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La ley del mes (del Corte Inglés)

Mes a mes los grandes almacenes marcan en los almanaques los matices… y promociones comerciales.

Los años comienzan y terminan con ese simulacro de paz que es la navidad de buena voluntad. Antes la Navidad era una festividad familiar y religiosa donde apenas cabía el deseo de un próspero año nuevo. Ahora es otra época, de desbordante consumismo predestinado a liquidar la paga extra. En enero el proverbio decía: nieve en enero lleno el granero; o en enero, bufanda, capa y sombrero. De aquel enero, buen mes para el carbonero, se ha pasado al enero de doble efecto concatenando las rebajas con la cuesta de enero.

En febrero, un día malo y otro bueno, era el mes loco, donde ningún día se parece a otro: Febreruco es loco, unas veces por mucho y otras por poco. De aquel mes de febrero, que lo inventó un casero, ahora es el mes de San Valentín con los regalos para la pareja, incluso precedido el recién inventado Día del Soltero. Luego marzo, marcero, o tan frío como enero o tan falso como febrero. Del marzo engañador, un día malo y otro peor, a la campaña primaveral de temporada, los carnavales y el Día del Padre.

En abril, la flor empieza a salir. Ni abril sin flores, ni juventud sin amores, ni abril sin vacaciones (de Semana Santa). Abril sin granizar, no se vio ni se verá, y en tus vacaciones será. Además el 23 está el Internacional Día del Libro. Por mayo llueve a rayos. El mes de mayo, el mes más largo que tiene el año, comienza con el Día de la Madre. Y hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo, y si junio es ruin hasta el fin. Cielo de junio, limpio como ninguno. Junio hortelano, mucha paja y poco grano, pero seguro que temporada de verano.

Julio caliente, quema al más valiente. Julio normal, seca el manantial. Pero si en julio llueve, renace la hierba y el trigo se pierde. Y más se pierde en las vacaciones estivales, en julio o en agosto. Si da por ser tormentoso, agosto será luctuoso, para la cosecha y para tu descanso anual.

Septiembre, el mes más malo que el año tiene. La luna de septiembre siete lunas deja atrás, como el retorno a casa olvida lo estival. Y la vuelta al “cole”, de cuotas, libros y uniformes, que arruina a la ciudadanía. El labrador, que a primeros repone los aperos, para octubre sus deudas cubre, pero ya no cabe esperar los compromisos saldar. Y menos ahora que también celebramos Halloween, en el cruce de octubre y noviembre.

Noviembre, dichoso mes que entra con Todos los Santos, nieve en los altos, y sale con San Andrés, nieve en los pies. En diciembre, leche y duerme, porque los días de diciembre, es noche oscura y apenas amanece. En diciembre, no hay valiente que no tiemble y más la cartera cuando la navidad, el Olentzero y los Reyes Magos vienen. Y así vuelta a empezar, mes a mes y año a año.

Antes, el refranero sugería aún para la parca, que no acepta calendario: Quien pasa el mes de enero, pasa el año entero; en septiembre, el enfermo tiemble; y en octubre el enfermo que no se agarra, cae con la hoja de parra. Ahora se suma a las inexorables “muerte y hacienda”, ésta también con su agenda del contribuyente, una tercera inevitable programación de cómo relanzar la economía global moviendo el dinero de nuestro bolsillo todos los meses. Añadiendo las previsibles olimpiadas y campeonatos deportivos, lo único que queda para una planificación puntual de campañas comerciales son los acontecimientos flotantes como eclipses, viajes, onomásticas,… y la tríada BBC (bodas, bautizos y comuniones) para ocasiones especiales. ¡Que usted lo gaste bien (y disfrute si puede)!

Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/meses.htm

Cuántos se necesitan para cambiar (en 2006)

A la pregunta de ¿cuántas personas hacen falta para cambiar una bombilla?, el chiste original respondía “Diez: Uno para sostenerla y nueve para dar vueltas a la escalera”.

