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Tendencias de Desarrollo Humano

Impresionante y magnífica presentación sobre la evolución histórica de la distribución de la pobreza en el mundo. Podéis pinchar AQUÍ para verla. Es de Gapminder, página de la que se habla en MakePovertyHistory! y en la que hay información muy valiosa y bien presentada.

El dinero justo

Tener suerte con el dinero es que nunca falte y que tampoco sobre.

Lo preferible es contar con el dinero apropiado, que es ni poco… ni mucho. Ser pobre debe resultar duro, frustrante y limitador, pero también el dinero en abundancia estresa, insensibiliza e idiotiza. El dinero es una bendición para el pobre y una maldición para el avaro. Séneca decía que “La mejor medida para el dinero es aquélla que no deja caer en la pobreza, ni permite alejarse mucho de ella”.

Hay que ser suficientemente rico para no verse atormentado por la penuria y suficientemente pobre para conocer el valor del dinero. El dinero es un bien y un mal en sí mismo. El dinero es la llave y la mancha del mundo. El dinero hace falta para ser honrados y para alimentar mantener el cuerpo y el alma.

Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las atrae. Jean Paul Getty, el multimillonario que decía que si puedes contar tu dinero no eres un verdaderamente rico, señaló: “Cuando no se tiene dinero, siempre se piensa en él; y cuando se posee mucho dinero, sólo se piensa en él”. Está comprobado que el deseo de dinero, la codicia, crece con el dinero mismo.

El dinero que debería servir para alcanzar la felicidad, muchas veces la desbarata. Al dinero no hay que odiarlo, tampoco despreciarlo, sólo relativizarlo. El dinero es un buen sirviente, pero un mal amo. El dinero no debe ser sino el más poderoso de nuestros esclavos. Es mejor cantar que contar: No contemos el dinero, cantemos a la vida. Recordemos que hay gente con dinero y hay gente que es rica. No busquemos la riqueza en el dinero, sino en una forma honrada de adquirirlo y disfrutarlo.

Versión para imprimir en: mikel.agirregabiria.net/2007/dinero.DOC

Apuntes de economía contemporánea (4/6)

El mayor problema heredado de la historia: La pobreza y la desigualdad de un mundo injusto.

En este Mundo que ha aumentado tanto su renta, que se ha desarrollado como nunca había conocido la Historia, para nuestra vergüenza sigue subsistiendo el problema intolerable de la miseria… que, además, va asociado al de la desigualdad entre personas y entre países. Todavía hoy, la pobreza extrema sigue siendo una acuciante realidad cotidiana para más de 1.000 millones de personas. El hambre y la malnutrición afectan a 800 millones. Más del 25% de los niños menores de 5 años, que viven en países en desarrollo, sufren malnutrición.

Aunque suene sarcástico, la pobreza no sólo es un tremendo problema humano ético y de justicia, sino también una grave ineficiencia económica, una fuente de crecientes conflictos sociales y el caldo de cultivo de la inseguridad planetaria.

Con el inicio del Siglo XXI, la ONU finalmente situó como Primer Objetivo del Milenio el erradicar la pobreza extrema y el hambre. Este hermoso objetivo, firmado por 189 países, se disoció en dos metas muy ilustrativas, a lograr entre 1990 y 2015. META 1: Reducir a la mitad, el porcentaje de personas con ingresos inferiores a 1 dólar al día; y META 2, Reducir a la mitad, el porcentaje de personas que padezcan hambre. En otras palabras, si este ambicioso Objetivo 1 se cumpliera, en el año 2015 todavía más de 500 millones de personas (12 “Españas” o 250 “Euskadis”) vivirían en la miseria y pasarían hambre… Sin superar esta trampa de miseria, se cierra un círculo vicioso: la pobreza creciente origina una tasa de ahorro baja que provoca un crecimiento económico negativo que produce una pobreza creciente.

No es una utopía: Superar el “círculo de la pobreza” es un anhelo alcanzable. Lo demuestra Asia, donde el número de personas pobres se redujo en 250 millones de personas en la década 1991-2000 y hoy se sigue reduciendo. La excelente evolución de Asia, no se observa en otras partes del mundo, singularmente en África Subsahariana. Con todo ello, entre 1990 y 2002 la población que vive en la pobreza ha pasado de un 28% del total mundial al 19%, si bien a velocidad muy variable. El progreso es muy rápido en Asia y Oceanía, mientras el avance es lento en Latinoamérica y el Caribe, y la situación es dramática en África Subsahariana.

El número de personas en situación de pobreza en África va aumentando fatalmente, a pesar de los esfuerzos realizados: Se ha pasado de 227 millones de pobres en 1990, a 271 millones en 1996 y a 367 millones en 2002. Además, los pobres son cada vez más pobres, habiendo descendido el ingreso medio por día en el África Subsahariana de 0,62$/día en 1990 a 0,60$/día en 2001. El futuro de esta región es desesperado, pues el crecimiento económico es muy bajo entre una población creciente que pasará de 923 millones de habitantes en 2006 a 1.937 millones en 2050.

Cuatro son las causas interdependientes de la pobreza: El mal gobierno (corrupción, denegación de los derechos humanos,…), el abandono de determinados sectores productivos en algunos países (la población agrícola en China), la existencia de focos de mayor pobreza (desigualdades internas) y la misma “trampa de la pobreza”, con una economía demasiado pobre para invertir en futuro.

¿Qué se puede hacer? Existen soluciones, como cumplir escrupulosamente los programas de ayuda al desarrollo, eliminar los subsidios agrícolas de los países más ricos y aumentar la inversión directa en los países más pobres (lo que regularía la emigración). Existen casos que ejemplifican buenos resultados, como China, Chile,… o en otra escala la misma España o Euskadi.

El esfuerzo económico para ayudar a los países en situación crítica debiera aumentar considerablemente. Reciente, un ministro de Exteriores cuantificó que “Europa debería aportar 50.000 millones de euros al desarrollo económico de Africa”. La asistencia oficial al desarrollo (AOD) ha de crecer sensiblemente, estando en 2006 en sólo el 0.44% PIB de los países ricos.

Hoy, sólo 5 países cumplen el objetivo del 0.7% del PIB en AOD (Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos y Suecia), aunque otros se comprometieron a cumplirlo. La AOD dedicada a cumplir los objetivos de Desarrollo del Milenio debiera pasar de 65.000 millones $ (2002) a 195.000 millones $ en 2015 (0.54% del PIB de países ricos). El 0.7% del PIB de países ricos en AOD en el 2015 representaría una ayuda de 252.000 millones de dólares.

Debemos lograr la erradicación de la pobreza,… por muchas razones: justicia, solidaridad, estabilidad, seguridad, crecimiento,… Se podría recordar aquello de es ¡la economía, estúpido!, porque esta misión “no sólo de caridad”, significaría bienestar y crecimiento económico mundial, que por supuesto beneficiará a los países pobres… y también a los ricos. Ésta no es sólo tarea de la ONU, de los Gobiernos, de los ricos (Bill Gates), o de los cantantes (Bono), sino también nuestra obligación ética y solidaria. Mientras tanto, será inevitable el fenómeno mundial de la emigración[1]. [1] Continuará… Posted by Picasa

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/economia4.doc

Apuntes de economía contemporánea (3/6)

Desvelemos los diez vectores del “mundo diferente” que está emergiendo abruptamente ante nosotros.

