos propósitos para el año que llega, 2023.

Para quienes nacimos en un año (1953) terminado en 3, o que en esos años sucedieron temas tan vitales como encontrar el amor (1973) o tener algún descendiente (1983), estos años son los de cumple-décadas. Quien suscribe verá, Dios mediante, la entrada en la gloria de los septuagenarios en plena semana santa de abril, o celebraremos bodas de oro de noviazgo en julio. Considerando el peso cultural de quienes contamos en base 10, seguro que serán unos acontecimientos memorables.
Una imagen cercana y esperanzadora del año 2023
Una imagen cercana y esperanzadora con navidad, Puente Colgante y ecología

Sólo es el principio

"Sólo es el principio" (Ce n'est qu'un debut) es una película documental que promete, dirigida por el dúo de realizadores franceses Pierre Barougier y Jean-Pierre Pozzi. Presenta un acercamiento a la Filosofía para Niños, que reflexionan sobre el amor, la muerte, ser inteligente, la libertad, crecer, Dios,... y otros temas importantes, a menudo postergados por los adultos en nuestra sociedad.
La espontaneidad, la sinceridad y la perspicacia infantil nos aleccionan a las personas adultas, y especialmente a quienes nos dedicamos a la educación. Nos recuerdan cuál debe ser nuestra primera fuente de inspiración y de aprendizaje: el propio alumnado.

Gracias por acordaros del 62º cumpleaños de este blogger

3 de abril de 2015: Actualizado a la versión 6.2
Vía Facebook, Twitter, WhatsApp, LinkedIn,... nos estáis haciendo llegar vuestras felicitaciones, que son muy agradecidas (aunque apenas respondidas como se merecen, al menos será difícil hacerlo hoy). Ya estamos actualizados a la versión 6.2 (¡casi na!). De momento ponemos una foto del día y lugar, pero trataremos de mejorar este post con algo más. Muchos recuerdos, y este año -al igual que en 1953- cae en Viernes Santo (casualidades que probablemente no se repitan, si bien Google sabe la respuesta,....
La cita dice, en traducción libre,: "Cuando realmente amas algo (la vida, tu pareja, tu familia, tus hijos, tus nietos, tus amistades, tu trabajo,... ¡gracias, Dios Mío!), la distancia, la altura, el peso, la edad,... sólo son otro maldito número". 

La edad nos hace saber que el amor no tiene edad, ni límite, ni siquiera muerte. Un fuerte abrazo y agradecimiento eterno por vuestro cariño. Posts de otros años por esta fecha20032007 (y otro)200820092010, 2012 (y otro), 20132014,,...

Malapropismos


Dios menguante, a cobro divertido, una foto para la prosperidad,...

El término, malapropismo, proviene de la señora Malaprop, un personaje de la comedia The Rivals escrita por el inglés Richard Brinsley Sheridan. El autor sacó el nombre del francés «Mal à propos» (hablar mal a propósito). La mujer retiene vagos recuerdos de palabras oídas a personas de clase elevada y por aparentar distinción las reutiliza, confundiéndolas con otras en base a su similitud. Este personaje adquirió tanta notoriedad que dio origen a la voz malapropism

Los malapropismos son intraducibles de un idioma a otro, dado que juegan con palabras fonéticamente similares pero que pueden representar conceptos muy diferentes. En este post nos referiremos a malapropismos en castellano.

Dependiendo de un caso u otro, estos lapsus léxicos pueden deberse a causas diversas: 
  • La ultracorrección («ostentóreo» en vez de «ostentoso» o «estentóreo»; «bacalado» en lugar de «bacalao»; incluso hemos oído y no una vez «Bilbado» en lugar de «Bilbao»;) 
  • La etimología popular, muchas veces errores muy arraigados («balandronada» por «baladronada», «antena paranoica» por «antena parabólica» o «rintintín» en lugar de «retintín». 
  • Una alolalia (afasia consistente en pronunciar una palabra por otra), si es un hecho recurrente.
  • Otras causas: desconocimiento, prisas,... («estar entre la espalda y la pared», «rascarse las vestiduras»). 
Los malapropismos ocasionales son, incluso, una muestra de creatividad y abundan en las comedias como gags lingüísticos. En relatos como los que siguen:

"Confundía los churros con las meninas" (las churras con las merinas) y cuando se enfadaba aclamaba (clamaba) al cielo. Su actitud era descabechada (descabellada + escabeche). Me dejaba "entre la espalda (espada) y la pared". Vivía muy bien: "Nadaba en la ambulancia" (abundancia). Un amigo suyo era "más viejo que Jerusalén" (Matusalén). Escuchaba a la orquesta "filatélica" (filarmónica), de la que era "mercenario" (mecenas). Malgastaba en lo que no le "sucumbía" (incumbía), que le era "indisoluble" (indiferente) e "inverosímil" (indiferente otra vez). El tiempo se le pasaba "velando" (volando). Fue a  un "confesionario" (concesionario) a comprar un coche gris "mentalizado" (metalizado) con faros "alucinógenos" (halógenos). Lo cierto es que la "profesión" (procesión) iba por dentro.

Otro diálogo cómico podría ser este entre una pareja y su médico: 

- Doctor, mi mujer y yo queremos tener condescendencia y no podemos. No sabemos si es porque soy omnipotente o porque mi mujer es esmeril. Hemos ido a otro médico y nos dijo que mi mujer tenía la vajilla rota y la emperatriz subida. Como además la operaron de la basílica balear, no sabemos si eso puede influir. En aquella consulta le hicieron una coreografía a mi mujer y no vieron nada raro. Y también a mí hace años me operaron de la protesta y a lo mejor me han dejado escuelas en el cuerpo. Nos recomendó que hiciéramos el cojito en nuestra vida marítima, pero tampoco. Además a mi mujer le nació un féretro muerto cuando tuvo un alboroto. Yo creo que mi mujer es frigorífica, porque nunca llega al orégano. Llegado a este punto responde el ginecólogo con sorna: 
- ¡A ver si va usted a tener un problema de especulación atroz!

Omayra Sánchez, una historia inolvidable de 1985

Posted by Picasa Una niña colombiana de 13 años, atrapada entre el barro y escombros dejados por un deslizamiento ocurrido tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz. Pese a que la imagen dio vuelta al mundo, nadie pudo rescatarla a tiempo. Los miembros de los equipos de rescate se limitaron a rezar junto a ella y tratar de aliviarle la penuria. Omayra Sánchez murió 72 horas más tarde, tras permanecer a la intemperie. 

Una muerte anunciada

Sola en la noche, con el miedo de la oscuridad, el susurro de llantos, lágrimas, gritos, desfiles de cadáveres, la noche que venía, sola entre tantos muertos, sola sobre los escombros de su ciudad, sola y abandonada por todos, la de Omayra fue una muerte anunciada y televisada. Cuentan que, cuando llegaron los reporteros, estaba agachada sobre un flotador (la cámara de un neumático) que colocaron bajo sus brazos como único recurso, sintió las voces, levantó la carita y les miró. Intentó una sonrisa. "¡Ay...!", dijo pero no lloró, y los periodista afirmaron que "no nos miró con súplica, no estaba derrotada, había mucho de valentía en su mirada". No dijo que le dolían las piernas sino que simplemente no las podía mover. "Siento frío", parece que dijo con una mirada profunda, entre resignada y triste, pero se le veía tranquila, valiente: "Era una niña toda coraje", escribió entonces Cristina Echandía.

"Tengo miedo que el agua suba y me ahogue porque yo no sé nadar, aunque soy aquí de tierra caliente", balbuceó. En un momento apoyó su rostro sobre el neumático, como para descansar y estuvo así unos cinco minutos, después, otra vez levantó el rostro y pronunció unas frases un poco incoherentes y ya sus ojos estaban más rojos y se notaba algo de delirio. "Tengo sed", dijo e intentó tomar un poco de aquella agua putrefacta: "Se lo impedimos y le pasamos otro vaso de agua", recuerdan los periodistas que asistieron impotentes a su agonía.

Los socorristas regresaron y se volvieron a ir, tras señalar que era imposible tratar de sacarla por la fuerza, porque eso sería destrozarla de la cintura para abajo o por lo menos perdería los pies. Dijeron que era indispensable traer la motobomba para sacar el agua y poder proceder a retirar la materia que la aprisionaba.