Las innumerables variantes del inagotable chiste se logran alterando quiénes intervienen y cómo lo intentan, lo que determina un número incierto de participantes. Por ejemplo, no hará falta nadie si quienes están a oscuras creen que así es mejor. Y serán insuficientes todos los seres humanos, si es sistema de reemplazo consiste en girar la casa o el planeta entero mientras uno sujeta firmemente la bombilla. También hará falta mucho tiempo si, aunque sólo estén dos, roscan en sentido contrario o se quitan la escalera intentando cada uno el protagonismo de la hazaña. Tampoco ayudan los que aconsejan cómo debería hacerse, pero no lo intentan en colaboración con otros.

Otras alternativas demuestran la versatilidad de la broma. Los programadores no lo resuelven porque se excusan diciendo que es un problema de hardware. Los sindicalistas organizan un comité teórico sobre el riesgo de cambiar bombillas y concluyen que no es su trabajo. Los conservadores no quieren cambiar nada, aunque ya no funcione. Tampoco los economistas lo intentan, aduciendo que si se necesitara cambiar la bombilla, el mercado ya se habría encargado de ello. Los periodistas no hacen otra cosa que formar un corro esperando grabar y entrevistar al valiente que lo intente. Bastaría un psicólogo, pero sólo si… la bombilla realmente quiere cambiarse a sí misma.

Si para el nuevo año 2006 nos planteamos otros objetivos más ambiciosos, podemos analizar con la misma lógica porqué a menudo dificultamos su resolución. ¿Cuánta gente se necesita para lograr la paz o erradicar el hambre? Para cambiar el mundo, se necesita mucha gente. Pero uno solo, tú mismo que lees estas palabras, puedes mejorar un poco pero significativamente el universo que te rodea. Dale vueltas sobre cómo puedes lograrlo.
Cuántos se necesitan para cambiar (en 2006)

Quizá una reflexión final nos ayude a todos: ¿Quién puede conseguir la felicidad universal? ¿Los Reyes Magos, Papá Noel, el Olentzero, los sicólogos infalibles, los periodistas comprometidos, los economistas prospectivos, los políticos perfectos o la gente corriente? Única solución acertada: ¡La gente normal; los demás son fantasías! Resolvamos, ya, sin esperar más, esas bombillas que llevan tiempo fundidas y que hemos comentado cientos de veces que habría que sustituir. ¡Cambiémoslas, directamente, entre quienes estemos dispuestos, sin contar con quienes nunca harán nada!

Versión final en: mikel.agirregabiria.net/2005/bombilla.htm

Del sílex al silicio

La herramienta universal, que fue el hacha de sílex, se ha transformado en una agenda electrónica con GPS.

Nuestro primer antepasado, bípedo con pies no prensiles y primer dedo alineado con los restantes, que presentaba hipercefalización (cabeza creciente) y una verticalización completa del cráneo, fue el “Homo erectus” o pitecántropo. La evolución humana trascurrió por las etapas de “Homo floresiensis”, “Homo rudolfensis”, “Homo habilis” y “Homo antecesor”, hasta llegar al “Homo ergaster”, que puede ser el primer homínido con capacidad para un lenguaje articulado. La capacidad craneal siguió aumentado con el “Homo heidelbergensis”, hasta llegar al “Homo sapiens fossilis”, “Homo sapiens neanderthaliensis” y “Homo sapiens sapiens”, el hombre de Cro-Magnon u hombre actual.

El “Homo sapiens sapiens” (Hombre que sabe que sabe) es una subespecie del “Homo sapiens” (Hombre que sabe), la única que sobrevive de todo el género de los homínidos, sin más parientes vivos que los grandes simios como el gorila, el orangután o el chimpancé. El “Homo sapiens sapiens” es de origen africano y apareció hace unos 45.000 ó 100.000 años. Su expansión por todo el planeta, coincidió en Europa con la extinción de su coetáneo, el hombre de Neandertal.

Los Neanderthales usaban útiles de sílex, elemento que se encontraba fácilmente, creando las primeras hachas, azuelas y hoces. Con estos instrumentos se inició la civilización gradual de la humanidad. Las máquinas comenzaron a rodear a los seres humanos, a integrarse en sus vidas, a componer sus hábitats. La inventiva se tecnificó, y hemos llegado hasta la llamada generación-i (Internet Generation).