Nunca fue fácil predecir el futuro, y menos aún en una época de aceleración histórica, cuando se intensifica la interacción multifactorial de diez poderosas tendencias que modifican nuestra realidad planetaria. Si limitamos el horizonte hasta el año 2020, podríamos destacar tres procesos económicos, cuatro variables geoestratégicas y tres principios sociales.

Tres tendencias de cambio económicas.

1ª Consolidación de una economía global, con la correlativa expansión del comercio mundial y el consiguiente aumento de una competencia feroz. Aunque la renta mundial se ha multiplicado por 40 durante el siglo XX, y cabe confiar en la alta probabilidad de que continúe creciendo hasta el 2020, es preciso reconocer que lo ha hecho con grandes desigualdades y tensiones en su reparto. La mundialización, inicialmente de naturaleza económica, ya es multidimensional, abarcando aspectos de globalización perceptibles en otros ámbitos, comunicacionales, culturales, de organización de la producción,…

Como resultado de ello, y a pesar del positivo y fuerte aumento de la renta mundial, la globalización es duramente atacada por su negativo impacto sobre determinados países o colectivos sociales. Esta crítica es legítima, porque la globalización ha agravado la brecha entre los países ricos y pobres, e incluso se han profundizado las diferencias entre las distintas capas sociales de un mismo país. Por citar un caso, hay 6,5 millones de alemanes (un 8% de la población total) en situación de pobreza, pésimamente distribuidos entre el Oeste (4% de su censo) y el Este (20% de su población). El desafío político del mundo es asegurarse de que los beneficios de la integración económica están justamente repartidos y alcanzan al conjunto de la ciudadanía.

2ª Concentración de salto tecnológico en manos de pocos países, con las consiguientes ventajas de aumento de productividad y competitividad. Desde la perspectiva tecnológica, se perciben tres espacios: El “primer mundo”, que provee el 100% de la tecnología sobre una base de 1.000 millones de habitantes; el “segundo mundo”, que puede adoptar la tecnología está formado por 3.300 millones de habitantes; y el “tercer mundo”, tecnológicamente desconectado con 2.300 millones de habitantes. En el 1er y el 2º mundo se ha producido el advenimiento de la “sociedad de la información” e incluso de la “sociedad del conocimiento” por la expansión de la TIC (Tecnologías de la Información Y la Comunicación), obteniéndose un funcionamiento en red que abarata costos y ofrece ventajas,… de las que queda excluido el “tercer mundo”.

3ª Amenaza al ecosistema planetario por la actividad humana, como nunca antes sucedió. La creciente demanda de energía y agua, la degradación del Medio Ambiente, están provocando un perceptible y grave Cambio Climático y el agotamiento de los recursos de la Tierra.

Cuatro tendencias de cambio geoestratégicas.

1ª La existencia de UNA única Potencia Global (EE.UU.) que, por primera vez en la Historia, domina todas las fuentes de poder… y que prima activamente la defensa de sus propios intereses

2ª La consolidación, con sombras, del Proyecto Europeo, donde se han dado pasos de gigante hacia adelante (entre ellos, el euro).

3ª El creciente e imparable peso de Asia, con capacidad para condicionar la evolución de la Economía Mundial… En Asia viven dos tercios de la población mundial. China e India “tiran” hoy del crecimiento del PIB mundial hacia arriba. En el futuro (hacia el año 2035), tres economías asiáticas ocuparán el podio económico del PIB mundial: Primera, China; segunda, EE.UU.; tercera, India y 4ª Japón. Mientras las economías europeas quedarán situadas en posiciones secundarias, por ejemplo España en el puesto 13º.

4ª El creciente peso de los Países Emergentes en la Economía Mundial, aunque su peso político y su capacidad de influencia es mucho menor. Por primera vez, su PIB (a valores de Paridad de Poder Adquisitivo) supera el 50% del PIB mundial, con una población del 85% mundial, una reserva de divisas del 70%, un consumo de energía del 53%, un PIB del 50%, unas exportaciones del 43%, un PIB (a precios de mercado) del 27%, y una cotización bursátil del 15%.

Tres tendencias de cambio sociales.

1ª La aparición de conflictos de naturaleza muy compleja (religiosa, étnica, etc.), de difícil tratamiento y de problemática resolución… con el correlativo aumento de la percepción de riesgo, especialmente en los países más ricos de la Tierra.

2ª La movilización de los países más pobres de la Tierra… lo que augura intensísimas corrientes migratorias… fenómeno que empieza a percibirse en España. Esta “tentación” apremia a 350 millones de latinoamericanos, 100 millones de africanos y 150 millones de europeos del Este.

3ª La concienciación (todavía incipiente) de la ciudadanía mundial para resolver las graves desigualdades heredadas de la Historia. En este proceso ha sido decisiva la aprobación por la ONU de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio y sus 18 Metas concretas, cuyo cumplimiento es crítico para el equilibrio y el crecimiento mundiales. Especialmente urgente es el mayor problema heredado del Siglo XX: La pobreza[1]. [1] Continuará… Posted by Picasa

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/economia3.doc

Dos políticas y un único enemigo

Mediante el humor y la participación superaremos la política de las pesadillas con la esperanza de un futuro en paz.

Primera apuesta política: La del pasado, la de la mentira, la del odio, la de la guerra, la de las grandes portadas, la de quienes se enriquecen con la política, la de los poderosos, la del pesimismo, la del miedo a ‘los otros’, la de los bloques, la de la división maniquea del mundo en buenos y malos, en ‘nosotros y ellos’. Esta opción política sale constantemente en televisión, nos alerta del ‘eje del mal’, de los peligros que se avecinan, Disfraz infantil de moda. Si la tortura nos 'protege' debe ser algo bueno...de lo que pasaría si ellos no nos ‘protegen’,… Todo para que nada cambie, para que siga la ‘economía de guerra’ que beneficia a unos pocos mientras mata a millones (de guerra y de pobreza). Esta falsa política quiere militarizar el mundo, declarar el ‘estado de excepción planetario’, que por la ‘seguridad’ renunciemos a los derechos, a pensar, a creer que es posible un mundo mejor, más justo, más solidario, más hermanado, donde nadie esté tan desesperado que decida convertirse en terrorista.

Segunda apuesta política: La del futuro, la de la verdad, la del afecto, la de la paz, la de quienes no se asoman a la alta política, la informal, la de la buena gente, la del optimismo, la de la ilusión, la del todos somos buenos, la de hemos de salvarnos todos y juntos. Esta opción apenas se escucha, aparece en algún documental de la 2, en algún blog aislado. Pero está amaneciendo con las algunas manifestaciones desde hace algunas décadas, como gesto por la paz, con el ‘no a la guerra’, con los humoristas de viñetas o de televisión, con la gente que no se deja engañar.