Cuando los helicópteros pasaban sobre ella, Omayra levantaba sus ojos enrojecidos y los miraba alejarse. "Te juramos, Omayra, que vamos ya a traerte la motobomba para sacarte de aquí" le decían los socorristas para darle un poco más de tranquilidad pero la niña les respondió: 'Váyanse a descansar y vuelvan a sacarme" Entonces, las crónicas cuentan que le dieron la espalda y se fueron todos llorando, con rabia, como odiando a Dios, a los hombres y a la naturaleza. Por fin, llegó la motobomba en un helicóptero, pero funcionó de manera lenta, y a veces se obstruía por el barro; a esa hora, ya Omayra escasamente podía mantener los ojos abiertos, le habían quitado su blusita de color azul y yacía con su espalda descubierta. Hasta las cinco de la mañana había estado sufriendo delirios y cantado y contado chistes a los médicos y socorristas que la acompañaron durante la noche.

Al principio de la noche, habían pasado ya tres días, estuvo todavía consciente, sosteniendo conversaciones coherentes, pero después de la una de la madrugada comenzó a delirar, cantaba canciones extrañas y un testigo relata que hacia las tres de la mañana le dijo que "ya el Señor la estaba esperando". "Después cantó la canción de los pollitos", recuerda el socorrista, que fue su acompañante durante tres noches de agonía y muerte.

Omayra Sánchez era fuerte, simpática, valiente y hacía sonreír entre lágrimas cuando la televisión transmitía las dramáticas imágenes, y siempre mostró una presencia de ánimo sorprendente. Estaba triste por no poder asistir al examen de matemáticas que tenía aquel 13 de noviembre, triste pero sonriente a las decenas de cámaras, todas impotentes, sin poder hacer nada. Entre ellas la de Frank Fournier, quien tomó la fotografía que todavía hoy nos anuda la garganta y nos encoge el alma. "Cuando se tomó esa foto, Omayra ya estaba agonizando, murió pocas horas después", recuerda Fournier que la valora porque "sirvió para destacar la irresponsabilidad y falta de coraje de los políticos del país". 

(Texto recogido de noticiasdenavarra.com)

Homenaje a Isaac Asimov, a 15 años de su muerte

Algunas de sus mejores citas, por no mencionar sus tres leyes de la robótica, que ya comentamos en otra ocasión:

La física es la ciencia básica. Es fácil demostrar que todas las demás son aspectos especializados de ella.
La experimentación es el método menos arrogante para obtener conocimiento. El experimentador hace, humildemente, una pregunta a la Naturaleza.
La ciencia debe ser enseñada correctamente, para que el alumno puedo comprender bien las décadas de su vida.
La ciencia nos puede entretener y fascinar, pero es la ingeniería la que cambió el mundo.
La psicología marca el triunfo de la evolución humana. ¿Qué otra especie podría necesitar una ciencia de la mente?
La fuerza de la gravedad, cuyo poder apreciamos plenamente, es la primera con la cual nos familiarizamos; sin embargo, es la más débil de las fuerzas naturales que conocemos. Es la primera y la última.
La genética parece ser lo más importante para quienes se han convencido de que nacieron de antepasados dignos.
La Humanidad está aniquilando sus bosques, como si olvidase el hecho de que acaso no podremos vivir sin ellos.
La Humanidad experimentó su primera explosión demográfica cuando la práctica del cultivo se extendió sobre la Tierra.
La Humanidad ignoró hasta el año 1901 la existencia de la energía nuclear. El deseo de vivir en la ignorancia del 1900 es comprensible, pero inútil.
La ley de la conservación de la energía nos dice que no podemos obtener algo por nado, pero nos resistimos a creerlo.
La Luna y sus fases dieron al hombre su primer calendario. El intento de vincular ese calendario con las estaciones le dio los matemáticas. La utilidad del calendario ayudó al hombre a pensar que los dioses eran benéficos. Y, además, la Luna es hermosa.
Las naciones pueden estar divididas por completo, pero todas comparten el mismo saber científico.
La mera existencia de miles de armas atómicas es una prueba irrefutable de la locura humano.
Hay muy poca flexibilidad en el comportamiento del Universo. Lo que hizo una vez, lo repite.
La religión considera que el Universo es determinista y la ciencia lo considera probabilístico. La diferencia es significativa.
La religión no puede tener reparos a la ciencia en el terreno moral. La historia de la intolerancia religiosa se lo prohíbe.
La tecnología es la ciencia puesta al servicio de la Humanidad, pero la falta de sabiduría puede transformarse en algo pernicioso para ella.
La Tierra es como un libro, en ella leemos su propia historia y también la de los seres vivos que ha parido.
"Filósofo" es la palabra griega que designa al "amante de la sabiduría". ¡Cuántos estudiantes han querido unos filósofos que, con igual fervor, fueran unos "enemigos de la oscuridad"!
La Tierra es el único hogar que poseemos (al menos, por ahora).
Una hipótesis puede ser definida como una simple conjetura. Una hipótesis científica es una conjetura inteligente.
La vida se originó en el mar, y aproximadamente un 80 % está todavía en él.
Las estrellas parecen serenas; en realidad, se trata de unos hornos de una actividad, indescriptible, violenta, que, en algunas ocasiones, hacen erupción, que explotan con una potencia inimaginable.
La materia es energía concentrada. Cuando una minúscula porción de materia es convertida en otra forma de energía, el resultado es la bomba H.
El organismo humano es maravilloso. ¿Cómo no iba a serlo si es el resultado de correcciones realizados a lo largo de tres millones y medio de años?
¿Hay algo más importante que la ciencia de la vida para cualquier ser inteligente que tenga la suerte de estar vivo?
A comienzos de la era de los dinosaurios, el fondo del mar, hasta entonces desprovisto de organismos, fue invadido por la vida.
A diferencia de fumar, beber o comer demasiado, la radiación no es placentera, y las posibles víctimas protestan.
A diferencia entre electricidad y electrónica es como la que hay entre un tostador de pan y un aparato de televisión.
Al decir "el niño quemado teme al fuego", usted da a entender que el niño ya es un maestro de la inducción.
Algunos aceptarían la evolución, si permitiera que los seres humanos hubiesen sido creados por Dios; pero la evolución no empieza a mitad del comino.
Cada hora que un científico gasta en la búsqueda de dinero es una hora que se pierde para reflexiones e investigaciones de la mayor importancia.
Casi desde el principio existió la curiosidad.
De todas los formas de vida extintas, los dinosaurios destacan por su popularidad; no está claro el motivo.
Durante muchas centurias los químicos se afanaron por transformar plomo en oro; por último, hemos descubierto que el precioso uranio se transforma en plomo sin ningún esfuerzo por nuestra parte.
El jugador empieza por ordenar los naipes de mayor a menor. Los científicos hacen lo mismo con los datos que recogen.
