Un viaje es una vida nueva


Un viaje es, por arte de magia, una vida nueva, con un nacimiento, un crecimiento y una muerte que se nos ofrece dentro de la otra existencia. Procuremos aprovecharlo.

Paul Morand

Riqueza verdadera

Descubriendo la grandeza de algunas gentes, que por nuestra pereza y simpleza suele pasarnos desapercibida.

Todos los días, mi esposa Carmen y yo paseamos por Getxo. Nuestro recorrido predilecto va desde el Puente Colgante hasta el Puerto Nuevo, donde la elegante y variada arquitectura capitula ante la belleza natural de la costa vasca. En apenas dos kilómetros pueden verse desde gigantescos barcos mercantes que navegan por la Ría Nervión-Ibaizabal hasta gráciles veleros o ferries por el Abra de Bilbao, tres playas y varios monumentos históricos junto a palomas y gaviotas, pero lo mejor es la gente con la que te encuentras.

Ayer caminando en nuestro trayecto habitual, descubrimos que vivimos entre personas “ricas”. Pero “ricas” de verdad. Queremos compartir nuestro hallazgo, porque en todas las sociedades y en todos los pueblos hay “gente acaudalada”, pero no son necesariamente los “millonarios en dinero” que creemos por ser tan visibles. La genuina riqueza se disfraza, muy a menudo, de enfermedad, de pobreza, de flaqueza, de torpeza y de crudeza en la corteza. Porque la auténtica fortaleza reside interiormente en la sutileza de la agudeza, en la certeza de la entereza y en esa nobleza que sólo otorga la proeza de sobrevivir.

Quizá sea grandeza y delicadeza, mejor que riqueza, lo que caracteriza a estas personas de firmeza y gentileza, de dureza y pureza, de belleza con tristeza, justeza y largueza. Sólo los niños “reconocen” a esas personas que se han hecho “grandes”, día a día, porque cabeza, listeza, destreza, franqueza y realeza se acumulan únicamente ganando la batalla cotidiana de la existencia, atesorando arrugas que son las cicatrices de la experiencia.

Si aún no lo has entendido, quizá necesites unas horas más, unos meses más o unos años más. Con suerte al final serás tan ‘rico’ como cualquier anciano, y todo lo comprenderás. Porque no hablamos de riqueza económica, sino de riqueza en pasado, en alegría compartida, en vida subsistida y transmitida. Nos referimos a los “verdaderos ricos” que son los abuelos de la Tierra, los aristócratas de la Vida, los añosos vencedores del Tiempo.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/riqueza.htm

La grandeza de la insignificancia

Circula por Internet en forma de cadenas de e-mails una presentación maravillosa para reiniciar nuestra vida.

Recibo, de varios remitentes, una presentación PowerPoint titulada “La grandeza del mar” de autor desconocido. Junto a unas espléndidas imágenes marinas, contiene un edificante texto que reproduzco aquí levemente modificado.

¿Sabéis por qué el océano es tan grande, tan inmenso, tan poderoso, y por qué tiene la humildad de colocarse a algunos metros por debajo de todos los ríos? Porque supo recibir el mensaje de ellos, y así se hizo grande. Si el mar quisiese ser el primero, verse el más elevado, estar por encima de todos,… no sería un mar, sino sólo una isla. Toda su agua se iría para los otros y quedaría aislado.

La pérdida es una parte de la vida. La derrota es una parte de la vida. La muerte es una parte de la vida. Es imposible que vivamos sin ellas. Necesitamos aprender a perder, a caer, a errar y a morir. Es imposible ganar sin saber perder. Es imposible andar sin saber caer. Es imposible acertar sin saber errar. Es imposible vivir sin saber morir. Si aprendemos a perder, a caer, a errar… nadie nos podrá controlar, a nada temeremos. Porque lo peor que nos podrá suceder es caer, errar o perder. Y esto ya lo sabremos.

Bienaventurados quienes ya consiguieron ganar con la misma naturalidad con la que aprendieron a perder, quienes supieron andar tras superar el caer. Aprendamos a recibir con sencillez el acierto y el error, el triunfo y la derrota, la vida y la muerte.