Actualmente vivimos inmersos en ayudas tecnológicas, que incluso portamos personalmente en todo momento. Reloj, gafas o lentillas, llaves, móviles,… son parte de nuestro equipamiento imprescindible. Nuestras mentes se han educado, se han entrenado, se han sofisticado y recurrimos a ordenadores y toda clase de recursos audiovisuales para mejorar nuestras opciones de información y comunicación. Pero, quizá, nos faltaba algo que potenciase nuestra capacidad intelectual, como el hacha amplificaba nuestra fuerza física. Algo que se pueda asir, que se pueda llevar en todo momento, que resuelva nuestras dudas existenciales más profundas: ¿Quiénes somos? ¿Dónde estamos? ¿Adónde vamos? Como una primera respuesta, filosóficamente poco relevante, hoy podemos saber que somos quienes aparecemos en pantalla TFT (Thin Film Transistor) con 65.536 colores al encender el PDA, estamos donde el GPS nos indica y vamos hacia donde queramos del mapa por la ruta sugerida.

La solución se llama PDA con GPS incorporado. PDA (Personal Digital Assistant) es un pequeño ordenador en forma de agenda electrónica, compatible con los sistemas informáticos estándar, y el sistema GPS (Global Positioning System ) es un sistema de posicionamiento mediante satélites que permite localizar instantáneamente nuestra posición terrestre. Productos que caben en la palma de la mano como Acer N35, basado en Microsoft® Windows® Mobile™ 2003 Pocket PC y con un completo sistema de navegación GPS integrado. En el bolsillo, con sólo 165 gramos, llevamos Explorer®, Outlook®, Word® (con El Quijote para leer en tiempo muertos), Excel®, MSN Messenger®, Windows Media Player®, Destinator (con los mapas peninsulares preinstalados),…

Un regalo de Olentzero, Papá Noel o de los Reyes Magos como una PDA con GPS, todavía algo caro (400 €, con todo tipo de accesorios adicionales), nos permite saber nuestra latitud y longitud, no perdernos, y llevar todo tipo de datos personales. Además las posibilidades son incontables. A modo de ejemplo trivial, con un programa astronómico gratuito conoceremos la hora de amanecer y de atardecer en nuestra ubicación, las fases de la luna, las mareas, la posición de cada astro en el cielo visible,…

Desde aquel ancestral cuchillo paleolítico de bordes afilados, viajamos hacia un útil universal único con PDA, teléfono móvil, capacidad de navegación Internet de altas prestaciones, cámara digital y reproductor de fotografía, música y vídeo, que sirva como sistema de pago (dinero virtual), identificación (Documento de Identidad), sistema de seguridad (llaves),… Pronto lo veremos: sólo falta que las multinacionales nos vendan previamente todos esos dispositivos con una integración incompleta… Ya se sabe, el mercado manda.

New Olentzero: Cuento navideño

Nuestros hijos siempre supieron la triple historia de los Reyes Magos, Papá Noel y Olentzero.

En el País Vasco conviven tres tradiciones con personajes navideños que dan regalos a los niños. El protagonismo de cada leyenda es variable según la familia, pero toda la infancia vasca sabe que “existieron” y cuáles fueron sus orígenes. Cuando nuestros hijos fueron pequeños, y de esto hace ya unos lustros, aprendieron que la nochebuena del 24 de diciembre celebrábamos el Olentzero, la nochevieja del 31 de diciembre Santa Claus, y los Reyes Magos la mañana del día 6 de enero. Si deseaban un regalo en cada ocasión, debían escribirles en sus “idiomas propios”, respectivamente en euskera, inglés y castellano.