El único enemigo: La indiferencia, la ignorancia y la confusión de las grandes mayorías sociales. No existen civilizaciones enemigas, ni religiones enemigas, ni pueblos enemigos. Los palestinos, ni norcoreanos, ni los árabes, ni los norteamericanos, ni los republicanos son nuestros enemigos. Ni los soldados invasores reclutados entre las capas sociales más desfavorecidas de los países ricos. Sólo son repudiables quienes se enriquecen con la violencia, con la guerra, con la militarización del mundo, con la ‘seguridad’… de que seguirá habiendo ‘guerras de defensa’ mientras se siembra el odio entre propios y ajenos.

Hemos de superar la indiferencia, esa hermana gemela de la crueldad. Nada de lo humano debe sernos indiferente. El bienestar de los demás, en nuestro barrio o en el más remoto continente, es algo que nos afecta. Eso no se combate con la salvajada de la actual inversión armamentística, ni con más policía que impida acercarse a quienes huyen de la miseria, sino con solidaridad, con respeto intercultural, mediante presupuestos para la paz y para la educación, combatiendo la enfermedad y el hambre.

Sólo podemos permitirnos armas cargadas de futuro: el humor, la ironía, el voto, la poesía que exprese nuestra necesidad de dirigentes optimistas, que prometan y se comprometan con el progreso y la felicidad. Basta de la vieja guardia de politiqueros en blanco y negro, que pregonan miedos, para asustarnos mientras se llevan el dinero. Hablando claro, aquí y ahora: Los apocalípticos dirigentes del PP, que no sus muchos votantes que deberían informarse mejor, siguen con el señuelo de la conspiración mientras hipotecan por 40 años a los jóvenes del contrato basura (clásico timo, te distraen para robarte la cartera).

También quienes creyeron en la inhumana violencia ETA están siendo convencidos de su error más por los guionistas de los programas de parodia, que muestran ridículos encapuchados demostrando que el humorismo es el realismo llevado a sus últimas consecuencias. A ETA se le está convenciendo entre todos, mejor que vencerla con más policías y jueces lo que nunca es definitivo aunque algunos aspiren a seguir con estrategias fracasadas encarcelando a todos los nacionalistas y socialistas vascos.

Los que todavía creen en la razón de la fuerza, incluido el ‘gran cowboy’, quienes le patrocinan e incluso sus adversarios pseudo-islamistas, son –además de fanáticos- anacrónicos y absurdos. Desvelemos sus falsedades, riámonos de sus modernas cruzadas (que tampoco sirvieron de nada hace siglos) y del resto de cuentos chinos (antes los malos de la película). Ridiculicemos a estos sectores neoconservadores y ultramontanos que se han adueñado con patrañas y mucho dinero negro de algunos grandes partidos. Votemos alternativas más pacifistas, más contemporáneas, más esperanzadoras. Rompamos nuestro silencio, reclamemos un porvenir mejor para toda la humanidad. Sólo así el porvenir será nuestro.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/2politicas.doc

La política del terror

Hemos pasado de las políticas de cambio y de esperanza, al pesimista conservadurismo social que vislumbra amenazas por doquier.

En el pasado, los políticos nos prometían crear un mundo mejor. Ofrecían distintas formas de alcanzarlo: el comunismo, el capitalismo, el socialismo, el liberalismo… Su poder derivaba de una autoridad basada en una visión optimista de un futuro mejor para todos. Todas esas ilusiones y utopías fracasaron. Y hoy, la gente ha perdido la fe en las ideologías. Los políticos son percibidos como meros gestores que administran la vida pública, y en ocasiones incluso aprovechándose de ello.

Esto no era admisible para quienes aspiran a continuar liderando el mundo. Descubrieron un nuevo rol que les restauraba el poder y la autoridad de antaño. En vez de repartir sueños, ahora los dirigentes prometen protegernos de las pesadillas. No nos aseguran educación y sanidad de calidad, viviendas para todos,… pero se comprometen a rescatarnos de peligros terribles… que no podemos ver y que no comprendemos. Y el mayor de todos es el terrorismo internacional… Una red poderosa y siniestra con células asociadas en todos los países del mundo.

Un enemigo así, un remoto e invisible Bin Laden y sus cuarenta secuaces, requiere que sacrifiquemos derechos, que invirtamos en armamentos, que aceptemos restricciones, que pospongamos nuestros anhelos… Han de proseguir las guerras, han de seguirse los criterios militares, todo debe quedar bajo control. El miedo logra mejor que nunca el otorgamiento del liderazgo al gran líder mundial, y a su modo de interpretar la realidad mundial desde su perspectiva de gendarme planetario.

No se invierte casi nada en justicia, en solidaridad, en fraternidad continental. La civilización mundial es repartida entre etnias, culturas, religiones y países aliados o del ‘eje del mal’. El maniqueísmo brilla como nunca lo hizo antes. Poco importa que la mayor parte de estas amenazas sea pura fantasía exagerada y malintencionada por determinados poderes fácticos. Estos recelos interculturales han sido diseminados sin ser cuestionados por toda la faz de la tierra. Está probado que todo fue distorsionado deliberadamente por los grandes beneficiarios, los neoconservadores norteamericanos, con campañas algunas tan sobreactuadas como aquellos ataques de gas que luego, por inverosímiles, desaparecieron de la opinión pública.

Sobran los que creen en las armas, en vencer sin convencer, en hallar nuevos enemigos a quienes derrotar con los viejos sistemas de dominación por la fuerza bruta. Desprendámonos de los políticos del NO, que no dejan gobernar cuando no les corresponde, que insisten en que todo progreso es difícil o imposible, que nunca prometen nada, sino que asustan con lo que pasará si no gobiernan ellos.

Necesitamos líderes positivos, que convenzan con un discurso de paz, de justicia, de hermandad. Políticos que se comprometan a mejorar el mundo, lo de cerca y lo de lejos, sin miedos, con alegría, con optimismo, paso a paso, sabiendo que es posible y que podemos vivir todos mucho mejor, trasmitiendo un mensaje realista de cómo colaborando podemos superar la pobreza, el hambre y la desigualdad de toda la humanidad.

Versión para imprimir: mikel.agirregabiria.net/2006/miedos.doc

¡Levántate Contra la Pobreza!

Jornadas contra el Hambre: Hoy o mañana, 15 y 16 de octubre de 2006

Inscríbete AQUÍ (http://www.sinexcusas2015.org)

MÁS DE MIL MILLONES de personas en el mundo sobreviven malamente con menos de un euro al día. Y casi la mitad de los habitantes del planeta lo hacen con menos de dos. Más de 800 millones de seres humanos, muchos de ellos niños, no reciben una alimentación suficiente para satisfacer las necesidades energéticas diarias. Y no hay que ir tan lejos para ver la cara de esta evidente injusticia social. En el Estado español, uno de cada cinco ciudadanos vive por debajo del umbral de la pobreza. Son datos terribles. Datos contemplados en el último informe de Naciones Unidas con motivo de la celebración, el próximo martes, del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. (Parte del Editorial de DEIA)

El mundo en miniatura

En www.miniature-earth.com puede verse una imagen exacta de la humanidad.