Una lectura matutina así impulsa un reset del enfoque habitual y manido de buscar incesantemente la victoria, sufrir el desencanto de la derrota y que nuestras ilusiones se vayan desgastando por la erosión continua de la vida. “Nada existe en el mundo que sea insignificante” (Schiller), porque “lo insignificante es tan importante como todo lo demás” (Whitman). Aceptemos el principio de “derrotado siempre, pero abatido nunca”, porque “podremos ser destruidos, pero vencidos nunca”. Sólo desde el fracaso se puede resucitar. Parafraseando a Simón Bolívar, “el arte de vivir (él dijo de vencer), se aprende en las derrotas”.

Artículo ilustrado en: http://mike.agirregabiria.net/2005/grandeza.htm

Pedir sin medir

La formación del Gobierno Vasco es un paradigma del “por pedir que no quede”, o como dijo el poeta: ¡Qué mina inagotable es el pedir!

1º Leemos en la prensa de ayer en grandes titulares: “EHAK reclama a Ibarretxe los ediles que habría obtenido Batasuna en 2003”. ¡Inaudito, porque la “ilegalización aprobada por el PP-PSOE” ha beneficiado en sobre-representación a todas las formaciones, pero muy especialmente a… EHAK! Si algún partido debe devolver “toda” su delegación política es la propia EHAK, que ni existiría parlamentariamente si retornase sus nueve escaños a Batasuna.

2º Batasuna dice que no está en el Parlamento Vasco, pero que sí lo está a través de EHAK. No se puede aducir que, además de los nueve de EHAK, Batasuna merece otros nueve parlamentarios. Cuando se juega a bloquear cualquier solución de gobernabilidad, lo justo es no revolverse demasiado. Como decía Salvador Dalí, “lo menos que puede pedirse a una escultura, es que no se mueva”.

3º El político catalán Francesc Cambó señalaba que “Hay dos maneras seguras de llegar al desastre: una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo inevitable”. En Euskadi el problema no es solamente la complejidad de siete fuerzas (desaparecida ya Unidad Alavesa), sino las incompatibles demandas de todas ellas: EAJ-PNV liderazgo en minoría precaria con EA y Ezker Batua (y apoyo de Aralar); Ezker Batua sin aceptar apoyos de EHAK, ni de PP; PSOE exigiendo Lehendakari y sin más apoyo que el PP; PP sin cesión al nacionalismo vasco; y EHAK… ¿qué quiere Batasuna? Además se impone que el Proyecto de Nuevo Estatuto aprobado por mayoría absoluta en el Parlamento simultáneamente siga y se retire, se perfeccione y se anule.

4º Como descubrió Alejandro Dumas, “Uno se pregunta adónde irán todas esas gentes que nos encontramos, a pie o en coche, por las calles… Van a pedir algo a alguien…”. Parece que la clase política sigue al pie de la letra esto: No aportar nada y pedirlo todo. Para evitar el eterno empate a 33 parlamentarios, que históricamente sólo puede desnivelar el nacionalismo vasco moderado con los 9 escaños adicionales de Batasuna, sólo caben tres opciones:

- Que ETA mueva pieza hacia la paz y que Batasuna comience un juego político pleno, destinado a influir constructivamente y no a reventar toda posibilidad de acuerdo.
- Si lo anterior no se produce con brevedad de semanas, un gobierno en minoría (lógica y matemáticamente presidido por Ibarretxe), sin concesiones a las pretensiones absurdas y desmedidas de todos los lados.
- Si tampoco esto se alcanza con estabilidad en un plazo medio, de algunos meses, la convocatoria de nuevas elecciones para que los partidos políticos maduren sus actitudes y repiensen sus programas, y principalmente para que el electorado vasco recapacite, vote con alta participación y concentre sus votos en torno a las únicas opciones viables de administración: PNV-EA, PSOE-PP, o Batasuna.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/pedir.htm

Beso reimpreso

Más besos...
El beso es una forma romántica de diálogo, que se firma con los labios.

En 1950, Francoise Bornet y Jacques Carteaud se besaron ante el fotógrafo Robert Doisneau que se apostaba en la terraza de un 'bistrot' parisino. La imagen de un muchacho de pelo alborotado besando apasionadamente a una estilizada chica se convirtió en un símbolo internacional del amor cuando se difundieron millares de copias en forma de póster en la década de los años ochenta, siendo récord de ventas en 1992.