Olentzero, la figura menos conocida fuera de Euskadi, es un personaje precristiano de la mitología vasca como Basajaun, las sorginas o brujas, las lamias o hadas, los mairus, los iratxos, Gaueko, Tartalo, los galtzagorris, Herensuge o el dragón primigenio, los jentiles,... Es un particular Santa Claus en forma de ingenioso y bonachón carbonero, de los que hacían carbón de madera en el bosque durante todo el año, con una descomunal afición gastronómica. Vestido con una boina y un saco, el grueso Olentzero fuma en pipa y canta su canción predilecta (Horra, horra, gure Olentzero). Habiéndose enterado del nacimiento de Jesucristo, bajó desde el monte al pueblo cargado de regalos para comunicar la buena noticia. En realidad, Olentzero es una reminiscencia de la celebración del solsticio de invierno, que la Iglesia Católica renombró como fiesta de la Natividad.

Los más pequeños tratan de conjugar los tres relatos, antes de descubrir cómo sus padres ayudan a estos seres mágicos para que puedan distribuir tantos regalos en una sola noche. Quizá por eso han instituido los tres días de reparto. He aquí una versión reciente, del siglo XXI, para resaltar nuevas claves contemporáneas de la triple fábula festiva de inicio del año.

“Acabadas las fiestas navideñas, a la salida del pueblo coincidieron las tres comitivas. La más lujosa, la de los Reyes Magos, patrocinada por los grandes almacenes que traía camellos y pajes. Santa Claus disponía de un trineo tirado por renos, con menos apoyos comerciales. Olentzero, acompañado en su carro de bueyes por algunos “laguntzaile” (ayudantes), también parecía cansado de trabajar, pero feliz por haber repartido todos los regalos.

Melchor comentó que este año los niños se habían portado bien y estudiado bastante, aunque aún podían mejorar. Santa dijo que los manjares que le habían puesto en las casas estaban deliciosos. Olentzero señaló que prefería que no le pusieran tanto licor para beber junto al árbol, porque prefería refrescos sin alcohol para trabajar y conducir.

Los Reyes Magos, ya de edad avanzada, explicaron que sería deseable que las familias se fuesen antes a la cama para aumentar las horas de reparto, y que si los niños se quedaban hasta tan tarde viendo la televisión, algunos se encontrarían sin regalos. Papá Noel, que se había puesto a dieta y se lo recomendó a Olentzero, indicó que gracias a Internet recibía más cartas y mejoraba la preparación de los regalos. Gaspar estaba contento porque cada año le pedían más libros para leer,… y en varias lenguas, apuntaron al unísono Olentzero y Santa Claus.

Baltasar recordó lo bien que se llevaban todos ellos entre sí, a pesar de ser blancos, negros o árabes, y de venir de las montañas vascas, de Oriente o del Polo Norte. Por último, todos decretaron que -para recordar la fiesta del Niño Jesús- sería necesario que los niños ricos compartiesen sus juguetes con los más pobres de su ciudad o de países lejanos. Una de las ayudantes, que oía la conversación, pensó que también debería haber personajes femeninos en el reparto de regalos, pero que la Historia se escribe muy despacio”.

Paradojas educativas

Carta docente dirigida al Olentzero, a Papá Noel y a los Reyes Magos.

Ahora que nuestro alumnado está escribiendo sus cartas para pedir regalos, el profesorado también ruega soluciones de quien corresponda para el próximo año 2005. Continuamente surgen preguntas que siguen sin respuesta. He aquí algunas:

1. ¿Por qué no ni un solo enseñante célebre entre tantos anónimos educadores que forman la profesión más numerosa en las sociedades avanzadas?
2. ¿Por qué cobra más el profesorado que no quiso ser maestro y que estudió para otra profesión?
3. ¿Por qué está tan mal distribuido el alumnado que requiere más atención y recursos?
4. ¿Por qué los horarios estudiantiles decrecen con la edad escolar?
5. ¿Por qué hay tantos interinos en los centros públicos y concertados, a pesar de acumular muchos lustros de docencia?
6. ¿Por qué los docentes que más horas imparten son los interinos y sustitutos?
7. ¿Por qué los grupos más difíciles se encomienda al profesorado provisional y, teóricamente, menos experto?
8. ¿Por qué comienza a ser difícil reclutar nuevos docentes en muchas áreas de conocimiento?
9. ¿Por qué los profesores y los centros que se creen mejores son los que más suspenden?
10. ¿Por qué cobran más los docentes que ya no dan clase en puestos administrativos o de apoyo?
11. ¿Por qué es tan difícil hallar especialistas en educación en los gobiernos o en los parlamentos, cuando hay tantos docentes?
12. ¿Por qué raramente son docentes los Consejeros de Educación? ¿Entre millares de docentes, nadie da la talla?
13. ¿Por qué se llama “fracaso escolar” a lo que ni es escolar porque no sólo es responsabilidad del alumnado, ni es fracaso porque no se ha intentado todo con la máxima colaboración entre familias, alumnado, profesorado, administración y sociedad?
14. ¿Por qué es tan difícil que la Educación sea una prioridad para los políticos?
15. ¿Por qué no declaramos al año 2005 el “Año de la Educación” y mediante un “Acuerdo Educativo” comenzamos una apuesta global por la mejor inversión que un país moderno puede elegir?

Una bilbainita sin regalo

El pasado día de Navidad contábamos en una “Carta al Director” que una niña recién nacida había sido abandonada en el Hospital de la Cruz Roja de Bilbao. La madre inmediatamente se arrepintió y volvió a por ella una hora después, aún a costa de quedarse en la calle tras ser despedida de su trabajo. La historia no ha concluido felizmente todavía. El capellán Javier del Hospital coordina la búsqueda de un empleo para que esta madre pueda quedarse con su hija, pero aún seguimos sin encontrar una salida digna y humanitaria como merecen ambas criaturas, hija y madre.

Por nuestros hogares pasaron el Olentzero, Santa Claus y los Reyes Magos, celebramos las comidas y nos repartimos los regalos al reunirnos con toda la familia, pero esta desconsolada madre sigue sin trabajo y las autoridades deberán retirarle el bebé si no encuentra un empleo en los próximos días. Mientras no resolvamos este caso, el Año Nuevo no comenzará en Bilbao, ni habrá felicidad para nadie.

Esta nena bilbainita necesita sólo un regalo, que es un derecho: El paraíso que está en el regazo de su ama. ¿Quién y cómo puede ayudar en este trágico caso real? La mejor solución sería un trabajo estable para la madre como empleada de hogar, interna o externa. Para más información llamar al Capellán del Hospital (94-4434792).

Cartas navideñas

El Corte Inglés ha decidido que ya es Navidad, y vende con profusión postales. Aparte de las destinadas a la familia, decidimos comprar las tres habituales misivas que enseñamos a escribir en sus tres primeros idiomas a nuestros hijos para pedir tres regalos: al Olentzero en euskera el 24 de diciembre, a Papá Noel en inglés el 31 de diciembre y a los Reyes Magos en castellano el 6 de enero. Ahora que ellos redactan sus propias tarjetas, nos queda a los adultos la tarea de seguir cursando nuestros deseos de paz y felicidad para el próximo año 2004. Éstas son nuestras peticiones traducidas al castellano.

Olentzero Maitia: Ya sabrás lo que queremos para el año que viene. Lo mismo que te pedimos todas las navidades desde hace muchos años. Que nadie mate por razones políticas, y que nadie excuse la violencia de cualquier tipo entre nosotros. A ti que bajas del monte donde trabajas de carbonero para comunicarnos la buena noticia, “sólo” te pedimos la paz, porque cuando la consigamos Euskadi será feliz.

Queridos Reyes Magos: Hacednos comprender que las culturas no se pueden restar, sólo pueden sumarse; que pensemos todos que el español, el catalán, el euskera,… son lenguas de todos, que pueden ayudarnos a entendernos mejor. Vosotros que venís de muy lejos, que sois muy distintos los tres, seguro que podéis conseguirnos este regalo.

