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La esperanza de los hijos
Si a algo nos obligan los hijos durante toda nuestra vida es a… esperarles.
Hace dos horas que mi esposa y yo estamos preparados para emprender el viaje de vacaciones en coche. Hemos despejado los cuartos de baño y preparado el desayuno, antes de despertar a nuestros hijos, dándoles tiempo a desperezarse. Poco a poco se han levantado, les hemos recordado los atascos previstos y animado a agilizar sus trámites preparatorios. Todavía calculamos que les quedan otras dos horas antes de que el “pater familias” que suscribe pierda los nervios y se ponga a dar gritos, y ellos finalmente se animen a iniciar un viaje de 850 Km.
Porque si algo define la condición por antonomasia de la paternidad o maternidad es la “espera”.
Nueve meses para que nazcan, un año más para que comiencen a hablar y andar; otro año más para que dejen de usar pañales,… y otras veinte (o treinta) años más para que alcancen cierta madurez. Nosotros estamos en esta fase inconclusa. Y después sigue la espera, a que se completen sus estudios, encuentren trabajo, se casen, tengan sus propios hijos,…
Ser padre o madre es una realidad irreversible: Cuando acaba de nacer un hijo entendemos que nuestra vida ha cambiado definitivamente. Desde ese momento tenemos mucho que aprender, que improvisar,… y que esperar. Pero los hijos son también la mayor esperanza que nadie pueda soñar. Ellos nos permiten vivir doble o triplemente nuestra vida y pervivir tras nuestra muerte.
Hace dos horas que mi esposa y yo estamos preparados para emprender el viaje de vacaciones en coche. Hemos despejado los cuartos de baño y preparado el desayuno, antes de despertar a nuestros hijos, dándoles tiempo a desperezarse. Poco a poco se han levantado, les hemos recordado los atascos previstos y animado a agilizar sus trámites preparatorios. Todavía calculamos que les quedan otras dos horas antes de que el “pater familias” que suscribe pierda los nervios y se ponga a dar gritos, y ellos finalmente se animen a iniciar un viaje de 850 Km.
Porque si algo define la condición por antonomasia de la paternidad o maternidad es la “espera”.
Nueve meses para que nazcan, un año más para que comiencen a hablar y andar; otro año más para que dejen de usar pañales,… y otras veinte (o treinta) años más para que alcancen cierta madurez. Nosotros estamos en esta fase inconclusa. Y después sigue la espera, a que se completen sus estudios, encuentren trabajo, se casen, tengan sus propios hijos,…
Ser padre o madre es una realidad irreversible: Cuando acaba de nacer un hijo entendemos que nuestra vida ha cambiado definitivamente. Desde ese momento tenemos mucho que aprender, que improvisar,… y que esperar. Pero los hijos son también la mayor esperanza que nadie pueda soñar. Ellos nos permiten vivir doble o triplemente nuestra vida y pervivir tras nuestra muerte.
Nos gusta volar...
Nos gusta volar porque, aunque nos da un poco miedo, ese mismo respeto nos obliga a comprender cuánto amamos la vida. Además, en nuestro caso, sólo volamos para disfrutar: Bien para aprender, o bien para descansar... siguiendo aprendiendo. Por añadidura, es de los pocos ratos que estamos desconectados (ver posts de otros vuelos para comprobar que esto no es muy exacto), lo que aporta un poco de tiempo para reflexionar.
Hoy hemos vuelto en un doble turbohélice Alenia ATR 42/72 (ver en los dos vídeos finales de esta breve lista de reproducción anexada), en el asiento 01 D que mira en sentido contrario al de avance del avión, mirando hacia el resto del pasaje. Nos ha sugerido que estábamos en una clase, en el puesto del profesorado de la vieja guardia,... que sigue mirando hacia atrás -hacia el alumnado y hacia DONDE MIRA EL ALUMNADO- mientras todo su universo (la clase o el avión) viaje hacia el futuro.
Hoy hemos vuelto en un doble turbohélice Alenia ATR 42/72 (ver en los dos vídeos finales de esta breve lista de reproducción anexada), en el asiento 01 D que mira en sentido contrario al de avance del avión, mirando hacia el resto del pasaje. Nos ha sugerido que estábamos en una clase, en el puesto del profesorado de la vieja guardia,... que sigue mirando hacia atrás -hacia el alumnado y hacia DONDE MIRA EL ALUMNADO- mientras todo su universo (la clase o el avión) viaje hacia el futuro.
Estamos de viaje (continuará...)
Voyage Voyage - Dessireless
Buscar vídeos: Voyage Voyage - Dessireless
¿Dónde estamos?
Se trata de una plaza en una ciudad Patrimonio de la Humanidad (aquí un enlace que lo certifica... y desvela si se abre). Última pista: Esta noche han llegado a su centro muchos coches Alfa Romeo Spider,...
Las respuestas en los comentarios... ¡Gracias! Mañana más fotos (y muchas más en los próximos días) y seguimos viaje...
Las respuestas en los comentarios... ¡Gracias! Mañana más fotos (y muchas más en los próximos días) y seguimos viaje...
Actualización, tras el rápido descubrimiento del lugar por quienes nos leen. Vídeo y álbum de fotos del lugar, Salamanca, que se descubre en los comentarios.
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