Le Baiser se consideró una estampa tomada espontáneamente hasta que otra pareja, formada por Jean y Dense Lavergne, aseguró al periódico L’Express que eran ellos los actores involuntarios, exigiendo una compensación. Doisneau fue obligado a revelar que la fotografía era un posado: había visto a una joven pareja besarse vehementemente, y éstos aceptaron repetir la escena ante la cámara. Tanto la señora Bornet como la señora Lavergne demandaron a Doisneau, asegurando ambas ser la mujer retratada y exigiendo recibir un porcentaje de las ganancias obtenidas con la instantánea en todo el mundo. Un tribunal francés desestimó ambos casos en 1993, alegando prosaicamente que “un beso no es más que un beso”, y que 40 años más tarde la foto “no ofrecía prueba alguna de identificación”. Esta semana un coleccionista suizo que prefiere el anonimato ha adquirido por 155.000 euros el original que poseía la modelo genuina, Francoise, que hoy es una bella mujer de 75 años.

Una vez más, una imagen vale por mil palabras. Nos refresca toda la poesía escrita sobre besos. Todo aquello de que no olvidemos que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos. Pero también que nunca besemos con los ojos abiertos, porque es la forma más ciega de besar. Lo cierto es que se recuerdan los besos prometidos y se olvidan los besos recibidos. No en vano los besos son como las cerezas: uno lleva a otro. Aunque Dino Segre, Pitigrilli ya reconocía que la secuencia suele ser: “Un beso, dos besos, tres besos, cuatro besos, cinco besos, cuatro besos, tres besos, dos besos, un beso”.

El suceso confeso del beso impreso, ya sea travieso o ex profeso, es un exceso que no deja ileso, sino preso. Es un proceso de regreso y retroceso al fuego del acceso expreso del reingreso en el beso, que Alfred de Musset definió como “el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías”. El mismo temblor celestial que Gustavo Adolfo Bécquer declarara, “por una mirada, un mundo;/ por una sonrisa, un cielo;/ por un beso..., ¡yo no sé/ qué no diera por un beso!”, lo había predicho el gran Víctor Hugo cuando supuso que “es imposible que por encima de un beso inefable no haya un estremecimiento en el inmenso misterio de las estrellas”. Esa misma vibración la hemos sentido observando la sublime galería de besos con la que nos obsequió Robert Doisneau.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/besos.htm

Relevo planetario

Seamos conscientes de los modelos actuales para toda la juventud mundial que representan dos personajes públicos.

Estos días toda la prensa mundial recoge el cambio de testigo, a pesar de que sea Europa el centro de la noticia, con Alemania en un polo y un Estado medio en el otro. En Italia, aunque más exactamente bajo la bandera de un minúsculo Estado independiente, se ha producido el reemplazo. Por la elevada edad del predecesor y por su fructífero reinado largo, era de esperar su sustitución. Al final se ha producido el cambio de liderazgo, aunque nadie sabe la duración de la nueva era de supremacía que ahora se inicia.

Hay quienes se han quejado del exceso informativo, de la pompa exhibida y de los fastos, e incluso del idolatrismo mesiánico que despiertan ambos protagonistas. Muchos no estamos de acuerdo: desearíamos aún más información, más reportajes y más debates relativos a tan destacada noticia. Aunque convendría no personalizar tanto en los dos seres humanos, intérpretes máximos del evento. Aquí y ahora, más que esos dos hombres con sus innumerables virtudes y pequeños defectos, son las instituciones que representan y los equipos que les apoyan quienes merecen nuestra admiración, respeto y deseo de emulación en su camino hacia la perfección.

¡Gracias por vuestra vida preparándoos para esta etapa final! ¡Gracias por el ejemplo de esfuerzo y dedicación que aportáis al mundo entero, y especialmente a los más jóvenes! Sois merecidamente héroes del siglo XXI, y más lo seríais aún si renunciaseis al dinero, al boato y a tanta comercialización de vuestra encomiable labor. Seguiremos vuestro carrera en lo que tiene de carismático y ejemplar por la denodada determinación que demostráis, vosotros y vuestros seguidores. ¡Gracias, y permitidnos que os llamemos por vuestro nombre individual! ¡Muchas gracias, tanto al precursor Michael (Schumacher) como al sucesor Fernando (Alonso)!

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/relevo.htm