Dear Santa: Desde el Polo Norte tú vigilas toda la Tierra. Mucha tarea para ti y tus elfos. Te pedimos que en 2004 el mundo entero se civilice más y se militarice menos. Que el Personaje del Año de la revista Time no sea el soldado norteamericano, sino un anónimo niño menor de cinco años, cualquiera de esos 500 que muere cada hora de cada aciago día que vivimos en este planeta desalmado con amnesia del presente. Danos la humanidad necesaria para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no deba acusadoramente recordarnos tanta desigualdad y tanta injusticia entre los seres humanos sólo por el lugar de nacimiento.

¡Felices Navidades y Próspero Año Nuevo… para todas las personas del mundo!

Anécdotas infantiles

Todas las familias disponen de una memoria histórica de anécdotas que periódicamente se recuerdan, y que merecen ser compartidas. Nosotros educamos a nuestros hijos en el aprecio a tres culturas: Sus regalos navideños aparecían el 24 y 31 de diciembre, y el 6 de enero, si habían escrito sus cartas en euskera, inglés y castellano respectivamente. Nunca olvidaremos el día que nuestro hijo pequeño, Aitor, vino del colegio con la tristeza del fatal descubrimiento de quiénes son los Reyes Magos. Tras su decepción estuvo extrañamente cabizbajo durante la cena, y después de un buen rato pensativo nos preguntó: "Si vosotros, los padres, sois el Olentzero, Papá Noel, los Reyes Magos y el ratoncito Pérez, entonces... ¿también sois Dios?" Esta visión infantil de los padres como dioses es imposible que la mantengan durante la adolescencia.

En otra ocasión, observando a nuestra hija Leire un poco aburrida viendo ensimismada la televisión, me puse a jugar con ella y a voltearla como en un columpio, como frecuentemente hacíamos. Nos estábamos riendo a carcajadas, cuando de repente me pidió que parase para bajar del "caballito" (que era yo). Se plantó delante de mi cara, me miró fijamente y muy seria me dijo: "Aita, cuando yo sea mayor, ¿con quién jugarás tú?". Y luego concluyó condescendientemente: “No te preocupes, aita, yo siempre jugaré contigo cuando quieras”. Esta preocupación por los demás demuestra su inteligencia y que saben ponerse en el lugar del otro.

La infancia es esa fascinante etapa vital, inolvidable, que se caracteriza por tres maravillosas capacidades, que hay quienes saben mantener durante toda la vida: 1º Los niños siempre están alegres, sin motivo especial alguno. 2º Los niños están activos infatigablemente, y quizá ésa sea la clave de la primera cualidad. 3º Los niños constantemente están insatisfechos, sin renunciar a sus objetivos y aspirando a más (según obtienen el triciclo ya quieren la bici,..). Se ha dicho que “los viejos niños nunca mueren, simplemente se adulteran”, pero tal vez sea más exacta la apreciación de Simone de Beauvoir, quien creía que “un adulto no es sino un niño inflado por la edad. Quizá nos convendría importar tradiciones como las de Japón que celebra un Día de los Niños (5 de mayo), un Día de los Adultos para quienes cumplen 20 años (15 de Febrero) y un Día del Respeto a los Mayores (15 de septiembre).

Una propuesta final, para evitar que se confirme la cínica conjetura de que la educación es un proceso crecientemente complejo y costoso para que la autonomía de las personas se… retrase: El adelanto del voto a los 16 años, edad de efectos penales, y quizás más adelante hasta los 14 años. Reconocería los plenos derechos civiles de los niños, como ciudadanos de primera clase, y contribuiría a la mejora de su madurez, preguntándose más tempranamente sobre temas sociales. De su precocidad caben pocas dudas, y es de reconocimiento universal que los niños y los jóvenes de la actualidad están mejor preparados que nunca. Además, esta medida obligaría a los políticos a proponer planes como los niños exigen: a la altura de la desbocada imaginación infantil que desea la paz y la felicidad para todos nosotros.

Más entradas nuestras sobre el Olentzero.

¿Para cuándo un Olentzero?

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Actualización a 20-12-14: Obviamente, hace años que los chinos solventaron esta cuestión de 2002, como se demuestra con la foto anexada.