El respeto por los médicos es tan grande que casi todo el mundo 'se sorprende cuando alguno se enferma, y, sin embargo, se enferman.
En el siglo de Newton todavía era posible que un hombre extraordinario dominase todos los campos del conocimiento científico. Ahora bien, alrededor del 1800 semejante hazaña era ya irrealizable.
En general, los mamíferos parecen vivir, como máximo, el tiempo que sus corazones tardan en contar hasta un billón. El hombre representa una sorprendente excepción a esta regla general.
En total, la energía que razonablemente se puede obtener a partir de las reservas terrestres de uranio y torio es 20 veces superior a la del carbón y el petróleo que todavía nos quedan.
Es difícil describir la ruta exacta que conduce a un descubrimiento científico, pero el buen hombre de ciencia no se pierde por el camino.
Es inconcebible un laboratorio limpio y ordenado. En definitiva, es el lugar de las salidas falsas, de los múltiples ensayos...
Es mucho más fácil creer en la existencia de los fenómenos parapsicológicos cuando se ignora, o se es indiferente, a la naturaleza de las evidencias científicas.
Fuimos entonces a Westminster Abbey y la recorrimos sin guía. Encontramos, apiñadas, las tumbas de Newton, Rutherford, Darwin, Faraday y Maxwell.
La ciencia según Isaac Asimov
Hay arte en la ciencia, y hay ciencia en el arte, no hay enemistad mutua, pues son diferentes aspectos del todo.
La Tierra, formada de los mismos escombros que formaron el Sol, es extraordinariamente rica en hierro, en un hierro que un día pudo haber estado en el centro de una estrella que explotó hace muchos billones de años.
El arco iris, "puente de los dioses", resultó ser un puente más útil, pues nos llevó a la comprensión de la luz.
Sherlock Holmes señalo que uno puede ver sin observar. Esta es la causa de muchos errores humanos.
Para prevenir la superpoblación tiene que haber más muertes, o menos nacimientos. No cuentes con lo segundo; habrá lo primero.
Sea lo que fuere la astronomía, ¿quién dudará de que es la más hermosa de las ciencias?
Un instrumento de escucha subacuática, el "hidrófono", reveló en los últimos años que las criaturas marinas chillan, gruñen, gimen y, en general, hacen que el fondo del mar sea tan enloquecedoramente ruidoso como puede ser el campo.
Todo lo relacionado con la vida microscópica nos turba terriblemente. ¿Cómo pueden ser tan importantes unas cosas tan pequeñas?
Pierre Curie, un científico brillante, tuvo la suerte de casarse con alguien todavía más brillante que él, Marie, la famosa Madame Curie, y es el único gran científico de la Historia que se identifica como esposo de alguien.
Por lo general, quienes rechazan la evolución no obedecen a un razonamiento lógico, sino a una vanidad injustificada.
Un instrumento científico abre una ventana al conocimiento. A medida que evolucionan, los científicos invierten cada vez más tiempo en la observación de las ventanas.
Puesto que el Universo, por definición, contiene todo lo que existe, es improcedente preguntar por lo que hay más allá de él.
Para nosotros, el Sol lo es todo, es el centro del que todo procede,- pero mirad más lejos y veréis que es sólo uno entre incontables miles de millones.
Un conocimiento nuevo en cualquier parte ayuda a abrir el camino a un incremento del saber en todos ellas.
Parece que tenemos el sentimiento de que lo natural tiene que ser bueno. la estricnina es natural.
Si alguna vez una ecuación se impuso de verdad, ha sido la de Einstein, E = MC2. Todo el mundo lo sabe chapurrear, desde el más encumbrado al más humilde.
Si cada año estuviéramos ciegos por un día, gozaríamos en los restantes trescientos sesenta y cuatro.
Si hubiera un Dios justo, ¡como se retorcería la Humanidad en el empeño de justificar el trato que da a los animales!
Si queremos insultar a alguien, le llamamos "animal". En cuanto a crueldad y malicia, "humano" podría ser un insulto mayor.
Soy poco visual. Yo soy hombre de palabras.
Supongamos que tenemos una cantidad de calor y lo transformamos en trabajo. Al hacerlo, no destruimos el calor, sino que lo transferimos de un lugar a otro o, tal vez, lo convertimos en otra forma de energía.
Todos sabemos que caemos. Newton descubrió que también la Luna cae, por la misma regia que nosotros.
Todas las fronteras geográficas se han disipado, pero unas fronteras mucho más vastas se extienden a las puertas de la Tierra.
Las principales sustancias químicas del tejido vivo son vulnerables e inestables, pero es así como la vida necesita que sean.
Las sociedades humanas son complejas en todas partes; necesitamos una gran cantidad de reglas para vivir en paz con nosotros mismos.
Los filósofos griegos pensaban que comprobar una teoría perfecta mediante instrumentos imperfectos no era un procedimiento válido para adquirir conocimiento.