Vivimos en medio de una injusticia gigantesca, del tamaño del planeta Tierra. Si todo el mundo se concentrase en una aldea de apenas 100 habitantes, apreciaríamos mejor la distribución global de habitantes y recursos, manteniéndose las proporciones actuales según los datos oficiales.

En este poblado 61 son asiáticos, 13 africanos, 12 europeos, 8 norteamericanos, 5 centro o sudamericanos y 1 de Oceanía. Son 50 mujeres y 50 hombres. Viven en el pueblo 53 y 47 en zonas rurales. Son cristianos 33 (entre católicos, protestantes, ortodoxos, anglicanos,…), 18 musulmanes, 16 ateos, 14 hinduistas, 6 budistas y los restantes 13 son de otras religiones.

Nunca aprenderán a leer 14, y sólo 7 cursarán enseñanza secundaria. Sólo 1 es universitario. Sólo 12 tienen ordenador y, de ellos, 3 acceden a Internet. Pasan hambre 13 personas. No tienen ni una sanidad básica, 43 personas; y 18 ni agua potable. Uno tiene el SIDA. Son minusválidos 9. Luchan por vivir con menos de un dólar diario, 18 personas; y 53, con menos de dos dólares diarios. Sólo 25 tienen alguna comida, ropa, cama y casa. No tienen cuenta en ningún banco 70. El 59% de la riqueza de toda la aldea la poseen 6 personas.

Este pueblo parece un polvorín a punto de estallar,… Pero no lo solucionan compartiendo más y ayudando a los más necesitados, sino que la comunidad rica gasta en defenderse o atacar 11.200 veces más que ayudar (es la proporción entre los gastos militares mundiales y la ayuda al desarrollo).

Al analizar la humanidad desde esta perspectiva es cuando se hace patente la necesidad de justicia, solidaridad, tolerancia, educación y sanidad para todos. Y por caminos de paz y colaboración, de respeto intercultural y no de imposición. Consideremos lo afortunados que somos, aunque sólo sea por el hecho de poder leer esto. Y a continuación exijamos y construyamos un mundo donde la pobreza, la desigualdad y la sinrazón sean historia antes del 2015.
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Versión final: mikel.agirregabiria.net/2006/miniatura.htm

Desnuda verdad

¿Qué vale la verdad, fría y desnuda, frente al atractivo resplandor de la mentira?

La verdad desnuda no es toda la verdad. Jean Dolent.

La verdad está demasiado desnuda, no excita a los hombres. Jean Cocteau.

La verdad se representa desnuda; pero debajo de la piel sangra. Paul Valéry.

La verdad, en toda su desnudez y pobreza, es más adorable y santa que la mentira disfrazada y suntuosa. Hipólito Nievo

La viñeta del Profeta

La peor caricatura del mundo en el que vivimos es que unos ridiculicen (y criminalicen a la quinta parte de la Humanidad), mientras otros radicales alienten al enfrentamiento planetario instrumentalizando el mensaje de las distintas religiones monoteístas.

El pasado 30 de septiembre de 2005, el principal periódico danés publicó una docena de caricaturas sobre Mahoma, y el 10 de enero de 2006 fueron reproducidas por una revista cristiana noruega. El motivo alegado fue que un escritor danés se quejó de la falta de ilustradores para un libro sobre la vida de Mahoma, por temor a represalias, dado que la representación de de la imagen de Mahoma es considerada blasfema por el Islam. El periódico solicitó el trabajo a dibujantes y doce enviaron su respectiva ilustración.

Entre esta docena de viñetas variadas, hay una en la que aparece Mahoma con una bomba en el turbante con un mensaje implícito de que todos los seguidores de Mahoma son posibles terroristas. Cabía esperar que pudieran sentirse ofendidas por tal cliché un colectivo de más de mil doscientos millones de personas, incluidos los millones de ciudadanos e inmigrantes europeos que pertenecen culturalmente a esta comunidad.

La redacción aseguró que tomó esa decisión editorial como mecanismo de defensa de "la democracia secular y la libertad de expresión", y para poner a prueba si el temor a las iras de musulmanes había comenzado a limitar la libertad de expresión en Dinamarca. Pero desde el punto de vista de muchos ciudadanos la publicación tuvo un propósito de provocación hacia la colonia musulmana en Dinamarca, que representa el 4% de su población.

El diario alegó que “hacen sátiras sobre la familia real y los políticos, y que no ridiculizar a los musulmanes sería mostrar prejuicios”. Sin embargo, el dibujante Christoffer Zieler vio rechazadas unas ilustraciones suyas sobre la resurrección de Jesucristo, porque el director del diario juzgó que serían consideradas demasiado ofensivas por los lectores,… por los lectores en general, y no necesariamente por los cristianos en particular.

Las viñetas publicadas son discutibles en todo (gratuitas, innecesarias, soeces,…), pero no son inocentes. Muchos consideramos que se trató de una estrategia perfectamente consciente, calculada y planificada de un periódico de derechas. Parece confirmado que consultaron a un especialista danés en islamismo y éste les alertó de la grave repercusión que ocasionaría. Pero decidieron imprimirlas desde su posición radical y de tintes xenófobos.

La cuestión no es la legalidad o no de la ofensiva publicación, sino de oportunidad e incluso de moralidad. La libertad de expresión debe ejercitarse sensatamente y evaluando todas sus consecuencias, porque no hay derecho sin responsabilidad y respeto a las demás libertades y a las diferentes sensibilidades. Aduciendo la sacrosanta libertad de expresión, nadie puede gritar ¡fuego! en una discoteca abarrotada, ni ¡bomba! en un avión.

A la indocumentada hegemonía que reputan algunos a la civilización centroeuropea frente al islamismo, cabría recordarles que hace 70 años un popular periódico alemán de los tiempos nazis, Der Strümer, ya publicaba caricaturas (antisemitas) del mismo estilo, y que tragedias interétnicas como el holocausto judío o el genocidio de los Balcanes han ocurrido no tan lejanamente en el corazón de nuestro continente.

En democracia es fundamental la bandera del derecho a poder expresarse libremente, pero no es un derecho absoluto, sino que mantiene la obligación de reflexionar, analizar y responder de todas las consecuencias previsibles de su ejercicio. En este siglo XXI de la globalización y la interculturalidad, la Prensa, el 4º Poder debiera ser consecuente y colaborar en dos tareas esenciales:

1º Ofreciendo ponderación cabal e información objetiva, que es lo más alejado de una historieta de mal gusto con estereotipos peyorativos que, al presentar al profeta Mahoma como un instigador de la violencia, insultan no sólo a los musulmanes, sino a cualquier inteligencia cultivada en el respeto a los sentimientos de religiosidad, y

2º Colaborando a la modernidad mediante la estricta separación de la política y la religión. En este sentido debiera ser obvio que ni el Islam incita a la guerra, ni el judaísmo avala la política de Israel, ni el cristianismo está representado por el belicismo de Bush.

El mensaje de todas las religiones monoteístas es de paz, pero a lo largo de la Historia ha sido mediatizado para alentar la guerra entre civilizaciones. No son islámicos, aunque sí fundamentalistas mensajes como “el eje del mal”, la “justicia infinita”, “por el imperio hacia Dios” o el “Dios con nosotros” (Gott mit uns) inscrito en la hebilla del cinturón de los soldados nazis. Quienes matan en nombre de Dios son falsos creyentes, porque confunden a ese “dios” invocado con un asesino.