Los inventores más grandes son desconocidos. Alguien inventó la rueda, ¿pero quién?
Los mundos de nuestro sistema solar son muy diferentes, pero todos comparten un vínculo gravitacional: el Sol.
Los pájaros cantan dulcemente, pero aquel a quien hayan despertado a las cinco de la madrugada, un día de verano, podría impugnar esta afirmación.
Los ordenadores son mejores que nosotros para la aritmética, no es que sean muy buenos, es que nosotros somos bastante malos para ella.
Los pantanos liberan metano. Además, se ha calculado que unos 45 millones de toneladas de este gas son emitidos a la atmósfera por los pedos del ganado y otros animales grandes.
Nadie tiene una suerte más triste que "el hombre del tiempo". Cuando acierta, es ignorado; cuando se equivoca, es objeto de execración.
Nuestro Sol, dicho sea entre paréntesis, puede llegar a convertirse en una enana blanca; sin embargo, según las apariencias, nunca se convertirá en una supernova.
No es un negocio para la Tierra poseer semejante Luna. Es demasiado grande. Tiene más de un cuarto del diámetro de la Tierra y alrededor de 1/81 de su masa. Ningún otro planeta del sistema solar tiene, ni remotamente, un satélite tan enorme.
Nos cuesta mucho organizar el medio ambiente porque todo lo que tocamos está estrechamente relacionado con lo demás.
Un sutil pensamiento erróneo puede dar lugar a una indagación fructífera, que revela verdades de gran valor.
Un signo de nuestro poder y de nuestra locura criminal es que podamos contaminar el vasto océano; y lo estamos haciendo.
Nos humilla el pensamiento de que todos los animales, seres humanos incluidos, son unos parásitos del mundo vegetal.
Una evidencia indirecto puede ser definitiva. Nunca hemos visto un átomo y, sin embargo, sabernos que existe.
Un ser humano viviente parece constituido, únicamente, de materia y energía. El espíritu es una mera presunción.
La sociedad es una especie de organismo, y muy poderoso, pero, por desgracia, no muy sabio.
Si Freud no es el Pasteur de la enfermedad mental, es, al menos, el Hipócrates.
Para muchos de nosotros, al parecer, la primera ley de la dietética dice así: si te gusta, es malo para ti.
Un científico es un hombre tan endeble y humano como cualquiera; sin embargo, la búsqueda científica puede ennoblecerle, incluso en contra de su voluntad.
Tengo un vicio: escribir.
Es extraño, pero las rocas, si se eligen y se pulen bien, pueden ser tan hermosas como las flores, y mucho más duraderas.
Con seguridad, los niños y unos pocos adultos jamás pudieron observar el vuelo de un pájaro sin sentir envidia.
El deseo de creer incluso contra toda evidencia alimenta a las pseudociencias, desde la astrología hasta el creacionismo.
Los hechos son un montón de ladrillos y maderas. Sólo una teoría consistente puede convertir ese montón en un edificio imponente.
Las principales sustancias químicas del tejido humano son vulnerables e inestables, pero es justo así como la vida necesita que sean.
Los organismos se componen de células como las sociedades se componen de individuos, y por las mismas razones.
La Tierra es como un libro; en ella leemos su propia historia y también la de los seres humanos que ha parido.
Los seres humanos pueden aniquilar con facilidad a todos los elefantes de la Tierra, pero están indefensos ante los mosquitos.
Espera mil años, y verás que se vuelve preciosa hasta la basura dejada atrás por una civilización extinta.
El aspecto más triste de la vida actual es que la ciencia gana en conocimiento más rápido que la sociedad en sabiduría.
Si cada año estuviésemos ciegos por un día, gozaríamos en los restantes trescientos sesenta y cuatro.
Sea lo que fuere la astronomía, ¿quién dudará que es la más hermosa de las ciencias?
La ley de conservación de la energía nos dice que no podemos obtener algo por nada, pero nos resistimos a creerlo.
Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace. Pero el hecho sigue siendo un hecho.
El organismo humano es maravilloso. ¿Cómo no iba a serlo si es el resultado de correcciones realizadas a lo largo de tres millones y medio de años?
Nos humilla el pensamiento de que todos los animales, seres humanos incluidos, somos unos parásitos del mundo vegetal.
La ciencia nos puede entretener y fascinar, pero es la ingeniería la que cambia el mundo.
Parece que tenemos el sentimiento de que lo natural tiene que ser bueno, pero la estricnina es natural.
¡Qué brillante y hermoso nos parece un cometa a su paso por delante de la Tierra! A condición de que pase de largo...
Hay algo específicamente humano en el uso de herramientas; la primera y más importante es el lenguaje.
"Research" significa "rebuscar". ¿Por qué no? A veces, surge una nueva interpretación, de gran importancia.