En Europa prosigue una ignorancia enciclopédica sobre el Islam, a pesar del creciente porcentaje de nuestros compatriotas de origen musulmán. Casi todo lo que se sabe está deformado con estereotipos que no resisten la prueba de la Historia, y las viñetas con descalificaciones viscerales son un paradigma del desconocimiento supino.

En árabe, Islām deriva de la raíz S-L-M que significa "paz", al igual que en musulmán, o en Salām que es la salutación común con deseo de bien. El mismo concepto de jihad se ha traducido equívocamente como 'guerra santa', cuando se refiere a la lucha personal de perfección para vivir pacíficamente. Fue el mismo Mahoma quien dictó que “sólo los pueblos que respetan todas las religiones merecen que las suyas sean respetadas”.

El riesgo de los fundamentalismos y de los gobiernos teocráticos no es exclusivo de algunas opciones políticas de Oriente, sino que está presente en la mentalidad agresiva, dominante y de superioridad sobre el resto del planeta (por ‘mandato divino’) que todavía reina en algunos dirigentes de Occidente. Un Norte que olvida quién ha invadido la cuna de todas las civilizaciones (Irak), creyendo actuar en respuesta a un imperativo religioso.

Las ciudadanías orientales y occidentales ansían una paz justa y perdurable, una modernidad civil donde los sentimientos religiosos sean respetados, pero nunca impuestos. Las personas aprecian la convivencia interreligiosa, intercultural e interétnica con mucha más tolerancia que los dirigentes que se mueven buscando el poder tribal, nacional o mundial. Los medios de comunicación debieran quedar al servicio de sus lectores y no al socaire de los poderes e intereses que se benefician con los conflictos menores o mayores.

No es aceptable esa falacia del “choque de civilizaciones” de Samuel P. Huntington, que -en realidad- es una construcción ideológica promovida por el “Imperio” para seguir manteniendo el control del mundo, haciendo descarrilar las iniciativas políticas de encuentro y de “alianza de civilizaciones” llevadas a cabo por algunos organismos internacionales y por gobiernos democráticos. No colaboremos con las estrategias destructivas perfectamente calculadas por parte de los sectores extremistas de uno y otro lado del planeta, que buscan justificar los inmensos y crecientes gastos de “defensa”.

El nuevo Milenio debe avanzar decididamente en erradicar las causas del conflicto, luchando contra la pobreza y la ignorancia, que afectan a dos terceras partes de la Humanidad. Sólo así construiremos un mundo donde las creencias personales sean motivo de enriquecimiento pluralista y el diálogo interreligioso proscriba para siempre el odio entre los seres humanos.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2006/profeta.htm

Castigado centro

Si algo ha caracterizado a Europa ha sido la presencia de una numerosa clase media, centrista y protegida. Esto hoy está en peligro. 


Clase media: Está menguando, no sólo por el fracaso de las medidas de redistribución de la riqueza, sino por profundos efectos demográficos. Actualmente para animarse al lujo de tener hijos, hay que ser muy rico,… o muy pobre. La “cultura del subsidio” (que llega a superar el salario mínimo) se está extendiendo peligrosamente, incluso entre los foráneos recién llegados, lo que no facilita la voluntad solidaria de que todos colaboremos, y especialmente los más pudientes. 

Fiscalidad intermedia: La mayor y creciente contribución de recursos comunitarios procede de los trabajadores por cuenta ajena de niveles medianos, siendo las capas sociales altas (y bajas) quienes eluden secundar el esfuerzo colectivo. El fiasco de un fisco poco copartícipe en función de las posibilidades de cada uno, sigue tolerando y condescendiendo con los beneficios empresariales de las grandes corporaciones (como la banca), con las invisibles ganancias de las profesiones liberales y… con la inmensa economía sumergida (incluyendo repugnantes sectores como la pr0s****ción). 

Edad media: El progresivo envejecimiento de la ciudadanía y la extensión universal de la asistencia social en las edades tempranas y finales recarga en las etapas de la treintena a la cincuentena todo el trabajo. Más aún por el retardo en la primera incorporación laboral y el irresponsable adelantamiento de las prejubilaciones. Ahora existe un considerable porcentaje de gente con la perspectiva de comenzar a trabajar con más de 30 años, jubilarse a los 50-60 y vivir otros 30 años a costa de los demás. 

Política de centro: Cuando ya la civilización griega aconsejaba que “en el centro está el equilibrio”, en nuestros días priman las opciones políticas radicales, orientándose alarmantemente los partidos hacia la extrema derecha o la extrema izquierda. La moderación, el acuerdo, las “terceras vías” están en peligro de extinción, o son meras artimañas de políticas nada centristas (véase el caso de Tony Blair). La propia “pirámide poblacional”, hoy más casi un cilindro, inclina la orientación de las cúpulas dirigentes más hacia el (neo) conservadurismo, o contrariamente hacia la ruptura, que hacia la responsabilidad con el presente y el futuro. Hoy se habla de “seguridad”, y no de paz, justicia o sostenibilidad. 

A quien corresponda: Algo habrá que hacer, antes que sea demasiado tarde. Sin clases medias, sin la labor de todos los que sean capaces, sin solidaridad y justicia equitativa, sin una cultura de trabajo, el porvenir no se presenta halagüeño. Sólo con el máximo respeto hacia nuestro prójimo, el cercano y el lejano, combatiendo la pobreza entre todos, llegaremos a buen puerto. Hay que arrimar más el hombro, todos, ricos y pobres, cada uno en función de sus capacidades y posibilidades, porque en esta vida nada es gratis, ni eterno.

La barbarie interna

¿Arde Paris? El deseo de Hitler lo consuman quienes no son chusma, sino la prueba de que la injusticia y la xenofobia latentes finalmente explotan.

Frente a las manifiestas insuficiencias demostradas en los Estados Unidos con ocasión del huracán Katrina, que destapó la discriminación de la población negra abandonada en Nueva Orleáns, algunos [incluidos relevantes medios de comunicación] europeos parecían congratularse de la teórica superioridad en materias de educación, orden público y de respuesta institucional en nuestro continente. Los disturbios inacabados, aunque confiemos que no inacabables, en toda Francia, un supuesto modelo de la “fraternité” y la “égalité”, nos demuestran la auténtica “réalité” que urge a mejorar hondamente nuestros sistemas sociales de cohesión, asistencia y enseñanza para ofrecer oportunidades reales a toda la ciudadanía, inclusive a la que nació pobre en cualquier lugar del mundo.

La juventud postrada de los suburbios franceses, que no conoció la miseria de sus abuelos, ya no acepta las migajas de un sistema estratificado cuando sólo vislumbra la penumbra de un futuro sombrío. Poco tiene que perder, porque no quedan esperanzas. El desánimo es mal consejero y la política exclusiva de “mano dura” represiva sólo logran lo que ha conseguido Sarkozy: extender las revueltas de quienes pueden comportarse como les han definido: como escoria.

Estos altercados ponen de manifiesto la profunda fractura cívica francesa, europea y planetaria, de complejas raíces interculturales, plurilingüísticas, interreligiosas y socioeconómicas. Un problema, todavía acotado a determinadas franjas de edad y en las zonas más desfavorecidas, exige inteligencia y globalidad en sus soluciones para evitar la potencial ramificación de la intolerancia. La peor componenda sería que torpemente se magnifiquen y reorienten estos disturbios con etiquetas de terrorismo o islamismo radical. Sería un craso error de incalculables consecuencias atribuir todo a redes criminales de naturaleza étnica o religiosa, cuando un movimiento de esta dimensión social podría acumular “masa crítica” hasta una escala difícil de desactivar.

Frente a quienes queman escuelas y guarderías calcinando con ello aún más su propio porvenir han de desplegarse toda una batería de medidas, donde destaquen las de naturaleza educativa, desde las más tempranas edades, para producir un rescate social que exige el esfuerzo de toda la comunidad. Junto a disposiciones de mejora de la asistencia social y de los servicios públicos, se precisa un extenso plan integral contra el fracaso escolar y laboral.

No existe otra salvaguarda contra el determinismo de la pobreza transmitida de padres a hijos que una eficaz y dotada escuela inclusiva, que concluya con opciones profesionales verosímiles. Sólo la integración escolar ofrece una igualdad de oportunidades para impedir la perpetuación y degradación en los guetos, que también existen en Europa. Únicamente se contendrá la explosión social mediante fórmulas de escolarización que positivamente ofrezcan una incorporación laboral generalizada con posibilidad de promoción para quienes nacieron predestinados a la marginación.

Cuando las barbas del vecino nos apunta una emergencia de semejante calibre, sería un despropósito ignorar la amenaza. Existe demasiado autocomplacencia y triunfalismo en materia socio-educativa, donde hemos generado una difusa red de resignadas excusas mientras no se palian injusticias seculares. Creamos y creemos la demanda de una educación integral que garantice, no ya la escolarización obligatoria (que tampoco se logra por el alto absentismo y la deserción de algunos colectivos discentes), sino el aseguramiento del éxito escolar y de la inserción laboral universal. Organicemos una escuela de vida que sea rampa de despegue hacia el bienestar y la convivencia armónica, atendiendo al desarrollo individual y colectivo. Sólo así se combate las diferencias sociales a fin de caminar juntos hacia una sociedad solidaria y en paz, basada en la justicia y donde todos tengamos cabida, construyéndonos un aceptable presente y un futuro despejado.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/barbarie.htm

Familias ricas

©Mikel AgirregabiriaUna desapercibida noticia, transmitida sólo como curiosidad, ratifica la grandeza que atesora una familia unida.

Nuestro hijo pequeño, Aitor, cuando era pequeño y jugaba con su hermana Leire en la plaza de Santa Ana (Getxo) le replicó a otro niño que estaba acompañado de sus padres, mientras a ellos sólo les cuidaba mi esposa Carmen, por estar yo trabajando lejos: “¡Nosotros también tenemos padre! ¿Qué te creías, que éramos pobres?”

Quizá eso mismo piensan los 150 hijos, todos adoptados excepto tres naturales, de Luiz y Clorinda Bertoline, quienes mantuvieron una inacabada "ciudadela de niños", que nunca fue un impersonal orfanato, en la ciudad brasileña de Araras, en Estado de Sao Paulo. Al fallecer el memorable patriarca el pasado día 14-9-2005, a la edad de 75 años y habiendo quedado viudo desde el pasado diciembre, su inmensa familia (reconocida oficialmente como la más numerosa de todo Brasil) finalmente ha quedado huérfana y en situación precaria, sin ayudas oficiales y sólo apoyada con algunas donaciones.

Este singular matrimonio nunca desistió de su sueño de "criar a todos sus hijos y mantenerlos siempre juntos". Por su hogar, una pequeña propiedad rural, pasaron más de 400 menores abandonados, muchos de los cuales adoptaron personalmente. La numerosa prole Bertoline no ha quedado en la indigencia por el compromiso de los hermanos mayores. Una vez más se comprueba que la virtud de los padres es la mejor dote y su vida, el libro de ejemplos heredado por los descendientes.

Lo cierto es que no hay peor forma de pobreza que la orfandad, ni mejor forma de riqueza que una familia querida. El amor de madres y padres nunca vacila, sino que permanece incondicional y constante. Los progenitores, para ser felices, han de entregarse y prodigarse con sus hijos e hijas. Igualmente, el afecto hacia los padres es el fundamento de toda virtud. Giuseppe Mazzini señaló que “los únicos goces puros que pueden disfrutarse sobre la tierra, son los goces de la familia”.

En una familia unida, se dispone de todo lo esencial. No existe ningún niño o adulto enteramente pobre si cuenta con el amor de sus padres. Al igual que no existe ningún padre o madre completamente pobre, si sus hijos esperan anhelantes su llegada a casa mirando por la ventana. Todo lo cual no aminora la exigencia de justicia y solidaridad para todos los seres humanos y todas las familias hasta que “la pobreza sea historia”.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/familias.htm

Katrina: ¡Sálvese quien pueda!

Aprendamos de una tragedia, en prevención de próximos desastres, y para una mejor atención a las víctimas presentes y futuras.

El 29 de agosto el huracán Katrina asoló los Estados costeros de Louisiana, Mississippi y Alabama, siendo New Orleans (Louisiana) la principal ciudad afectada al desbordarse los diques de 7 metros que protegen la mayor parte de sus barrios que se encuentran bajo el nivel del mar y bordeados por el río Mississippi y el lago Pontchartrain. Un millón de personas fue desplazado, siguiendo las órdenes de evacuación emitidas desde el 28 de agosto, en una crisis humanitaria a escala desconocida en los Estados Unidos desde la “gran depresión” sucedida entre 1929 y 1939. Se anegaron 233.000 km², un área similar a la de todo el Reino Unido.

La muerte de casi un millar de personas (973 registrados hasta el 20 de septiembre, de los que 936 corresponden a Louisiana) y los millones de damnificados, junto a los daños materiales cuya recuperación exigirá sólo en el primer año más de 200.000 millones de dólares estimados, ha convertido a este ciclón tropical en el más desastre natural más destructivo, superando ampliamente al huracán Andrew de 1992 (26 muertos, 3 de ellos en las Bahamas, y 27.000 millones de dólares de pérdidas materiales).

El huracán Katrina es el cuarto huracán de categoría 5, la más destructiva de la escala Saffir-Simpson, que hace impacto en el territorio continental de EEUU desde que existen registros de este tipo de tormentas, si bien al penetrar en la costa se fue rebajando rápidamente de nivel. Constituye una catástrofe infrecuente de la naturaleza desatada, si bien no comparable con el cataclismo oceánico del tsunami que devastó el sureste asiático en las navidades pasadas de 2004.

En el caso del Katrina hubo previsión de su llegada, instrucciones de evacuación y alguna capacidad de anticipación, pero no la prevención y el socorro que cabía esperar de una sociedad rica y avanzada como se supone que es la mayor superpotencia del inicio del siglo XXI. Todo ello es producto de una determinada cultura política que arrincona la iniciativa pública, subestimando una serie de amenazas sociales y naturales, mientras amplifica otras de interés para las corporaciones armamentísticas como el riesgo de ataques terroristas (por ejemplo, desde Iraq con imaginarias armas de destrucción masiva).

Las imágenes difundidas ponen de manifiesto la existencia de un “cuarto mundo” de pobreza en la trastienda de una nación socialmente muy dispar, con un alto crecimiento económico pésimamente repartido y con una cobertura pública ínfima. Son reflejo del efecto continuado de las políticas neoliberales y neoconservadoras que se exhiben desde la Presidencia estadounidense y que se propagan a través del proceso de globalización internacional. Se aprecian en el minimalismo de lo público (del Estado), en los sectores fundamentales y críticos como la educación, la sanidad o la vivienda, y no llega a percibirse en sus más trágicos efectos hasta que una hecatombe los exterioriza.

Hechos contundentes demuestran cómo la Casa Blanca desvió fondos para el proyecto urgente de mejorar las presas y las estaciones de bombeo en Louisiana hacia la guerra en Irak. Esa misma contienda explica que no haya suficientes efectivos de la Guardia Nacional en los Estados sureños, los más pobres y expuestas de los EE.UU., que son justamente los que más tropas aportan para ser transportadas a destinos tan remotos. La ausencia de infraestructuras de Protección Civil, al estilo europeo, significa que únicamente personal militar pueda acometer en una sociedad tan fuertemente armada la tarea de socorro, ofreciéndose imágenes insólitas de rescatadores pertrechados con chalecos antibalas y rifles.

Puede parecer extraño entremezclar el belicismo de George W. Bush con la respuesta desde los poderes públicos ante una catástrofe de origen natural, pero los recursos humanos y presupuestarios siempre son limitados, por lo que el esfuerzo dirigido hacia la indiscutible hegemonía militar se detrae de otras partidas que podrían destinarse a fines mucho más solidarios dentro y fuera de las fronteras estadounidenses.

En una democracia la opinión pública debe aprender a dirigir su voto, especialmente cuando una calamidad de origen natural causa una mortandad tan alta entre sus conciudadanos menos pudientes. Abandonar el militarismo galopante y luchar contra la pobreza, sobre todo en el país de las grandes desigualdades, es una necesidad urgente que los gobiernos de cualquier signo y latitud abordarán cuando la sensibilidad social colectiva lo exija perentoriamente, y no por razones compasivas ante las víctimas de una calamidad, sino por mera justicia equitativa y solidaridad distributiva. El siglo XXI requiere soluciones políticas nacionales e internacionales que superen el individualista lema del “¡Sálvese quien pueda!”.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/katrina.htm

Límites personales

©Mikel AgirregabiriaA medida que avanzamos en la vida, aprendemos a conocer, reconocer y finalmente a amar los límites de nuestras facultades.

Todo tiene sus límites. La madurez no es sino la penosa constatación de nuestro fracaso relativo en casi todo lo que hemos intentado durante nuestra vida. Perseguimos muchas metas, pero sólo alcanzamos algunas y a medias. Al fin descubrimos que todo tiene un límite, incluso la melancolía. Sólo con demasiados años juzgamos finalmente que la felicidad consiste en reconocer nuestros propios límites,… y amarlos.

La infancia y la juventud poseen como cualidades más preciadas la ilimitada esperanza en sus propias aspiraciones y la gloriosa sobreestimación de sus capacidades. La desbordante imaginación no tiene límites. La experiencia humana no toma conciencia de su ser sino en las situaciones límite. El aprendizaje, especialmente durante la adolescencia, va marcando los hitos de nuestra realidad personal. La naturaleza, que enseña la vía de los placeres, señala también sus intraspasables límites.

Pronto descubrimos que el progreso vital no consiste en ampliar los límites, sino en conocerlos mejor. El juego de ponerse límites a uno mismo es el mayor de las delicias secretas de la vida. Por ello, la “educación de la permisividad” ha hecho entrar en crisis al modelo escolar. La falta de capacidad de los adultos para poner límites a la juventud es el gran problema de nuestro tiempo. Todos hablamos de la necesidad de imponer límites, pero nadie se encarga de responsabilizarse: la tarea siempre le corresponde a otros. El profesorado dice: «Si en los hogares no les ponen límites, ¿qué podemos hacer nosotros?» Las familias responden: «La escuela ya no educa, nuestros hijos "se desatan" allí y en la calle.»

El establecimiento de límites contribuye a lograr la madurez psicológica y a formar la identidad personal. Alguien está bien definido cuando sabe lo que es y lo que no es; cuando ha elegido lo que piensa, siente y quiere. Los límites indican asimismo lo que no piensa, lo que no siente, lo que no puede y lo que no debe y lo que no quiere. Saber quién es, qué lo diferencia de los otros. Esto nos da conciencia de nuestra identidad. Esto nos da unidad y nos permite reconocernos y movernos adecuadamente en nuestro ámbito.

Los límites no recortan nada, sino que nos permiten distinguir entre lo real y la fantasía. Nos ubican en la realidad y nos definen como personas. Así descubrimos quiénes somos, con toda la riqueza y la pobreza que acompaña a este descubrimiento. Supone una agridulce sensación de desdicha y felicidad. Tristeza, porque siempre quedan expectativas defraudadas; bienestar, al comprender que somos totalmente originales, únicos e irrepetibles. Además, la condición de únicos da paso al amor, que sólo es posible entre personas diferentes que se complementan.

Los límites son altamente educativos porque la realidad es necesariamente limitativa. Mal que nos pese, no nacimos omnipotentes. Hemos de ir vislumbrando esto desde la niñez con la socialización. La realidad no es manipulable como el pensamiento mágico de la infancia egocéntrica. La vida muchas veces nos dirá no y habremos de aceptarlo o viviremos resentidos. La tolerancia a la frustración es un rasgo básico de la personalidad madura.

Toda genuina educación supone una racionalización, reducción o demora del deseo, que distinga el caprichoso antojo de la exigible necesidad. Si permitiésemos una satisfacción plena e inmediata de todas las continuas demandas de cualquier ser humano, sólo crearíamos un despótico monstruo ególatra. Ha de haber medida en las cosas, y ciertos límites, allende de los cuales el bien no puede subsistir. La libertad de cada uno tiene por límite lógico no provocar la opresión de los demás; al igual que existe un frontera al buscar la felicidad, el dolor ajeno.

Lo más difícil es establecer los correctos límites personales, sin caer en los dos errores extremos: sobrepasarlos o cercenarlos en demasía. Todo poder que no reconozca límites, crece, se eleva, se dilata, y por fin se hunde por su propio peso. Si el medio más seguro de ocultar nuestros límites es no traspasarlos, también es un profundo error creer que no hay nada por descubrir; equivale a tomar el horizonte por el límite del mundo. Sepamos que el espíritu humano se extiende a medida que el universo se despliega.

Para concluir y resumir nos quedamos con la narración insuperablemente del gran escritor portugalujo Juan Antonio de Zunzunegi: “Todo lo bueno se acaba y... / Y ésa es su delicia, que se acabe antes de terminar en la monotonía. / Sí...; sólo lo que tiene límites es hermoso”.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/limites.htm

Anticuada actualidad

©Mikel AgirregabiriaLa actualidad, distribuida mediante innovadores soportes de difusión, sólo cuenta viejas historias con nuevos protagonistas, sin más cambio que la cíclica permanencia.

A quienes tratamos de garabatear diariamente en algún blog, ocasionalmente nos escriben algunos lectores recriminándonos cuando nos apartamos de la “actualidad” para tratar temas intemporales o transversales. A ellos van dirigidas estas líneas, como justificación, excusa o lo que quiera que sea para mantener esas excursiones temáticas ajenas a la “tediosa actualidad”.

Porque la “actualidad” es sumamente aburrida o, al menos, la supuesta actualidad profusamente publicada. Y lo cierto es que a todos nos gusta la novedad, lo inédito, lo flamante, lo reciente, lo estrenado. Recuerdo que alguien me decía que la mejor marca es “nuevo”, cuando prefería cualquier producto (como una casa o un coche) recién hecho a otros de mayor calidad, pero usados. Pero entre la información no hay casi nada “nuevo”, ni “desconocido”.

Guerra: A escala planetaria o regional, persisten lamentablemente las palabras vacías y los estériles deseos de paz, mientras todos, desde Bush hasta ETA, se aprestan con sus acciones para el eterno combate sin final. Ello demuestra que todavía se creen aquello de “si quieres la paz, prepara la guerra”, el decadente lema romano (‘Si vis pacem, para bellum’). La industria bélica sigue moviendo la ciencia y el mundo. Nadie ha entendido a Pío Baroja cuando afirmaba que “En las guerras fracasan el que pierde y el que gana. Es un juego malo para los dos. Se consume demasiada riqueza y demasiados hombres, y el resultado es el mismo: miseria para todos”.

Política: Los dirigentes son los mismos, o sus herederos. El hijo de un Presidente norteamericano es reelegido, mientras su hermano se prepara para heredar la más poderosa república del planeta sin historia monárquica. En Europa, el rechazo a políticos que acumulan 40 y 50 años en el poder, incluido un ministro de Franco que se postula como presidente autonómico, han provocado una disociación entre el electorado y la clase política. Así no es de extrañar el divorcio entre el compadreo del politiqueo y la voluntad popular, que se manifiesta en toda oportunidad de referéndum, cuando la sociedad civil doblemente se revela y se rebela. Tampoco sorprende la pervivencia extendida de manifestaciones de toda clase, por la ineptitud política de canalizar las necesidades ciudadanas por vías parlamentarias.

Economía, educación, cultura, sanidad,… y tantos otros temas de máxima trascendencia social quedan pospuestos o marginados en círculos especializados de la información. Los grandes grupos de prensa prefieren no insistir en temas como la pobreza planetaria, si pueden glorificar la seguridad mundial aportada por la guerra de Irak. Así, casi nos olvidamos lo que hace décadas denunció Alvin Toffler, y que sigue plenamente vigente: “El 70% de todos los seres humanos actuales son la gente del pasado, viven, en muchos aspectos, como sus antepasados de hace siglos. Otro 25% forma parte de las sociedades industrializadas. El restante 5% forma la nación internacional del futuro”.

Deporte: Para que no se advierta en demasía la ausencia de genuina información, el deporte sigue rellenando las páginas y los telediarios (la antigualla del Panem et Circenses romano). Como el deporte desprestigia la portada de todos los días, entre las “innovaciones” aparecidas en los medios de comunicación se destaca quién fue “garganta profunda” en el caso Watergate y cómo se confirma que Napoleón murió asesinado en su exilio de Santa Elena. Dos novedades de hechos acaecidos respectivamente en 1970 y 1821, pura actualidad que se dice. Quizá sólo nos quede esperar algunas décadas más para saber quién mató al presidente Kennedy (1963), o barruntar cómo se produjo el accidente de Lady Di (1997), otros dos temas de “permanente y candente actualidad” en la única viva y creciente “prensa de corazón”.

Con esta mezcolanza embrollada de des-información trasnochada, entreverada con masiva publicidad comercial, no sorprende la enorme discrepancia paradójica entre las listas publicadas de los “principales problemas” de un país y los de su ciudadanía. Así parece que la formación, el paro, la vivienda o el empleo de calidad nos preocupan a todos nosotros, pero no a nuestros dirigentes ni a los comunicadores, más enfrascados en el movimiento de intereses y poltronas en ministerios y redacciones.

José Martí dijo una gran verdad: “Todo está dicho ya; pero las cosas, cada vez que son sinceras, son nuevas”. Quizá la notable falta de novedad en la información sea un significativo síntoma adicional de la deplorable ausencia de sinceridad.

Versión final en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/actualidad.htm

Riqueza verdadera

Descubriendo la grandeza de algunas gentes, que por nuestra pereza y simpleza suele pasarnos desapercibida.

Todos los días, mi esposa Carmen y yo paseamos por Getxo. Nuestro recorrido predilecto va desde el Puente Colgante hasta el Puerto Nuevo, donde la elegante y variada arquitectura capitula ante la belleza natural de la costa vasca. En apenas dos kilómetros pueden verse desde gigantescos barcos mercantes que navegan por la Ría Nervión-Ibaizabal hasta gráciles veleros o ferries por el Abra de Bilbao, tres playas y varios monumentos históricos junto a palomas y gaviotas, pero lo mejor es la gente con la que te encuentras.

Ayer caminando en nuestro trayecto habitual, descubrimos que vivimos entre personas “ricas”. Pero “ricas” de verdad. Queremos compartir nuestro hallazgo, porque en todas las sociedades y en todos los pueblos hay “gente acaudalada”, pero no son necesariamente los “millonarios en dinero” que creemos por ser tan visibles. La genuina riqueza se disfraza, muy a menudo, de enfermedad, de pobreza, de flaqueza, de torpeza y de crudeza en la corteza. Porque la auténtica fortaleza reside interiormente en la sutileza de la agudeza, en la certeza de la entereza y en esa nobleza que sólo otorga la proeza de sobrevivir.

Quizá sea grandeza y delicadeza, mejor que riqueza, lo que caracteriza a estas personas de firmeza y gentileza, de dureza y pureza, de belleza con tristeza, justeza y largueza. Sólo los niños “reconocen” a esas personas que se han hecho “grandes”, día a día, porque cabeza, listeza, destreza, franqueza y realeza se acumulan únicamente ganando la batalla cotidiana de la existencia, atesorando arrugas que son las cicatrices de la experiencia.

Si aún no lo has entendido, quizá necesites unas horas más, unos meses más o unos años más. Con suerte al final serás tan ‘rico’ como cualquier anciano, y todo lo comprenderás. Porque no hablamos de riqueza económica, sino de riqueza en pasado, en alegría compartida, en vida subsistida y transmitida. Nos referimos a los “verdaderos ricos” que son los abuelos de la Tierra, los aristócratas de la Vida, los añosos vencedores del Tiempo.

Artículo ilustrado en: http://mikel.agirregabiria.net/2005/riqueza.htm